Muchos taxistas pensaron que los Tesla los salvarían, pero ahora son su peor pesadilla

Cuando Alfredo recoge a un cliente en su Tesla Model 3 por las calles de Madrid, los comentarios no tardan ni un segundo en llegar. Menuda pasada de coche. ¿Y esa pantalla? ¿Qué modelo es? ¿Cuánto cuesta? ¿Cómo se abre la puerta? Él mira resignado por el retrovisor y confiesa la verdad ante el asombro de los pasajeros. "No me volvería a comprar un Tesla en mi vida. Me arrepiento muchísimo. Yo pensaba que iba a ser como el huevo de Colón, pero me ha durado un año. Para esto, no me gasto 55.000 euros", explica a este diario.

Como Alfredo, un número creciente de taxistas ha dado el salto al vehículo eléctrico durante los dos últimos años. La mayoría ha escogido un Tesla y ya son tantos que llenan internet de reviews caseras contando su experiencia con los automóviles de Elon Musk o comparten Excels colaborativos con todos los gastos que suponen. Sin embargo, igual que Alfredo, muchos están empezando a arrepentirse. Lo que parecía una inversión asegurada y una forma de modernizarse ante el asedio de Uber, Cabify y el resto de las VTC, se está convirtiendo en una pesadilla por la escasa autonomía de las baterías, el pésimo servicio posventa y, ahora, las peleas con FreeNow, la aplicación de la que dependen cada vez más taxistas. "Es una agonía", remata Alfredo.

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Manuel Ángel Méndez

Este madrileño de 44 años lleva desde los 23 al volante de un taxi en la capital. Hace año y medio, decidió jubilar su Mercedes Clase E y pasarse a un Tesla Model 3. "Si tienes un eléctrico, el ayuntamiento te permite trabajar todos los días de la semana. También hice cálculos de lo que me ahorraría en gasolina, pensé que sería una inversión. Además, FreeNow había empezado a dar prioridad a los eléctricos en las carreras. Si tenías uno, te llegaban primero los pedidos y podías escoger los mejores", explica en conversación telefónica. ¿Qué podía salir mal? En realidad, casi todo.

"Cuando voy en vacío, tengo que pasar frío o calor por no poner la calefacción o el aire y gastar batería. ¿Tú crees que eso es normal?"

La primera gran sorpresa tras unos días conduciendo el Model 3 fue la batería. Alfredo optó por el modelo de gran autonomía, con 602 km de rango. Imprescindible si eres taxista. Le costó 54.990 euros (el pasado marzo, subió a 57.990). Pronto descubrió que la autonomía real era más bien de unos 450 kilómetros. "En invierno o verano, con temperaturas más extremas, no pasa de 380 km. A veces no me da ni para ocho horas, yo solía trabajar 12-13 horas diarias. Influye todo. Si pones el AC o la calefacción, si tienes más viajes por autovía que por ciudad... Tesla te dice que los 602 son solo un promedio, pero yo me encuentro ahora con que me he gastado casi 60.000 euros en un coche de alta gama en el que, cuando voy en vacío, tengo que pasar frío o calor por no poner la calefacción o el aire y gastar batería. ¿Tú crees que eso es normal? Es una ansiedad constante, te pasas el día mirando la pantalla a ver cuánto te queda".

Alfredo carga al llegar a casa, tarda unas siete u ocho horas en dejarlo al 100%. Durante el día, si lo necesita, tira de uno de los cuatro cargadores rápidos (supercharger) que Tesla opera en Madrid: en media hora, añades un 50%-60% extra de batería por unos 25 euros, pero intenta evitarlo para ahorrar al máximo. Otros taxistas reconocen que la autonomía es un inconveniente, pero no tanto por el coche, sino por la infraestructura.

"Si quieres trabajar 10 o 12 horas, no llegas, tienes que recargar a media tarde. Yo llevo ocho meses con el mío y me da una autonomía real de 570 kilómetros. Pero te dicen que es mejor no llenar la batería al 100% para conservarla mejor, así que lo suelo dejar en 500. Y tampoco debes bajar del 20%, así que en realidad son unos 400 kilómetros", explica Fernando L., ingeniero de telecomunicaciones que tuvo que meterse al taxi una temporada, compró un Tesla Model 3 y ahora mantiene a dos conductores mientras él vuelve a trabajar de lo suyo. "Por la mañana conduce uno, cargamos en un supercharger a la tarde, y luego hasta la noche el otro. El problema es que ahora muchas veces tienes que esperar para usarlos, miras el mapa y están todos llenos, cada vez hay más Tesla", reconoce. Carlos, taxista también en Madrid y dueño de otro Model 3, coincide: "Si no tienes un cargador rápido cerca, es una faena. Otros países tienen muchos más puntos de carga que nosotros. El problema es la infraestructura".

Los tres señalan que el ahorro en combustible es, de lejos, la mayor ventaja, incluso tras el aumento del precio de la energía. "Antes gastaba unos 600 euros al mes en gasoil, ahora me dejo entre 200 y 280 euros. Si hago recargas fuera de casa se eleva, pero sigue compensando", reconoce Alfredo. "Con dos conductores yo gastaba entre 700 y 800 euros al mes en gasolina, ahora no llega a los 200. Tienes que escoger una buena tarifa de luz en casa, pero es una gran diferencia", señala Fernando. Su principal problema es el mismo del que se quejan decenas de taxistas en el grupo de WhatsApp que mantienen los dueños de un Tesla en Madrid: el servicio posventa de la empresa hace agua.

