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El futuro que espera a los rehenes de Hamás: "Yo solo quiero que me llame Mohamed y me diga, 'tenemos a sus hijos"
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Dos hijos desaparecidos

El futuro que espera a los rehenes de Hamás: "Yo solo quiero que me llame Mohamed y me diga, 'tenemos a sus hijos"

"A veces pienso que mejor estén muertos, porque lo que les van a hacer no tiene nombre"

Foto: Al menos 108 cuerpos fueron encontrados en el 'kibutz' de Beeri. (Getty/Alexi J. Rosenfeld)
Al menos 108 cuerpos fueron encontrados en el 'kibutz' de Beeri. (Getty/Alexi J. Rosenfeld)

"Yo vivo en Sdedrot, a un kilómetro de la frontera de Gaza", explica Itzik Horn. “Mi hijo Yair vive —se detiene, mira hacia otro lado con lágrimas en los ojos que contiene, carraspea—, espero poder seguir diciendo que vive, en Nir Oz”.

Su sábado comenzó con las sirenas que pensó que eran como las de siempre. Pero cuando le mandaron un mensaje de que había incursiones en las comunidades vecinas, todo cambió. “No decían nombres de dónde entraron, pero me figuré, porque ellos viven pegaditos a la frontera. Mis hijos Yair y Eitan no respondían al teléfono, llamaba y llamaba y ninguna respuesta. Tampoco después de que el Ejército dijera que tenían controlados los kibutzim. No me atendían. Y los padres tenemos esa sensación rara en el estómago, ¿sabes?”. Itzik toma aire entre las lágrimas contenidas. Entonces llamó un amigo de su hijo.

Foto: Un palestino llora sobre el cuerpo de su sobrino muerto en un bombardeo israelí. (EFE/Mohammed Saber)

"Itzik, no está'. '¿Que no está?'. 'No los encontramos, ni a Yair ni a Eitan'. '¿Qué quieres decir?'. Cuando en realidad sabía qué quería decir, ¿sabes cuando no quieres entender lo que estás entendiendo? El amigo me dijo que los buscaban desde ayer a la noche y no los encontraban. A partir de ahí cambié lo que venía haciendo y empezamos la búsqueda".

Como no estaban entre los cuerpos esparcidos por el suelo y que iban encontrando los soldados con cada enclave recuperado, ni en los hospitales, por descarte, entendieron que debían estar en Gaza. “El día del ataque veíamos las imágenes que Hamás difundía de los secuestrados, más que nada por solidaridad con la gente. Pero el domingo ya vi los vídeos con ojos diferentes, y empecé a buscar a ver si reconocía en ellos a mis hijos. Pero no”.

Intercambios desde siempre, pero no como siempre

El conflicto palestino-israelí ha estado siempre acompañado de negociaciones de intercambio de secuestrados por prisioneros. Ya en 1955, el naciente Estado acordó liberar a 40 soldados sirios detenidos en Israel a cambio de cuatro soldados israelíes que habían sido capturados patrullando los Altos del Golán, pasando por Entebbe en 1976 —cuando un avión de Air France con 248 pasajeros fue secuestrado en la capital ugandesa y los secuestradores del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) exigían la liberación de 40 prisioneros palestinos— y llegando al acuerdo Shalit de 2011 —cuando tras agónicas negociaciones Hamás soltó al soldado Gilad Shalit a cambio de 1.027 prisioneros—.

“Pero las negociaciones de intercambio de prisioneros en esta ocasión no van a ser como en las anteriores”, explica el historiador y analista político Yoel Schwartz. “Primero, porque las anteriores no fueron en el contexto de una guerra total como lo que se está planteando ahora, eran situaciones de guerra de baja intensidad y, segundo, dada la destrucción y la masacre de Hamás, el quiebro de la disuasión israelí es tan grande que Israel tiene que elegir una respuesta militar muy contundente y eso no va junto con algún tipo de negociación”.

El dogma israelí es que el país lo hace todo para devolver a sus rehenes, por eso el desequilibrio en los números en los intercambios, y eso, a decir de Schwartz, le da muchísimo poder de negociación a Hamás.

Foto: Soldados israelíes transportan el cuerpo de una víctima de un ataque perpetrado por militantes de Gaza en el kibutz Kfar Aza. (Reuters/Ronen Zvulun)

Sin embargo, el letal contraataque de Israel en Gaza, sumado a lo que dicen los miembros del Gobierno, parece indicar que traer de regreso a esos israelíes no es una de sus prioridades. Peor aún, hay analistas que señalan con alarma que el Gobierno parece haber decidido aplicar el llamado Protocolo Aníbal, que permite arriesgar la vida de los secuestrados. En una entrevista con CNN, el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, dijo que la preocupación por la situación de los rehenes “no nos detendrá ni nos impedirá hacer lo que tenemos que hacer para asegurar el futuro de Israel”. Yosi Shelley, director general de la Oficina del primer ministro, dijo algo en la misma línea: “Los rehenes son un hecho. Y los ataques son un hecho. Esa es la decisión”. Y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, abogó en la reunión del gabinete para que Israel “golpee brutalmente a Hamás y no tenga demasiado en cuenta la cuestión de los cautivos”.

