Moreno ultima la revolución en su Gobierno tras prescindir de Aguirre en Salud

Una revolución en el segundo Gobierno de Juanma Moreno en la Junta de Andalucía. El presidente en funciones y líder del PP andaluz tendrá que estrujarse la cabeza para armar su nuevo Ejecutivo, que se conocerá al completo el próximo 25 de julio, según los planes del propio político malagueño. Será un gabinete monocolor del que se conoce poco más allá de la casi segura presencia de Rocío Blanco en Empleo. Pero a la marcha de Elías Bendodo y Juan Bravo camino de Génova hay que sumar la salida de Jesús Aguirre de Salud para ser presidente del Parlamento. La renovación, que será del 80% como poco, alcanza así a los puntales político, económico y de gestión del primer mandato de Moreno en San Telmo.

El cambio de Jesús Aguirre, que será el primer miembro del PP en dirigir el Parlamento andaluz, se lee como un reconocimiento a la labor de este veterano médico cordobés al frente de la mayor consejería del Gobierno. Al reto que supone gestionar un departamento con más de 11.000 millones de presupuesto hay que sumar las crisis de la listeriosis, en el verano de 2019, y la pandemia de covid-19. Moreno está satisfecho con el desempeño de Aguirre, que se había postulado para mantener la cartera y era uno de los nombres que se daban por fijos para el segundo gabinete del líder popular.

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La salida de Aguirre, que es el diputado más veterano y presidirá este jueves la Mesa de Edad, le genera a Moreno la necesidad de buscar un perfil capaz de gestionar un mastodonte administrativo con más de 100.000 trabajadores públicos. El nombre de la jiennense Lina García, viceconsejera de Aguirre en Salud y antigua portavoz de sanidad del PP, encaja ahí. Sobre todo si se tiene en cuenta que el propio presidente presumió mucho durante la campaña de que los equipos del PP están "rodados" y son capaces de gestionar, en contraposición, defendía Moreno, del resto de partidos.

Pero los dos grandes huecos que Moreno tendrá que rellenar son los que dejan Elías Bendodo y Juan Bravo. Es cierto que el responsable de Hacienda del nuevo Ejecutivo tendrá menos quebraderos de cabeza que Bravo, ya que la mayoría absoluta le otorga carta blanca para elaborar presupuestos. La experiencia del político afincado en Jaén no será necesaria para negociar con Vox, como ha hecho en tres presupuestos, por lo que podrá dedicarse por completo a ser el cerebro económico del PP nacional en el equipo de Alberto Núñez Feijóo.

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Eso no es obstáculo para que vaya a mantener, mientras "se pueda", el escaño en la Cámara andaluza y que, junto con Elías Bendodo, vaya a formar parte del cupo de cinco senadores por designación autonómica que corresponden al PP. "Somos andaluces de pro", dijo el malagueño el martes en un mensaje que matiza su salida drástica camino de Génova anunciada unas semanas antes. Según ha desvelado 'El Periódico de España', se trata de una fórmula pensada para colaborar con Juanma Moreno en la tarea de armar su nuevo Ejecutivo.

El presidente de la Junta se había marcado el objetivo de tener un Gobierno de marcado perfil técnico, centrado en la gestión económica y con "dos o tres perfiles políticos". Esos son los que vendrían a sustituir la labor que realiza ahora mismo Elías Bendodo. Y para ese puesto han sonado los nombres de su número dos, el veterano Antonio Sanz, y de Marifrán Carazo, actual consejera de Fomento. De ser elegida, seguiría en San Telmo, aunque con un cambio de cartera. Y hay dudas sobre si se quedaría, como Bendodo, con la portavocía, otro puesto de alto contenido político que debe cubrirse con la marcha del malagueño a Génova.

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La marcha de estos tres perfiles tiene a Moreno atareado, pero el propio presidente ha admitido que su labor todavía no está en la elección de los nombres, sino en la estructura del Ejecutivo. Es más que probable que el nuevo Ejecutivo tenga más consejerías que las 11 actuales, ya que hay algunos macrodepartamentos que tienen muchas posibilidades de dividirse para simplificar la gestión. La apuesta por la reducción de cargos —después de años haciendo oposición con esta reclamación— y la necesidad de compaginar los intereses de Ciudadanos generaron consejerías de difícil manejo administrativo.

Le pasó a Turismo, Justicia, Regeneración y Administración Local, todavía en manos de Juan Marín, que verá desgajadas sus competencias. Y también puede ocurrir lo mismo con las de Medio Ambiente y Agricultura, ahora bajo el control de la almeriense Carmen Crespo, cuya continuidad tampoco es segura. Además, hay que tener en cuenta la apuesta del presidente por las políticas climáticas, lo que hace pensar que Medio Ambiente volverá a ser un departamento independiente, con ese nombre u otro, como Transición Ecológica o Desarrollo Sostenible.

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No se puede descartar la entrada en el Gobierno de independientes. Y no solo procedentes de Cs, como Rocío Blanco, sino también del mundo empresarial o académico. Esto ya lo intentó Juanma Moreno en 2019 con el fichaje de Alberto García Valera para Hacienda, pero el sevillano tuvo que dejar su puesto por un problema de salud. En el lado naranja, además de Blanco, que procedía del sector público, entró desde la universidad Rogelio Velasco.

El economista se quejó amargamente en los primeros compases de la legislatura de la dificultad que se encontró para atraer perfiles del sector privado. Los sueldos de la Administración, que se vieron mermados tras la crisis de 2008, son mucho más bajos que en determinados ámbitos empresariales, lo que dificulta la incorporación de este tipo de perfiles en la Junta. Este obstáculo se lo encontrará Juanma Moreno cuando empiece a sondear a este tipo de figuras, algo que intentará poner en marcha con mucha probabilidad.

La incógnita de la Mesa del Parlamento

Tras despejarse la duda de la Presidencia de la Cámara, las negociaciones para el resto de la mesa continuaron durante todo el miércoles. Junto con el puesto de Jesús Aguirre, solo estaba clara la propuesta del PSOE, que quiere que Noel López e Irene García sean sus representantes en el órgano de gobierno del legislativo. Los socialistas insisten en que sus 30 escaños les dan derecho a dos puestos y no van a renunciar a ellos en el escenario de pérdida de presencia institucional por que pasan.

El PP intentó convencer a los socialistas de que renuncien a uno de sus puestos para dar entrada a Por Andalucía, sin éxito. Finalmente, los populares si dejaron uno de sus puestos para darle un sillón a Vox, según ha adelantado la agencia Efe. La formación de Santiago Abascal tendrá una vicepresidencia en la Mesa, a pesar de las reticencias de los populares a ceder el puesto a Vox por las posibles críticas de la izquierda.

A primera hora de este jueves se confirmó que presencia de todos los grupos parlamentarios en la Mesa se salvará por una vía ya conocida. Como en las últimas dos legislaturas, la izquierda estará representada en una vocalía, puesto con voz y sin voto. La ocupará Alejandra Durán, diputada de Por Andalucía a propuesta de Podemos en Granada. Inma Nieto, de IU, será la portavoz parlamentaria y Juan Antonio Delgado, de Podemos, tendrá la portavocía adjunta.