El ocaso de Cristiano Ronaldo: el astro que se creía indestructible y lo perdió todo

Cristiano Ronaldo tenía en su mano poder ganar un Mundial de fútbol con Portugal. Era su última oportunidad para coronar una carrera repleta de récords, títulos, trofeos, Balones de Oro y un sinfín de éxitos individuales y colectivos. La guinda para un recorrido al alcance de unos pocos privilegiados. Sin embargo, la realidad del césped fue todavía más tozuda. Cristiano Ronaldo se va del Mundial de Qatar entre lágrimas, con un solo gol marcado (de penalti vs. Ghana en la fase de grupos), como suplente, tras haber perdido la titularidad por su comportamiento caprichoso y ególatra y sin haber marcado ni un solo tanto en fase eliminatoria en los cinco Mundiales que ha disputado. Es el ocaso de un delantero de leyenda que no ha sabido afrontar el inexorable paso del tiempo hasta que el reloj ha acabado con él.

El astro portugués empezó como titular en la fase de grupos. De hecho, en el tercer partido frente a Corea del Sur, con el equipo ya clasificado para los octavos de final, fue uno de los pocos jugadores que permaneció en el once (junto al portero Diogo Costa, Joao Cancelo y Rúben Neves). Después de fallar varios goles cantados en un partido que terminaría ganando Corea del Sur, el 7 portugués salió sustituido y desaprobó la decisión del técnico, Fernando Santos. Los gestos de enfado eran inequívocos mientras abandonaba el césped por la línea de cal. A partir de entonces, Cristiano Ronaldo ya nunca más sería titular con Portugal.

TE PUEDE INTERESAR

Cristiano Ronaldo rompe a llorar tras quedar eliminado en el Mundial en una imagen histórica

A. Ortega

"Tuve una conversación con Cristiano Ronaldo. Hablamos sobre la selección portuguesa. Fue antes del encuentro ante Suiza para decirle por qué iba a ser suplente. Le dije que no iba a ser titular en octavos de final. Él no estaba feliz con la conversación, como es normal. Cuando le dije que no iba a jugar de titular me preguntó si era buena idea. Claro que no estaba feliz. Pero aseguró que nunca quiso dejar la concentración", explicaría Fernando Santos. Después de la goleada ante Suiza (6-1), Gonçalo Ramos volvió a ser titular contra Marruecos. Sin embargo, el combinado europeo no pudo derribar el muro de Marruecos y recurrió a Cristiano Ronaldo, su gran estrella.

¿Podía Cristiano Ronaldo darle la vuelta a su situación? La pelota se negó. El luso salió en el minuto 51 de partido y disputó más de 40 minutos (contando añadido) y tuvo una ocasión muy clara para poner el empate en el marcador. Sin embargo, su remate, al medio y poco dañino, fue despejado por el imbatible Bono. No se mostró mejor en otras facetas del juego, con solo tres pases completados, cinco pérdidas de balón y cero regates completados. Al final, Marruecos resistió, Portugal cayó en cuartos de final y Cristiano Ronaldo se marchó llorando al vestuario. Es la imagen de un futbolista que comprende, nada más terminar el encuentro, que nunca más podrá ganar un Mundial. No ayuda que Leo Messi ya esté en semifinales.

En caída libre

Es otro varapalo extraordinario para la carrera de Cristiano Ronaldo, ahora mismo en paro. Hace menos de un mes, el Manchester United y el jugador luso llegaron a un acuerdo para poner fin a su segunda etapa en el club red devil con una escueta despedida, fruto de la tensión desatada entre jugador, cuerpo técnico, institución y plantilla. "El club agradece a Cristiano Ronaldo por su inmensa contribución a lo largo de las dos etapas en el Manchester United, donde marcó 145 goles en 346 encuentros y le desea a él y a su familia suerte en el futuro", explica el texto en su página web. "Todo el mundo en el Manchester United sigue concentrado en continuar progresando bajo la tutela del entrenador, Erik ten Hag, para trabajar conjuntamente y lograr éxitos en el campo".

Despedida con lo mínimo y recado a una estrella en declive, que se va del club con el que se hizo eterno en Europa por la puerta de atrás y tras ser multado por sus acusaciones en una entrevista donde criticaba a la directiva y el cuerpo técnico inglés y admitía que se sentía "traicionado" y era "la oveja negra" del Manchester United. Es el final de un jugador tan enorme que no ha sabido cómo afrontar su puesta de largo. Demasiado grande como para entender un papel secundario. Un delantero tan determinante que no puede llegar a comprender cómo ya no marca la diferencia. Alguien que se ha sacrificado tanto y ha tenido una ética de trabajo ejemplar... y al que con 37 años ya no le alcanza para estar entre los mejores del mundo.

La caída libre de Cristiano Ronaldo desde que salió del Real Madrid no encuentra el suelo. Se fue de la Juventus de Turín por la puerta de atrás y sin poder conseguir el máximo objetivo para el que lo ficharon: ganar la Champions League. Sus números fueron impresionantes, pero los turineses no superaron ni una sola vez la barrera de los cuartos de final de la Champions League ante tres rivales de un calibre inferior (Ajax de Amsterdam en cuartos 18/19, Olympique de Lyon en octavos 2019/20 y Porto en octavos 2020/21). También perdieron la hegemonía en la Serie A tras nueve años y con Cristiano siendo el máximo goleador en tan solo una de tres ligas disputadas.

No fue mejor en el Manchester United, donde en su segunda etapa no logró reconducir a un club a la deriva a su máximo nivel. En la primera temporada anotó 24 goles, pero el equipo no pasó del sexto lugar en la Premier League y cayó eliminado en los octavos de final en la Champions League. No ganó ningún título. En la segunda campaña, tras una rifa interminable en que se le relacionó con el Atlético de Madrid y otros clubes con filtraciones interesadas, el bagaje ha sido más trágico. Al final, Cristiano Ronaldo terminó como suplente, apartado, jugando la Europa League y saliendo de la entidad en medio de la temporada.