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El fracaso de Leo Messi en el PSG engrandece la leyenda de Cristiano
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"Es un fraude"

El fracaso de Leo Messi en el PSG engrandece la leyenda de Cristiano

El delantero argentino ha sido incapaz de mostrar su fútbol en un entorno radicalmente distinto al de España. En la Champions, Messi pasó sin pena ni gloria por el Bernabéu

Foto: El albiceleste falló un penalti en la ida y se quedó sin marcar ni asistir en los 180 minutos que jugó contra el Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
El albiceleste falló un penalti en la ida y se quedó sin marcar ni asistir en los 180 minutos que jugó contra el Madrid. (EFE/Kiko Huesca)

La surrealista derrota del PSG y la increíble victoria del Real Madrid en el Santiago Bernabéu ha dejado un sinfín de daños colaterales. Sin embargo, la figura más señalada en un club-estado que se autodestruyó en media hora y que deberá rehacer de arriba abajo su proyecto es la de Leo Messi. El argentino, que vino para ser un atajo hacia la gran obsesión parisina y conformar uno de los tridentes más temibles que ha visto este deporte, ha pasado por la eliminatoria con pena y sin gloria. A sus 34 años, su fútbol atraviesa un periodo de decadencia solo visto al inicio del curso pasado en Barcelona y diluido después y que, esta vez sí, se extiende a lo largo de toda la temporada en Francia. A diferencia de Cristiano Ronaldo, quien pudo domar hasta tres ligas diferentes y dar grandes noches en Champions League durante esos años, Messi se ha topado de bruces contra la realidad.

La eliminatoria contra el Real Madrid ha sido un golpe de efecto en forma de bofetada. Su penalti fallado en la ida disputada en el Parque de los Príncipes le señala, pero no menos que los 180 minutos sin marcar ni dar una asistencia o las innumerables imágenes persiguiendo al rival con la mirada. Un comportamiento aceptado en Barcelona por las toneladas de responsabilidad que aglutinaba, pero injustificado en el PSG. El Leo Messi del PSG es un futbolista frustrado, impotente, desconectado, sin gol ni desborde y que no encuentra un puente con el que comunicarse con Kylian Mbappé, la verdadera estrella del club galo.

placeholder El argentino se lamenta durante el encuentro. (Reuters/Susana Vera)
El argentino se lamenta durante el encuentro. (Reuters/Susana Vera)

Ha sido precisamente un exjugador del PSG quien cristalizó la crítica más despiadada hacia el astro rosarino tras la debacle en el Bernabéu: "¡Los responsables de esta derrota son Neymar y Messi! Depende de ellos asumir sus responsabilidades. Cuando Leonardo recluta a estos muchachos y los pone allí, son las figuras del club. Les pagan por eso. Yo no ataco a Verratti, a Danilo, a Paredes, a Mbappé, que es el único que estuvo peligroso en los dos partidos. Atacaré a los otros dos, a los dos mercenarios. Uno es un fraude desde que llegó", aseguró Rothen en 'RMC'.

El mediocampista, que estuvo en el club de la capital francesa del 2004 al 2009, se centró en Lionel Messi, quien aterrizó en la institución a inicios de esta temporada como el fichaje estrella e ideal para dar un salto de calidad y levantar por primera vez la Champions League. "Es un fraude desde que llegó. Me da vergüenza hablar así de Leo Messi, pero es la realidad. El tipo entra al campo. Me dicen que hizo un esfuerzo en la reposición para recuperar el balón. ¿Me estás tomando el pelo o qué? Hizo un esfuerzo por 10 metros", sentenció.

Messi languidece

Decía el pensador y escritor inglés, Aldous Huxley, que "el hábito convierte los placeres suntuosos en necesidades cotidianas". Durante toda una década, Cristiano Ronaldo y Leo Messi estuvieron pugnando por colocarse en la cúspide de la pirámide del fútbol mundial. Leo encontró en LaLiga y la Copa del Rey el refugio competitivo perfecto en un Barça hecho a su medida (a excepción de los últimos años) cuando la Champions le dejó de sonreír, mientras que el portugués vino a España cuando ya lo había ganado todo con el Manchester United para desafiar al mejor equipo del mundo en aquel momento e intentar una gesta imposible por entonces, derrotar al Barça de Pep Guardiola.

