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Arabia Saudí se disfraza de verde para seguir vendiendo petróleo
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a menos de una semana de la COP26

Arabia Saudí se disfraza de verde para seguir vendiendo petróleo

El país árabe ha presentado una serie de iniciativas para alcanzar la neutralidad en carbono en el año 2060. Pero eso sí: seguirá extrayendo crudo para que lo quemen otros

Foto: El príncipe Mohamed Bin Salman este lunes, estrechando la mano de John Kerry, el Enviado Especial para el Clima de la Casa Blanca. Foto: Reuters
El príncipe Mohamed Bin Salman este lunes, estrechando la mano de John Kerry, el Enviado Especial para el Clima de la Casa Blanca. Foto: Reuters

La utilización de los combustibles fósiles como el petróleo y sus derivados, el carbón y el gas natural es la mayor fuente de gases de efecto invernadero (GEI) y esto, a su vez, es la principal causa del cambio climático. Hasta aquí, todos lo tenemos claro. Por desgracia no es así, dado que en Oriente Medio hay países cuya estrategia climática parece la de un bombero pirómano: miles de millones de dólares para luchar contra el cambio climático a la vez que se mantiene y se aumenta la producción de petróleo.

Ese es el caso de Arabia Saudí. A menos de una semana de que de comienzo la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow, el gobierno del país Árabe ha anunciado su hoja de ruta climática que culmina, según lo planeado, con la neutralidad climática en el año 2060, en línea con otros gigantes como China (EEUU y la Unión Europea pretenden alcanzarla 10 años antes).

Arabia Saudí planea una 'economía circular de carbono' en la que el petróleo se sigue quemando al mismo ritmo que se retira CO2

El problema es que Arabia Saudí no planea, en ningún momento, reducir su producción de petróleo (según han anunciado en el informe remitido a la ONU) dado que no contabilizan el impacto medioambiental de los combustibles fósiles que ellos extraen, siempre y cuando no sean ellos quienes lo quemen.

La cifra, a día de hoy, de barriles diarios extraídos por el país árabe es enorme. De hecho, según un reciente estudio de British Petroleum, 1 de cada 10 barriles utilizados en el mundo proviene de Arabia Saudí, que tiene una producción de 12.402.761 barriles diarios (y reservas de petróleo que, según los cálculos, durarán otros 221 años si se sigue extrayendo al mismo ritmo).

placeholder Una de las refinerías de Aramco en Arabia Saudí. Foto: Reuters
Una de las refinerías de Aramco en Arabia Saudí. Foto: Reuters

A pesar de eso, el Príncipe Mohammed bin Salman ha anunciado que el país invertirá 187.000 millones de dólares (unos 160.000 millones de euros) en acciones climáticas para el año 2030, al mismo tiempo que reafirmaba que el país seguiría extrayendo gas y petróleo al mismo ritmo. Esto, el mismo día que se reunió con John Kerry, el Enviado Especial para el Clima de la Casa Blanca en una reunión este lunes en Riad. Según sus cálculos, esta inversión permitirá que en una década el país evitará que 278 millones de toneladas de CO2 acaben en la atmósfera. Esto, en comparación a su anterior compromiso, que solo aseguraba la retirada de 130 millones de toneladas, es una mejora más que considerable.

Para lograr este objetivo, el país árabe pretende llevar a cabo una transición energética hacia las renovables (¿vender petróleo? Claro. ¿Usarlo? ¡Jamás!). A día de hoy, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en Inglés), Arabia Saudí produce tan solo 433 GWh de energía fotovoltaica (la única renovable instalada), lo que no representa ni un 1% del total de energía generada (siendo el gas y el petróleo, a partes casi iguales, los que generan el resto).

placeholder A pesar de retirar las emisiones de CO2 generadas por el uso de combustibles fósiles, los resultados son peores que en el caso de no utilizarlos en primer lugar. Foto: Reuters
A pesar de retirar las emisiones de CO2 generadas por el uso de combustibles fósiles, los resultados son peores que en el caso de no utilizarlos en primer lugar. Foto: Reuters

Para recortar las emisiones, el país árabe no pretende basarse únicamente en la generación de energía renovable. También han llevado a cabo una serie de propuestas ecológicas como plantar 10.000 millones de árboles para luchar contra la desertificación y reducir las emisiones de carbono.

