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La familia del vasco secuestrado por Hamás: "Tenemos un 50% de esperanza de que acabe bien"
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Entrevista

La familia del vasco secuestrado por Hamás: "Tenemos un 50% de esperanza de que acabe bien"

El suegro de Iván Illarramendi y padre de su esposa, Danny Garcovich, sobre el canje de rehenes por presos palestinos: "Si para salvar una vida estoy seguro de que voy a perder 1.000 vidas después, hay que tomar decisiones dolorosas"

Foto: El español Iván Illarramendi y su mujer, Dafna Garcovich, antes de ser secuestrados por Hamás. (Cedida)
El español Iván Illarramendi y su mujer, Dafna Garcovich, antes de ser secuestrados por Hamás. (Cedida)

Danny Garcovich se mudó desde Chile a Israel en 1984 junto a su esposa y su hija Dafna. “Cada uno vive en el lugar en el que se siente más arraigado”, dice. Su lugar en el mundo es el kibutz Kisufim, a solo dos kilómetros de Gaza. Su casa está a 100 metros de la de su hija Dafna y su yerno, el ciudadano español Iván Illarramendi. Ambos desaparecieron el día del brutal ataque de Hamás y las autoridades de Israel les han incluido entre los cerca de 200 secuestrados por los islamistas. Garcovich atiende a El Confidencial en conversación telefónica. Dice tener buena información porque es jefe del cuerpo de bomberos que cubre todo el perímetro de la franja de Gaza en territorio israelí. Aboga por un futuro sin terrorismo y reacciona así cuando se le pregunta por un posible canje de rehenes por presos palestinos: “Si para salvar una vida estoy seguro de que voy a perder 1.000 vidas después, hay que tomar decisiones dolorosas”.

PREGUNTA. ¿Me puede describir su última comunicación con su hija y su yerno?

RESPUESTA. A las 12:30 del sábado fue el último contacto. Mi hija escribía porque no podía hablar para no hacer ruido y que no la escucharan. Ella pedía "auxilio, auxilio, auxilio" y se cortaron todas las comunicaciones porque volaron las antenas de la transmisión móvil y se cortó el suministro eléctrico. Ya no pudimos tener más contacto con ellos.

P. ¿Ella reportó que había gente en su casa?

R. Ella reportó que había gente dentro de casa que hablaba en árabe y un poco más tarde informó de que estaban destrozando todo lo que había en la casa y después pedía auxilio, pedía que enviásemos a alguien para que les ayudasen.

Foto: Combatientes de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, el brazo militar de Hamás. (EFE/Mohammed Saber)

P. ¿Ellos tienen en su casa una habitación de seguridad?

R. Sí, todos contamos con una habitación acorazada.

P. ¿Usted también vive en ese mismo kibutz?

R. En el mismo kibutz de Kisufim, sí. A 100 metros de donde viven Dafna e Iván.

P. Me impresionó lo cerca que está de Gaza.

R. Está a dos kilómetros, sí.

"Volveremos a vivir nuevamente en el mismo lugar. Eso te lo prometo"

P. ¿Habían sufrido incursiones terroristas de este tipo anteriormente?

R. No. Misiles siempre caían. Y, bueno, la habitación acorazada siempre ayuda, pero en este caso, una incursión de milicias al amparo de la lluvia de misiles, que fue durante muchísimas horas y por cantidades que nunca hemos visto, no. Usaron los misiles como una cortina para poder acercarse y entrar y hacer masacres dentro de las casas, matar a familias enteras dentro, acribillar a tiros o en el caso de una persona mayor quemar la casa con la persona mayor dentro. En el caso de otra persona, degollarla. Son actos que no caben dentro de la mente humana. Si es una pelea entre militares, pudiera ser un poco comprensible, pero ensañarse contra personas civiles que no tienen nada que hacer es terrible y muy horroroso.

