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El descenso a los infiernos del 'president' Gerard Piqué en el Barça de Laporta y Xavi
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El objetivo es ser presidente del club

El descenso a los infiernos del 'president' Gerard Piqué en el Barça de Laporta y Xavi

La directiva y su entrenador y excompañero han empujado al central azulgrana a irse del club de manera precipitada. Piqué se marcha dolido y arrinconado en el banquillo

Foto: Piqué y Xavi se saludan tras la ovación al central culé en su retirada. (Reuters/Albert Gea)
Piqué y Xavi se saludan tras la ovación al central culé en su retirada. (Reuters/Albert Gea)
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"No fue culpa tuya, ni tampoco mía, fue culpa de la monotonía", canta la artista Shakira en su última canción titulada Monotonía. En el nuevo tema en el que describe la dolorosa ruptura con el central del Barça, Gerard Piqué, la colombiana protagoniza frases como "Este amor no ha muerto, pero está delirando ya" o "Yo te quiero, pero es que yo me quiero más a mí" y "me dejaste por tu narcisismo". Una canción centrada en la degradación de su relación con el defensa azulgrana, pero que también podría servir para plasmar cómo Pique ha pasado de ser un futbolista tremendamente admirado en el FC Barcelona e idolatrado por la afición a convertirse en un problema insostenible que ha terminado por explotar. Así ha sido la caída a los infiernos por parte del mejor central en la historia del club catalán.

Gerard Piqué se va del FC Barcelona como último central y solución de emergencia en los planes de su entrenador y excompañero, Xavi Hernández, tras recibir una sonora pitada en el Camp Nou al costarle de la eliminación de la Champions League contra el Inter de Milan y haber sido presionado desde todos los frentes posibles por la directiva del Barça para que abandonara el club o, como mínimo, que se rebajase un salario desorbitado. Sin embargo, el relato del central catalán es diferente. Dice que "cierra un círculo" y que, al retirarse, hace honor a aquellas palabras que afirmó en una entrevista en octubre de 2021 en El País, en la que decía que "cuando vea que no soy tan importante como siempre lo he sido, me voy a ir". Por entonces, Piqué aseguraba que no se sentía mayor y que "cuando estoy bien físicamente, lo noto. No seré el más rápido, pero puedo competir contra los mejores y no sentirme inferior. Mientras sea así, jugaré".

placeholder Gerard Piqué se lamenta tras fallar en el gol de los italianos. (EFE/Alejandro García)
Gerard Piqué se lamenta tras fallar en el gol de los italianos. (EFE/Alejandro García)

"Intentamos rebajar los salarios de varios capitanes, pero no pudo ser y al final avalamos nosotros personalmente para inscribir a los fichajes", admitió Laporta en la última Asamblea de Socios Compromisarios. El mensaje iba dirigido para Jordi Alba, Sergio Busquets y Gerard Piqué. Los tres capitanes que hipotecan al club, según la directiva, y cuyos contratos no finalizaban hasta esta temporada (Busquets) y las próximas dos (Jordi Alba y Piqué). Un contrato, por cierto, en el que los servicios jurídicos del club encontraron "presuntas irregularidades". Las operaciones se produjeron una semana antes de que Bartomeu presentara su dimisión.

Piqué, que aconsejó a Laporta que dejase marchar a Leo Messi del Barça, cuando se extinguía el contrato de Leo, se ha visto arrinconado por una masa salarial disparada y por los dardos de la junta: "Sin Leo, se arregla el tema del juego limpio financiero", llegó a decirle al presidente azulgrana, según El País. Casualidades del destino, su rebaja y diferimiento de sueldo en el primer año de Laporta permitieron al club azulgrana poder inscribir a Memphis Depay y Eric García en el verano de 2021. "¿La rebaja? Es lo que tocaba. Entendemos que es lo que necesita el club y los otros capitanes también lo harán. Somos una familia". Piqué apoyó a Laporta en las elecciones y en su intento inicial de establecer una escala salarial (no así en 2022) y ahora la unión se ha roto.

Le han empujado a irse

Aunque hay más motivos que un sueldo extraordinario que le convirtió en el central mejor pagado del mundo en su día o un bajón deportivo para explicar su retirada. El problema de Gerard Piqué nunca ha estado en el campo. De hecho, hasta la temporada pasada fue el mejor central del equipo y llegó incluso a jugar lesionado por delante de Eric García para que el equipo sellase la clasificación a la Champions League. Pero entonces llegó el verano, los refuerzos y las palabras de Xavi Hernández. El programa de TV3, 'Onze', contó cómo Piqué desafió a Laporta: "Seré titular. Si tienes narices, trae al mejor central del mundo, que vendrá para ser suplente". ¿Pero qué ha pasado para llegar hasta este punto y cómo Piqué se retira del fútbol con dos años más de contrato?

