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Miguel Ángel Román: "No somos estrellas, no me interesa fichar jugadores o echar a entrenadores"
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ENTREVISTA PERSONAL

Miguel Ángel Román: "No somos estrellas, no me interesa fichar jugadores o echar a entrenadores"

El narrador catalán es uno de los fichajes estrella de DAZN para las retransmisiones de LaLiga esta temporada. Sin embargo, lo de ser relevante parece no haber ido nunca con él

Foto: Miguel Ángel Román, nueva imagen de DAZN. (Cedida)
Miguel Ángel Román, nueva imagen de DAZN. (Cedida)

"El día que me afecte lo que se diga de mí en redes sociales, las cierro todas de golpe". A Miguel Ángel Román le ha tocado vivir una experiencia bastante desagradable con las redes sociales en los últimos días. Sin embargo, charlando con él, se percibe rápidamente que no es más que una mera anécdota en su vida. Se muestra cercano, abierto a mantener una charla distendida y sin ataduras —como las de antes—, aunque te dribla como un jugador de banda si así lo considera. Natural de Sant Boi (Barcelona), tomó un camino diferente en la comunicación para terminar siendo narrador en el panorama nacional. Su primera experiencia con un medio de comunicación fue directamente narrando, en un carrusel para Radio Lleida, casi la totalidad de un Europa-Balaguer, del cual se cumplen 23 años en apenas dos semanas, obviando así los procesos —poco efectivos— de llevar café a los superiores o ayudando con las fotocopias.

Le gustaba el deporte, aunque él quería dedicarse al periodismo en el ámbito político. Siempre quiso contar historias, pero "la narración se cruzó en mi camino". Román es amable. Tanto que cuando le preguntas hacia dónde va la comunicación, no duda en decir que, de saberlo, estaría compartiéndolo por las universidades y diferentes medios del mundo. Ha habido cambios recientes en su vida, sobre todo, en lo profesional, pero se prepara cada partido con la misma ilusión y los mismos métodos —los famosos post-its y la hoja escrita a mano con las narraciones del fin de semana—.

Foto: Falcao y Lewendowski. (EFE/Quique García)

Ahora, también está en Twitch, porque "hay que 'guarrear' con todas las nuevas plataformas de comunicación que van saliendo". Eso sí, destaca una y otra vez que no se da ninguna importancia a él mismo, como figura mediática o estrella del mundillo: "Solo me interesa hacer bien mi trabajo". Desde 1999 con el micrófono pegado a la boca —hasta para esta charla—. Lo de ser profesional va en uno mismo y el Barça-Valladolid del próximo domingo lo lleva al dedillo.

Foto: Joaquín Caparrós en la Supercopa celebrada en Marruecos. (Reuters/Jon Nazca)

El cambio a DAZN

Después de muchos años en el mundo de la televisión, de la mano de Mediapro, el periodista catalán da un salto a la plataforma DAZN, poseedora de los derechos de LaLiga y encargada de retransmitir cinco partidos durante 35 jornadas del campeonato. "Más que ilusión supone un reto. También una enorme responsabilidad, porque no dejas de formar parte de un grupo de trabajo, de una televisión que se pone en marcha y ese cóctel de sensaciones que te encuentras. Tenemos la oportunidad magnífica para hacernos un hueco dentro del panorama televisivo en este país tan futbolero", comenta Román, sereno a la par que feliz.

Lo cierto es que el cambio de reparto en los derechos televisivos de nuestro país ha conllevado consigo un baile de narradores, comentaristas y reporteros por las diferentes pantallas. Román es uno de ellos, puesto que su voz ya no estará en Movistar. "Siempre digo lo mismo: el partido que te toque, sea el que sea, siempre es el mejor partido, para ti. ¿Si me siento más cabeza de cartel con el cambio? Siento que formo parte de un grupo de narradores, pero que no me siento ni el uno, ni el dos, ni nada de eso. No me gustan esas jerarquías. Eso sí, ahora tengo posibilidades que, en mi última etapa, no tenía. Antes, era muy complicado que pudiese narrar un partido del Madrid, del Barça del Atlético de Madrid. Ahora, en DAZN, sí que existe la posibilidad real de poder hacerlo semana a semana o de vez en cuando. Hasta ahora esa posibilidad era inexistente".