"Llevo solo ocho meses con él y se me ha estropeado la batería. Voy al taller de Tesla y, más de un mes después, aún no me han dicho cuándo me lo van a entregar. Eso no es normal, para un taxista supone una pérdida económica brutal", explica Fernando. Como él, muchos taxistas han tenido que esperar semanas por piezas de recambio y reparaciones que, en el peor de los casos, dejan el coche parado varios meses. Para Fernando, supone un mes entero sin sueldo. Josep Maria, taxista de Barcelona, lo ha pasado peor.

"Tenía un Model S, falló la batería principal y tardaron casi dos meses en repararlo. Trabajábamos mi mujer y yo con él, los dos éramos taxistas, era nuestro sustento. No sabíamos el tiempo estimado de reparación, no nos decían nada, no entraba ni un duro en casa, así que mi mujer lo tuvo que dejar. Con los Tesla pasa esto, sientes que tienes la mejor máquina del mundo, te encanta conducirlo, es un pepino, pero el servicio posventa es inaceptable. Yo no volvería a comprar uno solo por eso", explica Josep Maria.

La reparación de baterías es uno de los asuntos que traen de cabeza a este colectivo profesional. Tesla tiene una polémica política de recambios: si se estropea una batería y está dentro de garantía (ocho años o desde 160.000 km, lo que suceda primero, con un mínimo del 70% de conservación de la capacidad de la batería), Tesla no la repone nueva, sino que encuentra una reacondicionada equivalente en nivel de desgaste. "Al no ser nueva, te puede volver a dar problemas en cualquier momento, y vuelta al taller. Su servicio posventa es muy, muy, muy malo. Tardan mucho, no hay trato personalizado. Están como subidos, saben que no tienes otra opción, así que dicen, es lo que hay, si lo quieres bien, si no también", se queja Fernando.

A los problemas técnicos se ha unido recientemente otro revés que ha cabreado aún más a los taxistas dueños de un Tesla, alrededor de un 70% de los que trabajan con un eléctrico en Madrid (entre 200 y 250), según estimaciones del propio gremio. FreeNow, la aplicación de reserva de taxis de la que dependen los ingresos de cada vez más conductores, lanzó en marzo de 2021 una iniciativa peculiar: si eras dueño de un taxi eléctrico, podrías ver antes que el resto las peticiones de viajes de clientes y escoger a placer las mejores, una ventaja que disparó la facturación de los beneficiados.

"Cuando me enteré de lo FreeNow, me lancé a comprar el Tesla. Era increíble, tú podías seleccionar antes que nadie las carreras más largas, te organizabas el día, era como trabajar a la carta. Había días que hacía más de 400 euros. Al mes estaba facturando entre 8.000 y 10.000 euros brutos, antes no superaba los 6.000. Solo trabajaba para ellos. Jamás dijeron que iba a ser algo temporal. Muchos compañeros hicieron como yo, se pasaron al eléctrico solo por lo de FreeNow. Ahora, han decidido quitarlo de repente, sin previo aviso. Nos sentimos estafados", explica Alfredo.

"A mí me ha bajado la recaudación un 40%. No es justo lo que han hecho. No es lo mismo un taxista que va en un Dacia que otro que se gasta 60.000 o 90.000 euros en un Tesla. El servicio es al mismo precio, pero la calidad para el cliente es muchísimo mayor. Conozco a muchos compañeros que se compraron el Tesla solo por FreeNow y ahora se sienten engañados", dice Carlos.

Consultada al respecto, la directora general de FreeNow en España, Isabel García Frontera, confirma la eliminación hace un mes de este beneficio para los taxistas con vehículo eléctrico, pero asegura que siempre se comunicó la temporalidad. "Se dijo en todo momento que solo estaría vigente durante 2021, luego se extendió a 2022, pero tanto en la información que publicamos como cuando alguien nos llamaba, aseguramos que era temporal, exactamente igual que todas nuestras iniciativas de fomento del coche eléctrico", explica García Frontera, quien reconoce que el resto de taxistas se sentían "agraviados" y que era una campaña "un poco discriminatoria". "Hay algunas políticas más acertadas que otras".

La directiva recrimina además a la empresa estadounidense ser "mucho más complicada" que el resto de fabricantes. "Son los únicos con los que no hemos podido cerrar un acuerdo de promoción". Pese a ello, curiosamente, posa en su foto corporativa junto a un taxi Tesla.

"¿Comprarme otro Tesla? Ni loco. El próximo lo tengo clarísimo: un Lexus ES 300h. Es híbrido, me cuesta menos y no me deja tirado"

Taxistas como Fernando niegan la versión de la empresa y aseguran que FreeNow "nunca avisó de que sería algo temporal". Ahora exigen algún tipo de beneficio o compensación para los dueños de un eléctrico. "¿Por qué no dejar al cliente escoger qué modelo quiere que le venga a recoger? Ya verás como todo el mundo escoge un Tesla. Es lo que hay, está de moda. Yo estaba facturando mucho, pero tras quitar FreeNow los servicios prioritarios me han bajado los ingresos un 30%, una barbaridad", señala.

Es otro dolor de cabeza al que se van a enfrentar a partir de ahora los taxistas al volante de un Tesla. Igual que ocurre con Apple, muchos son fanáticos de la marca y no la abandonarían por nada. Pero cada vez surgen más desengañados. "¿Comprarme otro Tesla? Ni loco", insiste Alfredo. "Voy a esperar un poco más, y venderé el Model 3. El próximo lo tengo clarísimo: un Lexus ES 300h. Es híbrido, me cuesta menos y no me va a dejar tirado".