placeholder Piqué, junto a Laporta, en la toma de posesión de la directiva. (Reuters/Albert Gea)
Piqué, junto a Laporta, en la toma de posesión de la directiva. (Reuters/Albert Gea)

La diferencia en el discurso radica en que Piqué se va del Barça cuando se ve con el agua al cuello y desde la directiva y el cuerpo técnico le empujan a irse. Porque ya se ha cansado de los reproches de la directiva, la animadversión de una parte importante del Camp Nou y la suplencia eterna a la que le había sometido Xavi. Se va dolido y señalado y por eso nadie del club conocía que había grabado él su propio vídeo de despedida. Ya no le ríen más las gracias (aquellas que llegaron a cansar a Pep Guardiola y a Luis Enrique) y la revolución jerárquica en el Barça pasaba por su salida. Así lo entendía Xavi, al que no le ha valido que el central prometiese que iba a centrarse en el Barça a principios de temporada.

Un central con ansias de protagonismo que iba en bici o patinete por Barcelona como si la ciudad fuera suya (se quedó sin puntos, le quitaron el carnet y fue multado por conducir sin él) empujado al ostracismo. Un papel poco deseado para alguien a quien siempre se ha visto como una persona ingobernable en el Camp Nou y que reunía cantidades industriales de poder en el vestuario cuando la directiva encabezada por Rosell y Bartomeu arruinaba al club y dejaba el mando a merced de los futbolistas. Los entrendores, subyugados a los deseos del vestuario desde hace más de un lustro a pesar de los fracasos en Champions League. Ahí, por cierto, fue cuando se crearon vicios y cuando el central renovó... hasta 2024.

Un futbolista ingobernable

"Le dijimos a Valverde que íbamos a ir de fiesta en Nueva York. Él no lo entendía. Nos decía: no veo ninguna razón para que vayáis de fiesta. Tuvimos hasta cinco reuniones con él para que entendiese que necesitábamos salir un día de fiesta. Quisiera o no, íbamos a salir", dice Piqué en el primer capítulo del documental 'Matchday', disponible en Rakuten. A Piqué nunca le ha gustado el control que ejercen los entrenadores sobre él. Una situación que se dio con Pep Guardiola y que acabó por erosionar la relación entre el central y el autor del 'Sextete' azulgrana. "Pep es una persona que quiere control absoluto de todo lo que pasa y en mi caso comencé a salir con Shakira el año antes y eso a Pep… bueno, la relación cambio un poco. Llegamos a un punto de tensión, te diría que yo, a nivel personal con él, importante, y también del vestuario en general. Era un vestuario que en ese momento había ganado todo", llegó a afirmar en el programa de radio 'La Sotana'.

placeholder El Camp Nou se rindió ante Piqué. (Reuters/Albert Gea)
El Camp Nou se rindió ante Piqué. (Reuters/Albert Gea)

La directiva de Laporta, con el consentimiento de Guardiola, le había espiado. El propio Pep Guardiola confesaría en su despedida del club culé que se iba "porque si no, nos haremos daño" y a Xavi Hernández tampoco le gustaba que Piqué tuviese tantos frentes abiertos, aunque defendiera en rueda de prensa el acuerdo de Rubiales y afirmase que "es un capitán ejemplar"... pese a relegarlo al olvido y acelerar su inevitable declive. "Hay una parte psicológica en el deporte que no está estudiada. Hay mucha presión, mucho estrés, y hay que saber darle salida. Estoy convencido de que, si no saliera por la noche, mi rendimiento bajaría", explicaría Piqué en el podcast de Jordi Wild.

En esa charla distendida, donde el central se sinceraba, también explicó lo siguiente: "Hubo una vez en Mánchester con 20 años. Había vivido y conducía. Es un mal ejemplo. Me salté un semáforo y me paró la policía. Fue el año antes de irme al Barça. De repente soplo, doy positivo y me encuentro en un furgón de la policía esposado yendo al calabozo. Se me fue de golpe toda la borrachera. Se me va la carrera a la mierda. En ese momento piensas: 'Qué mierda está pasando'. Pero logró salir del entuerto: "Te dan la bolsa para meter todo lo que tienes. Me llevan a una habitación y si daba más de 0,25 me quedaba en el calabozo. Fui, el policía se fue un momento, y yo estaba desesperado. Se me habían quedado unas monedas. Hace tiempo me habían dicho que si chupabas las monedas no dabas positivo. Las empecé a chupar. Di 0,23 y luego 0,22. De milagro me salvé de esa. Dudo que fueran las monedas. En vez de irme a casa, me fui al casino en taxi".