Uno de los motivos de peso para ese cambio, según el protagonista, se basó en una necesidad de cambio, de hacer cosas distintas, como viajar todas las semanas a los estadios, estar en las previas y poder optar a narrar los grandes duelos de cada jornada. Pese a ello, las costumbres y tácticas de preparación siguen intactas, con el aliciente de vivir, siempre, el evento 'in situ'. "Cuando vas a un estadio, todo te remite al partido. En un locutorio, no todo te remite al partido. Estás viendo el partido en un monitor de 30 pulgadas, gente que pasa por detrás y se refleja en la pantalla, te puedes despistar... Lo único que te une emocionalmente al partido es el sonido ambiente que te llega a través de los cascos. Intentaré que mis narraciones sean mejores".

placeholder Miguel Ángel Román, en su presentación como nuevo narrador de DAZN. (Cedida)
Miguel Ángel Román, en su presentación como nuevo narrador de DAZN. (Cedida)

Las raíces

Su pasión nació de la necesidad. La carrera de periodismo le decepcionó desde los primeros compases —algo que sigue sucediendo a día de hoy—, así que decidió entrar en contacto con los medios para reavivar la llama de la ilusión. "Mi sueño no era ser narrador de fútbol. La narración se cruzó en mi camino porque el primer año de facultad me decepcionó tanto la carrera que dije: 'o entro en contacto con los medios de comunicación o dejo la carrera'", alega Miguel Ángel Román, recordando aquella época con cariño. A la primera fue la vencida. "La primera vez que cogí un micrófono fue para narrar un partido de fútbol. Recuerdo muchísimos nervios, inseguridad y un miedo increíble. Pero más o menos salvamos aquel primer día, no me echaron a la calle y seguí narrando esa temporada, mientras hacía un magacín de tarde en Radio Martorell, ya que mantenía mi idea de ser periodista político. Pero pasaron los meses y los años, lo de narrar no se me daba del todo mal, se me fueron abriendo posibilidades en el periodismo deportivo y aposté por ello".

Para recorrer el camino primero hay que allanarlo, y en esta profesión, igual hasta tienes que asfaltarlo. Todos los veranos, Miguel Ángel Román trabajaba en otras labores que nada tenían que ver con la comunicación. De hecho, terminó el grado universitario y, pese a realizar diferentes colaboraciones en medios de comunicación, tuvo que trabajar dos años como transportista para ganarse la vida. Ojo, a bordo de la furgoneta —ahora, Romaneta— aprendió más periodismo de lo que uno podría pensar. "Sobre todo aprendí lo duro que es muchas veces pasarse el día en la carretera, los horarios, levantarse a las cuatro de la mañana para ir a trabajar y entrar a las seis... Cosas que están muy alejadas, en cierta medida, del mundo del periodismo en el que estoy inmerso ahora".

Foto: Centro de entrenamiento del FC Südtirol. (Cedida)

"Esa etapa me enseñó a no rendirme en la búsqueda y persecución de mi sueño, que era ser periodista deportivo. Aquellos años aprendí muchísimo periodismo, porque mientras conducía la furgoneta tenía la radio todo el día puesta y eso me formó mucho. Recuerdo cuando llegaban los carruseles europeos y a mí me pillaba conduciendo, volviendo de Zaragoza o haciendo la ruta por los alrededores de Barcelona, sonaba la sintonía, la voz de Paco González, Pepe Domingo Castaño y compañía, y a mí se me saltaban las lágrimas mientras pensaba: 'joder, es que yo quiero hacer esto'", comenta Román para este periódico, todavía un tanto emocionado.

