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Maíllo, el profesor experto en confluencias que se rebela contra el legado de Garzón en IU
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Fue líder andaluz hasta 2019

Maíllo, el profesor experto en confluencias que se rebela contra el legado de Garzón en IU

La federación de izquierdas se asoma a una asamblea fratricida después de que las conversaciones entre el andaluz y Sira Rego no hayan fructificado. La relación con Sumar está en solfa tras los desplantes de Yolanda Díaz

Foto: Antonio Maíllo, el día en que renunció al liderazgo regional. (EFE)
Antonio Maíllo, el día en que renunció al liderazgo regional. (EFE)
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Antonio Maíllo se despidió de la primera línea política en una comparecencia en la que dijo que "la política tiene que ser compatible con la vida". Acabó aquella rueda de prensa regalando un tomo de los Episodios Nacionales de Galdós a cada periodista. De aquello hace casi un lustro, pero son chispazos muy definitorios de este político cordobés que combina esa vertiente profesoral con otra casi mística. En los cinco años que ha estado fuera de la melé, Maíllo (Lucena, 1966) nunca ha desaparecido del todo. Ha ejercido como oráculo para su espacio, con él han consultado todos los líderes importantes de la izquierda española de la última década, desde Pablo Iglesias a Yolanda Díaz. Y ahora vuelve con la intención de liderar IU a nivel federal en una suerte de enmienda del legado del exministro de Consumo y un intento por recuperar una federación de izquierdas pegada al territorio.

Licenciado en Filología clásica, fue el líder de IU Andalucía que digirió la ruptura del Gobierno de coalición que evitó la llegada del PP a la Junta en 2012. Al año siguiente fue elegido líder de la federación de izquierdas en la comunidad donde tiene mayor arraigo del país. La mitad de los militantes de IU están en Andalucía. Desde ahí vio cómo Susana Díaz maniobró para adelantar las elecciones e intentar evitar el golpe de Podemos, que acababa de llegar a la política española. Maíllo fue capaz de resistir con cinco escaños en el Parlamento autonómico gracias, precisamente, a la capilaridad de IU sobre el terreno. Pero no fue el único reto al que se ha tenido que enfrentar en su vida política este profesor de latín, que comenzó su militancia muy joven, en las aulas de la Universidad de Sevilla.

En mitad de la campaña de las elecciones de diciembre de 2015 se sintió indispuesto. El motivo fue un cáncer de estómago que lo tuvo fuera de juego varios meses, pero lo superó. Volvió para pergeñar junto con Teresa Rodríguez una confluencia que se llamó Adelante Andalucía y que quiso remedar el éxito de aquella Convocatoria por Andalucía de Julio Anguita. Lograron 17 escaños, pero no fue suficiente para evitar la llegada de Juanma Moreno a San Telmo por la irrupción de Vox. Y poco a poco la alianza se fue resquebrajando. Cuando Maíllo anunció, a finales de la primavera de 2019, que dejaba la primera línea política, la coalición ya estaba en vías de ruptura, aunque el estallido se produjo después. La relación con la gaditana, que hizo posible la entente al principio, acabó por romperse de una forma casi traumática.

Maíllo volvió a las aulas, al puesto de profesor de Latín en el instituto San Blas de Aracena (Huelva) que dejó cuando se incorporó a la primera línea política. Al tiempo volvió a Sevilla, a uno de los institutos señeros de la capital andaluza, empeñado en mantener su conexión con los más jóvenes. Y nunca ha dejado de estar conectado con la política regional y nacional, a la que ahora pretende dar un salto para sustituir a Alberto Garzón. Con el malagueño —aunque nacido en Logroño— mantuvo afinidades estratégicas en los inicios. Ambos estaban convencidos de la importancia de la unidad en las izquierdas a pesar de las críticas de sectores reacios en la federación de izquierdas. Sectores que siguen activos.

Foto: Antonio Maíllo, exlíder de IU Andalucía. (EFE)

Su cercanía terminó hace tiempo, como dejó ver el tuit que publicó el exlíder andaluz cuando el exministro de Consumo casi ficha por la consultora del socialista José Blanco. "Es una contradicción brutal y una impugnación a la inicial trayectoria de aquel joven del 15M que nos encandiló a tantos", dijo entonces el cordobés. La heredera de las formas de Garzón en su última etapa en IU es la ahora ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego. Y fue un movimiento de la exeurodiputada lo que provocó que muchos empujasen a Maíllo a volver a la primera línea. Rego anunció su candidatura a la Asamblea de IU, que se celebra los días 18 y 19 de mayo, en medio de las primarias para elegir al representante de la formación en las europeas. En los sectores de IU que apoyan ahora al andaluz leyeron este paso como un intento por influir en esas elecciones internas. Y le pidieron al exdirigente que intentase armar un consenso. En caso de no conseguirlo, la lógica decía que Maíllo debía presentarse y competir con Rego en un cónclave dividido. Es lo que ha acabado pasando.

