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La metamorfosis de Olona: de líder 'antifeminista' a azote de Vox y de machistas
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La metamorfosis de Olona: de líder 'antifeminista' a azote de Vox y de machistas

La exdiputada se retracta de sus declaraciones contra la violencia machista cuando era diputada en el Congreso y se lanza a combatir a la "caverna" de Vox con una iniciativa popular que puede llevarla de nuevo a la Cámara Baja

Foto: La exdiputada de Vox, Macarena Olona. (Olmo Calvo)
La exdiputada de Vox, Macarena Olona. (Olmo Calvo)

Macarena Olona sigue buscando su encaje al margen de Vox con un proyecto tan rompedor como enrevesado. La exdirigente, que nunca ha negado su retorno al ruedo político, registró este viernes su particular Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra la "criminal ideología de género". Pero lo que comenzó como una bomba 'antifeminista' se ha convertido en una propuesta que condena la "violencia machista" y reconoce su existencia, una línea que jamás ha existido en un solo argumentario de Vox. En la escalinata de los leones del Congreso, Olona verbalizó lo que hace meses que promulga en redes sociales ante la incredulidad de sus antiguos votantes. Y empleó su látigo no contra el Gobierno o contra Podemos, sino contra la "caverna" en la que situó a sus excompañeros de filas.

"Lamento profundamente haber dado un discurso en este Congreso contra la violencia de género que se haya podido utilizar por quienes viven en una caverna y son negacionistas de la violencia machista", despachó la exdiputada, que amplió definitivamente sus desavenencias con Vox de lo meramente orgánico a lo ideológico. El discurso de la nueva Olona choca con la lengua afilada de la dirigente cuando mantenía un asiento en las Cortes y que le costó sonados enfrentamientos tanto con la ministra de Igualdad, Irene Montero; como con la titular de Trabajo, Yolanda Díaz. Por eso, más de un adepto de Santiago Abascal se echó las manos a la cabeza cuando defendió a la vicepresidenta segunda del Gobierno en redes sociales.

Conviene precisar que para la Macarena Olona de ahora existe una clara distinción entre violencia de género y violencia machista: la primera no existe y la segunda sí. Como explicó ella misma ante los medios, la exdirigente estima que el concepto violencia de género proviene de un error etimológico que ya denunció en su día la Real Academia Española por la traducción anglosajona del término. "Es una batalla por el lenguaje", puntualizó. "Un hombre que maltrata no lo hace por el hecho de ser hombre, sino más bien porque considera que es su mujer en términos de pertenencia machista", añadió.

En cualquier caso, el discurso de la que en su día fue la mujer fuerte de Vox supone una ruptura total con los paradigmas que ella misma defendió cuando aún militaba en el partido. En las redes sociales le han llovido las críticas por explotar una faceta para muchos desconocida, hasta el punto de que simpatizantes de Abascal la hayan calificado como "amiga de comunistas". Ella defiende querer caminar "con ambos pies, con el derecho y con el izquierdo", y llegó a reivindicar la discriminación sistemática de los homosexuales o del colectivo trans. En Instagram publicó también una fotografía reciente de una sudadera en que se podía leer "hetero, pero no mucho".

Foto: Macarena Olona posa para El Confidencial. (O. C.)
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El singular viraje de la dirigente comenzó poco después de que se cerrase por completo cualquier oportunidad de regresar a Vox. Olona abandonó la vida pública por "razones médicas" tras el fiasco electoral del partido en Andalucía, pero no tardó en volver al foco público cuando pidió vía Twitter una reunión a Santiago Abascal para hablar sobre futuro, bien para su reincorporación, o bien para buscar su propio camino electoral al margen de Vox. Poco a poco, fueron aflorando los motivos ocultos de la marcha de Olona, que denunció públicamente la falta de "democracia interna" en el partido y el intento por parte de algunos cargos, Javier Ortega Smith entre ellos, de hacerle la zancadilla. "Vox me ha señalado como un enemigo a batir, casi como si fuese ETA", llegó a declarar la alicantina en El Confidencial.

