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ELECCIONES EN ANDALUCÍA

El PSOE firma su resultado más pobre: tres escaños menos y pierde hasta Sevilla

Juan Espadas no logra levantar al socialismo andaluz del suelo y pierde tres escaños respecto al pobre resultado de Susana Díaz en 2018. El PP se impone por primera vez en Sevilla

Foto: Juan espadas comparece en Sevilla tras las elecciones. (EFE/Julio Muñoz)
Juan espadas comparece en Sevilla tras las elecciones. (EFE/Julio Muñoz)

El PSOE no levanta cabeza en Andalucía. Los resultados de los socialistas no logran frenar el avance de la derecha, cuestionan la regeneración interna pilotada por Juan Espadas y amenazan con abrir también una crisis a nivel nacional. El PSOE ha mantenido hasta última hora su fe en el orgullo de su militancia que, a pesar de su mayor movilización en las últimas semanas, no ha conseguido el objetivo y ha caído por debajo incluso de lo que en el partido se consideraba como un resultado aceptable. Con el 99% de los votos escrutados, el PSOE ha obtenido sólo un 24,1% de los votos y 30 escaños, tres menos que los que consiguió Susana Díaz en 2018, quien se quedó con un 27,9% y 33 parlamentarios, una bajada que facilitó el cambio político tras el pacto del PP con Cs.

“Lo mas importante es saber levantarse”, ha asegurado Espadas, en una comparecencia pasadas las 22.40, presentándose ya como “el jefe de la oposición en Andalucía”. El socialista, en una comparecencia sin preguntas, ha lamentado que la movilización que se fijó como clave de estos comicios no se haya producido. Y se ha mostrado convencido de que en los próximos cuatro años podrá preparar al partido para ganar de nuevo. “El PSOE volverá a a ser un partido de gobierno en Andalucía”, ha apuntado asegurando que siete meses han sido insuficientes para cumplir su objetivo. “Lo importante es saber levantarse”.

El PSOE andaluz partía de unas expectativas poco ambiciosas, pues el listón se situaba en igualar ese resultado de 2018, pero no contaba tampoco con la mayoría absoluta del PP. La caída no tiene precedentes. Ahora no hará falta ecuación para la gobernabilidad, al imponerse el PP con una mayoría que consagra a Juanma Moreno al frente de la Junta de Andalucía sin necesidad de alianzas, algo que supondría para el popular una complicación, pues Cs ha desaparecido del Parlamento andaluz, confirmando el naufragio de Juan Marín. Pero los socialistas se ven obligados a reconducir su oposición tras quedarse con un grupo parlamentario renovado, esto es, sin experiencia previa y muy reducido.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (Reuters/Marcelo del Pozo)

La primera lectura de la debacle socialista es andaluza. La misión de Juan Espadas, una apuesta de Pedro Sánchez, era regenerar un partido descompuesto y con heridas internas que debía coser tras el fracaso en 2018 de Díaz. El exalcalde de Sevilla se impuso en las primarias a la expresidenta e inició su carrera hacia San Telmo de manera precipitada, por el adelanto electoral, y con el viento en contra. Pero sus resultados conducen al partido incluso a la pérdida de su gran bastión, Sevilla, circunscripción por la que además ha concurrido el candidato y que, por primera vez, deja de ser un punto rojo en el mapa. De hecho, el PP gana en todos los feudos del PSOE en esta provincia: Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra, Utrera o Écija. Y sólo salva La Rinconada, plaza importante en la que milita el nuevo secretario general de los socialistas sevillanos, Javier Fernández.

Pero los resultados también tienen consecuencias a nivel nacional que, no obstante, la dirección federal se ha apresurado a desmentir. El foco nacional ha estado en Andalucía y los resultados del PSOE se interpretan como un castigo claro a Pedro Sánchez, que puede tener un impacto directo en la legislatura y que mide igualmente su desgaste. Las elecciones andaluzas han sido vistas desde Madrid como un laboratorio electoral y, aunque los resultados no son del todo extrapolables, marcan una tendencia con lectura nacional. La coalición a la izquierda del PSOE, proyecto andaluz amadrinado por Yolanda Díaz, tampoco ha conseguido sus objetivos, al quedarse con 5 escaños. La división de estas formaciones de izquierdas ha sido claramente perjudicial pues los votos se han repartido y han disminuido. De hecho, el partido de Teresa Rodríguez, la coalición Adelante Andalucía baja también a 2 escaños. En total, sólo suman 7 escaños, frente a los 17 que conquistaron en 2018. Otro descalabro importante.

La clave para Espadas era la movilización y los primeros datos de participación alimentaron las expectativas socialistas, pues la subida fue superior a los cuatro puntos. Un incremento que luego se frenó. A falta del análisis de los datos definitivos, todo apunta a un trasvase de votos también del PSOE hacia la derecha, dado el retroceso de las izquierdas.

Las cuentas de Espadas pasaban por la recuperación del medio millón de votantes que se quedaron en casa en la anterior cita, más la suma de los nuevos votantes, un perfil joven que los socialistas han tratado de captar, e incluso indignados de derechas que retirarían su confianza a Juanma Moreno. Pero, como en el cuento de la lechera, el cántaro se hizo añicos antes del cierre de los colegios electorales, tras conocerse las primeras encuestas.

Una vez que el listón no ha llegado a esos 33 escaños de 2018, el alcance de la caída no es relevante, pues esos porcentajes ya no frenan la crisis del partido. No obstante, hasta ahora no se ha barajado la posibilidad de un cambio en el liderazgo en Andalucía, pues parece nada recomendable que el partido se abra en canal a pocos meses ya de las elecciones municipales. En clave interna se asume que el proyecto de Espadas era a cinco años vista. Y el candidato confía en que ya ha encauzado las riendas del partido y que está en disposición de iniciar una oposición que le dé el triunfo en la siguiente legislatura, un proceso que compara con el que vivió cuando fue elegido alcaldable de Sevilla en 2010. En 2011, el PP se impuso en el Ayuntamiento de Sevilla con una mayoría absoluta aplastante, pero en 2015 Espadas consiguió gobernar con la ayuda de la izquierda.

Precisamente, Espadas ha admitido que, dentro de la adversidad de los resultados, esta campaña ha venido bien al partido para “recuperar la calle, escuchar a los ciudadanos y darnos una ducha de realidad” y ha adelantado que desde hoy mismo el PSOE inicia el trabajo para ganar en las elecciones municipales.

El PSOE no levanta cabeza en Andalucía. Los resultados de los socialistas no logran frenar el avance de la derecha, cuestionan la regeneración interna pilotada por Juan Espadas y amenazan con abrir también una crisis a nivel nacional. El PSOE ha mantenido hasta última hora su fe en el orgullo de su militancia que, a pesar de su mayor movilización en las últimas semanas, no ha conseguido el objetivo y ha caído por debajo incluso de lo que en el partido se consideraba como un resultado aceptable. Con el 99% de los votos escrutados, el PSOE ha obtenido sólo un 24,1% de los votos y 30 escaños, tres menos que los que consiguió Susana Díaz en 2018, quien se quedó con un 27,9% y 33 parlamentarios, una bajada que facilitó el cambio político tras el pacto del PP con Cs.

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