Pobre niño rico: alguien debería contarle a Cristiano Ronaldo la verdad sobre su salario

Si el título de mejor jugador del mundo lo determinara el número de pataletas durante un partido, el mejor jugador del mundo sería Cristiano Ronaldo.

Hemos visto tantos berrinches de Ronaldo en el campo, maldecirse tras marcar gol un compañero en vez de él, que nos parecía un comportamiento rutinario. Sí, todos sabían que Ronaldo estaba obsesionado consigo mismo, pero su actitud quedaba opacada por dos motivos: era una máquina de marcar goles y ganar partidos, y algunos pensaban que ese fuego egocéntrico interior era el factor decisivo de su juego voraz (y de que siguiera compitiendo al máximo nivel bien avanzada la treintena).

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Ronaldo, en definitiva, reunía todas las características narcisistas para tener una decadencia histriónica, y así ha sido.

De pronto, los goles no entraban, los entrenadores le sentaban en el banquillo y Ronaldo empezó a montar pollos terribles.

Pero, ojo, cuanto más cae, más se llena los bolsillos: fichaje por el Al Nassr saudí por 200 millones al año, 90 en sueldo (100% libre de impuestos) y el resto en publicidad.

En efecto, estamos ante una paradoja deportiva extraordinaria: el ocaso de Cristiano Ronaldo le convirtió en meme y, al mismo tiempo, en el mejor pagado del planeta. ¿Cómo se come esto?

Un tipo conflictivo

El Mundial de Qatar no será recordado por los goles de Ronaldo, sino por sus performances vanidosas. Estaba tan ofuscado por la humillación de ser suplente en el Manchester United, que le pareció buena idea convulsionar la concentración mundialista con una entrevista explosiva contra el equipo británico. Durante la competición, montó un numerito para que le concedieran un gol que no había metido e insultó a su entrenador tras cambiarle. Acabó en el banquillo con cara de PUES AHORA NO RESPIRO y, en general, pareció más pendiente de sus intereses que de los de su selección.

Ronaldo, en definitiva, entró en una fase novedosa en su carrera: si antes se le permitía TODO porque ganaba partidos, ahora no se le permitía casi nada. Pero, ¡ay!, el jugador no parece haber comprendido bien del todo su nueva situación.

"Cristiano tiene un problema evidente de percepción que no le permite discernir si los elogios que le hacen son reales o son fingidos"

Durante el Mundial, el entorno del jugador (su mujer Georgina y su hermana) cargó contra el entrenador portugués por sus suplencias. La sensación de que la familia Ronaldo se enroscaba cada vez más sobre sí misma se confirmó esta semana, cuando el diario luso Publico aseguró que el jugador había roto con su todopoderoso mentor, el agente Jorge Mendes.

"Los grandes clubes tuvieron reticencias con Ronaldo. Prueba de ello es que acabó en Al Nassr y no en el PSG. El gran plan de Cristiano era acabar en un club top con dignidad, y lo de dignidad lo digo entre comillas: no estoy diciendo que no sea digno acabar en Arabía Saudí, pero es una expresión suya y su plan no se concretó. Y no se concretó, en primer lugar, por su imagen conflictiva los últimos meses en el Manchester United y en la selección portuguesa. Jorge Mendes tuvo el coraje de decirle algunas verdades [sobre su actitud contraproducente] que Cristiano no encajó bien. Y Ronaldo decidió que para ir a Arabía Saudí como agente libre no necesitaba un agente", ha contado Vítor Pinto, subdirector del diario portugués Record.

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Ronaldo, en definitiva, ha entrado en la clásica fase de negación de una realidad decadente en la que ves enemigos por todas partes, purgas a tus aliados más estrechos y solo sobreviven los discípulos más enardecidos. El entorno familiar de Ronaldo, por ejemplo, se jacta de que Ronaldo estará en el Mundial 2026, con 41 años, deseo cercano al autoengaño neurótico.

"Cristiano tiene un problema evidente de percepción que no le permite discernir si los elogios que le hacen son reales o son fingidos. Es muy curioso, por eso su entorno le trata poco menos que como a un Julio César triunfante todo el rato, porque saben que no es capaz de ver más allá", asegura un conocedor del universo Mendes.