Foto: Gerard Piqué, lesionado y sustituido. (Reuters/Vincent West)

Su momento más duro fue en el Zaragoza: "Zaragoza y Barcelona eran dos horas y cuarto en coche. Ese trayecto me lo sé de memoria. Tenía a mis amigos. Había semanas que dormía durante el día, por la noche me iba a Barcelona para salir de fiesta, volvía a entrenar a Zaragoza y dormía. A veces lo hacía. No días de partido. Una vez dejé el coche siniestro porque me quedé dormido. Quise engañar a la policía porque les dije que se me había cruzado un Seat. Otro día llegué dos horas tarde. En esa época se fumaba en las discotecas".

A Piqué siempre se le ha visto como un verso libre, alguien que no rendía cuentas a nadie. Incluso que podía utilizar al Barça para avanzar en sus negocios personales, salir de fiesta o practicar surf mientras estaba lesionado (como la temporada pasada), participar en un paripé mediático que dejó al club desnudo, como producir el documental de 'La Decisión' de Antoine Griezmann o tener demasiados frentes abiertos. "Me tenéis envidia porque soy famoso", le espetó Piqué a la policía tras ser multado por tener el coche mal aparcado en 2015. Piqué sabía que no era un capitán ejemplar y por eso la plantilla del FC Barcelona eligió a Mascherano en 2015 por delante de él. Algo que, en sus propias palabras, reconoció que le había "dolido". No fue uno de los cuatro elegidos hasta la temporada 2018-19. Diez años después de volver al conjunto culé.

Volverá para ser presidente

Azote del madridismo, donde imaginaba moverse los hilos en el palco del Santiago Bernabéu y conspiraciones arbitrales "al final se resume en ir vestido de blanco ¿no?", soltaba con retranca. Aunque él luego hiciera negocios con la institución encargada de los colegiados y el VAR en un claro conflicto de intereses, sobrevivió a las críticas del entorno azulgrana a base de un rendimiento extraordinario... hasta que eso ya no fue suficiente. Símbolo del Barça más glorioso de la historia y, también, de las hecatombes europeas y los ridículos, con goleadas incluidas y remontadas inexplicables que ha dañado demasiado la imagen de los capitanes azulgranas.

El central nunca vio conflicto de intereses por el pelotazo de 24 millones de euros con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) del mismo modo que no veía mayores problemas en ser un empresario que en su tiempo libre hacía de jugador. Porque Piqué vestía de carisma lo que en realidad era arrogancia y sobradez. "No es arrogancia si puedes sostenerlo", decía Muhammad Ali. Lograr el acuerdo con Rakuten significó reportar 250 millones de euros al Barça. Esa operación le confirió un poder extraordinario en el Barça que le dio alas para intentar otros tratos, como comprar una parte del Barça Corporate o del Barça Studios porque iba en contra del código ético del club.

placeholder Gerard Piqué posa con Rubiales. (EFE/Carmelo Rubio)
Gerard Piqué posa con Rubiales. (EFE/Carmelo Rubio)

Más de dos años después de encajar la goleada más abultada en la historia del Barça en la Champions League, aquel 2-8 contra el Bayern de Múnich en Lisboa, Gerard Piqué cumple su palabra... Cuando la otra opción era resignarse hasta 2024 a permanecer en el banquillo del Barça y la relación era tóxica: "Si es necesario, seré el primero en irme porque ahora sí hemos tocado fondo. Soy el primero que me ofrezco a irse si tiene que venir sangre nueva", confesó el central por entonces. En aquel momento, la generación dorada del Barça se revolcó en el fango, pero todavía sobrevive a los terremotos del club en Europa. Ya solo quedan Sergio Busquets, Jordi Alba, Ter Stegen y Sergi Roberto.

Para entender el destino de Gerard Piqué hay que escuchar sus palabras sobre el césped del Camp Nou. "Querer es dejar marchar. Hay tanto amor y pasión entre el Barça y yo... era el momento de dejarnos un espacio y de aire. Estoy convencido de que en un futuro volveré a estar aquí. Ya me fui y volví. No es una despedida. Soy socio desde que nací y moriré aquí. Visca el Barça sempre". El mejor central en la historia del Barça volverá para ser presidente del club de su vida. Y ya avisó que "seré un presidente atípico". De momento, cogerá experiencia en el FC Andorra mientras dirige Kosmos Studios.

"No fue culpa tuya, ni tampoco mía, fue culpa de la monotonía", canta la artista Shakira en su última canción titulada Monotonía. En el nuevo tema en el que describe la dolorosa ruptura con el central del Barça, Gerard Piqué, la colombiana protagoniza frases como "Este amor no ha muerto, pero está delirando ya" o "Yo te quiero, pero es que yo me quiero más a mí" y "me dejaste por tu narcisismo". Una canción centrada en la degradación de su relación con el defensa azulgrana, pero que también podría servir para plasmar cómo Pique ha pasado de ser un futbolista tremendamente admirado en el FC Barcelona e idolatrado por la afición a convertirse en un problema insostenible que ha terminado por explotar. Así ha sido la caída a los infiernos por parte del mejor central en la historia del club catalán.

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