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La cruda realidad de Messi en el PSG: desmotivado, criticado y en baja forma física
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le cuesta adaptarse al cambio

La cruda realidad de Messi en el PSG: desmotivado, criticado y en baja forma física

Seis meses después de salir llorando del Barcelona, Leo Messi es un futbolista irregular en su juego, sin ritmo, con poca capacidad para el desequilibrio y falto de gol

Foto: Leo Messi con gesto serio durante un partido con el PSG. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)
Leo Messi con gesto serio durante un partido con el PSG. (REUTERS/Gonzalo Fuentes)

Leo Messi viajó la semana pasada de París a Barcelona para cenar con Sergio Busquets y Jordi Alba, sus dos mejores amigos de la plantilla azulgrana, y en el restaurante japonés coincidió con Xavi. El técnico estaba celebrando su 42 cumpleaños y se unió a la mesa. No estaba Gerard Piqué, con el que la relación es fría. La cena, en la que también estuvieron las mujeres de los futbolistas, sirvió para confesarse cómo le van a unos y otros. Ninguno está pasando su mejor momento.

Los del Barça no encuentran el pulso competitivo, están eliminados de la Champions, perdieron el Clásico de Riad de la Supercopa de España y les urge acabar entre los cuatro primeros de la Liga. La crisis del Barcelona también tiene preocupado a Messi. Pudo comentar lo que le está costando adaptarse al cambio de país, club y equipo. Han sido 20 años en el Barcelona y la traumática salida de casa pasó factura a la estrella argentina. Se sintió engañado por Laporta, la persona a la que la familia Messi señala como el culpable de la ruptura. El argentino salió del restaurante serio.

placeholder Messi, de rodillas, en el partido entre el PSG y el Niza de la Copa de Francia
Messi, de rodillas, en el partido entre el PSG y el Niza de la Copa de Francia

Leo Messi no encuentra la motivación en el Paris Saint-Germain. El cambio es brusco para la familia del argentino y está costando más de lo que podía esperarse en un futbolista de 34 años y con experiencia. Es la principal conclusión que se puede sacar del bajo rendimiento que está teniendo el argentino en su nuevo equipo. Seis meses después de salir llorando del Barça es un futbolista irregular en su juego, sin ritmo, con poca capacidad para el desequilibrio y falto de gol. Los únicos momentos de felicidad que encuentra es cuando viaja a su país y las esporádicas visitas a la Ciudad Condal. En el PSG transmite una incapacidad para acoplarse a los compañeros, confusión y hay hasta desgana. Ha pasado el periodo suficiente y se tendría que ver a un futbolista ilusionado, comprometido y con liderazgo. No aparece la mejor versión de Messi y llega un nuevo revés.

Decepción en la Copa de Francia

El batacazo en la Copa de Francia confirma los problemas de desmotivación, además de los futbolísticos, de Messi. El Paris Saint-Germain cayó eliminado contra el Niza en la tanda de penaltis. Era el día el que Messi lució el dorsal '10' en el Parque de los Príncipes. Cambió el '30' que lleva habitualmente por el número que tiene en propiedad Neymar. El brasileño sigue de baja por lesión. Messi, como su equipo, defraudó. Pero de él se esperaba más, que tirara de los compañeros en una situación de dificultad, que provocara acciones de peligro, que jugara con más pasión y determinación.

No lo consigue. No le sale porque su juego es poco fluido, le falta inspiración, está bajo de forma física para irse en el uno contra uno y superar a los rivales por velocidad y cambios de ritmo. Messi disputó todo el encuentro con el Niza, el primero en el que es titular este año, y solo disparó en una ocasión a la portería. Un tiro flojo y centrado a las manos del portero. Estuvo participativo, pero llamó la atención el bloqueo para encontrar soluciones a los problemas que planteó el rival con el orden táctico. La versión del Messi intimidatorio y desequilibrante con un pase, una pared o un disparo no se ve y provoca la primera gran decepción en Francia.