¿Por qué ningún club europeo ha fichado a Ronaldo? “Ronaldo no puede sobrevivir a su fama a un mes de cumplir 38 años. Y desde luego no puede cobrar como la estrella que ha sido. No hay nadie que pueda satisfacer su ego, su petición económica y a la vez darle las oportunidades colectivas que en su cabeza tienen lógica, pero en la realidad no”, añade dicha fuente.

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La diferencia entre cómo se ve Ronaldo y cómo lo ven los demás se ha agrandado estos días. Él cree seguir siendo el mejor, pero solo su entorno estrecho piensa que eso es cierto, o al menos se lo hace creer, como buenos discípulos de la monarquía autoritaria de Ronaldistán.

El corolario a esta grieta interna es una grieta externa: ¿cómo es posible que un futbolista valorado en 20 millones de euros en Transfermarket, y al que los principales clubes europeos han evitado, se haya convertido en el deportista mejor pagado de todos los tiempos?

La aventura exótica

Esta semana, durante su presentación en Arabia Saudí, Ronaldo negó, entre molesto y desafiante, que su salida de Europa fuera su ocaso. Tras presumir de haber rechazado ofertas de clubes de élite de varios países porque prefería el Al Nassr (algo que hay que poner en cuarentena), Ronaldo hizo su enésimo ejercicio de autoafirmación: "Firmo un contrato único porque soy un jugador único". Sostener el discurso de SIGO SIENDO EL REY cuando uno va a una liga menor no es trago sencillo, aunque Ronaldo se metiera solo en el laberinto en el que está ahora, en el que su marca es mucho más grande que su valor futbolístico. En efecto, hay alguien dispuesto a pagarle 200 millones al año por seguir jugando al fútbol, pero no al fútbol de élite, sino a un fútbol en el que la marca es más importante que marcar.

"Los saudíes creen de verdad que ser capaces de comprar este tipo de cosas genera admiración y no un poco de repelús"

Ronaldo cobrará TRES VECES más que Kylian Mbappé, el futbolista más cotizado del planeta. Cuando Mbappé burló al Real Madrid para quedarse en el PSG, se dijo que lo hacía por lucro indecente, pero comparado con el nuevo sueldo de Ronaldo, el de Mbappé parece calderilla.

Los expertos más sensatos creen que los saudíes están pagando un exagerado sobreprecio por Ronaldo, pero la pregunta es: ¿por qué el régimen saudí gasta descontroladamente en Ronaldo? ¿Qué están comprando exactamente? ¿Un jugador, una marca o un activo geopolítico?

"Ronaldo no puede sobrevivir a su fama con 38 años. No hay nadie que pueda satisfacer su ego"

Preguntamos al conocedor del clan Mendes si el fichaje de Ronaldo está fuera de mercado y nos responde con otra pregunta. ¿Conocemos la historia del cuadro Salvator Mundi? La historia es la siguiente: hay 15 cuadros de Leonardo Da Vinci en el mundo. El último original del maestro italiano apareció hace un siglo, pero en 2017 la familia real saudí pagó 450 millones de dólares por el Salvator Mundi, que algunos atribuyeron a Da Vinci alegremente y por motivos interesados, pero cuya autoría está puesta más que en duda. Ahora viene la analogía entre Ronaldo y el Salvator Mundi:

“El fichaje de Ronaldo se explica por la teoría del lujo. Ficharle te da una exclusividad histórica, no fichas a un jugador sino a una figura irrepetible. El tema futbolístico es lo de menos. Es algo muy de jeque, lo compras porque puedes comprarlo, cueste lo que cueste, sin importar nada más. ¿Conoces el caso del cuadro Salvator Mundi? Cristiano Ronaldo es el nuevo Salvator Mundi. Es muy dudoso que valga lo que pagaron por él, es posible que ni siquiera sea un cuadro original, como Cristiano es posible que hoy sea un jugador del montón (de un montón alto quizá), pero nada de eso importa porque estos jeques caprichosos se comportan así, compran cosas que valgan un titular aunque no valgan lo que pagan por ello. Hay un punto de capricho en el tema, pero también una manera de hacer política. Creen de verdad que ser capaces de comprar este tipo de cosas genera admiración y no un poco de repelús”.

