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El PSG, un grupo de "estrellas sobrepagadas" que está lejos de ser un equipo
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El PSG, un grupo de "estrellas sobrepagadas" que está lejos de ser un equipo

El tridente conformado por Mbappé, Messi y Neymar no ha terminado de funcionar. Los ultras parisinos se quejan de falta de compromiso y de nivel. Pochettino casi pierde el cargo

Foto: Los jugadores del PSG celebran un gol en la Champions. (Reuters/Sarah Meyssonnier)
Los jugadores del PSG celebran un gol en la Champions. (Reuters/Sarah Meyssonnier)

El Real Madrid vuelve a cruzarse en el camino del PSG en la Champions League. No hay un equipo que sirva mejor para medir las aspiraciones reales de un club de coronar la competición más prestigiosa del Viejo Continente que quien la ha dominado durante tanto tiempo. Sin embargo, el PSG de Mauricio Pochettino, obsesionado con el torneo, llega a la eliminatoria rodeado de dudas, criticado por su flojo juego y tras haber filtrado en diversas ocasiones que el técnico argentino no continuará la temporada que viene al frente del coloso francés. Es la consecuencia directa de un proyecto que no encuentra el equilibrio necesario entre amasar estrellas y alumbrar un equipo que piense y se mueva como un bloque compacto.

placeholder Mbappé lo sostiene todo. (EFE/Mohammed Badra)
Mbappé lo sostiene todo. (EFE/Mohammed Badra)

La prematura e inesperada eliminación de la Copa de Francia a manos del Niza en los octavos de final provocó un aluvión de críticas en el país. Y no es para menos. El PSG se pasea en la Ligue 1 con una masa salarial de 692 millones de euros según 'l'Équipe', lo que representa el 37% del total de la competición doméstica (1.730 millones de euros). Las expectativas eran enormes a principio de curso por los fichajes realizados y por juntar al tridente (Mbappé, Messi y Neymar), y aunque el equipo va primero en la Ligue 1 (a 13 puntos del segundo, el Olympique de Marsella) y solo ha perdido un encuentro de los 24 que ha disputado, las sensaciones antes de medirse al Real Madrid son malas.

Los ultras parisinos, que no están satisfechos ni con el rendimiento de los nuevos fichajes como Sergio Ramos o Leo Messi, no dudan a la hora de señalar algunos de los principales problemas que presenta el PSG. "Leonardo: la hora de aligerar", "Dirigentes irrespetuosos. Jugadores sin ganas, camisetas sin nuestros colores. El único triplete del PSG este año", "Respeta la sección femenina. Aminata Diallo, te apoyamos firmemente. Hamraoui, ¿quién va ahora? Marquinhos, ejemplo a seguir. Mercenarios sobrepagados", se pudo leer en algunas pancartas durante el último partido de Ligue, en el que el conjunto local ganó por la mínima gracias a un solitario gol de Kylian Mbappé en el minuto 93. Antes, también hubo silbidos y runrún por parte de una grada descontenta con lo que está viendo esta temporada.

El tridente no está engrasado

El nivel de la Ligue1 no sirve para medir el estado real del PSG, pero sí para analizar algunos de los múltiples problemas que tiene el equipo de Pochettino. El primero es que, entre tanta estrella, al PSG se le ha olvidado ser un equipo con cara y ojos. Normalmente, no lo necesita para vencer en Francia, puesto que se vale de las individualidades de Mbappé, Neymar, Messi o Di María para ganar los partidos. Esta temporada, además, ha ganado hasta nueve choques a partir del minuto 85, lo que da muestras de que cuando aprietan el acelerador doblegan a su rival y de que Pochettino ha intervenido con éxito en diversas ocasiones, pero también de que sufren demasiado para ganar.

placeholder Messi no está teniendo un buen año. (Reuters/Sarah Meyssonnier)
Messi no está teniendo un buen año. (Reuters/Sarah Meyssonnier)

El primer problema reside en la portería. Con dos gallos en el corral del calibre de Keylor Navas y Gianluiggi Donnarumma, no hay un portero fijo para el partido de esta noche, ya que Pochettino ha ido rotando. "A nivel personal, no es agradable estar en esta situación. Creo que a los dos nos gusta jugar siempre para ayudar al equipo. Hay que intentar ganarse el puesto cada día, trabajar y hacer que el entrenador se fije en nosotros para jugar más", respondía el guardameta costarricense al finalizar un partido de Ligue 1 hace pocas semanas.

