El gigante chino BYD llega a España, y ya hemos probado el SUV eléctrico Atto 3

Aunque BYD (Build Your Dreams, o "construye tus sueños") empezó fabricando baterías en 1995 y la empresa china continúa dedicada a ese sector, desde hace 20 años también construye automóviles, un negocio en el que no le va precisamente mal, pues ya en el primer semestre del pasado año se convirtió en líder mundial de los vehículos enchufables (eléctricos puros e híbridos enchufables), con ventas por delante de Tesla o Volkswagen. Y aunque ahora desembarca en España, la presencia del grupo en nuestro continente viene de atrás, exactamente de 1998: electrónica, energías renovables, transporte ferroviario, autobuses eléctricos urbanos...

Sin embargo, puede hablarse ahora de su lanzamiento definitivo en Europa, que comenzó hace menos de dos años en Noruega, donde 3.000 usuarios conducen ya un BYD. Y después han venido Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Reino Unido o Suecia, y también Israel, donde su modelo de acceso, el SUV eléctrico Atto 3, acumula ya 9.000 matriculaciones y ha llegado a ser varios meses el coche más vendido, situando también a la propia BYD como marca líder. España se convierte ahora en el undécimo mercado de la zona para la firma china, que acaba de abrir tiendas en Madrid y Barcelona, y pronto lo hará en ciudades como Valencia, Las Palmas de Gran Canaria, Málaga o Sevilla, para contar ya con ocho concesionarios en junio, de la mano de grupos clásicos de la distribución nacional como Astara, Quadis o la portuguesa Caetano Retail. Y cuando llegue el 2025, la idea es contar con 40 concesionarios repartidos por el país.

Un lanzamiento en el mercado español protagonizado por tres modelos bien distintos, precisamente los que El Confidencial condujo en agosto pasado durante una breve toma de contacto dinámica en un aeródromo neerlandés: el Tang, un avanzado SUV de 4,87 metros y siete plazas con 517 CV, batería de 86,4 kWh y 400 kilómetros de autonomía media (528 en ciudad) que llega a nuestro país con un precio de 69.990 euros; el Han, una berlina de lujo de 4,99 metros con 517 CV, batería de 85,4 kWh y 521 kilómetros de alcance medio (662 en ciudad) que arranca en 69.990 euros y sube a 74.000 en el caso de la versión especial Emeral Green Edition; y el Atto 3, un SUV de 4,46 metros y cinco plazas (tamaño Peugeot 3008, para entendernos) que ahora hemos vuelto a conducir, pero ya por carretera y durante más tiempo.

Un Atto 3 cuyas dimensiones exactas son de 4.455 milímetros de longitud por 1.875 de anchura y 1.615 de altura, con una distancia entre ejes de 2,72 metros y un maletero que homologa 440 litros, o 1.338 si abatimos por completo la segunda fila de asientos, divisible en secciones asimétricas 60:40. Es el primer modelo destinado al mercado europeo que estrena la nueva plataforma e-Platform 3 de BYD, y entre sus rivales directos podríamos citar al Kia e-Niro o al SsangYong Korando e-Motion recién nacido, aunque también sería alternativa a eléctricos compactos como el Cupra Born, el Volkswagen ID.3 o el más asequible MG4.

Y aunque la marca explica que el diseño 'Dragon Face' de sus coches se inspira en la cultura china, con rasgos expresivos y un frontal que intenta recordar la cara de los dragones, en realidad el equipo de diseñadores está dirigido desde 2017 por el alemán Wolfgang Egger, procedente de Audi y que es uno de los muchos europeos fichados por BYD para consolidar su asalto a nuestro continente.

En la parte técnica, el protagonismo es para la batería LFP (fosfato de hierro y litio) de 60,5 kWh, desarrollada y fabricada lógicamente por la propia BYD, y que pertenece ya a la moderna familia Blade Battery, que integra bomba de calor para calentarla o refrigerarla en función de la temperatura, forma parte de la estructura del vehículo y se beneficia de un mejor aprovechamiento del espacio, pues no se trata de una batería compuesta de varios módulos, sino de un conjunto uniforme, como si la batería fuese un solo módulo. Y la marca china defiende que es más segura que las baterías de iones de litio, soportando torturas como la performación con clavos o la presión de un camión de 46 toneladas pasando por encima. Además, recuerdan que el Atto 3 ya ha pasado las exigentes pruebas de Euro NCAP, y que obtuvo las preciadas cinco estrellas.

Esa batería de 60,5 kWh, con la que el SUV compacto de BYD homologa 420 kilómetros de autonomía media WLTP y 565 en ciudad, puede cargarse en corriente alterna a un máximo de 11 kW, mientras que la potencia máxima de carga en corriente continua es de 88 kW, un valor más bajo que el de sus directos rivales, de manera que para pasar del 10 al 80% requiere 44 minutos, o 29 minutos para pasar del 30 al 80%. Al respecto, los responsables de BYD indican que podrían haber aumentado esa potencia, pero que les parece el mejor compromiso entre velocidad de carga y durabilidad. Además, con el acabado superior Design, 1.500 euros más caro, la batería tiene sistema de carga bidireccional V2L (Vehicle to Load), que nos permite alimentar con electricidad herramientas o electrodomésticos a una potencia máxima de 3,68 kW.

En cuanto al motor, situado en el frontal y que transmite la fuerza al eje delantero, rinde 150 kW (204 CV) de potencia y 310 Nm de par máximo, y se traduce en prestaciones de buen nivel, como 7,3 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h o los 160 km/h de velocidad punta autolimitada. En parte también por un peso que nos parece contenido para tratarse de un SUV eléctrico de casi 4,5 metros: 1.750 kilos. Y el usuario puede escoger entre cuatro modos de conducción: Normal, Sport, Eco y Snow.

