Lazos con Irán y comiéndole la tostada a Hamás: ¿qué es la Yihad Islámica Palestina?

La Franja de Gaza ha vuelto a convertirse en el blanco de los misiles israelíes. La enésima escalada de violencia desatada sobre suelo palestino -bautizada como 'Operación Amanecer'- tiene como objetivo tomar represalias contra una de las principales milicias del hiperfragmentado espacio político-militar, la Yihad Islámica Palestina (YIP), según declaraba el viernes el primer ministro israelí, Yair Lapid. "Las fuerzas israelíes, en colaboración con la Agencia de Seguridad de Israel, atacaron varios objetivos de la Yihad Islámica en Gaza. Los terroristas no marcarán la agenda en el área adyacente a Gaza, no vamos a tolerar ninguna amenaza contra nuestros civiles", apuntaba el mandatario.

Lo cierto es que la YIP se ha alzado como un actor relevante en el espacio palestino durante los enfrentamientos de los últimos años, aunque su arraigo en Palestina viene de lejos. Este grupúsculo fue fundado en 1979, aunque en el vecino Egipto, por el fundamentalista islámico Fathi Shiqaqi, que estuvo al frente de la organización hasta su asesinato en 1995 en Malta, en una operación ideada por el Mossad israelí.

Bajo su liderazgo en los años 80 y principio de los 90, esta milicia se erigió como una de las más activas y violentas de las que operaban en los menguantes territorios palestinos. Su papel fue clave para conformar una alianza de fuerzas -ocho facciones, organizadas bajo el nombre de Alianza de las Fuerzas Palestinas- contrarias a aplicar los acuerdos de Oslo de 1993, otro de los fallidos intentos de paz en la región.

El apoyo de Teherán

Desde sus inicios, la Yihad Islámica Palestina ha contado con la inestimable ayuda de Irán. Su nacimiento coincidió con la revolución de 1979 que desalojó de Teherán al último sha, Mohammad Reza Pahlaví, y que transformó al país en una teocracia islamista de corte chiíta. La enemistad iraní para con el Estado israelí rápidamente transformó al grupo en un actor útil para los ayatolás en Gaza y Cisjordania.

Al régimen iraní deben mucho de su armamento y financiación, hasta el punto de que han sido considerados como uno de los múltiples tentáculos de las Brigadas Al Quds iraníes, esto es, el brazo semiclandestino con el que Irán influye en los diferentes conflictos armados que han sacudido la región durante este primer cuarto de siglo (Irak, Siria, Líbano, Yemen...), y que saltaron al conocimiento público con el asesinato por parte de Estados Unidos de uno de sus más importantes cerebros, el general Soleimani.

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Teherán también los protegió desde el Líbano. A través de la milicia Hezbolá, los vecinos libaneses acogieron al fundador Shiqaqi cuando tuvo que abandonar la Franja en la década de los 80, ya consagrado como uno de los principales objetivos de la inteligencia israelí debido a los ataques suicidas protagonizados por los seguidores de la YIP.

"La relación entre la YIP y Teherán es sobre todo ideológica y pragmática. La revolución iraní fue un referente para la Yihad, que encontró un respaldo en su idea de confrontación permanente contra Israel. En cambio, para Irán su relación ha sido más práctica", apunta a El Confidencial el analista político de Oriente Medio, Daniel Bashandeh.

El régimen iraní redujo sensiblemente su financiación en 2015, cuando negociaba con Occidente el acuerdo nuclear que pretendía dejarlos fuera de la carrera por la bomba atómica. La YIP fue perdiendo relevancia durante la segunda mitad de la pasada década, pero el acercamiento de algunos países árabes a Jerusalén, auspiciado por el presidente estadounidense Donald Trump, ha reactivado a la Yihad, útil de nuevo para los intereses de Irán.

"La escalada y las amenazas de la Yihad Islámica Palestina tiene lugar en un contexto de acercamiento del mundo árabe y reorganización de las relaciones con Israel. De esta forma, el grupo, que no tiene ningún tipo de poder político en Gaza, ha lanzado un órdago a Hamás, porque sí tienen influencia en la calle", asegura Bashandeh.

La incomodidad de Hamás

Al otro lado está Hamás, que vive con incomodidad este nuevo episodio de violencia que sacude Gaza y que dificulta el ya de por sí enrevesado equilibrio político palestino y su relación con el Estado israelí. Porque Hamás es, de facto, quién gobierna y administra la Franja, un papel político que es utilizado como chantaje por grupos como la YIP.

"Hemos visto como Hamás y Fatah han condenado los ataques, pero ahora hay que ver cómo se posicionan respecto a la YIP. La Yihad está utilizando la debilidad política y todas las concesiones de Hamás a Israel, para generar desgaste y animar a la confrontación. Se trata de un juego de equilibrios en el que Hamás puede ponerse en contra a su propia gente", desgrana Bashandeh.