La vida del periodista deportivo está ligada directamente con la del deportista. Viajes, fines de semana de trabajo y mucho tiempo que no se puede invertir en un proyecto familiar. ¿Cuál es el secreto? "El mérito lo tiene mi mujer y mis hijas, que me soportan. ¿Cómo se sobrelleva? Pues a veces bien, a veces mal, a veces regular, a veces muy mal. Hay momentos de la temporada muy malos porque claro, estoy casado, tengo dos hijas, una que va a empezar en la universidad, otra con 12 años y una discapacidad. A veces es complicado compatibilizar el trabajo con la familia. Sin embargo, procuro dedicarles tiempo de calidad". Aunque también hay algún que otro truco. "Los parones FIFA los aprovecho como si fuese el último fin de semana de mi vida", responde entre risas.

Redes sociales

Días atrás, el entrevistado estuvo en boca de muchos por recibir una falta de respeto en su canal de Twitch. "Menuda basura de comentarista estás hecho. Tu hija la autista no tiene remedio, ¿hablará algún día? Que ha salido a ti. No dan pena ni nada… ¿Irás a Turquía a ponerte pelo? Que tienes más entradas que la final de Champions. Cara antorcha", fue la 'joyita' que le dedicaron a Román. El extracto de su emisión en directo se viralizó, y seguidores y compañeros se solidarizaron con él, pese a que Miguel Ángel está acostumbrado —por desgracia— a pequeños prejuicios diarios. "No me afectó, en absoluto. El día que me afecte lo que se dice de mí en las redes, las cierro todas de golpe".

"La persona que lo hizo ya traspasó una línea muy desagradable y por eso le contesté, pero yo no contesto a nadie que me insulte o me diga según qué cosas, en las redes. Pese a lo que se vio, no estaba afectado, triste, ni nada por el estilo. Piensa una cosa. Las familias que tenemos a cargo una persona con discapacidad, como es la nuestra, desde casi el primer momento, estamos acostumbrados a las miradas, a los reproches, en silencio y desde la distancia de los demás. O sea, yo estoy acostumbrado a pasear por la calle con mi hija y que la gente me mire porque tiene ciertas estereotipias o porque hace ciertos sonidos".

En su faceta como profesional, más de lo mismo. "No puedes permitirte como profesional de la información y del periodismo que los comentarios en Twitter o en Instagram, o donde sea, determinen lo que tienes que decir. Tú tienes que decir lo que creas en función de lo que está pasando y en función de los códigos que rigen nuestro oficio de periodista. No tienes que decir 'x' o 'y' con el miedo a cómo vayan a reaccionar el resto. Si cambias tu mensaje en función de lo que puedan decir en Twitter, estás trabajando mal".

Ojo, no rehúye de la crítica del gran público, todo lo contrario, pero siempre y cuando se cuestione algo objetivo; como equivocarse en el lugar de nacimiento o el equipo de procedencia de un futbolista, por ejemplo. Las redes sociales le cogieron "mayor, casado y padre de una niña, por suerte o por desgracia", tal y como dice él mismo, por lo que les da el valor justo y prefiere utilizarlas como vehículo para promocionar su marca personal y la de su empresa.

Foto: Benzema ya se está preparando para esta temporada. Ahora les toca a los espectadores. (E. Laurent / EFE)

Por contra, los halagos tampoco van con su persona. Con el boom de las redes sociales, son varios los periodistas que se han erigido en referentes de opinión. No es algo nuevo. Siempre ha habido ejemplos, como José María García o José Ramón de la Morena, pero internet ha disparado el fenómeno 'estrellita' y quién sabe si el ego de más de uno. Lo suyo es trabajar, disfrutar de la tarea y regresar a su hogar. "No me considero una estrella ni me considero nadie importante. Toda esa patena de purpurina que se les pueda dar a los periodistas me interesa entre poco y nada. Ese papel no me gusta, no lo quiero, no quiero ser importante, no quiero ser conocido, no quiero que mi opinión tenga un peso en las audiencias. No me interesa echar entrenadores, no me interesa fichar a futbolistas. A mí todo eso me trae sin cuidado. Lo único que me importa es contar lo mejor posible el siguiente partido. Y cuando acabe, cerrar el micro y preguntarme si lo hemos contado bien, irme a mi casa, con mi mujer, con mis hijas y mañana será otro día", prosigue.