"Pagándole la mitad seguramente hubiera aceptado igual y seguiría siendo el futbolista mejor pagado. 200 millones es una cifra absurda"

Con todos sus excesos, no estamos ante una inversión saudí 100% a fondo perdido. Hay intereses geopolíticos más profundos. Fichar al futbolista mediático es parte de una campaña de relaciones públicas, el soft power de un régimen en el filo de la navaja. Si la imagen internacional de Arabia Saudí no es la mejor por sus leyes sociales retrógradas y por un episodio sangriento que salpicó al líder máximo Mohammed bin Salman (el salvaje asesinato del periodista saudí disidente Jamal Khashoggi), en un contexto de boicot al petróleo ruso, Arabia Saudí se ha convertido (otra vez) en el nuevo mejor amigo de muchos países occidentales. A la Arabia Saudí petrolera nunca le vamos a cerrar la puerta en las narices, pero el país tiene una imagen negra que podría blanquearse con la llegada de Ronaldo y, tachán, su conversión en sede del Mundial de Fútbol 2030, al que también aspira España (con, ejem, Portugal, el país de Cristiano Ronaldo).

Habla el economista e historiador del fútbol David Valero Carreras:

1) "No hay duda de que el fichaje de Ronaldo forma parte de una política de lavado de imagen de las monarquías del Golfo, como hemos visto con el Mundial de Qatar. Hacen inversiones que, como el caso del PSG, económicamente no tienen sentido y futbolísticamente no acaban de cuajar, pero voltean la mala imagen de estos Estados en Occidente".

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2) "En el caso concreto de Ronaldo, sinceramente, no entiendo lo alto de las cifras. Pagándole la mitad seguramente hubiera aceptado igual y seguiría siendo el futbolista mejor pagado. 200 millones es una cifra sin sentido. Pero es que, además, su rentabilidad a nivel de imagen no está nada clara: Ronaldo está en el fin de su carrera y no es la figura pública con la imagen más simpática del mundo. Los impactos mediáticos de la liga saudí son muy reducidos. En resumen, no entiendo la operación, puedo entender el lavado de imagen que hay detrás, pero aun así me parecen cifras absurdas, salvo que nos estén ocultando algo que explique todo esto".

Una explicación retorcida

Si lo macro ha jugado un papel en la operación saudí (geopolítica, lavado de imagen), también lo ha hecho lo micro. Siempre hay una perversa teoría psicológica capaz de explicar cualquier cosa, también el fichaje de Ronaldo.

Hay quien dice que el día más triste en la vida de Cristiano Ronaldo fue la eliminación de Portugal en el Mundial de Qatar, pues se le vió saliendo del terreno de juego llorando. Pero hay también quien cree (con un poco más de mala baba) que el verdadero día más triste de la vida de Ronaldo ocurrió poco después, en concreto, cuando Argentina se proclamó campeona del torneo, Messi ganó su ansiado Mundial y la prensa clamó que el mejor jugador de la historia era Lionel Andrés Messi Cuccittini. En efecto, como dirían en Aterriza como puedas, Ronaldo eligió un mal día para dejar de oler pegamento durante la final del Mundial.

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A nadie se le escapa que la rivalidad entre Ronaldo y Messi, sus proezas en los duelos entre el Madrid y el Barcelona, su ansiosa carrera por ganar más Balones de Oro que el rival, marcó una era futbolística.

Si Batman da lo mejor de sí cada vez que el Joker intenta destruir Gotham, Ronaldo hizo mejor a Messi y Messi hizo mejor a Ronaldo. El gran pique.

Pues bien: ahora que Messi ha ganado la guerra deportiva a Cristiano, quizá Ronaldo haya decidido sacarse la chorrita con un salario tan galáctico que Messi parece un pordiosero a su lado. Piénsenlo.