La filtración que enfadó a Alexia esconde la cruda realidad de su Barcelona y les deja de insolidarias

"Me sorprende que salgan conversaciones privadas a la luz. No nos podemos expresar tan libremente si se publica todo". Esta fue la queja de Alexia Putellas después de que varios medios publicaran el contenido de la reunión que la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez Mesa, mantuvo hace unos días en la Ciudad Deportiva del FC Barcelona. Primero, con todas las futbolistas del equipo catalán, y, posteriormente, con un grupo más reducido, en el que se encontraban las capitanas.

Tal y como, efectivamente, informaron dichos medios, en esta segunda reunión las azulgranas mostraron su preocupación por el bajo nivel competitivo de la Liga profesional. No en vano, el Barça no tiene rival y lleva camino de sumar su quinto título consecutivo. A falta de 8 jornadas para el final, las pupilas de Jonatan Giráldez se mantienen invictas, solo han cedido un empate y aventajan al Real Madrid, que es segundo, en 12 puntos, con un balance de 97 goles a favor y tan solo 5 en contra.

Dicho esto, la pregunta que surge tras la mencionada queja de Alexia es: ¿a quién le interesaba que trascendiera el contenido de la conversación entre la presidenta de la Liga F y las jugadoras del FC Barcelona?

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A la primera parece evidente que no, pues de hecho la observación se puede considerar una crítica a su gestión. La cual, aún tiene margen de mejora y continua lastrada por las zancadillas puestas desde la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Tras la marcha de Rubiales, quien paradójicamente dinamitó la nueva competición profesional ante la pasividad del Gobierno que la impulsó, el okupa Rocha no ha pasado de las buenas palabras.

A las futbolistas tampoco les interesaba. Y no solo como lo demuestran las mencionadas quejas de Alexia, sino porque, aunque se trate de la cruda realidad, lo publicado no les deja en buen lugar con las compañeras de otros equipos, en la mayoría de los casos es una situación que dista mucho de la suya. Y no digamos ya si, puestos a contar toda la verdad, la insolidaria medida propuesta por las azulgranas para paliar la desigualdad fue reducir el número de clubes participantes.

Una coincidencia en tiempo y espacio

Llegados a este punto, y como quiera que el día de la visita de la presidenta de la Liga F, se dio una coincidencia en tiempo y espacio que así lo constata, todas las miradas se dirigen a una filtración desde la Junta que preside Joan Laporta. Como es de sobra conocido, el club catalán atraviesa por un delicado momento económico, el cual evidentemente también afecta a su otrora flamante sección de fútbol femenino.

Aunque no pueda reconocerlo, Laporta es consciente de que el equipo femenino le supone un gasto a día de hoy inasumible, toda vez que los sueldos de las futbolistas se imputan en la masa salarial que debe presentar a LaLiga. Si a esto se le añade que el propio presidente, junto al dimitido Eduard Romeu y el tesorero, Ferran Olivé, avalaron con 15 millones de euros para poder inscribir a los últimos jugadores del primer equipo masculino, el club no puede presentar pérdidas.

La excusa perfecta para el club catalán

En este contexto hay que entender que a día de hoy el FC Barcelona no está económicamente en disposición de competir con los grandes clubes europeos que tienen equipo femenino. De ahí la excusa perfecta de que a la Liga F le falta la calidad necesaria como para evitar que sus futbolistas quieran marcharse a otros países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos, donde van a cobrar más.

Según fuentes consultadas, la visita de Beatriz Álvarez a todos los vestuarios forma parte de un proyecto de la Liga F que esta ha puesto en marcha con la idea de conocer de primera mano las inquietudes de las futbolistas. No al revés, como pudo interpretarse tras filtrarse la que mantuvo con las del Barça. En ausencia de un sindicato que defienda los intereses de las futbolistas y no los suyos, la intención de la presidenta es ver si desde la patronal del fútbol profesional femenino pueden atender algunas de las necesidades más urgentes, aunque en todos los vestuarios estas no sean las mismas.

Como quiera que el FC Barcelona es, con diferencia, el club que más recursos ha destinado en los últimos años a su equipo femenino, las azulgranas transmitieron a la presidenta de la Liga F unas inquietudes muy diferentes a las de los otros cuatro equipos que ha visitado hasta el momento. Y, como comentábamos, de ahí su petición de que la competición sea más fuerte y la insolidaria sugerencia de rebajar el número de clubes participantes.

No es oro todo lo que reluce

Esto último, la verdad es que no habla muy bien de unas futbolistas que hasta hace bien poco reivindicaban el fútbol femenino y ahora solo exigen lo que a ellas les interesa. Algo parecido a lo que sucedió en la Selección Española, cuando el ahora inhabilitado Rubiales todavía estaba al frente de la RFEF, y 15 futbolistas se amotinaron, aunque solo 7 aguantaron hasta el final y se quedaron sin ir al Mundial.

Si al poco compromiso de unas jugadoras que parecen haber olvidado de dónde vienen, se le suma que Laporta ya demostró su poco interés por el fútbol femenino cuando, nada más acabar las elecciones en las que regresó a la presidencia del FC Barcelona, fue incapaz de dar el nombre de alguna de ellas, poco más se puede añadir.

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Al igual que le sucede a su homólogo del Real Madrid, Florentino Pérez, el máximo dirigente culé ve el fútbol como un negocio y, hoy por hoy, el femenino no lo es. En su caso, ya no es que no gane, sino que corre el riesgo de perder, algo que el abogado catalán no puede permitirse.

De ahí que si al final de esta temporada, la dos veces Balón de Oro, Alexia Putellas, y al final de la próxima, la última Balón de Oro, Aitana Bonmatí, insisten en sus pretensiones, el FC Barcelona no tendrá ningún problema en abrirles la puerta. Aunque desde el club catalán no dudarán en echar la culpa a la poca competitividad de la Liga F.