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El Real Madrid ejecuta al Barcelona en la Supercopa con los contraataques (2-3)
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El Real Madrid ejecuta al Barcelona en la Supercopa con los contraataques (2-3)

El Real Madrid gana el Clásico de la Supercopa de España y se clasifica para la final con un gol de Fede Valverde en la prórroga. El Barcelona mejoró e igualó dos veces el marcador

Foto: Fede Valverde celebra el gol en la Supercopa de España. (Reuters/Ahmed Yosri)
Fede Valverde celebra el gol en la Supercopa de España. (Reuters/Ahmed Yosri)

El Clásico de Arabia Saudí, el primero que se juega fuera de España, lo mató un contraataque culminado por Fede Valverde en el inicio de la prórroga. Xavi llevó al límite a Ancelotti. El Barcelona recuperó en el estadio Rey Fahd de Riad el crédito de equipo competitivo. Se vio en dos ocasiones por debajo en el marcador e igualó el partido. Son las mejores señales en los dos meses que lleva Xavi en el banquillo. No le dio para ganar a un Real Madrid que es una apisonadora cuando consigue correr y tiene espacios para lanzar el contraataque. Pero este Barça tiene mejor pinta. Reaccionó, plantó batalla y tuvo al Real Madrid, por momentos, sometido. La efectividad de los blancos vale para jugar la final.

Fue un encuentro muy abierto. Los goles definen lo que fue el Clásico hasta la prórroga. Dos equipos frágiles en defensa. De los errores sacaron tajada ambos equipos en los goles. Primero el Real Madrid con un robo de Benzema a Busquets que desató una acción de contraataque finalizada por Vinícius. El empate del Barcelona es una acción de fe y hambre de Luuk de Jong para tapar un despeje blando de Militao. Busquets y Militao tienen mucha culpa de los dos tantos. Se durmieron, les faltó tensión y concentración. En el de Benzema, el que volvió a poner por delante a su equipo, participaron los dos laterales (Mendy y Carvajal) dentro del área. La defensa del Barça hizo aguas. Lo igualó Ansu Fati con un remate de cabeza solo dentro del área y, otra vez, Militao llegando tarde. Así se llegó a la prórroga. No había favorito. Hasta que Fede Valverde ejecutó el tercer tanto al contraataque.

placeholder Luuk de Jong celebra el primer gol del Barcelona en el Clásico.
Luuk de Jong celebra el primer gol del Barcelona en el Clásico.

En el juego generaron poco los planteamientos de Xavi y Ancelotti. No hubo un equipo superior. Cada uno, a su manera, jugaron la primera parte con el freno de mano. El Real Madrid estaba cómodo sin la pelota, divisaba los espacios, los quería explotar y generó peligro con acciones directas. El Barcelona quería la pelota, pero no tenía profundidad ni peligro. Xavi armó el equipo de inicio que más le gusta. Con Dembéle y Ferran Torres (debutó el día después de ser inscrito y fue sustituido por Abde en el descanso) abriendo el campo. Con extremos y Jordi Alba y Dani Alves por detrás. El Barcelona sabe a lo que juega, pero lo ejecuta todo con lentitud y todavía inseguridad en el primer periodo. Era un equipo plano, temeroso, hasta que Militao le metió en el partido y Luuk de Jong le rescató al filo del descanso.

Los errores defensivos

Al Real Madrid le faltó ambición tras el gol de Vinícius para sentenciar a un Barcelona que estaba encogido, que notó la inactividad de Ferran y la inferioridad en el centro del campo. El despiste de Busquets es un ejemplo. El capitán, veterano y con oficio en estos partidos, se durmió. Benzema le robó la pelota, cayó en Modric, volvió a Benzema y Vinícius olió la sangre. El brasileño superó en velocidad a Araujo, condujo la pelota y definió con un zurdazo a la escuadra. El Real Madrid se adelantó con la especialidad de la casa. Un contraataque. Con espacios, la sociedad Benzema-Vinícius es demoledora. Era el minuto 21 y se conformó. No quiso más, se enfrió y lo que parecía ser un destrozo pasó a ser un empate por la casta y el orgullo que le pone Luuk de Jong. Un jugador al que le buscan salida en enero y lleva tres partidos seguidos haciendo gol.