P. ¿Nunca se plantearon mudarse a vivir a otro lugar?

R. Cada uno vive en el lugar donde se siente más arraigado a la tierra, donde siente que ese es su lugar. Haifa [al norte de Israel y lejos de Gaza] puede ser un lugar mucho más bonito, pero no están exentos de que también haya algún bombardeo allí. Nosotros estamos en nuestro lugar, reconstruiremos nuestro lugar y volveremos a vivir nuevamente en el mismo lugar. Eso yo te lo puedo asegurar, te lo prometo.

placeholder Imagen de Iván y Dafna junto a los padres de ella en Israel. (Cedida por la familia)
Imagen de Iván y Dafna junto a los padres de ella en Israel. (Cedida por la familia)

P. ¿Cuántos años llevaba Iván viviendo en el kibutz?

R. Nueve años, más o menos. Ellos se casaron en España y llegaron al kibutz. Compraron su casa, tenían sus trabajos. Todo estaba arreglado ya en la vida. Estaban pensando incluso en tener hijos. Ya tenían todo lo que tenían que haber conseguido.

P. Ustedes son de origen chileno, ¿verdad?

R. Sí, nosotros somos de origen chileno. Dafna vino conmigo y con mi esposa desde Chile en 1984.

P. ¿A qué se dedica Dafna?

R. Es jefa de un departamento de control de calidad de una de las fábricas que había aquí en la zona e Iván es el encargado de comedor de otro kibutz al norte. Está al norte de nosotros, más o menos a unos ocho kilómetros. Lo que te estoy contando de lo que ha pasado en el kibutz donde yo vivo es un grano de arena comparado con lo que ha pasado en ese otro kibutz: muerte, gente masacrada, familias, niños, ancianos. ¿Por qué? Es un acto que sería aplicable al Daesh. Una persona en sus cabales no creo que pueda hacer esto.

Foto: Un grupo de iraníes quema una bandera israelí durante una manifestación para mostrar solidaridad con el pueblo palestino. (EFE/Abedin Taherkenareh)

P. ¿Han podido hablar con los familiares de Iván en el País Vasco?

R. Sí, estamos en contacto con ellos, con el hermano de Iván. Él está muy triste, no quiere hablar mucho, no quiere hablar con vosotros los periodistas, está encerrado, pensando, os pido dejarlo tranquilo, que le respetéis, es muy importante.

P. ¿Qué información han recibido del Gobierno de Israel?

R. En mi calidad de jefe del cuerpo de bomberos que está a cargo de la Franja de Gaza desde el norte hasta la frontera de Egipto, en territorio de Israel, tengo bastante información. Se da información a la gente de forma ordenada y segura para no causar más daño y no causar alarma pública. Hay que tratar de pasar la información con mucho cuidado, porque hay madres mayores y familiares a los que podría hacerles daño. A mí no es necesario informarme por ese lado porque estoy enterado de varias cosas.

Foto: Un tanque israelí Merkava IV, en una imagen de archivo. (EFE/Atef Safadi)

P. Y sin poner en peligro su seguridad, ¿usted sabe dónde están Dafna e Iván?

R. No. Mientras yo no vea una prueba de que ellos están secuestrados o Hamás dé alguna información o la Cruz Roja ofrezca alguna información, para mí están desaparecidos. Como padre, en mi corazón, tengo dolor, pero como rescatista acostumbrado a ver casos trágicos, tenemos el 50% de la esperanza de que las noticias puedan ser positivas.

P. El otro día, una madre en una situación similar a la suya, con una hija desaparecida, dijo que no sabía si prefería que estuviera muerta o secuestrada por Hamás. ¿Usted qué piensa?

