El no gol del City en el 86' o cómo intentar explicar lo inexplicable de este Real Madrid

En la premisa de la aclamada serie de televisión ‘Expediente X’, la agente del FBI Scully (Gillian Anderson) es asignada como compañera del excéntrico agente Mulder (David Duchovny). ¿Su objetivo? Meter en vereda las obsesiones paranormales de su colega. Desde la existencia de extraterrestres a asesinos en serie que esconden vampiros, un sin fin de elementos sobrenaturales van convenciendo poco a poco a Scully de que Mulder tenía razón. Si esta hubiera visitado el Santiago Bernabéu en esta edición de la Champions League, se podrían haber ahorrado 11 temporadas y dos películas. Porque explicar qué le pasa al Real Madrid en su querida Copa de Europa roza lo absurdo, lo cómico y lo paródico.

Cuando el tiempo se agotaba, durante los últimos diez minutos de los noventa reglamentarios, el Real Madrid no había tocado zafarrancho de combate. Deambulaba por el campo perdido, con los futbolistas del Manchester City en su mejor momento. El físico parecía agotado. El tanto de Riyad Mahrez había puesto cierta tranquilidad en las filas del conjunto de Pep Guardiola. Jack Grealish, que acababa de salir y tenía piernas frescas, entró como cuchillo en mantequilla en el área madridista en el minuto 86. Superó a una Eder Militao que casi le hizo penalti, para luego recortar ante Thibaut Courtois y poner una pelota con dirección a portería. Si no entraba directa, Phil Foden estaba para remacharla. En una histórica salvada, Ferland Mendy evitó el tanto en la propia línea de gol con un despeje que golpeó en el jugador inglés y cuyo rechace, contra todo pronóstico, acabó fuera de los tres palos.

Un minuto después, otra vez Grealish sobrepaso a la defensa del Madrid para tener una clamorosa ocasión. En esta ocasión, fue el pie izquierdo de Courtois el que evitó el tanto. En el 88, gol de Rodrygo. Estalla el Santiago Bernabéu. La historia interminable. El milagro, que solo pasa una vez en la vida, volvía a suceder. "Es la grandeza del Real Madrid. Este club es capaz de todo. Justo antes de una parada clave, sacó un gol Mendy en la línea. Quedaban seis minutos y todo era posible. Metimos el 2-1 y ellos estaban muertos", fue el resumen del propio Carlo Ancelotti. El técnico italiano comentó que a sus pupilos les había puesto un vídeo antes del partido, contenía siete grandes remontadas del equipo blanco. Faltaba la octava y llegó.

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Rafa La Casa

"Bernardo Silva, un mago capaz de ahogar al Madrid en Europa", "Guardiola hace lo más difícil, elimina al Madrid y alcanza una nueva final de la Champions", "La épica no fue suficiente tras fallar los pilares del Madrid". Estos son solo algunos ejemplos de artículos que habrían sido publicados si el partido hubiese durado 87 minutos. Ideas tiradas a la basura, como sucedió frente al Paris Saint-Germain o contra el Chelsea. Desde el minuto 2 de la ida hasta el 91 de la vuelta, el Madrid estuvo eliminado. Karim Benzema, el mejor futbolista de largo en la temporada europea, tuvo un partido gris, sin chispa goleadora; Courtois, el mejor portero de largo en la temporada, había recibido (como en el encuentro de Mánchester) un gol por su palo y Vinícius recordaba al de sus inicios desperdiciando ocasiones clamorosas. Si había un día para caer, todas las señales apuntaban a este 4 de mayo. 86 segundos separaron el primer tanto de Rodrygo y el gol que empataba la eliminatoria. Una vez llegados a ese punto, hasta Guardiola sabía qué iba a suceder. Benzema provocó un penalti y marcó, Courtois sacó su mejor versión y nadie se acordaría de aquel falló de Vini.

“Cuando van perdiendo 3-0, no les quema el balón”, señaló el técnico ‘citizen’ antes de la disputa de la eliminatoria. Su compañero, Ancelotti, dio la receta de la remontada: “Hemos tenido todo: sacrificio, suerte y energía. (...) Cuando todo el mundo pensaba que el partido estaba acabado, fue suficiente una buena combinación. Hemos puesto toda nuestra energía”.

Las cuentas pendientes de Salah

A Mo Salah, estrella del Liverpool, le pudieron la sinceridad y la ambición tras eliminar en semifinales al Villarreal cuando se le preguntó por un rival en la final. Lejos del clásico "solo nos importa estar en la final, no el rival", el egipcio mandó un reto: “Contra el City nos hemos enfrentado muchas veces y sabemos que es un gran rival. Honestamente, tengo que decir que en la final prefiero al Real Madrid. Perdimos una final contra ellos. Y quiero ganar esta vez”. Redobló su apuesta en redes sociales nada más conocer la remontada madridista. “Tenemos una cuenta que saldar”, escribió el ‘10’. Salah recuerda así aquella final de Kiev en el 2018, cuando cayó lesionado después de una polémica acción de Sergio Ramos, que le impidió disputar casi la totalidad del encuentro.

Ancelotti evitó referirse directamente a las palabras del egipcio, halagando al Liverpool con elegancia y señalando el gran nivel e igualdad que espera para la final. París dictará sentencia el próximo 28 de mayo. 'I want to believe', se leía en el póster que Mulder tenía clavado en su pared.