El caso del FC Südtirol, el club 'cooperativa' de Italia que da una lección al fútbol moderno

"No es necesario hacer cosas extraordinarias para conseguir resultados extraordinarios". Una frase de Warren Buffett que puede aplicarse a casi cualquier situación en la vida. Sin embargo, la idea del filántropo estadounidense puede llevarse más o menos lejos, en función de lo que pretendas. En el deporte y, principalmente, en el fútbol, los aficionados se están acostumbrando a ver cómo los clubes manejan millones y millones de euros. Tanto es así que, ejemplos como el del Manchester City o el PSG, hacen casi imposible la competencia deportiva en el mismo territorio nacional. Los clubes-estado son una realidad y se desarrollan de una u otra manera, pero el fin es el mismo: intentar promocionar un país con una imagen social bastante cuestionada a costa de inyectar dinero a raudales.

Pese a esto, todavía quedan clubes que quieren hacer las cosas de un modo más orgánico y que no se mueven por poderes e intereses económicos, más allá de la propia rentabilidad y crecimiento propio. Esa es la historia del FC Südtirol, un club italiano que funciona como un club social de hermanamiento para la zona del Tirol del Sur. Pero para comprender el porqué del éxito de esta entidad modélica, hay que entender el contexto histórico y las raíces del proyecto.

Historia de la región

El Tirol es una región alpina, dividida entre Austria e Italia, que cuenta con el Tirol del Sur y Trentino. Se trata de una zona trilingüe, donde se habla alemán, italiano y ladino —lengua retorrománica exclusiva del territorio—, que ha sufrido diversos cambios a lo largo de la historia por la situación geográfica que tiene. Así, en los años de conflicto, se caracterizó por ser un territorio poco unificado y con una falta clara de identidad. Sin embargo, esta situación ha cambiado radicalmente desde el nacimiento del FC Südtirol.

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Javier Nácher

Hay que remontarse a 1995. Aquel año, un grupo de empresarios locales tenía el firme convencimiento de que a través del fútbol se podía vertebrar a los habitantes del Tirol del Sur. La primera ofensiva resultó fallida y el AC Bolzano se mostró reacio a la propuesta. De este modo, los empresarios, con Hans Hubber a la cabeza, se hicieron cargo del Sport Verein Milland, conocido popularmente como el SV Milland. El 1 de agosto de 1995, empezó el lavado de cara, cambiando el nombre a FC Südtirol Alto Adige.

Desde el principio de la nueva era, el club alpino se caracterizó por el éxito deportivo, cosechando grandes resultados y batiendo récords en las diferentes categorías que militó. En el año 2000 alcanzó el fútbol profesional, consiguiendo el ascenso a la Serie C —tercera categoría del fútbol italiano—. Los requisitos de la Federación Italiana de Fútbol propiciaron el traslado a Bolzano, capital del territorio italiano, y donde se estableció la nueva sede. Tras varios intentos fallidos en playoffs, el Südtirol consiguió el ansiado ascenso a la Serie B por primera vez en su historia. Pero el hito de alcanzar la categoría de plata no es nada si se compara con los métodos que lo han llevado a lograrlo.

La filosofía del club

Como se ha recogido anteriormente, el FC Südtirol no pretende solo el éxito deportivo; en su génesis reside la idea de unificar la región del Tirol del Sur. La entidad deportiva actúa como embajadora de toda la zona, tal y como se explica en su página web oficial. "El FCS, como lo llaman sus partidarios, es un modelo de integración para los tres grupos lingüísticos presentes en Tirol del Sur. El estadio es un punto de encuentro para hablantes nativos de italiano, alemán y ladino y el objetivo es uno solo: ¡animar a tu equipo!".

El Confidencial se ha puesto en contacto con Dietmar Pfeifer, actual CEO del club italiano y quien introdujo un nuevo modelo empresarial en el seno de la cúpula, a través de un novedoso proyecto de marketing con el que se logró captar a nuevos socios y accionistas. "El Südtirol es más que un club de fútbol. Su propósito es diferente al del resto de clubes, pues funciona para ser un modelo de integración para tres grupos lingüísticos: italiano, alemán y ladino. En nuestro equipo, no hay ninguna gran cabeza visible ni tampoco un gran propietario, somos muchos pequeños accionistas. De esta forma, hemos logrado 21 participaciones seguidas en campeonatos profesionales y fuimos el club de fútbol profesional con menos goles encajados en Europa (nueve)", relata Pfeifer para este periódico.

