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La primera vez de 'La Tigresa colombiana' que encandilaba a los señores de la coca
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PAREJA DE TRES PRESUNTOS NARCOS

La primera vez de 'La Tigresa colombiana' que encandilaba a los señores de la coca

En el radar policial desde hace décadas, no ha sido detenida hasta el pasado septiembre. Está considerada como una de las intermediarias de cárteles más importantes de Europa. Desde su millonaria villa en Marbella se movía entre lo más granado

Foto: Imagen de María Teresa, 'La Tigresa', captada en uno de los seguimientos a los que fue sometida. (EC)
Imagen de María Teresa, 'La Tigresa', captada en uno de los seguimientos a los que fue sometida. (EC)

Dominar esos tacones de aguja que desafiaban las leyes básicas de la física requería una pericia que solo concede la experiencia. La que otorgan 48 años de vida y más de dos décadas desenvolviéndose en los sitios más exclusivos de Marbella. Esos en los que la fauna que pulula por los beach clubs son recibidos con una mirada de arriba abajo, donde la ostentación es una vulgaridad, y alrededor de cuyas mesas se cierran millonarios negocios. Algunos legales, otros ilegales. Y de estos últimos sabía bien la Tigresa, también conocida como la Modelo y llamada coloquialmente Maritere. Una colombiana que se asentó en la Costa del Sol a principios del nuevo milenio y a la que las fuerzas de seguridad consideran una de las principales intermediarias en Europa de los cárteles de la cocaína de su país.

Un personaje seductor, con un físico cincelado entre las clases de crossfit y los bisturís de los cirujanos plásticos, capaz de lograr que un tipo se recorra media España horas después de enviarle un mensaje. Es puro "magnetismo", aunque mucho más. Unida sentimentalmente a tres presuntos narcos, madre en cuatro ocasiones, ha sabido mantenerse a flote y hacerse respetar en un ambiente hostil. Al menos durante los últimos 20 años, en los que ha ido sorteando las distintas investigaciones policiales en las que surgía su nombre. Hasta el pasado 20 de septiembre, fecha en el que los investigadores del Grupo de Respuesta contra el Crimen Organizado (Greco) Costa del Sol irrumpían en su lujosa villa ubicada en el centro de la ciudad. La exclusiva vida de la Tigresa quedaba atrás mientras se cerraba a su paso la puerta exterior de la prisión de Alhaurín de la Torre.

Foto: Momento de la detención de Florentino Carlos F. G. (Policía Nacional)

María Teresa J.C. dormía cuando los agentes irrumpieron en su residencia. Eran las 6:30 y noche cerrada. La decena de personas que se encontraban repartidas por las distintas instancias —entre ellas, su cocinera particular, familiares e hijos— no se sobresaltaron. Tampoco les dejaron mucha oportunidad. La Tigresa descendió por una escalera oculta detrás de una librería que se abría y cerraba con un mecanismo hidráulico. Los escalones conducían a una lujosa habitación del pánico que se extendía por una planta diáfana en la que había un gran vestidor, un baño presidido por una bañera rodeada de columnas, un pequeño gimnasio y una terraza con un acceso enrejado cuyas vistas se perdían en una salvática parcela en la que se observaba una gran piscina, pajarera y una pista de tenis. "La finca está valorada en tres o cuatro millones de euros", señalan los que han recorrido sus recovecos buscando pruebas.

La Tigresa no se alteró en ningún momento. Incluso exhibió esos modales refinados con los que se mimetizaba entre los residentes más exclusivos de Marbella. Sabía cómo actuar en una situación así, aunque nunca se hubiese visto en una igual. Guardar silencio y dejar hacer. Ya llegaría el tiempo de los abogados.

La primera pareja de La Tigresa cayó en Portugal por un alijo de 6,1 toneladas de cocaína

La primera vez que su nombre se subraya en una diligencia policial fue a raíz de la operación Courage. Bueno, no concretamente su nombre, más bien el de su marido, pero fue la primera vez que se pondría en evidencia una curiosa regla que se ha venido repitiendo en el tiempo: "Todos los que andan con ella, acaban implicados en algún asunto de tráfico de drogas". Michel Alain P.C. así se llamaba el esposo, era un francés con el que María Teresa tuvo tres hijos y con el que se instaló en Marbella. En esta ciudad presentó sus credenciales al verse envuelto en una de las mayores investigaciones contra el blanqueo de capitales realizadas en España: Ballena Blanca. Las pesquisas dibujaron su supuesta participación en un entramado de sociedades en Panamá relacionado a la estructura financiera de la red y el titular del juzgado de Instrucción número 5 de la localidad marbellí decretó el bloqueo de sus cuentas.