Foto: Juan Carlos Unzué y Luis Enrique en la presentacion de 'Vivir ValEla pena'. (EFE/Alejandro García)

Los medios de comunicación vuelven a preguntarse qué le pasa a Leo Messi y califican su rendimiento contra el Niza con notas de suspenso. "Es la sombra de sí mismo. No recupera su esplendor", son algunas de las críticas. Messi solo ha disputado un partido y medio en el mes de enero. Jugó la última media hora contra el Reims en la Liga y el mencionado batacazo contra el Niza. Sus registros son pobres: 18 partidos, 6 goles, 4 asistencias. Entre la Liga y la Copa tan solo ha marcado un tanto. Es la cruda realidad de Messi, la de un futbolista sin continuidad en el juego y sin chispa. Está defraudando a los aficionados del PSG y en el club siguen pidiendo paciencia, pese a que la eliminación en estos octavos de final de Copa sea un traspié que preocupa y confirma la fragilidad del equipo. Messi ya no puede optar al triplete con el PSG, pero lo grave es que aparecen los fantasmas y faltan dos semanas del primer enfrentamiento contra el Real Madrid en la Champions.

Las secuelas del covid

Messi es protagonista negativo por su bajo rendimiento y de él se esperaba que este mes de enero empezara a transmitir una mejoría y más certezas. Pero sufre las consecuencias de haber entrenado mal y poco tras contagiarse de covid en su país durante las fiestas navideñas. Las imágenes que aparecieron por las redes sociales eran las de un Messi, junto con su mujer Antonela, bailando, cantando, sin mascarilla ni medidas de seguridad. Retrasó su regreso a París para guardar la cuarentena en Argentina. Ha empezado mal el año y la dura derrota contra el Niza en la Copa de Francia hacen saltar las alarmas.

Leo Messi firmó dos temporadas más otra opcional con el Paris Saint-Germain con un sueldo de 40 millones de euros netos. El más alto de la plantilla. El club le puso todo tipo de comodidades para facilitarle la integración. Un chófer para ir a los entrenamientos, otro para su familia, un profesor particular para él, Antonela y los hijos (Thiago, Mateo y Ciro) para que aprendan francés.

Foto: Rafael Nadal en el partido contra Denis Shapovalov. (EFE/Dean Lewins)

La familia empezó viviendo en un hotel de lujo de la ciudad (Le Royal Monceau) y se trasladó a la zona metropolitana (Nevilly sur Seine) para instalarse en una casa de 300 metros cuadrados y estar cerca de sus compatriotas Ángel di María y Leandro Paredes. La casa de Messi no tiene ni campo de fútbol, ni piscina, ni el extenso jardín de la lujosa mansión en la que vivía en la urbanización Bellamar de Castelldefels, a 20 kilómetros de Barcelona, con vistas a la montaña y el mar. El idioma, el clima, los amigos, la nostalgia de Barcelona es todo lo que echa de menos Leo Messi.

Es otro mal momento en la carrera de Leo Messi. Empieza la fase decisiva de la temporada, en la que se disputan los grandes títulos y la gran obsesión de la familia real qatarí, propietaria del Paris Saint-Germain a través del fondo Qatar Sports Investments, es conseguir ganar la Champions. Para eso se fichó a Messi y se hicieron otras contrataciones como la de Sergio Ramos. No se puede dudar de Messi, pese a este nuevo bache, y uno de los que lo tiene claro es Karim Benzema. El delantero francés y rival en la eliminatoria de la Champions ha sido claro con unas declaraciones, en 'Telefoot', en las que pide tiempo: "No podemos criticar a Messi. El que lo hace no entiende nada de fútbol".

Messi necesita encontrar su mejor forma física y de aquí a la eliminatoria contra el Real Madrid tiene tiempo para conseguirlo. El estado de ánimo también influye y las críticas crecen en los medios franceses. Algo que no le beneficia porque del argentino se comenta que no se le ve disfrutando en el campo. Esta es una de las principales preocupaciones de Mauricio Pochettino, el entrenador argentino que vuelve a estar señalado por no sacar el mejor rendimiento de Messi y hacer un equipo fiable.

Leo Messi viajó la semana pasada de París a Barcelona para cenar con Sergio Busquets y Jordi Alba, sus dos mejores amigos de la plantilla azulgrana, y en el restaurante japonés coincidió con Xavi. El técnico estaba celebrando su 42 cumpleaños y se unió a la mesa. No estaba Gerard Piqué, con el que la relación es fría. La cena, en la que también estuvieron las mujeres de los futbolistas, sirvió para confesarse cómo le van a unos y otros. Ninguno está pasando su mejor momento.

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