"Me llamo Jamal, me secuestraron en Marbella y nadie me encuentra"
La familia de un ciudadano neerlandés raptado ante su mujer por ocho falsos policías ofrece una recompensa tras pasar un año y medio sin avances relevantes en el caso
Hacía pocos días que Jamal y su esposa se encontraban en Marbella. Solían venir de vacaciones y se relacionaban con un círculo íntimo y de confianza, por eso resulta extraño que su escolta no le acompañara tras salir a cenar aquella noche. Circulaban por Nueva Andalucía de vuelta a casa cuando su coche fue bloqueado repentinamente por dos vehículos de los que se bajaron ocho individuos vestidos como policías. "¡Alto!", le gritaron mientras lo sacaban a empujones del Mercedes Clase G que conducía. Un todoterreno que en su versión más barata supera los 120.000 euros.
Los golpes con la culata de un arma que le propinaban en la cabeza arremolinaron a algunos ciudadanos sorprendidos por la dureza de la actuación. Incluso hubo quien captó la escena con su teléfono móvil en una grabación en la que se podía escuchar a su acompañante advirtiéndole que tuviese cuidado porque "parece que estos no son policías".
No le faltaba razón. Acababan de ser testigos de un secuestro en el corazón de la Costa del Sol. Porque esos distintivos policiales eran disfraces y nada más se ha vuelto a saber de Jamal B. Han pasado muchos meses desde la noche de ese 22 de agosto de 2020 y "ni una llamada, ni una petición de rescate, ni una prueba de vida". "La familia está desesperada", explican fuentes del entorno, que han informado a El Confidencial que darán una cuantiosa recompensa "a quien aporte algún dato" que ayude a revelar el paradero de este ciudadano neerlandés. Un paso movido por la "sensación de desamparo" que sienten por lo que califican como un bloqueo en la investigación y que achacan a supuestos errores. Las pesquisas, sin embargo, podrían reactivarse tras conocerse la existencia de una grabación realizada en un caso de narcotráfico donde dos individuos, días antes del asalto, vigilaban a una persona cuyas características encajaban "a la perfección" con las de la víctima.
Que el protagonista de esta historia hubiese pronunciado la frase que titula el reportaje, sería la mejor de las noticias para su mujer, sus cinco hijos y sus hermanos, que aún se agarran a un halo de esperanza de encontrarlo vivo. Todos los actores son conscientes de que, cada día que pasa, es más difícil que vuelvan a escuchar su voz. Incluso los investigadores de la Policía Nacional, veladamente, intentan que asuman la posibilidad de un fatal desenlace como la hipótesis más probable.
20 folios de conversaciones
Es como si se hubiese esfumado de la faz de la tierra. Por eso, las fuentes consultadas entienden que las grabaciones surgidas en otra instrucción pueden abrir nuevas líneas de trabajo, aunque la familia y sus representantes legales lamentan no haber tenido acceso a los audios todavía. Lo que sí está en su poder es la transcripción. 20 folios en los que se reproducen conversaciones que se extienden en varios días —antes y después del secuestro— y que alimentan sus sospechas. En ellas destacan dos figuras. Una, la de un buscavidas, de esos que suelen andar con malas compañías, pero que es más fachada que fondo. La otra, la interesante, un tipo sin identificar, de origen holandés, a los que los agentes denominan 'X'. Los familiares de Jamal creen que despejar esta incógnita podría ser el decodificador del caso.
Del informe, al que ha tenido acceso este periódico, se desprende que los dos investigados están realizando una vigilancia en Puerto Banús a un individuo —cuya descripción encaja con la de Jamal— "poseedor de vehículos de alta gama como Bentley, Rolls-Royce y Mercedes G de color negro" que es "muy reconocible" porque "la tapicería es amarilla".
Otra investigación revela un supuesto seguimiento previo al ahora secuestrado en Puerto Banús
El fin de la misma era localizar a su objetivo "para iniciar un seguimiento y determinar dónde está alojado". Las citadas fuentes explicaron que el secuestrado no tenía residencia fija en la localidad marbellí y que alquilaba una cuando se desplazaba a la Costa del Sol.
Los sospechosos comentan que su víctima tiene un hermano muy parecido, pero se diferencian por el corte de pelo y el espesor de la barba, por eso recalcan que suele llevar un exclusivo reloj Richard Mille. En este punto, hay que apuntar que Jamal B. tiene un gemelo que aquellos días también estaba en la localidad marbellí y que suele utilizar sus coches.