De nuevo al volante

El BYD Atto 3 está ya disponible en el mercado español en versiones Comfort, por 41.400 euros, y Design, por 42.900, precios ambos que podrán disminuir hasta 7.000 euros si nos acogemos a la máxima ayuda del plan Moves III. En cualquier caso, facturas más altas de lo que muchos esperarían de un 'made in China', aunque BYD quiere situarse en la parte alta de las marcas de ese país, y parece contar con argumentos para ello, como una calidad general muy superior a la imaginable. Si alguien piensa que los productos chinos que vayan llegando serán low cost, ya puede ir revisando sus ideas, pues con las marcas de ese país ocurrirá como con las europeas: las hay de todo tipo y de precios bien distintos.

En el caso del Atto 3, basta con acceder al interior para darte cuenta de que BYD pondrá mucha carne en el asador. En primer lugar, por la terminación y los materiales, pues todo rezuma solidez y hay detalles que dejan en mal lugar a muchos de los fabricantes europeos, como que las cuatro puertas compartan revestimientos interiores mullidos, huyendo de esa extendida y fea costumbre de poner mejores materiales en las puertas delanteras que en las traseras. Además, los asientos son firmes y sujetan bien, y hay bastante amplitud tanto delante como detrás, donde altura, anchura y cota longitudinal son generosas, el suelo es plano y hay bastante hueco para los pies bajo las banquetas delanteras.

La instrumentación es una pequeña pantalla de 5 pulgadas, y aunque no está mal aprovechada y ofrece bastante información, un poco más de tamaño no vendría mal, aunque solo fuera por cuestiones estéticas, ya que contrasta su miniaturización con el enorme tamaño de la pantalla central táctil, que en los modelos de BYD tiene una particularidad: es giratoria. Es decir, puede situarse en horizontal o en vertical, y pasa de una posición a otra automáticamente con solo pulsar un mando. Pantalla que es de 12,8 pulgadas, ya suficientemente grande, en la versión Comfort, mientras que en la variante Design probada es de 15,6 pulgadas, a nuestro juicio demasiado aparatosa para un vehículo de talla media. Pero eso irá en gustos. Y lo que no puede criticarse es su funcionamiento, pues tiene buena definición y se maneja rápida e intuitivamente, mucho más a la europea que en muchos de los coches chinos conducidos con anterioridad, que ahí suelen tener su punto más débil.

Pulso el botón de encendido y me pongo en marcha. Y mentiría si dijera que me sorprende su silencio y suavidad, porque en el test de agosto cerca de La Haya ya aprecié todo eso. Sensación de buen coche desde el primer segundo, sin nada que envidiar a productos europeos comparables. Pero como hay más tiempo, me fijo en más cosas esta vez, como que los reposacabezas posteriores son demasiado grandes y restan bastante visibilidad a través del espejo interior. O que el mando para ajustar el grado de retención al desacelerar, con modos Standard y High, apenas sirve para nada, pues apenas hay diferencia de retención entre una y otra posición.

Por contra, variar el modo de conducción sí tiene más influencia en la personalidad del Atto 3, pues si circulamos en Normal y pasamos a Sport, se notan respuestas más vivas al acelerar, mientras que si pasamos a Eco, las reacciones son más pausadas y progresivas, aunque no exentas de un buen empuje, suficiente para seguir el ritmo del tráfico normal. Pero si afrontamos una vía de montaña y queremos que el coche ande con la energía que podemos esperar de sus 204 CV, mejor circular en Sport, programa en el que las maniobras de adelantamiento son muy rápidas y seguras. Y durante nuestro test, en el que no mantuvimos un ritmo precisamente ahorrador, le medimos 17,5 kWh/100 km de media, no tan lejos de los 15,6 homologados, de manera que vemos más que factible igualar o incluso rebajar en la práctica el promedio oficial.

Y el agrado del Atto 3 no viene solo por su suavidad y silencio, o su notable empuje, sino también por la buena puesta a punto del chasis. No es un deportivo, de acuerdo, pues hablamos de un SUV eléctrico de tipo familiar o multiusos, pero nos ha gustado mucho su dirección y su frenada, o el buen compromiso entre estabilidad y confort, al que contribuye su elaborada suspensión multibrazo posterior. Además, el tacto de los pedales es bueno, con progresividad tanto en el acelerador como en el freno. Y aunque la ruta no contemplaba uso off road, nos salimos unos kilómetros del asfalto para rodar por caminos, y ahí tampoco percibimos vibraciones o ruiditos, otra evidencia más de su calidad de construcción. Al respecto, la garantía habitual de BYD de cinco años o 150.000 kilómetros se amplía ahora como oferta de lanzamiento a seis años o 150.000 kilómetros, mientras que la batería está cubierta por 8 años o 200.000 kilómetros.

En lo que se refiere al equipamiento, ya el acabado básico Comfort es completísimo: llantas de aleación de 18 pulgadas, techo solar panorámico eléctrico, faros LED, retrovisores plegables eléctricamente y calefactados, asistente de luces de carretera, asientos tapizados en cuero vegano, asientos delanteros con ajuste eléctrico y calefacción, cargador inalámbrico para el smartphone, sistema de sonido con ocho altavoces, asistente de órdenes por voz 'Hey BYD', acceso y arranque sin llave y una enorme cantidad de sistemas de seguridad y asistentes. El Atto 3 Design añade a eso elementos ya citados como la carga bidireccional V2L o la pantalla táctil más grande, así como el portón trasero eléctrico, la iluminación ambiental acompasada con la música o el sistema purificador de aire. Además, el cliente podrá elegir entre cinco colores de carrocería: azul, blanco, gris, rojo y verde.