El empate a uno llegó al filo del descanso y le sentó mejor al Barcelona. Entró enchufado al segundo tiempo, con Pedri por Frenkie de Jong y Abde por Ferran Torres. Generó bastante peligro con el desborde de Dembélé. El francés agitó al Barcelona con verticalidad, desborde en el uno contra uno y cambió la imagen de un equipo temeroso a otro con vértigo. El Real Madrid echó de menos el oficio de Alaba, baja por unas molestias musculares que obligaron a Ancelotti a meter a Nacho. El equipo perdió solidez y contundencia.

Xavi sorprendió quitando a Luuk de Jong para meter a Ansu Fati, otro con una larga inactividad, en el minuto 66. Buscaba otra forma de hacer daño. Le salió a pedir de boca. Ansu Fati hizo el segundo gol, el del empate, en un remate de cabeza tras un centro de Jordi Alba. Remató solo, sin oposición de Militao en el 83’. Otra vez llegó tarde.

Foto: Raúl García celebra un gol en un partido del Athletic. (EFE/Miguel Toma)

En el Real Madrid se repitieron los errores de la primera parte. Dejó vivo al Barcelona. Se adelantó con un gol de Benzema y no fue capaz de cerrar el partido. Lo fio todo a las acciones ofensivas en las carreras de Vinícius y las genialidades de Benzema. El francés había conseguido marcar las diferencias arriba, pero no era suficiente. Benzema se fabricó una jugada dentro del área, con la oposición de Araujo, y envió la pelota al poste. Un aviso.

El ‘9’ estaba en todas las acciones. Despertó la bestia. Cogió la responsabilidad y marcó el segundo gol en una jugada en la que intervinieron los dos laterales. Mendy rompió a Alves por la izquierda, metió el balón al área, remató Benzema, despejó Ter Stegen. El rechace cayó en Carvajal y el centro lo volvió a rematar Benzema. El Barcelona no se rindió y Ansu Fati dejó su sello. Tiene facilidad para hacer gol y castigó la inconsistencia del Real Madrid. El Barça recuperó el fútbol y el orgullo. Llevó el partido a la prórroga tras ir en dos ocasiones por detrás en el marcador. Perdió en una acción de contraataque. Hay un punto de inflexión en el Barcelona, de mejoría. Es un triunfo que refuerza el espíritu combativo y sufridor del Real Madrid. Gana cuando no es mejor.

El Barça se quita los complejos

Xavi sí señaló que hay un punto de inflexión a pesar de la derrota. Compareció con la satisfacción de haber plantado cara al Real Madrid, que llegaba a este Clásico más en forma y como favorito: "En cuanto nos hemos quitado los complejos, hemos competido. Hemos sido mejores. Nos podemos ir orgullosos. Vamos por el buen camino, pero me voy triste y enfadado porque queríamos este título. Lo mejor es el juego y las sensaciones. Pero al final son errores nuestros, de no parar las contras, de no ser responsables con el balón cuando mejor estábamos. Podemos competir contra cualquiera. Somos el Barça. Hay que asumir riesgos y nos vamos con la cabeza alta".

La visión de Carlo Ancelotti apunta más a la exigencia que tuvo que hacer el equipo, a nivel mental y físico, para superar esta partido. "Fue un partido sufrido, igualado, con dos buenos equipos y nosotros utilizamos la contra. Creo que la primera parte merecimos ganar y encajamos un gol por mala suerte. La segunda parte fue más competida. En el fútbol no solo existe el contraataque, pero es verdad que lo estamos haciendo bien. Se podía haber defendido mejor, pero el Barcelona ha jugado un buen partido".

Casemiro reconoció que "el plan era darle el balón y jugar al contraataque. Sabíamos que teníamos que tener respeto al Barcelona porque da igual como vaya en la Liga. El Barcelona es el Barcelona y lo habíamos hablado".

El Clásico de Arabia Saudí, el primero que se juega fuera de España, lo mató un contraataque culminado por Fede Valverde en el inicio de la prórroga. Xavi llevó al límite a Ancelotti. El Barcelona recuperó en el estadio Rey Fahd de Riad el crédito de equipo competitivo. Se vio en dos ocasiones por debajo en el marcador e igualó el partido. Son las mejores señales en los dos meses que lleva Xavi en el banquillo. No le dio para ganar a un Real Madrid que es una apisonadora cuando consigue correr y tiene espacios para lanzar el contraataque. Pero este Barça tiene mejor pinta. Reaccionó, plantó batalla y tuvo al Real Madrid, por momentos, sometido. La efectividad de los blancos vale para jugar la final.

Karim Benzema Gerard Piqué
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