En la fiesta del Partido Comunista de Andalucía (PCA), que se celebra cada primavera en Córdoba, el exlíder regional confirmó su aspiración a liderar el partido. En la ciudad califal habló de la necesidad de hacer política "desde las periferias". Fue su forma de decir que IU debe ser un partido que no se ensimisme dentro de la M-30, como algunos consideran que ha ocurrido en los últimos años. De hecho, Maíllo no tiene intención de abandonar su domicilio en Sevilla si fuera elegido, según confirman desde su entorno.

Hacer política "desde las periferias"

"Hay que reconfigurar lo que no puede ser un puente aéreo Madrid-Barcelona", abundó el político cordobés en su intervención. Y para ello cuenta con el apoyo de la actual dirección del PCE, en manos de Enrique Santiago, pero también de la federación mas importante de IU, que es la andaluza. El equilibrio de fuerzas en IU se dejó ver en las citadas primarias para elegir al candidato de la formación a las elecciones europeas. Manu Pineda logró el 64% frente al 21% y el 12% de las otras dos candidatas, Marga Sainz y Henar Álvarez. Fuentes de la facción que apoya a Maíllo expresan a esta redacción que no esperan una mayoría tan contundente y se cuidan de dar por hecha la victoria del andaluz.

En juego no está sólo quién encabezará IU en los próximos años, sino cómo será la relación con Sumar. La federación de izquierdas y el PCE han sido fundamentales en el despegue del proyecto político de Yolanda Díaz, sobre todo si se tienen en cuenta las reticencias de Podemos. El desenlace, con la salida atropellada de los morados de la coalición, dio buena cuenta de esta realidad. Pero ahora en IU también se replantean su relación con el partido de la vicepresidenta segunda. La pugna de las elecciones europeas y las diferencias cómo debe ser el desarrollo orgánico del movimiento de Díaz han puesto tierra de por medio. "Nuestra gente es muy orgullosa", explican fuentes de la federación de izquierdas, que lamentan el exceso de protagonismo de formaciones regionales como Compromìs y los comunes y cierto desdén hacia un partido con las estructuras como IU.

"Tiene que haber gente que te pegue los carteles", explica un dirigente sindical que ha seguido de cerca la construcción de Sumar y su relación con los partidos. Esta fuente admite que la formación magenta tiene "muy buena cabeza" pero corre el riesgo de tener "los pies de barro" si no se convence de la necesidad de fortalecer la organización desde abajo. Son tesis muy similares a las que defienden en IU en medio de este proceso, que está marcando el devenir orgánico de la federación. No es casualidad la dureza con la que Ismael Gonzalez, responsable de Organización de la federación de izquierdas, se despachó a principios de semana con Sumar. Afín a Rego, hay quien entiende este movimiento en un intento por situar a la ministra en una posición dura con Díaz en el contexto de la asamblea de IU. "La suma de las debilidades llevará al entendimiento en Sumar", expresan desde las facciones contrarias a la titular de Juventud e Infancia. El desenlace, en menos de un mes.

Antonio Maíllo se despidió de la primera línea política en una comparecencia en la que dijo que "la política tiene que ser compatible con la vida". Acabó aquella rueda de prensa regalando un tomo de los Episodios Nacionales de Galdós a cada periodista. De aquello hace casi un lustro, pero son chispazos muy definitorios de este político cordobés que combina esa vertiente profesoral con otra casi mística. En los cinco años que ha estado fuera de la melé, Maíllo (Lucena, 1966) nunca ha desaparecido del todo. Ha ejercido como oráculo para su espacio, con él han consultado todos los líderes importantes de la izquierda española de la última década, desde Pablo Iglesias a Yolanda Díaz. Y ahora vuelve con la intención de liderar IU a nivel federal en una suerte de enmienda del legado del exministro de Consumo y un intento por recuperar una federación de izquierdas pegada al territorio.

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