El fin del descuento de 20 céntimos al carburante golpea más a la España vaciada

La población que habita en la España vaciada será la más castigada, en términos generalizados, por el fin del descuento de 20 céntimos al carburante, dada su dependencia del vehículo privado y la falta de alternativas de transporte colectivo, ahora también subvencionado.

Comunidades autónomas como Castilla y León, Aragón o Navarra son las que más consumo de diésel y gasolina por habitante registran, según los datos publicados por Cores. Muy por encima de otras regiones como Madrid o Cataluña, cuya densidad de población e infraestructuras de transporte público es muy superior.

"Encima de ser los que menos servicios tenemos al alcance, somos los más perjudicados por este tipo de medidas", señala Tomás Guitarte, diputado por Teruel Existe y portavoz de la Plataforma España Vaciada, que representa a 14 provincias con problemas de despoblación y aspira a ser decisivo en las elecciones municipales, autonómicas y generales que se van a desarrollar en 2023.

Guitarte señala que la España interior es la más dependiente de los combustibles fósiles por las amplias distancias que tienen que recorrer en su día a día. Se refiere a obligaciones de gasto más allá de la bonificación a las actividades del sector primario. Las zonas con más despoblación se ven obligadas a realizar largos desplazamientos para cubrir servicios básicos como la atención médica, la educación escolar y extraescolar, la provisión de alimentos o los servicios financieros, dado el menguante número de entidades bancarias sobre el terreno.

"En la España vaciada hacemos la broma de que los niños tienen que nacer con un coche debajo del brazo", señala el diputado por Teruel, que lamenta la "falta de sensibilidad territorial" cuando se adoptan las diferentes medidas. "En Europa, se hacen análisis de afectación de las normas sobre el medio rural y habría forma de paliar el déficit que sufrimos con algún tipo de bono o compensación, pero no se contempla", se queja el político.

El Gobierno contrapone el argumento de las bonificaciones al transporte público, el ferrocarril o algunas rutas de autobús para compensar el fin de la bonificación de 20 céntimos a los combustibles. Este mismo martes lo volvió a repetir Pedro Sánchez en su comparecencia tras el Consejo de Ministros. Sin embargo, eso no sirve para una parte de la sociedad que vive en territorios donde tienen un fuerte déficit de transporte colectivo. No llegan los trenes y las líneas de autobús son menguantes. Una situación muy diferente a las grandes ciudades, donde disponen también de Cercanías, transporte urbano o suburbano.

Además, los pocos servicios regulados, como las concesiones públicas de autobús, se ven cada vez más castigadas por nuevas alternativas como las plataformas de carsharing. Una de las más utilizadas, BlaBlaCar, que permite a los usuarios de vehículo privado compartir viaje, prevé un aumento de 50.000 conductores en su plataforma ante el fin de los descuentos, ya que esta permite compartir los gastos. Sin embargo, la mayoría de trayectos se da entre grandes ciudades, lo que tampoco acaba de servir para pequeños núcleos de población dispersos.

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El fin de la bonificación al carburante supondrá un ahorro de gasto de alrededor de 10.000 millones de euros para las arcas públicas para el año próximo completo. El Gobierno destinará buena parte de esos recursos a otro tipo de medidas, como subvencionar el transporte público colectivo, rebajas a la comida o limitaciones al precio de los alquileres.

"En la España vaciada hacemos la broma de que los niños tienen que nacer con un coche debajo del brazo", señala el diputado Tomás Guitarte

Para Guitarte, las medidas están pensadas por gente que vive en las grandes urbes para la población de estas grandes ciudades, castigando aún más a los lugares donde hay un riesgo cada vez mayor de que queden deshabitados.

La cuestión tiene su influencia también desde el punto de vista electoral. La Plataforma de la España Vaciada aspira a presentarse no solo en sus lugares de origen, sino que también quiere presentar listas en grandes ciudades para que gente emigrada y sensibilizada con sus problemas pueda apoyarlos y lograr mayor representación. Aunque las previsiones electorales siempre son inciertas, hay vaticinios de que sus votos podrían ser claves para gobernar determinadas administraciones tras el macrociclo electoral de 2023.