Fue su otrora amigo Iván Espinosa de los Monteros quien dio públicamente el portazo a Olona, pero solo fue portavoz de una decisión que tomó el propio Santiago Abascal. El singular viraje de Olona comenzó entonces. En noviembre, convocó a los medios en la Casa de América para anunciar su intención de activar una bomba de relojería que amenaza con explotarle a Vox en plena precampaña: registraría una reforma legal en el Congreso que derriba una parte importante del paradigma ideológico del partido de ultraderecha. "Mi deseo para los negacionistas de la violencia machista y el maltrato a las mujeres: que el 2023 no os dé una bofetada de realidad y que la educación os saque de la ignorancia", publicó el pasado 31 de enero, advirtiendo que en el nuevo año volvería a las armas.

En caso de prosperar su ILP, Olona podría volver a subirse a la tribuna del Congreso de los Diputados. Para ello necesita, en primer lugar, que la Mesa del Congreso admita a trámite la reforma, para lo que cuenta con un plazo de diez días que empieza a contar desde este viernes. Entonces, comenzará el proceso de recogida de firmas -necesita medio millón-, una tarea para la que la dirigente cuenta con un "ejército de voluntarios". El plazo máximo que se ha marcado Olona para conseguirlo es de nueve meses, aunque espera reunir las firmas "mucho antes".

Olona ya avanzó que el primer paso para asentar su alternativa pasaba por 'fichar' a una serie de coordinadores territoriales que la ayudasen en su objetivo de lograr el medio millón de firmas necesario para que su proyecto contra las leyes de género impulsadas por el Ministerio de Igualdad vea la luz. Aunque la exdiputada insiste en que por el momento su iniciativa no tiene un carácter político, sino únicamente ideológico, algunas voces —también en Vox— creen que la recogida de firmas que pretende iniciar es solo una prueba para testar el apoyo social que tendría un proyecto liderado por ella. Si las consigue, la idea que manejan en su antigua formación política es que dará el paso de cara a las próximas elecciones generales. Y ella nunca ha negado esa posibilidad.

Foto: Santiago Abascal y Macarena Olona, en un acto en Sevilla en la campaña de las autonómicas. (EFE/José Manuel Vidal)

En el entorno de la dirigente no dudan en señalar que Olona cuenta con el apoyo de importantes espadas de Vox que estarían dispuestos a seguirla a ella antes que a Abascal. Pero insisten en que nadie va a tomar partido sin ningún proyecto sólido encima de la mesa. Por el momento, la abogada del Estado cuenta con excargos de Vox críticos con la dirección nacional, como Juan José Liarte o Francisco José Carrera, los dos diputados de la Asamblea de Murcia que fueron defenestrados por Abascal y ocupan un asiento en el Grupo Mixto regional. Ricardo Morado, excandidato de Vox en Galicia, también se ha dejado ver con Olona después de romper su carnet de militante, no sin antes expresar su malestar con una dirección que, a su juicio, confunde "lealtad con sumisión".

Macarena Olona sigue buscando su encaje al margen de Vox con un proyecto tan rompedor como enrevesado. La exdirigente, que nunca ha negado su retorno al ruedo político, registró este viernes su particular Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra la "criminal ideología de género". Pero lo que comenzó como una bomba 'antifeminista' se ha convertido en una propuesta que condena la "violencia machista" y reconoce su existencia, una línea que jamás ha existido en un solo argumentario de Vox. En la escalinata de los leones del Congreso, Olona verbalizó lo que hace meses que promulga en redes sociales ante la incredulidad de sus antiguos votantes. Y empleó su látigo no contra el Gobierno o contra Podemos, sino contra la "caverna" en la que situó a sus excompañeros de filas.

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