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La pandemia acelera la caída del petróleo en 2020
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la demanda de crudo cayó un 9,3%

La pandemia acelera la caída del petróleo en 2020

La excepcional situación provocada por el covid-19 provocó que la demanda de combustibles fósiles disminuyera el pasado año. Tanto que el barril de brent alcanzó su precio más bajo (41,84$) desde el año 2004

Foto: Un pozo petrolífero en el Lago Maracaibo, en Cabimas, Caracas. (Reuters)
Un pozo petrolífero en el Lago Maracaibo, en Cabimas, Caracas. (Reuters)

2020 fue un año convulso, en el que las cadenas de suministro de los diferentes bienes básicos y productos de las sociedades actuales se vieron azotadas por la pandemia de la Covid-19. De manera desigual y desordenada, cada país fue vetando la entrada y salida de personas y bienes, repercutiendo en los sistemas productivos y laborales.

Pues bien, las restricciones de movilidad hicieron tambalearse a las grandes empresas y los mercados financieros internacionales de los combustibles fósiles, piedra angular y fuente de energía primaria básica de nuestra sociedad desde la revolución industrial hasta hoy. Esta es la conclusión más rotunda que se extrae de uno de los informes más completos el sector energético internacional, Statistical Review of World Energy 2021, de la petrolera BP. Un auténtico diluvio de cifras que permiten tomar el pulso al cambio de modelo energético y esbozar muchas pistas del futuro que tenemos por delante.

El sector petrolífero, en shock

Las restricciones golpearon de tal manera a la industria energética que el consumo de energía primaria -aquella energía disponible en la naturaleza antes de ser convertida o transformada- se desplomó un 4,5%, cifra nunca vista desde 1945. El petróleo representó tres cuartas partes del descenso, una caída libre y sin paracaídas.

placeholder Un petrolero esperando a entrar en el puerto de Los Ángeles en EEUU. Reuters
Un petrolero esperando a entrar en el puerto de Los Ángeles en EEUU. Reuters

No solo se encuentran evidencias del shock en los datos del consumo per se. El precio del barril de petróleo Brent fue el más bajo desde 2004, con una media de 41,84$ por barril, causado por una histórica caída de la demanda de petróleo del 9,3%. Estados Unidos consumió 2,3 millones de barriles menos al día en 2020 (habitualmente consume 22,4 millones ), la Unión Europea redujo el consumo en 1,5 millones e India en 440.000 barriles. En consecuencia, la actividad de las refinerías retrocedió un 8,3%, su nivel más bajo desde 1985.

Las regiones más afectadas fueron las más dependientes y con una mayor cuota de consumo previo, como Norte América, con una caída del consumo de energía primaria del 8% y Europa con el 7,8%. En cambio, en Asia solo descendió un 1,6%, debido al incremento del 2% en China por la recuperación de la actividad productiva en el segundo semestre de 2020. Asimismo, el consumo retrocedió un 7,8% en América Central y del Sur y un 3,1% en Oriente Medio.

Las renovables cogen aire

Pese a la caída, el sistema económico global continuó encadenado energéticamente a la quema de gas, de carbón y, sobre todo, de ingentes volúmenes de petróleo. Así lo revela el informe, mostrando que el petróleo supuso en 2020 el 31,2% del mix de energía primaria consumida. Le sigue en el podio el carbón, con un 27,2%, y el gas natural con el 24,7% (cifra récord).

placeholder Pozos petrolíferos en el sur de Texas, en EEUU. Reuters
Pozos petrolíferos en el sur de Texas, en EEUU. Reuters

Ese récord en el mix mundial de energía primaria también se ha reflejado en las renovables, con un 5,7%. Si analizamos la generación de electricidad mundial con renovables, la eólica fue la que más contribuyó al crecimiento de la generación de electricidad a partir de energías renovables (173 TWh), seguida, muy de cerca, por la solar (148 TWh).

En gran medida, según indican los redactores del informe, esto se debe al impulso del gigante asiático al acelerar su apuesta renovable al aumentar la capacidad de eólica y solar en 238 GW en 2020, un 50% más que en cualquier otro periodo histórico. Otra de las causas del espectacular avance renovable se debió a que los costes de la eólica y de la solar fotovoltaica decrecieron en un 40% y un 55%, respectivamente, durante los últimos 5 años, y lo seguirán haciendo en la próxima década.

En España predominan el sol y el viento

La tendencia global también se ha plasmado en España con un bajón del 11,4% en el consumo de energía primaria total, con ciertas diferencias estructurales de las fuentes energéticas que ya se encontraban en proceso de decadencia. Es el caso del carbón, ahogado por el precio del CO2 y de las renovables, que decreció en un 53,7%, acompañado del 18,4% del petróleo y el 10,1% del gas natural. La buena noticia fue que se aumentó en un 21,5% el consumo de energía primaria hidroeléctrica y un 4,8% de renovables.

Foto: Instalaciones de almacenamiento de crudo en Alaska. Reuters

Estas fueron las que asumieron el liderazgo a la hora de producir energía eléctrica. A pesar de que hubo una caída del 4,7% en la generación de electricidad, auspiciado por la minoración de la demanda en la actividad industrial y comercial, las renovables lideraron la cuota del mix eléctrico con un 42,3%. Un duro varapalo a la generación de gas, el líder hasta 2020, que se quedó en un 26,9%. La nuclear se mantuvo en tercera posición, con un 22,8%, y el petróleo llegó al 4,2%. El carbón sufrió la enésima estocada con una residual contribución de un 2,2%.

Estas buenas noticias marcan el sendero a seguir, pero no será fácil. Como sucede a escala global, el informe también revela la posición de férreo dominio que continúa ostentando el petróleo con un 44,4% del total de la energía primaria que se consumió en España durante 2020, con una gran distancia respecto al gas (23,5%), seguido de las renovables (15,5%), nuclear (10,4%) e hidroeléctrica (4,8%). El carbón se quedó en un 1,4% testimonial. 2021 está siendo un año de recuperación y normalización de la actividad global, con una escalada de récords en los precios del petróleo y del gas en los mercados financieros internaciones que todavía no han tocado techo.

2020 fue un año convulso, en el que las cadenas de suministro de los diferentes bienes básicos y productos de las sociedades actuales se vieron azotadas por la pandemia de la Covid-19. De manera desigual y desordenada, cada país fue vetando la entrada y salida de personas y bienes, repercutiendo en los sistemas productivos y laborales.

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