Sánchez desembarca en Doñana y utiliza la polémica de los regadíos para agitar la campaña

Pedro Sánchez viaja a Doñana en plena polémica por la ley de regadíos del entorno del parque natural y a poco más de un mes de las elecciones municipales del próximo 28 de mayo. El presidente del Gobierno convirtió la semana pasada la situación del humedal onubense en el tema principal de la campaña andaluza, ya que es el símbolo de la lucha en defensa del medio ambiente. No será el único en dejarse ver por Huelva, ya que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, también tiene agenda este jueves en la provincia más occidental de la región.

"Doñana no se toca", espetó el líder socialista desde un mitin en Burgos horas después de que PP y Vox tramitasen en el Parlamento andaluz la polémica proposición de ley. El texto aboga por regularizar unas 750 hectáreas en cinco localidades del Condado de Huelva, aunque esa cantidad no figura en el texto. Es un cálculo de la Junta elaborado la pasada legislatura, cuando PP y Vox ya intentaron aprobar esta ley, que provocó entonces, como ahora, una sonora respuesta de Bruselas. La Comisión Europea considera que la norma puede suponer el incumplimiento de una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) que, en junio de 2021, condenó a España por el deterioro del parque natural.

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Fuentes socialistas explican que el viaje de Sánchez tendrá un carácter institucional, aunque es cierto que después, ya por la tarde, protagonizará un acto de partido en Córdoba. El presidente acudirá con el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández, a la Reserva Biológica de Doñana, dependiente del CSIC. El jefe del Ejecutivo ya visitó Doñana junto a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, a principios del pasado mes de diciembre. Fue poco después de que Ribera acudiera a Almonte para presentar el plan que el Gobierno pretende desplegar en el espacio natural para cumplir con la citada sentencia. El proyecto incluye inversiones de más de 356 millones de euros para mejorar la depuración de las aguas, acabar las conducciones para que llegue el trasvase desde el Tinto-Odiel-Piedras e incluso adquirir fincas y derechos de riego para eliminar presión al acuífero del que se nutre el humedal andaluz.

Durante la sesión de control en el Congreso, Sánchez ha reclamado al Gobierno andaluz que pare la iniciativa legislativa, que ha calificado de "error" y "atropello" a Doñana. "Ni el negacionismo climático de unos ni la soberbia de otros salvarán Doñana", ha defendido el presidente del Gobierno en referencia a Vox y al PP, respectivamente. El líder socialista también se ha referido a la sentencia del TJUE, que es "tajante" y puede colisionar con el plan de "la derecha y la ultraderecha". "Todas las alarmas están encendidas en la comunidad científica y la Comisión Europea", ha zanjado el presidente en una comparecencia en la Cámara Baja.

Las críticas de Juanma Moreno

El viaje de Sánchez se produce en plena pugna entre el Gobierno central y el andaluz, que preside Juanma Moreno. El líder popular ha acusado esta mañana al PSOE de "mentir" respecto a la ley de ordenación de los regadíos en una entrevista en Más de Uno, con Carlos Alsina. "Es una falta de rigor y una falta de seriedad", ha criticado Moreno en Onda Cero, donde ha asegurado que, en parte, la reacción de Bruselas tiene que ver con la información que el Ejecutivo socialista transmite a las autoridades comunitarias. Este martes, Ribera se reunió con el comisario de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, en Estocolmo y, según explicaron desde el Ministerio de Transición Ecológica, la postura de la Comisión pasa por insistir en el cumplimiento de la sentencia del TJUE.

Moreno ha criticado la "falta de seriedad" del Gobierno central en su reacción a la ley de ordenación de los cultivos de Doñana

El Gobierno andaluz también se verá con el comisario en una reunión prevista para el próximo 3 de mayo y a la que asistirán los consejeros regionales de Sostenibilidad y Agricultura, Ramón Fernández-Pacheco y Carmen Crespo. Su objetivo es convencer a la Comisión Europea de que el texto no es perjudicial para el espacio natural, ya que las fincas cuya calificación será revisada están a más de 30 kilómetros del límite del parque. En esa idea ha insistido Moreno en Onda Cero, aunque ha admitido que la ley "no es beneficiosa ni perjudicial" para el humedal onubense.

El presidente andaluz ha recordado que el texto que se tramita en la Cámara autonómica tampoco contempla aumentar el agua subterránea que se utiliza para regar, ya que la posible ampliación de cultivos de frutos rojos se hará con agua en superficie. Para ello, defienden en la Junta, es necesario que el Gobierno central acabe las obras del trasvase aprobadas en 2018, que contempla la llegada de 19,99 hectómetros a la demarcación del Guadalquivir, a la que pertenece Doñana. El problema, recuerdan desde el Ejecutivo socialista, es que no está previsto que esa agua sirva para regar, sino para seguir quitando presión al acuífero.

El desgaste de la batalla

Hay que recordar que el origen de esta pugna entre Sánchez y Moreno parte de una competición del PP (y CS) con Vox que se remonta a la pasada legislatura. Al menos en su versión más reciente, ya que la ordenación de los regadíos del Condado de Huelva es un problema de décadas. La excandidata del partido de Santiago Abascal, Macarena Olona, acudió a Lepe unos meses antes de las elecciones y las alarmas se encendieron en los cuarteles generales de los populares andaluces. Vox tenía intención de pescar entre el voto del mundo agrícola y el entorno de Doñana es una mina de oro rojo: fresas, frambuesas y arándanos suponen una parte importante del PIB de la comunidad.

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El PP reaccionó y acabó pactando con Vox para presentar la proposición de ley inicial, que ya provocó la crítica del Gobierno central y de Bruselas. El PSOE andaluz también salió escaldado, ya que la presión de los socialistas de Huelva forzó a Juan Espadas a decretar una abstención que no se entendió en el Ministerio de Transición Ecológica. En esta segunda ronda, tras decaer la ley primigenia por el adelanto electoral, Ribera ha impuesto sus tesis y el PSOE rechaza la medida y acusa al PP de "engañar" a los agricultores con la expectativa de que puede llegar más agua. Sánchez, además, aprovecha la pugna para coger la bandera verde a pocas semanas de las elecciones, consciente de que el discurso ecologista le beneficia.

Siempre que le preguntan por la oportunidad de la tramitación de la ley, Juanma Moreno defiende que responde a los tiempos parlamentarios y recuerda que se trata de una promesa electoral. Pero obvia que el PP también se ha visto presionado por Vox en esta legislatura, ya que los de Santiago Abascal registraron la ley el pasado otoño en un intento de obligar a los populares a posicionarse. El Parlamento, en manos del popular Jesús Aguirre, no se dio prisa en tramitar el texto de Vox, lo que dio tiempo para que el PP volviera a ponerse de acuerdo con sus socios de la pasada legislatura para volver a registrar un texto conjunto, que es el que está ahora en proceso de aprobación.