No escarmentó de esta experiencia y en 2005 era arrestado en Portugal por su presunta relación con un alijo de 6,1 toneladas de cocaína. Junto a él, cayeron otras siete personas; "y se cuenta que el cuñado de ella era la garantía ante los proveedores". La operación Courage, que lo bautizó como el Rey de la Coca, supuso el mayor golpe al narcotráfico asestado en suelo luso hasta esa fecha y provocó que la identidad de la Tigresa, una veinteañera entonces, se grabase en las bases de datos de inteligencia policial.

placeholder La investigada, captada por las cámaras de seguridad durante uno de sus viajes controlado por los investigadores. (EC)
La investigada, captada por las cámaras de seguridad durante uno de sus viajes controlado por los investigadores. (EC)

La pareja acabó por romperse y nuestra protagonista inició posteriormente una relación con un individuo de origen belga que se convertiría en el padre de su cuarto hijo. Posiblemente ha sido el compañero sentimental que ha mantenido un perfil más bajo, aunque también acabaría convirtiéndose en objeto de interés de los cuerpos de seguridad por sus presuntos nexos.

Y de él, a su actual pareja: Richard S., un ciudadano alemán de raíces polacas buscado internacionalmente por su presunta relación con el asesinato de un tipo cuyo cuerpo apareció flotando en las costas de Torremolinos. A pesar de sus formas educadas, es un tipo peligroso, rodeado de una banda compuesta por delincuentes polacos curtidos en gimnasios y con una estatura meda de 1,90 metros, que no hacen asco a ninguna modalidad de crimen organizado: "Tráfico de armas, extorsiones, vuelcos…". Un presunto narco que en 2014 fue condenado por la introducción de 200 kilos de cocaína en Dinamarca. Tan solo un año después de que comenzara a salir con la Tigresa. No sería su último alijo.

Un espejo sobre la cama

Para algunos de los mayores expertos en la lucha contra el tráfico de drogas en la Costa del Sol, María Teresa J.C. era un reto. Todos tenían el convencimiento de que era una pieza clave dentro del engranaje del narco en el litoral sur. Con una red de contactos que se extendía por todo el país y que supuestamente enraizaba en los principales productores y suministradores de cocaína de Colombia. "No se ha podido certificar, pero hay informaciones que señalan que es familiar del fundador del cártel del Norte del Valle, una organización que en su tiempo fue muy potente", explica uno de los investigadores, que añade que la Tigresa es considerada en las unidades policiales antidroga como una "intermediaria" que ha tenido gran peso en Europa y que sigue activa.

Foto: Un empleado toma la temperatura a un joven en un 'pub'. (EFE)

Pero ella escapa al perfil tipo del narco. Si algo la define, es su tremenda capacidad de seducción. Rondando los 50, tiene un poder hipnótico entre los que se mueven en el mundo del hampa. Y no solo por su físico, sino por su personalidad, por su capacidad para que la reciban personas inalcanzables. Durante los seguimientos de los que fue objeto en distintas grandes ciudades del país "se le vio con empresarios potentes, no de los famosos, pero sí con compañías legales muy importantes". La Modelo, como también la bautizaron otros agentes que seguían sus pasos, tenía el don de que se le pusiesen al teléfono.

"Es una mujer cuyo atractivo —latino— impacta", y que se desenvolvía con sofisticación para relacionarse en ambientes que inicialmente pudieran parecerle ajenos. Cuidaba el vestuario y, a pesar de que en los dos últimos años no consta que haya ejercido actividad laboral alguna, y que en su villa disponía de muy poco dinero en efectivo, no dudaba en comprar una blusa de 700 euros cuando paseaba por Puerto Banús. También era recurrente verla en Salvaje, uno de los restaurantes de moda marbellíes, así como escapadas a Madrid y Barcelona, donde le gustaba alojarse en el exclusivo hotel Vela.

