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Cómo el Manchester City de Guardiola sintió el terror más absoluto en el Santiago Bernabéu
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Una derrota muy dura

Cómo el Manchester City de Guardiola sintió el terror más absoluto en el Santiago Bernabéu

El equipo inglés colapsó tras el gol de Rodrygo y fue incapaz de digerir el mazazo emocional encajado. El Madrid se levantó para hundir al City y logró una remontada histórica

Foto: El técnico catalán se lamenta tras caer eliminado. (Reuters/Carl Racine)
El técnico catalán se lamenta tras caer eliminado. (Reuters/Carl Racine)

El Manchester City de Pep Guardiola volvió a quedarse a las puertas de una final de la Champions League y sucumbió a la grandeza y la épica del Real Madrid. Los ingleses, con el apoyo de Abu Dabi detrás como club-estado que son, fueron superiores durante la mayor parte reglamentaria de la eliminatoria, pero se mostraron frágiles, blandos y pequeños en los puntos clave: las áreas y la fortaleza emocional. A pesar de vulnerar el 'fair-play' financiero en repetidas ocasiones al inflar y camuflar patrocinios (y librarse de las sanciones), de situarse entre los tres clubes que más dinero han gastado en la última década en fichajes, de volar por los aires el mercado al incorporar a los defensas más caros del planeta y de liderar la liga más competida de Europa, la Premier League, el Manchester City cayó como ya hicieran PSG o Chelsea previamente: sin entender cómo había podido suceder.

Lo explicaba Thibaut Courtois al finalizar el encuentro en Movistar+: "Cuando nosotros marcamos... No quiero decir que los jugadores del Manchester City estuvieran cagados, pero sabían que todo podía pasar en el Santiago Bernabéu. Hay clubes que se han gastado mucho dinero para ganar esta competición". En las palabras del portero belga está toda la verdad sobre lo que le sucedió al equipo de Pep Guardiola. Los ingleses, que ya demostraron estar muy nerviosos en la anterior ronda contra el Atlético de Madrid y que bajaron al barro con pérdidas de tiempo, lesiones fingidas y posesiones horizontales y no cayeron de milagro, sí lo hicieron esta vez... porque se doblegaron en el momento de debilidad y no supieron reaccionar a los mazazos emocionales, como sí hizo el Madrid.

placeholder El entrenador catalán se lamenta en el césped del Bernabéu. (Reuters/Carl Recine)
El entrenador catalán se lamenta en el césped del Bernabéu. (Reuters/Carl Recine)

Triángulos en los costados. Laterales interiorizados. Puntas que arrastran para que extremos piquen a sus espaldas. Salida de balón precisa y automatizada. Interiores a la espalda del centro del campo rival. El equipo de Pep Guardiola fue mejor a lo largo de los 90 minutos en Inglaterra. También en el Santiago Bernabéu... hasta el minuto 89. Tuvo más la pelota y también más ocasiones. Mandó desde la pizarra. Sus jugadores siguieron sus órdenes a la perfección. El encuentro, tanto en el Bernabéu como en el Etihad Stadium, se pareció a lo que imaginó su entrenador... Que ya lamentó la falta de solidez defensiva y de puntería en la ida. Guardiola, más que nadie, sabía que dejar escapar al Madrid vivo era un suicidio. Una losa demasiado pesada que se podía pagar bien cara.

El problema para ellos es que el Bernabéu es una jungla donde hay magos y la magia que proyectan crea realidades paralelas que se escapan a la lógica y la palabra no puede describir. Lo que sucede allí no pasa en otro lado y eso solo lo entiende quien hace de la gloria su hábitat. El peso que tienen aspectos intangibles como la fe, la autoestima, la confianza, el saber estar y el entendimiento de la competición es único en el Real Madrid, y el Manchester City parece no entenderla aún a pesar de anhelarla tanto. Es mitología junto a un grupo histórico de jugadores y el efecto psicológico demoledor que tiene para sus rivales.

