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Messi se va, pero su sombra perseguirá a Laporta: "Hice todo lo posible, el club no lo sé"
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El fin de una era en el Barça

Messi se va, pero su sombra perseguirá a Laporta: "Hice todo lo posible, el club no lo sé"

La honestidad desolada de Messi y su deseo –este año indudable– de permanecer en el club blaugrana deja dudas sobre la actitud del presidente culé en un caso que puede complicarle el mandato

Foto: Messi, durante la rueda de prensa. (REUTERS)
Messi, durante la rueda de prensa. (REUTERS)

Apareció Leo Messi en el escenario y ya lloraba tanto que su mujer, Antonela, tuvo que rebuscar en el bolso para darle un pañuelo. Empezó ronco y admitiendo que no sabía si podría hablar, pero lo hizo. Sin disimular su pena, la tristeza, pero mordiéndose la lengua en momentos claves. ¿Por ejemplo? Cuando le preguntaron si creía que el club había hecho todo lo posible para que se quedara, contestó: “No lo sé. Lo que tengo claro es que sí hice todo lo posible. Laporta dijo que no se podía por un tema de LaLiga, pero yo hice todo de mi parte. Quería quedarme y no se pudo”. Messi se marcha y sigue faltando una pieza para entender su adiós. Laporta echó la culpa a la “nefasta herencia recibida” y a LaLiga. El jugador se remitió a las explicaciones del presidente. Y nadie comprende por qué no se hizo un último esfuerzo, sobre todo después de que Messi dijera: “Había bajado un 50% mi ficha, cerramos el contrato y no se me pidió nada más”.

placeholder Messi, durante su comparecencia. (REUTERS)
Messi, durante su comparecencia. (REUTERS)

Dejó clarísimo en cambio que él quería continuar, lo repitió insistentemente durante los 40 minutos que duró su comparecencia ante los medios. El mensaje de amor hacia el club con el que llegó a los 13 años y del que se va después de 21 habiendo ganado 35 títulos y pulverizando todos los récords habidos y por haber fue contundente, igual que su cariño por una afición que le adora y de la que le habría gustado despedirse: “Me hubiese gustado despedirme con gente en el campo, poder escuchar una última ovación, un último cariño. Les extrañé mucho este año y medio”. Desveló que comió con Laporta cuando este ganó las elecciones “y estaba convencido de que íbamos a seguir, que no habría problema en arreglarlo porque mi contrato nunca fue el problema”.

Foto: Messi rompe a llorar durante su despedida. (Reuters)

La frialdad con la que habló del presidente azulgrana, con el que ni siquiera se saludó cuando terminó de hablar (yendo directamente a abrazarse con sus compañeros que estaban en la sala), es significativa. Y a Laporta, que hasta el momento tenía el favor del socio que le votó mayoritariamente y de una afición que le consideraba como un salvador, un mago capaz de arreglar el tremendo boquete que han dejado Bartomeu y compañía, le va a pasar factura seguro. Las lágrimas desconsoladas del jugador más importante en la historia del club, la honestidad con la que repitió que estaba convencido de que se iba a quedar porque él no puso ningún inconveniente y que volverá algún día a Barcelona porque sus hijos son "argentino-catalanes", pesarán en el mandato recién comenzado de Laporta. Además, fue elegante con Javier Tebas: "No tengo nada que decirle, dos o tres veces me lo crucé. No tengo ningún problema con Tebas yo”.

Jugar al máximo nivel

De su futuro sólo reveló que tiene ofertas y que seguirá compitiendo al máximo nivel, pero que aún no tiene nada cerrado con nadie. No quiso confirmar que se irá al PSG porque no era el momento, pero todo apunta a que así será y pidió comprensión a la afición culé: “Seguiré compitiendo, mi últimos años de carrera los terminaré igual, esa es mi mentalidad, la de querer seguir ganando, querer siempre más y no se me puede cuestionar por querer jugar en un equipo que vaya a competir con el Barça”.

Foto: Messi anota un gol en la Champions en 2019. (Reuters)

Fuera, en los alrededores del Camp Nou, había cientos de seguidores esperando para verle y despedirse de él. Messi se ofreció incluso a volver para disputar un partido homenaje y reconoció estar bloqueado: “No caigo en la realidad de dejar este lugar, de cambiar mi vida por completo. ¿Si es el momento más duro de mi carrera? Sí. Tuve muchas derrotas, pero al final al día siguiente volvía a entrenar. Esto no, esto ya no vuelve, este es el final en este club”.

Leo Messi se va, pero su sombra va a perseguir a Laporta y cada nueva imagen: él con su nueva camiseta, firmando por otro club, marcando goles, será una puñalada para una afición que asiste impotente a un adiós que no comprende.

Apareció Leo Messi en el escenario y ya lloraba tanto que su mujer, Antonela, tuvo que rebuscar en el bolso para darle un pañuelo. Empezó ronco y admitiendo que no sabía si podría hablar, pero lo hizo. Sin disimular su pena, la tristeza, pero mordiéndose la lengua en momentos claves. ¿Por ejemplo? Cuando le preguntaron si creía que el club había hecho todo lo posible para que se quedara, contestó: “No lo sé. Lo que tengo claro es que sí hice todo lo posible. Laporta dijo que no se podía por un tema de LaLiga, pero yo hice todo de mi parte. Quería quedarme y no se pudo”. Messi se marcha y sigue faltando una pieza para entender su adiós. Laporta echó la culpa a la “nefasta herencia recibida” y a LaLiga. El jugador se remitió a las explicaciones del presidente. Y nadie comprende por qué no se hizo un último esfuerzo, sobre todo después de que Messi dijera: “Había bajado un 50% mi ficha, cerramos el contrato y no se me pidió nada más”.

Leo Messi Joan Laporta
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