Dos detenidos en Marbella por el secuestro, y el previsible asesinato, de un empresario holandés
Jamal B. lleva desaparecido desde agosto de 2020, cuando un grupo de falsos policías se lo llevó a punta de pistola en un espectacular rapto en la localidad malagueña. Hay identificados al menos otros seis posibles implicados
Tras dos años y medio de complejas investigaciones, la Policía Nacional ha detenido en Marbella a dos individuos por su presunta relación con el secuestro de película del empresario holandés Jamal B., cuyo paradero aún se desconoce, pero que muchos piensan que ha sido asesinado. La operación sigue abierta y ahora trata de localizar al menos a media docena de personas más vinculadas con estos hechos. La familia de la víctima había ofrecido recientemente una recompensa de 100.000 euros por cualquier pista sobre el caso.
Según ha podido saber El Confidencial a través de distintas fuentes, los arrestos se produjeron la mañana de este martes en la misma ciudad donde la noche del 22 de agosto de 2020 un grupo de falsos policías se llevó a punta de pistola a Jamal tras interceptar el coche en el que viajaba junto a su esposa. En presencia de diversos testigos, le golpearon con las culatas en la cabeza y lo introdujeron en un turismo que huyó quemando rueda.
Desde entonces, “ni una llamada, ni una petición de rescate, ni una prueba de vida”, explicaban fuentes del entorno de la familia, donde las esperanzas de que el empresario fuese encontrado con vida se fueron disipando conforme fue pasando el tiempo. La investigación, encabezada por la Sección de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Costa del Sol, ha permitido la identificación de un grupo de sospechosos de perpetrar el secuestro y ha realizado las dos primeras detenciones.
Los arrestados, franceses, de 37 y 42 años y considerados por las fuerzas de seguridad como miembros de una organización criminal de elementos muy violentos, están siendo investigados por los delitos de detención ilegal, pertenencia a grupo criminal y contra la intimidad. Este último cargo está motivado porque en el coche de la víctima, un Mercedes Clase G, que en su versión más barata supera los 120.000 euros, se encontró una baliza de seguimiento con la que supuestamente pudieron conocer todos sus movimientos y planificar el secuestro.
La familia del desaparecido ofreció 100.000 euros de recompensa recientemente por una pista
Las citadas fuentes señalaron que, aunque la hipótesis más probable es que los sospechosos acabaron con la vida de Jamal, aún no se les ha podido imputar el delito de asesinato. Todo hace indicar que la representación legal de la familia tratará de que se sume el cargo, de no facilitar la ubicación del cadáver, e incluso estudiaría la posibilidad de solicitar la prisión permanente revisable. Los arrestados permanecían este miércoles en las dependencias de la comisaría de Marbella y estaba previsto que pasen este jueves a disposición judicial.
La investigación sigue abierta y, según las fuentes consultadas, habría al menos media docena de implicados más que estarían plenamente identificados.
Durante el desarrollo de las pesquisas, en las que también han participado efectivos del Grupo de Crimen Organizado de la comisaría marbellí y del Grupo II de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) Costa del Sol, los agentes investigaron varias pistas que parecían solventes. Una de ellas condujo hasta una finca de Coín en la que residía un matrimonio británico de avanzada edad. Los datos señalaban que allí había sido enterrado el cuerpo de Jamal, pero tras un registro exhaustivo, no se encontró nada. Otra línea de trabajo situó el paradero del cuerpo del desaparecido en una casa de Estepona.
No obstante, precisaron distintas fuentes policiales y judiciales, lo que desatascó el caso fueron unas escuchas adjuntadas a un proceso que se instruía en un juzgado de Torremolinos. Su transcripción se extiende a través de una veintena de folios en que se plasman una serie de conversaciones —antes y después del secuestro— que alimentaban las sospechas. En ellas destacan dos figuras. Una, la de un buscavidas, de esos que se mueven con malas compañías, pero con más imagen que poso. La otra, la interesante, un tipo sin identificar, de origen holandés, a quien los agentes denominaron X.
Vigilancias y un encontronazo
Del informe, al que tuvo acceso este periódico, se desprendía que los dos investigados realizaban una vigilancia en Puerto Banús a un individuo —cuya descripción encaja con la de Jamal— "poseedor de vehículos de alta gama como Bentley, Rolls-Royce y Mercedes G de color negro" que es "muy reconocible" porque “la tapicería es amarilla”.
El fin de la misma era localizar a su objetivo “para iniciar un seguimiento y determinar dónde está alojado”, ya que el secuestrado no tenía residencia fija en la localidad marbellí y alquilaba una cuando se desplazaba a la Costa del Sol.
Los sospechosos comentaban que su víctima tiene un hermano muy parecido, pero se diferencian por el corte de pelo y el espesor de la barba, por eso recalcaban que solía llevar un exclusivo reloj Richard Mille. Hay que apuntar que Jamal B tiene un gemelo que aquellos días también estaba en la localidad marbellí y que suele utilizar sus coches.
La familia niega que el secuestrado esté vinculado con el crimen organizado
Estos dos individuos, además, relataban un encontronazo que tres años antes tuvo uno de ellos con alguien que sería el ahora secuestrado y en el que un segundo participante dijo que iba a “triturarlo”. En los días posteriores al secuestro, los sospechosos hablan de la presencia de un grupo de “asesinos” franceses "a los que todos temen" y que “habrá matado al menos a 10 personas”.
Las pesquisas posteriores condujeron hacia otras dos personas —investigadas en la causa que se instruye en los juzgados de Torremolinos, y a la que pertenece el documento— con antecedentes en el país galo por secuestro, homicidio y atracos. “Casualmente”, en las proximidades de la vivienda que ocupaban, una persona murió de un disparo en la cara que le descerrajaron dos individuos que entraron escalando la fachada del inmueble. Ocurrió el 28 de agosto y el fallecido era un joven franco-marroquí.
Ante la posibilidad de que algunas de estas personas pudiesen estar implicadas en esta cadena de turbios hechos, los investigadores solicitaron el registro de su casa. Se llevó a cabo un día después de la muerte violenta y allí se identificó a cinco personas. Todas ellas con multitud de muescas en su historial delictivo. Pero “no se hallaron objetos de interés para la investigación”, se plasma en el informe.
La Policía Nacional sostiene en sus diligencias que el desaparecido es una persona relacionada con operaciones de narcotráfico y vinculan su secuestro a estas actividades. Su entorno, por su parte, lo niega tajantemente y manifiesta que “nunca ha sido detenido, en ningún sitio del mundo”, y defiende que es un empresario con intereses en el sector de la construcción y en la venta de relojes de lujo. El 15 de agosto, sin ir más lejos, denunció el robo de uno valorado en 400.000 euros que le arrebataron de la muñeca cuando repostaba en una gasolinera.
Se decanta por la hipótesis del desagravio que comentaron los investigados. Por eso, se emitió una orden europea de extradición (OEDE), y el que estaba plenamente identificado fue citado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Torremolinos. Aunque se negó a declarar ante la autoridad judicial que lleva el caso.
Tras dos años y medio de complejas investigaciones, la Policía Nacional ha detenido en Marbella a dos individuos por su presunta relación con el secuestro de película del empresario holandés Jamal B., cuyo paradero aún se desconoce, pero que muchos piensan que ha sido asesinado. La operación sigue abierta y ahora trata de localizar al menos a media docena de personas más vinculadas con estos hechos. La familia de la víctima había ofrecido recientemente una recompensa de 100.000 euros por cualquier pista sobre el caso.
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