La preocupación por los rehenes "no nos detendrá ni nos impedirá hacer lo que tenemos que hacer para asegurar el futuro de Israel"

Fuentes en la región, incluido Hamás, han dicho que están dispuestas a negociar un intercambio de mujeres y niños israelíes a cambio de mujeres y niños palestinos encarcelados en Israel. La respuesta oficial de Israel la dio el ministro de Cultura, Miki Zohar, quien dijo: "No habrá negociaciones con esta organización terrorista". Pero lo cierto es que ese principio ha sido violado repetidamente en el pasado, e Israel ha liberado a miles de prisioneros a cambio de un solo soldado, algunos cuerpos y civiles.

Jazmín, la hermana gemela de Dalia Fishman, del kibutz Beeri, casada con Orón y con tres hijos, también está en Gaza. “Me escribió un mensaje diciendo que le habían dicho que habían entrado cinco terroristas al kibutz y que estaba en el refugio y que tenía mucho miedo”. Después de eso, el hijo de Jazmín, también en el mismo kibutz, le dijo que su madre había escrito “los terroristas están en el salón, intentan forzar la puerta del refugio”. Cuando su hijo la llamó, escuchó gritos en árabe y después no hubo más comunicación. “Y no sabemos nada, no sabemos si están muertos o si son prisioneros. Y después de todo lo que escucho no sé qué prefiero para mi familia…”.

"Los terroristas están en el salón, intentan forzar la puerta del refugio"

Itzik Horn es de la misma opinión, a ratos. “Lo peor es la sensación de impotencia, no sabes qué pasó con tus hijos, si, dios no lo permita, pero si están muertos, sabes que tienes que enterrarlos. Yo solo quiero que me llame Mohamed de Gaza y que me diga ‘tenemos a sus hijos’, primero sabría que están vivos, no es que eso me calme demasiado porque no son prisioneros del Ejército de Noruega que va a respetar la convención de Ginebra. Pero por lo menos saber que están vivos". Aunque al final de la conversación dice: "A veces pienso que mejor estén muertos, porque lo que les van a hacer no tiene nombre”.

Y, a pesar de todo, tal vez intercambio

“Imaginamos que por debajo de la mesa hay países que están negociando el intercambio”, dice Schwartz. “Solo porque a Hamás y a la Yihad Islámica les interesan mucho sus prisioneros en Israel, porque es un asunto social, sus prisioneros son símbolo de la lucha, están dispuestos a sacrificar a 200.000 tipos como nada para liberar a esos pocos miles de prisioneros en cárceles israelíes”.

Foto: Foto de la joven Shani Louk, en sus redes sociales (Instagram)

“A mí me da mucho miedo una ofensiva terrestre, me da miedo por los soldados y quiero que mis padres vuelvan con vida de Gaza”, dijo Yuli Benami, del kibutz Beeri.

El padre de Yuli le escribió un mensaje a las 10 de la mañana del sábado, tras horas de asedio: “Se acabó, han entrado en el refugio”. A la media hora, su hermana recibió una foto de su padre que circuló en todos los medios de comunicación israelíes. “Sacaban a mi padre en calzoncillos y camiseta y decían que era un alto mando del ejército y que había cometido crímenes contra Hamás. ¡Pero es un error, mi padre no es un alto mando del ejército!”. Yuli dice que no encontraron a su madre, aún no saben dónde está. “Espero que con mi padre”.

Y mientras la opinión pública está dividida entre ofensiva terrestre o no, las tropas israelíes se acumulan en la frontera. Se oyen cazas surcando el cielo día y noche. Las sacudidas de las bombas en Gaza se sienten en la costa de Tel Aviv.

"Sacaban a mi padre en calzoncillos en un vídeo, decían que era un alto mando del ejército y que había cometido crímenes contra Hamás"

“Muchos que saben dicen que hay que tener mucho cuidado con la entrada terrestre porque es lo que Hamás e Irán quieren”, explica Schwartz. “Eso va a acelerar el pasaje de la predisposición mundial a favor de Israel a estar en contra, la entrada terrestre siempre complica a Israel”.

El que seis días después del comienzo de la guerra no haya soldados israelíes dentro de Gaza debe querer decir que están tratando de definir un objetivo factible, que tenga en cuenta todo, rehenes y devolver a Israel la capacidad de disuasión, a decir del experto.

Pero quién sabe si existe tal opción.

“Lo que está haciendo el ejército con los bombardeos indiscriminados sobre Gaza es más de lo mismo, no podemos hacer igual que el otro lado”, dijo el excoronel de la fuerza aérea Shmuel Gordon en el telediario de la televisión pública Kan. “¡No se daña a quien no es culpable!, ¿y qué pasa con los rehenes?”. Pero sus comentarios no fueron bien recibidos por los contertulios.

"Yo vivo en Sdedrot, a un kilómetro de la frontera de Gaza", explica Itzik Horn. “Mi hijo Yair vive —se detiene, mira hacia otro lado con lágrimas en los ojos que contiene, carraspea—, espero poder seguir diciendo que vive, en Nir Oz”.

Israel Conflicto árabe-israelí
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