"Destaca por su magnetismo", comentan quienes han seguido la pista de esta mujer

Ni las transferencias de dinero que le efectuaba algún ex podrían justificar su ritmo de vida ni el mantenimiento de su mansión ubicada sobre una parcela de 3.000 metros cuadrados y ubicada a pocos minutos de la Comisaría y los Juzgados de Marbella. Un inmueble —registrado a nombre de una sociedad— en cuyo perímetro se alzaba una multitud de árboles que incrementaban intimidad, y donde el mármol y las columnas decoraban las distintas salas. En su dormitorio, una habitación del pánico oculta tras una falsa librería que se activaba con un mecanismo hidráulico; y dominando el centro de la misma, una cama king size bajo un gran espejo situado en el techo.

Pero esa pose que algunos podrían considerar frívola, incluso frágil, no era más que un revestimiento, una herramienta para lograr sus fines. Fuesen cuales fuese. "Hablamos de una persona muy lista", que adoptaba numerosas medidas de seguridad —como desplazarse en coches de alquiler y cambiarlos recurrentemente— y que se difuminó del radar de la DEA por un alijo de 200 kilos de cocaína en Italia.

placeholder Un kilo de cocaína con el logo de Rolls-Royce que se halló en la casa de La Tigresa. (EC)
Un kilo de cocaína con el logo de Rolls-Royce que se halló en la casa de La Tigresa. (EC)

Es alguien que debe tener algo distinto "para estar metida tantos años en este negocio y no caer nunca". No se puede olvidar que "sus tres exparejas han sido vinculados con operaciones de tráfico de drogas, blanqueo de capitales o los dos". Hombres que "han caído varias veces". Al contrario que ella, que siempre evitó los grilletes.

Empresa de construcción polaca

Su primera vez ha sido consecuencia de una investigación desarrollada por el Greco Costa del Sol y la Agencia Tributaria durante los dos últimos años, después de que obtuviesen datos que vinculaban a la Tigresa con "un importante envío de cocaína desde Sudamérica hasta España". La sensación de que María Teresa estaba en activo se acrecentó cuando los investigadores descubrieron que se había unido sentimentalmente con un presunto traficante alemán que formaba parte de una organización polaca asentada en España y especializada en realizar envíos de grandes cantidades de estupefacientes por carretera hasta los países nórdicos y centroeuropeos. Las fuentes consultadas señalaron que esta red utilizaba como mascarada una empresa de construcción cuyos operarios se desplazaban desde Polonia. Durante estos viajes, precisaron, transportaban los alijos ocultos en caletas o entre los materiales y herramientas. "Se han identificado partidas con destino a Alemania, Polonia, Noruega y Dinamarca".

Foto: Un agente derriba el acceso a una de las casas registradas.

La pareja se identificó inicialmente como Dominiq S., aunque acabó siendo Richard S., su hermano mayor, que había transformado su físico con una melena y una poblada barba con la que ocultaba sus rasgos faciales. Solo se pudo constatar quién era realmente cuando en uno de los registros se halló su verdadero pasaporte. Aunque no fue el único. En la Costa del Sol, señalaron las fuentes consultadas, utilizaba otra identidad falsa y se hacía pasar por el austriaco Mark B. "Es más, cuando le preguntabas, únicamente respondía si te referías a él con este nombre", apuntan.

La red polaca a la que presuntamente pertenecía estaba dirigida por ciudadano danés —A.—, un tipo afincado en Barcelona y con un amplío historial delictivo en su país de origen. Su patrimonio ilícito, oculto tras un complejo entramado empresarial, era investigado tanto por las autoridades españolas como por las danesas, así como por su presunta implicación en una operación de narcotráfico que suponía el envío de 40 kilos de cocaína.

placeholder La banda de polacos se consideraba muy violenta. (EC)
La banda de polacos se consideraba muy violenta. (EC)

Las pesquisas de los investigadores revelaron la que la organización supuestamente preparó a finales de 2020 un envío de droga por vía aérea. El plan, explicaron fuentes cercanas al caso, era que fuese oculta desde Sudamérica en un contenedor de transporte de mercancía que viajaría en la bodega. María Teresa J.C. presuntamente ejerció como intermediaria y recibió por ello "una importante cantidad de dinero en efectivo como adelanto". En 2021, los agentes localizaron a tres personas dedicadas al tráfico de cocaína en Murcia y Alicante cuyo proveedor supuestamente era "uno de los contactos de la investigada".