El Manchester City colapsó con el gol de Rodrygo

¿Qué le pasó al Manchester City? Que tuvo miedo a la derrota y no pudo con la presión del Bernabéu. Caer, con una inversión tan descomunal detrás, ser conscientes de que son la punta de lanza de un club-estado, que ya han fallado demasiado, que acarician el pasar a otra final, que lo tienen tan cerca, que caer sería un desastre... y que acabe sucediendo. Los pensamientos negativos carcomieron a un equipo que no supo cerrar el encuentro. Como ya hiciera en el Wanda Metropolitano, el Manchester City tuvo una posesión más conservadora y horizontal de lo habitual. Perdió tiempo en cada saque de banda y de portería. Estiró al máximo los cambios cuando ganaba. Hasta Walker se recuperó milagrosamente de una lesión y salió sustituido tras entrar en el campo y... no sirvió de nada al final.

placeholder Rodrygo celebra su doblete. (Reuters/Isabel Infantes)
Rodrygo celebra su doblete. (Reuters/Isabel Infantes)

El gol de Mahrez en el minuto 73 podía haber acabado con las esperanzas del Madrid, pero nunca lo hizo. La plantilla asimiló el impacto del tanto. Sabía que había tiempo de sobras (17 minutos son demasiado en el Santiago Bernabéu) y se lanzó a por el empate descaradamente, sabedora de que hacían falta dos goles. Con más corazón que cabeza, porque las oportunidades iban a llegar. El 2-1 de Rodrygo supuso una inyección de adrenalina que levantó al Santiago Bernabéu de nuevo y también al Real Madrid. Al Manchester City lo hundió. Y luego, el equipo inglés simplemente se deshizo. Solo Fernandinho tuvo una ocasión en la prórroga en 30 minutos extra frente a un Madrid que acabó con una defensa conformada por Lucas Vázquez, Nacho, Vallejo y Mendy.

Así lo reconocía Pep Guardiola en rueda de prensa: "Los jugadores del Real Madrid ya habían vivido esto. Nosotros no. Estuvimos brillantes en toda la eliminatoria, pero esto va de quién hace más goles. Estábamos sufriendo el acoso del Real Madrid. Sabíamos que lo habían hecho [remontar] en su historia y nos lo han hecho. Cuando mejor estábamos, nos han remontado". El componente emocional superó a la pizarra porque no todo se puede explicar desde la táctica, a pesar de ser una parte fundamental del juego. ¿Cómo explicar ese gol salvado por Mendy y Courtois en el 86' con el 0-1? ¿O el impacto de Camavinga tras salir Kroos y Modric? ¿Y el doblete de Rodrygo? ¿O el desplome del Manchester City en la prórroga?

placeholder Noche histórica. (Reuters/Isabel Infantes)
Noche histórica. (Reuters/Isabel Infantes)

La realidad es que el fracaso de Pep Guardiola no solo está en la remontada de este miércoles, sino en haber diseñado un equipo a su imagen y semejanza, con los jugadores que él ha pedido y no contar con ningún delantero de élite (a excepción de Kevin de Bruyne) ni un solo central (solo se salva Rubén Dias) de máximo nivel. También no haber contratado a ningún jugador que pudiese cambiar el partido desde el banquillo. Su equipo sigue teniendo mucho miedo a perder y eso provocó que el Manchester City se derrumbase como un castillo de naipes en la prórroga. Los ingleses fueron incapaces de digerir el noqueo emocional que les lanzó el Madrid al mentón.

El Manchester City de Pep Guardiola volvió a quedarse a las puertas de una final de la Champions League y sucumbió a la grandeza y la épica del Real Madrid. Los ingleses, con el apoyo de Abu Dabi detrás como club-estado que son, fueron superiores durante la mayor parte reglamentaria de la eliminatoria, pero se mostraron frágiles, blandos y pequeños en los puntos clave: las áreas y la fortaleza emocional. A pesar de vulnerar el 'fair-play' financiero en repetidas ocasiones al inflar y camuflar patrocinios (y librarse de las sanciones), de situarse entre los tres clubes que más dinero han gastado en la última década en fichajes, de volar por los aires el mercado al incorporar a los defensas más caros del planeta y de liderar la liga más competida de Europa, la Premier League, el Manchester City cayó como ya hicieran PSG o Chelsea previamente: sin entender cómo había podido suceder.

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