Neymar, Mbappé y Messi no defienden

En lo que al juego se refiere, el PSG está acostumbrado a llevar la iniciativa, pero eso no ha evitado que sufra mucho a la hora de superar a rivales replegados que esperan a contragolpearlo. Presionar al equipo parisino en su propio campo es una temeridad, ya que la velocidad de Kylian Mbappé con espacio por delante es una sentencia de muerte. Sin embargo, la película cambia si su adversario espera cerca de su portero. Aunque Leo Messi baje a recibir, muy criticado por sus pérdidas de balón, lesiones y por sus números (siete goles y ocho asistencias en 20 partidos, solo dos en liga), y conecte con Marco Verratti o Neymar, el conjunto francés se atasca en los últimos metros.

placeholder No tienen química. (Reuters/Carl Recine)
No tienen química. (Reuters/Carl Recine)

Tampoco se le da especialmente bien presionar arriba al PSG, aunque ha experimentado una mejora en las últimas semanas. Cuando sus laterales (Achraf y Nuno Mendes) suben para dar amplitud y profundidad, muchas veces se dejan su espalda descubierta, por lo que los extremos rivales encuentran caminos para atacar desde esas posiciones. Ahí es donde Vinícius Júnior y Marco Asensio (o Rodrygo) deberán aparecer. En otras palabras, el PSG no ha conseguido plasmar el impresionante mercado del último verano en el terreno de juego

Messi no se implica a la hora de robar, se producen desajustes y da como resultado una defensa deslabazada. Lo mismo se puede aplicar a Mbappé y Neymar. "Está aislado, toca menos el balón. No diría que está triste, pero está aislado. Yo lo prefiero en el eje. Yo lo estoy pasando mal. En el eje, puede dar ritmo. Tenemos que encontrar algo para que ellos (Messi, Mbappé y Neymar) jueguen juntos. (...) No creo que pueda marcar la diferencia desde la derecha, aunque no tengo los datos exactos a nivel táctico. (...) No puede tener un impacto. Participa con menos frecuencia", afirmaba Thierry Henry en Prime Video en el mes de octubre.

placeholder Mbappé es quien marca la diferencia. (Reuters/Benoit Tessier)
Mbappé es quien marca la diferencia. (Reuters/Benoit Tessier)

Desde entonces, Messi ha tenido pocos partidos brillantes (el 1-5 contra el Lille) y sigue en el ojo del huracán. Así lo reconocía un preocupado Henry: "Messi no habla mucho, habla con el balón. Por ahora, es el equipo de Kylian. Es especialmente Kylian quien lo hace brillar. La pelota va más hacia Kylian (...) En algún momento tiene que haber un solo director, de lo contrario no se puede tocar al mismo ritmo. Y en este equipo, hay demasiados conductores". Diferente es Neymar, salvado por las lesiones que ha tenido y que llega entre algodones al encuentro contra el Real Madrid.

En este sentido, la gran dependencia del PSG hacia Kylian Mbappé (máximo goleador y asistente con 21 tantos y 18 pases de gol entre todas las competiciones) preocupa en un club que ve cómo el jugador más crucial del ataque puede partir a coste cero el próximo verano sin dejar ni un solo euro en las arcas parisinas. Después de ser segundos de grupo tras el Manchester City, ahora el PSG se juega la temporada en una eliminatoria que pondrá al conjunto parisino en su sitio y valorará como es debido si este conjunto de estrellas puede llegar a ser un equipo. En frente espera el Real Madrid, el dominador hegemónico de la Champions League.

El Real Madrid vuelve a cruzarse en el camino del PSG en la Champions League. No hay un equipo que sirva mejor para medir las aspiraciones reales de un club de coronar la competición más prestigiosa del Viejo Continente que quien la ha dominado durante tanto tiempo. Sin embargo, el PSG de Mauricio Pochettino, obsesionado con el torneo, llega a la eliminatoria rodeado de dudas, criticado por su flojo juego y tras haber filtrado en diversas ocasiones que el técnico argentino no continuará la temporada que viene al frente del coloso francés. Es la consecuencia directa de un proyecto que no encuentra el equilibrio necesario entre amasar estrellas y alumbrar un equipo que piense y se mueva como un bloque compacto.

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