"Es evidente que tenemos un papel protagonista dentro de los partidos porque somos los encargados de contar lo que está pasando y decir lo contrario sería mentir. Pero el gol de Sergi Roberto al PSG o el gol de Iniesta en Sudáfrica, son importantes en sí mismos. Es el gol lo importante, no la narración. Si te sale buena seguro que tienes más posibilidades de calar más e la gente, o alguna palabra que se pueda decir que pueda tocar más el corazoncito de una afición o de lo que sea. Probablemente sí, pero no sé, es que yo sé que soy un poco rancio en estos temas". Aunque se resta importancia, sí se valora mucho, en el sentido que se ve capacitado casi para cualquier narración deportiva. No descarta ponerle voz a una partida de ajedrez o de dardos, con la debida preparación y adaptándose al formato. Quién sabe. Igual, en un futuro no muy lejano, deja de tocar en Hugo Duro para tocar en el centro de la diana o escuchamos "qué bonito es el ajedrez cuando se vuelve loco".

Una narración irrepetible

El 30 de enero de 2019, Miguel Ángel Román no tenía ni la más remota idea de que, a partir de ese día, se iba a convertir en ídolo del valencianismo y viral en las redes sociales. Aquel día, el Valencia CF recibía en los cuartos de final de la Copa del Rey al Getafe CF, que había vencido en la ida (1-0), en un partido marcado por la tensión en los banquillos. En el minuto 92, los de Mestalla necesitaban dos goles para pasar a las semifinales. Lo que ocurrió en esos últimos momentos, concretamente, cuando empieza a cabalgar Jorge Molina, como si fuera un chaval, ya lo sabe todo el mundo.

"Uno no narra nunca un gol con la idea de que tendrá repercusión. Lo haces queriendo trasladar, con palabras, las emociones que se hayan podido generar ahí al espectador. Pero lo que ha pasado con ese gol es único, irrepetible y que pasa muy de vez en cuando, sin depender de ti. Probablemente habré contado o cantado goles mejor que ese. O no, no lo sé, pero al final eso saltó a las redes y se hizo viral porque la gente quiso, pero no porque yo quisiese que se hiciese viral". Tanto es así, que su primer recuerdo al acabar el partido no es el gol de Rodrigo, sino la tarea que le tocaba a su compañera a pie de campo. "El partido fue muy tenso, acabó con una tangana, y yo, cuando acabó el partido y cerré el micrófono, dije 'hostia, la que le espera a Cristina (Bea)', e hizo un trabajo formidable".

Una nueva vida en Twitch

Dentro de la jungla que son las redes sociales, todavía queda una parte —cada vez más pequeña— que te permite disfrutar de ellas. En los últimos tiempos, plataformas como YouTube o Twitch se han caracterizado, en algunos casos concretos, por ser capaces de generar comunidades de personas con gustos comunes. Este verano, Román estuvo cerca de no narrar para la televisión, desde que arrancase allá por 2008. La incertidumbre de su situación laboral y un pequeño empujón en casa, le empujaron a iniciar un camino salvavidas y de entretenimiento en la plataforma morada.

"Fue mi mujer la que me convenció para dar el salto. Creo que, en nuestro sector, estando en 2022, tienes que interesarte por las nuevas plataformas a través de las que se puede comunicar deporte o lo que sea. Ese punto de curiosidad es casi obligatorio, además de 'guarrear' un poco con cada una de ellas. Luego también, en mi caso, con el cambio de los derechos televisivos, me dije 'abre un canal de Twitch, porque si te vas a la calle, pues a lo mejor esto se tiene que convertir en tu medio de vida'". Su futuro en redes pasa por los directos y algún que otro formato, pero el canal de YouTube, de momento, sigue aparcado.