R. Todos preferimos saber la verdad. Mientras esté secuestrada, tenemos el 50% de la esperanza de que todo va a salir bien al final. Los gobiernos, tanto el tuyo como Chile, Cruz Roja Internacional y todos, están tratando de actuar para conseguir información. En el momento en que nosotros estemos seguros y recibamos información de en qué estado están, ahí podré decir que tenemos una esperanza que no será del 50%, sino del 75%. Pero estamos tratando con personas que no se pueden calificar de humanas. Todo es posible hasta que no sepamos la realidad.

placeholder Iván y Dafna, con Danny y su esposa, en un momento familiar. (Cedida)
Iván y Dafna, con Danny y su esposa, en un momento familiar. (Cedida)

P. Si pudiese hablar con Benjamín Netanyahu, ¿qué le pediría?

R. A Netanyahu déjalo que decida lo que estime conveniente. Yo no intervengo en su trabajo, ellos no intervienen en el mío. Lo único que me gustaría es que tomen decisiones inteligentes, porque si son inteligentes vamos a conseguir un mundo libre de terroristas en esta zona. Son un dolor no solo para nosotros, sino para su propio pueblo. Están usando como rehén a su pueblo. Se esconden en hospitales, hemos visto un bombardeo en un hospital y no es porque Israel haya cometido un crimen de guerra sino porque están disparando desde allí misiles y hay gente que está escondida. Los cabecillas están escondidos usando como escudos humanos a su mismo pueblo. Es importante para nosotros terminar con esto y sacar de raíz este problema para darle también la oportunidad al pueblo palestino de que viva en paz.

"Iván y Dafna pensaban incluso en tener hijos"

R. En ocasiones, se han negociado intercambios de rehenes por presos palestinos…

R. [Interrumpe] ¡Uno por 1.000! Uno por 1.000, un soldado por más de 1.000 presos palestinos. Y yo te digo lo que piensan los ciudadanos de Israel: no hay nada más importante que una vida humana, pero para salvar una vida, si yo estoy seguro de que voy a perder 1.000 vidas humanas, hay que tomar decisiones dolorosas. Es lo que te puedo decir. ¿Qué pensaré dentro de 24 horas? No lo sé.

P. ¿Cuál es para usted la solución para este conflicto secular?

R. Estamos tratando con una organización que es como Daesh. No vamos a parar.

P. La comunidad internacional insiste estos días en la solución de los dos Estados. ¿Usted está de acuerdo?

R. Por supuesto que es posible construir eso y vivir en paz y armonía, siempre y cuando no exista ninguna organización terrorista que haga cosas inclusive en contra de su propio pueblo para cuidar de sus intereses. No solo viene de aquí, también tiene que ver la financiación que viene de otros países a los que les interesa mantener esto. El ataque ha sido muy bien planeado.

P. ¿Teme que una intervención de Israel en Gaza pueda derivar en represalias hacia los rehenes?

R. Ya lo han dicho. Si el mismo Egipto no quiere abrir la frontera para que no entren terroristas… Estoy seguro de que van a ser capaces de hacer cualquier cosa.

Danny Garcovich se mudó desde Chile a Israel en 1984 junto a su esposa y su hija Dafna. “Cada uno vive en el lugar en el que se siente más arraigado”, dice. Su lugar en el mundo es el kibutz Kisufim, a solo dos kilómetros de Gaza. Su casa está a 100 metros de la de su hija Dafna y su yerno, el ciudadano español Iván Illarramendi. Ambos desaparecieron el día del brutal ataque de Hamás y las autoridades de Israel les han incluido entre los cerca de 200 secuestrados por los islamistas. Garcovich atiende a El Confidencial en conversación telefónica. Dice tener buena información porque es jefe del cuerpo de bomberos que cubre todo el perímetro de la franja de Gaza en territorio israelí. Aboga por un futuro sin terrorismo y reacciona así cuando se le pregunta por un posible canje de rehenes por presos palestinos: “Si para salvar una vida estoy seguro de que voy a perder 1.000 vidas después, hay que tomar decisiones dolorosas”.

Conflicto árabe-israelí Israel
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