Estos dos individuos, además, relatan un encontronazo que tres años antes tuvo uno de ellos con alguien que sería el ahora secuestrado y en el que un segundo participante dijo que iba a "triturarlo". ¿Podría ser una 'vendetta' el origen de la desaparición del ciudadano holandés? Quién sabe, pero los familiares piden que se profundice en esta vía de investigación. Sobre todo porque, en los días posteriores al secuestro, los sospechosos hablan de la presencia de un grupo de "asesinos" franceses "a los que todos temen" y que "habrá matado a al menos diez personas".
Las pesquisas posteriores condujeron hacia otras dos personas —investigadas en la causa que se instruye en los juzgados de Torremolinos, y a la que pertenece el documento— con antecedentes en el país galo por secuestro, homicidio y atracos. "Casualmente", en las proximidades de la vivienda que ocupaban, una persona murió de un disparo en la cara que le descerrajaron dos individuos que entraron escalando la fachada del inmueble. Ocurrió el 28 de agosto y el fallecido era un joven francomarroquí.
Ante la posibilidad de que algunas de estas personas pudiesen estar implicadas en esta cadena de turbios hechos, los investigadores solicitaron el registro de su casa. Se llevó a cabo un día después de la muerte violenta y allí se identificaron a cinco personas. Todas ellas con multitud de muescas en su historial delictivo. Pero "no se hallaron objetos de interés para la investigación", se plasma en el informe.
¿Narcotraficante o empresario?
La Policía Nacional sostiene en sus diligencias que el ahora secuestrado es una persona relacionada con operaciones de narcotráfico y vinculan su secuestro a estas actividades. Su entorno, por su parte, lo niega tajantemente y manifiestan que "nunca ha sido detenido, en ningún sitio del mundo", y defienden que es un empresario con intereses en el sector de la construcción y en la venta de relojes de alta gama. El 15 de agosto, sin ir más lejos, denunció el robo de uno valorado en 400.000 euros que le arrebataron de la muñeca cuando repostaba en una gasolinera.
El entorno se decanta por otra posibilidad, la del desagravio que comentaron los dos primeros investigados. Por eso, se emitió una orden europea de extradición (OEDE), y el que estaba plenamente identificado fue citado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Torremolinos. Aunque se negó a declarar ante la autoridad judicial que lleva el caso.
Paralelamente, se trabaja en la descripción que hizo la mujer de Jamal B. de uno de los secuestradores de su marido. Un chico de rasgos caucásicos, media melena rubia y "unos ojos azules intensos". Un detalle sumamente característico, por lo que no se descarta que llevase lentillas de colores.
También se rastrea un dispositivo de seguimiento que los hermanos descubrieron en la revisión de un coche de la víctima que iban a vender. Quien lo colocó quería conocer los movimientos del desaparecido. La familia muestra su pesar ante el hecho de que sobre el desarrollo de esta línea de investigación, como "en casos anteriores", no están siendo informados, lo que acrecienta la "desconfianza".
Los familiares están "desesperados": "Ha pasado casi un año y medio y quieren saber"
Fuentes policiales consultadas por este periódico explicaron que entienden el pesar de los seres queridos de Jamal, porque ha pasado mucho tiempo, pero añadieron que los agentes implicados en el caso siguen esforzándose para conocer su paradero y que están abiertos a mantener canales de comunicación, aunque les recordaron que la investigación es secreta y no pueden facilitar datos que la comprometan. La causa la lidera la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Marbella.
Los familiares, no obstante, remarcan que están "desesperados" y censuran la escasa información que reciben. "Ha pasado casi un año y medio y quieren saber", insisten las fuentes consultadas, que seguidamente criticaron que la instrucción ha pasado ya por “tres jueces, dos fiscales y dos inspectores”. Aseguran que están dispuestos a cualquier cosa para "colaborar en el esclarecimiento de los hechos", por eso consideran la “opacidad” que gira en torno al caso “un plus gratuito de angustia”. Mientras tanto, han decidido tomar una medida con la que esperan “desbloquear” las pesquisas: "Ofrecer una recompensa a quien pueda aportar datos fiables del paradero de Jamal". No quisieron concretar el importe de la misma y se limitaron a decir que es elevada.
Hacía pocos días que Jamal y su esposa se encontraban en Marbella. Solían venir de vacaciones y se relacionaban con un círculo íntimo y de confianza, por eso resulta extraño que su escolta no le acompañara tras salir a cenar aquella noche. Circulaban por Nueva Andalucía de vuelta a casa cuando su coche fue bloqueado repentinamente por dos vehículos de los que se bajaron ocho individuos vestidos como policías. "¡Alto!", le gritaron mientras lo sacaban a empujones del Mercedes Clase G que conducía. Un todoterreno que en su versión más barata supera los 120.000 euros.