En el FC Südtirol forman y crean a sus propias estrellas, invirtiendo en la base

Y es que, el dirigente de la escuadra italiana ya se dedicaba, anteriormente, al deporte profesional como agente de tenistas. Pero su ambición iba más allá y, por ello, se decantó por intentar cambiar la región del Tirol del Sur con este proyecto. "Quería dar un paso más y conseguir promover el fútbol por toda la región. No era un deporte identitario aquí y ahora hemos logrado establecer el club en el fútbol profesional. Contamos con más de 200 patrocinadores y creo que estamos en el buen camino. Nuestro objetivo de aquí a cinco años pasa por consolidar el club en la Serie B, seguir invirtiendo en la academia, atraer a nuevos socios e inversores, reforzar la imagen, tanto a nivel nacional como internacional, gestionar el nuevo estadio y seguir invirtiendo en la academia, con más casas para los estudiantes y nuevos ojeadores".

El método

La cantera es la piedra angular del Südtirol. Sin ella, no se entiende ningún éxito reciente. En 2012, con el firme objetivo de reforzar la idea de la identidad del club, el Südtirol arrancó las obras para crear el Centro FCS. Seis años después, se terminó una de las ciudades deportivas más modernas de toda Italia. Tanto es así, que las instalaciones con las que cuenta este equipo son más modernas que la mayoría de clubes profesionales y a la altura de los más prestigiosos. Cuenta con dos canchas de césped natural, dos de hierba sintética, uno reducido de hierba sintética y se encuentra en medio del bosque de Monticolo, acorde con la importancia que se le da desde la entidad a la naturaleza.

En su interior, los trabajadores y componentes de todos los equipos disfrutan de los bares, vestuarios, piscina de agua caliente, bañera de hidromasaje, gimnasio y demás instalaciones de última generación. Por si fuera poco, cuentan con un centro de fisioterapia para cualquier deportista del Tirol del Sur que sea federado, abriendo así su filosofía a todo el que quiera acercarse.

Es el método contrario al que emplean los grandes magnates con aires presuntuosos: no invierten en fichar estrellas, las fabrican ellos mismos. Pero el concepto va todavía más allá. Además de apostar fuertemente por la cantera, lo hacen con los jóvenes de la zona. Es decir, captan a los talentos del Tirol del Sur, los forman con sus métodos e instalaciones, con la esperanza de que algún día sean el ejemplo de las siguientes generaciones.

"Para nosotros es muy importante la unión entre el primer equipo y la academia. El secreto está en realizar los entrenamientos en las mismas instalaciones, difundiendo filosofías y planes de juego similares en todas las categorías y transmitiendo valores compartidos. Así, todos nuestros entrenadores tienen la posibilidad de asistir y colaborar con el primer equipo y nutrirse de conocimientos", comenta Hannes Fink, responsable del área deportiva. "Nuestro proyecto se sustenta en formar a jóvenes talentos para el primer equipo o incluso para cotas más altas, puesto que, en los últimos años, hemos traspasado varios jugadores a la Serie A o a la Bundesliga. Queremos darle la oportunidad a los niños de la región de jugar al fútbol profesionalmente, educando a la persona, no solo al futbolista".

En un mundo ideal, la plantilla de la entidad alpina estaría formada exclusivamente por jugadores nacidos en la zona. No obstante, la realidad del fútbol profesional no casa con esta idea en un proyecto que quiera sobrevivir. "En la academia, nuestra ambición pasa poder jugar con futbolistas de la región, pero sabemos que, a día de hoy, es complicado. Por ello, solo si no contamos con futbolistas de alto nivel para una determinada posición, nos planteamos contratar a jugadores de fuera de la región", añade Fink, en una filosofía que recuerda a la del Athletic Club, pero a menor escala.

La idea de no tener estrellas se refrenda en el apartado económico. Hasta el ascenso a la Serie B, se aplicaba un tope salarial y ningún jugador se acercaba a los 100.000 euros al año, algo que, seguramente, en Segunda División habrá variado ligeramente. Estando en la tercera categoría, ya era uno de los presupuestos más bajos, destinando un tercio de sus recursos al sector juvenil.

El FC Südtirol rompe con los cánones establecidos en el fútbol moderno. Su idea ha calado en la región del Tirol y en Italia ya miran hacia los Alpes con cierta envidia. El método, hasta la fecha, funciona y la gente se siente realmente implicada. Hasta tal punto que el mismo Hannes Fink, segundo jugador con más partidos en la historia del Südtirol, colgó las botas tras subir a la categoría de plata en 2022 para meterse en la gestión del club. Los futbolistas son héroes locales, criados y formados en el seno de la zona, y cuando el talento es superlativo, no dudan en exportarlo con orgullo a un lugar mejor para su desarrollo. Ahora, el objetivo primordial es conseguir la permanencia en Serie B, algo que no ha empezado del todo bien, puesto que han cosechado dos derrotas consecutivas. Todavía queda mucho campeonato y mucho que mostrarle al resto del fútbol.