placeholder El luso posa con el trofeo tras tumbar al Liverpool. (Reuters/Hann)
El luso posa con el trofeo tras tumbar al Liverpool. (Reuters/Hann)

Cuando por fin lo hizo, Cristiano Ronaldo volvió a conquistar la Champions League en otro club diferente —ya lo había hecho con el Manchester United y sumó otras cuatro 'Orejonas'— hasta magnificar su leyenda en el club más exigente del mundo, el Real Madrid. Siempre fue el jugador más decisivo, goleador y diferencial de su equipo. No contento con ello y empujado por un narcisismo inherente a su carrera, se fue a la Juventus de Turín a conquistar la gran obsesión del cuadro italiano a la edad del Leo Messi actual.

Es cierto que no lo hizo porque el proyecto carecía de estructura, un técnico a la altura del reto y jugadores de nivel. No obstante, la diferencia con Messi es que durante el tiempo que Cristiano Ronaldo estuvo en Turín, nunca nadie en la historia de la Juventus marcó tantos goles en tan poco tiempo (101 tantos en 134 partidos, un gol cada 113 minutos) para ganar dos Serie A, una Coppa y dos Supercoppas. Sus números en el día a día aún son más impresionantes (98 goles en 98 partidos de Serie A).

placeholder Cristiano Ronaldo destruyó al Atlético en Champions con un hat-trick. (EFE/Pablo González)
Cristiano Ronaldo destruyó al Atlético en Champions con un hat-trick. (EFE/Pablo González)

En Turín y con Cristiano, la Juventus no pudo pasar la barrera de los cuartos de final ante tres rivales de un calibre inferior (Ajax de Amsterdam en cuartos 18/19, Olympique de Lyon en octavos 2019/20 y Porto en octavos 2020/21), pero el luso marcó 19 goles en 23 partidos de Champions League y anotó el 63,3% de los goles de su equipo en las eliminatorias. Solo él representaba un argumento competitivo de peso para ganar la Champions League. Como a lo largo de toda su carrera y con la edad actual de Messi, se adaptó a diferentes contextos, ligas, lenguas, climas, competiciones, compañeros y entornos.

Sin embargo, la primera temporada de Messi en el PSG ha sido una decepción constante. El argentino solo lleva siete goles y 11 asistencias entre todas las competiciones (25 partidos) y se ha ido de vacío en la eliminatoria contra el Madrid con cero goles y cero asistencias. La sensación es de impotencia futbolística. De no encontrar su sitio en el equipo a pesar de tener grandes compañeros de la albiceleste como Ángel Di María, Leandro Paredes u otros como Neymar. De comprometer la estructura defensiva en un equipo donde Neymar y Mbappé ya no defendían y que con él se ha vuelto insostenible.

Messi no ha podido superar la adversidad de un reto mayúsculo. De la extrema dependencia del Barça hacia su figura ha pasado a ser el integrante menos importante del tridente del PSG a pesar de que debería haber coronado una delantera ya de por sí temible. No queda ni rastro del rodillo goleador que era en Barcelona ni del motor de juego creativo. Ahora Leo deberá maquillar sus números en la cuarta liga menos relevante del continente después de caer en los octavos de final de la Champions League y de hacer lo propio en los octavos de final de la Copa de Francia, donde, por cierto, tampoco marcó ni asistió.

La surrealista derrota del PSG y la increíble victoria del Real Madrid en el Santiago Bernabéu ha dejado un sinfín de daños colaterales. Sin embargo, la figura más señalada en un club-estado que se autodestruyó en media hora y que deberá rehacer de arriba abajo su proyecto es la de Leo Messi. El argentino, que vino para ser un atajo hacia la gran obsesión parisina y conformar uno de los tridentes más temibles que ha visto este deporte, ha pasado por la eliminatoria con pena y sin gloria. A sus 34 años, su fútbol atraviesa un periodo de decadencia solo visto al inicio del curso pasado en Barcelona y diluido después y que, esta vez sí, se extiende a lo largo de toda la temporada en Francia. A diferencia de Cristiano Ronaldo, quien pudo domar hasta tres ligas diferentes y dar grandes noches en Champions League durante esos años, Messi se ha topado de bruces contra la realidad.

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