Ha crecido en los medios tradicionales y, en parte, sigue viviendo de ellos. Ahora, Miguel Ángel ha dado el salto a los directos desde su habitación y aprovecha para reivindicar al periodista, restándole importancia al medio. "Esto es una oportunidad que es independiente de lo que diga tu carné de identidad. Una posibilidad y un lugar nuevo en el que comunicar, con un nicho nuevo de audiencia, que no tiene por qué ir de la mano de la juventud y de haber nacido después del año 2005. Hay periodistas de la vieja escuela que han visto que Twitch es un lugar en el que poder comunicar deporte es igual de válido que cualquier otro. El vehículo en el que comunicamos va a determinar, de alguna manera, cómo enviamos el mensaje, por la especificidad de cada plataforma. Pero Twitch, YouTube o la plataforma que sea, en sí no es ni bueno ni malo para el periodismo. Puedes hacer buen periodismo en Twitch o mal periodismo en Twitch, pero no por Twitch, sino por cómo trates el contenido".

Antes de concluir la charla con Miguel Ángel Román, el protagonista se presta a un test rápido con El Confidencial, para perfilar los últimos detalles.

PREGUNTA. ¿Un referente en la vida?

RESPUESTA. Mi abuelo materno.

P: ¿Un referente en la narración?

R: Muchos, pero si solo me puedo quedar con uno, Carlos Martínez.

P: ¿Un equipo español?

R: La Selección Española.

P: ¿Un equipo extranjero?

R: Tengo muchos y de diferentes países, algunos hasta contradictorios. Pero ninguno predilecto, la verdad.

P: ¿Un partido por narrar?

R: La final del Mundial, con España jugando.

Foto: Andrés Iniesta celebra el gol que le dio a España su primer Mundial en 2010. (EFE)

P: ¿Una ambición laboral?

R: Jubilarme. Haciendo lo que más me gusta, que es narrar.

P: ¿Un recuerdo de niño?

R: Los fines de semana jugando a frontón con mi padre.

P: ¿Un recuerdo en un estadio?

R: La afición del Celta llorando y aplaudiendo a sus jugadores después de la eliminación en la Europa League contra el Manchester United, en Old Trafford. Esa imagen la tengo tatuada en el cerebro. Era una mezcla entre orgullo y tristeza. Orgullo máximo y tristeza máxima.

P: ¿Un lugar para perderse?

R: El Hierro o la Val d'Aran.

P: ¿Un deseo?

R: Salud para todos.

Así termina casi una hora y media de charla con Miguel Ángel Román. Su voz fue la encargada de estrenar las emisiones de LaLiga en DAZN, y arrancó destacando la canción de fondo (Soy como el aire, de Nil Moliner), aunque no lo recuerda por haber recuperado los nervios de la primera vez. Hay narrador para rato, pues afirma que solo dejaría el periodismo deportivo por alguna circunstancia médica en su familia. Un auténtico 'room tour' por su vida. Miguel Ángel Román seguirá tocándola.

"El día que me afecte lo que se diga de mí en redes sociales, las cierro todas de golpe". A Miguel Ángel Román le ha tocado vivir una experiencia bastante desagradable con las redes sociales en los últimos días. Sin embargo, charlando con él, se percibe rápidamente que no es más que una mera anécdota en su vida. Se muestra cercano, abierto a mantener una charla distendida y sin ataduras —como las de antes—, aunque te dribla como un jugador de banda si así lo considera. Natural de Sant Boi (Barcelona), tomó un camino diferente en la comunicación para terminar siendo narrador en el panorama nacional. Su primera experiencia con un medio de comunicación fue directamente narrando, en un carrusel para Radio Lleida, casi la totalidad de un Europa-Balaguer, del cual se cumplen 23 años en apenas dos semanas, obviando así los procesos —poco efectivos— de llevar café a los superiores o ayudando con las fotocopias.

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