El trabajo policial siguió dando sus frutos los meses posteriores y se detectó una compraventa de droga en un pub de Londres. "Esta acción había sido coordinada por un individuo de origen británico que se encontraba en Málaga, quien envió a un subalterno con la droga para que realizara las gestiones con el cliente". La información, remitida a través de la National Crime Agency del Reino Unido, permitió alertar a la Policía Metropolitana londinense, que detuvo a dos personas cuando intercambiaban un kilogramo de cocaína y cinco de marihuana. Ya en febrero de este año, se incautó una partida de 200 kilos de cogollos de marihuana dirigidos a Noruega en una operación en la que se detuvo a cuatro miembros de la organización polaca justo cuando preparaban el envío en una finca del municipio malagueño de Coín.

"Sabía a lo que se dedicaba y los riesgos que entrañaba. No le podía pillar por sorpresa"

La estrategia era clara: hacerse con cannabis para con los beneficios de su venta financiar envíos de cocaína. "Hay que tener en cuenta que un kilogramo de marihuana cuesta en España en torno a los 1.800 euros; pero en los países nórdicos o centroeuropeos, ese mismo kilo puede alcanzar los 7.000 u 8.000", apuntan los investigadores.

16 detenidos

Con este cúmulo de indicios y pruebas, así como la certeza de que la Tigresa era un elemento clave, los agentes de la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera decidieron reventar la operación. Se produjeron un total de 16 detenciones en las localidades malagueñas de Alhaurín de la Torre, Fuengirola, Marbella y Málaga; en los municipios murcianos de Los Alcázares, Mazarrón y Murcia; en Premiá de Dalt y Barcelona; así como en Orihuela (Alicante). Aunque la más esperada por los responsables del caso era la de María Teresa.

Richard S. había sido esposado y permanecía sentado en ropa interior en la habitación en la que dormía la madrugada de ese 20 de septiembre. El resto de moradores habían sido controlados por los efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), y se buscaba a la Tigresa en las distintas instancias. La mujer, con un porte tranquilo, y una frialdad en el rostro que no desapareció ni cuando vio a su pareja engrilletada, descendió por las escaleras que conducían a la planta oculta en la que estaba su habitación. Cuando se percató de lo que estaba ocurriendo, "mantuvo el control, no se mostró agresiva, ni lloró".

"En ningún momento evidenció tener miedo, ni tampoco quiso explicarse". Su actitud fue firme incluso cuando los investigadores encontraron un kilo de cocaína con el logo de Rolls-Royce abierto ligeramente. La creencia es que del mismo extraía las muestras con las que dejar claro la calidad del producto que supuestamente podía conseguir. "La hipótesis principal es que ella era la intermediaria entre los suministradores y los polacos proporcionaban la infraestructura para transportar la droga", señalan.

La Tigresa abandonó su millonaria villa esposada. Nunca se había visto en una situación así. Ella, que siempre había esquivado las investigaciones que hicieron caer a los que estaban a su alrededor, camino de los juzgados como paso previo a su ingreso en prisión preventiva. Debido a su falta de antecedentes, y a sus circunstancias familiares, los responsables del caso no creen que pase mucho tiempo entre rejas. Pero lo que tienen claro es que, a pesar del lujo que habitualmente rodeaba su vida, se adaptaría fácilmente a la celda. "Sabía a lo que se dedicaba, y los riesgos que entrañaba. No le podía pillar por sorpresa", sentencian.

Dominar esos tacones de aguja que desafiaban las leyes básicas de la física requería una pericia que solo concede la experiencia. La que otorgan 48 años de vida y más de dos décadas desenvolviéndose en los sitios más exclusivos de Marbella. Esos en los que la fauna que pulula por los beach clubs son recibidos con una mirada de arriba abajo, donde la ostentación es una vulgaridad, y alrededor de cuyas mesas se cierran millonarios negocios. Algunos legales, otros ilegales. Y de estos últimos sabía bien la Tigresa, también conocida como la Modelo y llamada coloquialmente Maritere. Una colombiana que se asentó en la Costa del Sol a principios del nuevo milenio y a la que las fuerzas de seguridad consideran una de las principales intermediarias en Europa de los cárteles de la cocaína de su país.

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