Pero no todas las iniciativas para combatir el cambio climático son tan bien recibidas como la planta de árboles: Arabia Saudí planea emplear una 'economía circular del carbono'. Para llevar a cabo este modelo, el país árabe pretende crear masivas plantas de captura de CO2 para poder así seguir quemando combustibles fósiles ("si lo que entra es igual a lo que sale, ¿qué más da?" parece ser su filosofía). Diversos estudios ya han avisado de que, aunque efectiva, la captura de CO2 no es ni remotamente tan beneficiosa para el medio ambiente como la 'no emisión' de GEI.

Foto: La ONU reclama frenar ya la producción de combustibles fósiles (Reuters)

Después de la declaración de intenciones de los representantes del reino de Arabia Saudí, Aramco, la petrolera estatal anunció que reduciría sus emisiones para alcanzar la neutralidad en carbono (solo teniendo en cuenta la extracción y el procesado de petróleo, no su consumo) para el año 2050. Al mismo tiempo, el reino Saudí planea, al igual que muchos otros países en las últimas semanas, reducir su emisión de metano, el segundo GEI más importante, en un 30% para el año 2030. Todos esto a la vez que la propia Aramco ha anunciado que planea aumentar la producción de petróleo de 12 a 13 millones de barriles al día.

Estas intenciones no han sido bien recibidas por la comunidad internacional. Algunas de las personalidades ecologistas más importantes del mundo, como Rachel Kyte, han reaccionado en redes sociales al anuncio del reino saudí:

"Están los alcances 1, 2 y 3, y luego está el 'Alcance Saudí'" escribió en Twitter. Los alcances son un método para clasificar las emisiones de carbono de una compañía. Las dos primeras (que hacen referencia a las instalaciones de la empresa, los vehículos que esta tiene, los bienes y servicios adquiridos, los desechos, etc) son obligatorias, mientras que la tercera, que hace referencia al transporte y distribución de los bienes producidos, su manufacturación, el uso de los productos comercializados, etc... no es obligatoria. En este caso, Aramco ha avisado de que el Alcance 3 no será contabilizado.

placeholder El Ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdulaziz bin Salman, durante la presentación de la 'Iniciativa Verde Saudí' este lunes. Foto: Reuters
El Ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdulaziz bin Salman, durante la presentación de la 'Iniciativa Verde Saudí' este lunes. Foto: Reuters

No es la primera vez que las empresas o autoridades saudíes se enfrentan de cara a las instituciones internacionales en lo que a cambio climático se refiere. Ciando la IEA avisó de que los inversores deberían dejar de financiar los proyectos de crudo, gas y carbón si se quería alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de evitar un calentamiento global superior a los 1,5 ºC, el Ministro Saudí de energía, el Príncipe Abdulaziz bin Salman denominó este objetivo de la IEA como "una secuela a la película 'La La Land'".

A pesar de que muchos países han prometido acciones climáticas de calado para las próximas décadas, muchos ponen en duda que se lleven a cabo con la eficacia que es necesaria. Mucho peor es, en cambio, el caso de Arabia Saudí, que desde el inicio ya parecen inefectivas.

La utilización de los combustibles fósiles como el petróleo y sus derivados, el carbón y el gas natural es la mayor fuente de gases de efecto invernadero (GEI) y esto, a su vez, es la principal causa del cambio climático. Hasta aquí, todos lo tenemos claro. Por desgracia no es así, dado que en Oriente Medio hay países cuya estrategia climática parece la de un bombero pirómano: miles de millones de dólares para luchar contra el cambio climático a la vez que se mantiene y se aumenta la producción de petróleo.

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