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La 'rave' de Fuente Álamo, símbolo del fatídico primer equipo español en F1 (y del ladrillazo)
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UN DESASTRE SIN PALIATIVOS

La 'rave' de Fuente Álamo, símbolo del fatídico primer equipo español en F1 (y del ladrillazo)

La fallida escudería HTR, Hispania Racing Team, que compitió entre 2010 y 2012, es un triste ejemplo de esa fatalidad española, de que surja la versión mala y no la buena del país ante sus momentos históricos

Foto: Las barreras del circuito convertidas en asientos para los asistentes. (EFE/Marcial Guillén)
Las barreras del circuito convertidas en asientos para los asistentes. (EFE/Marcial Guillén)

Las imágenes de la macrofiesta ilegal que se está celebrando en la región de Fuente Álamo (Murcia) desde el pasado fin del año 2023 están a la orden del día. Visitantes provenientes de todas partes de Europa, se calcula que hasta 5.000 jóvenes, se dieron cita para una rave clandestina ubicada en el circuito municipal de La Torrica, actualmente gestionadas por Moto Club Fuente Álamo, y otrora aspirante a joya de la corona del Hispania Racing Team, el primer equipo (y único por el momento) español en la Fórmula 1.

La aspiración del empresario José Ramón Carabante era la de situar en el municipio murciano un circuito propio, al estilo Ferrari. Una decisión estrafalaria y sin sentido a nivel deportivo, que, tras venderse a bombo y platillo hace casi 15 años, jamás llegó a buen cauce. HRT nunca corrió en dicho circuito, que pasó sin pena ni gloria durante años, sufriendo las consecuencias de la crisis del ladrillo hasta que, tres lustros más tarde, vuelve a ser actualidad… por una macrofiesta.

Un desastre llamado Hispania Racing Team

¿Quién dice que España no tiene capacidad para el reto de la Fórmula 1? La mejor empresa de cronometraje de carreras del mundo, Al-Kamel, es española, Joan Villadelprat tenía lista en Vitoria una instalación que no tenía nada que envidiar a la de los mejores equipos. En casi todos los equipos de la parrilla, hay hoy en día muchos ingenieros de nuestro país muy bien valorados, el Circuit de Catalunya durante muchos años ha sido la mejor organización del mundial y así podría seguirse una larga lista de excelencia nacional en el ámbito del motorismo.

Por supuesto que España puede triunfar, pero siempre y cuando el lado oscuro del país no aparezca. Pero el último intento de tener un equipo español en la Fórmula 1 se saldó con un terrible fracaso económico y deportivo. Peor aún fue el terrible daño de imagen que el equipo HRT hizo al país acerca de su capacidad de tener un competidor en la especialidad reina del automovilismo. A diferencia de lo que sucede en Motos, la F1 no ha sido terreno 'hispano'. Hispania Racing Team, finalmente conocido como HRT F1, es un caso digno de estudio para poner en las escuelas de negocios, sobre todo lo que no se debe de hacer para crear un equipo de Fórmula 1 y no digamos ya mantenerse con éxito en la categoría.

placeholder Espsilon Euskadi tenía ya en desarrollo su coche de Fórmula 1, pero la FIA no aceptó su candidatura (Epsilon Euskadi)
Espsilon Euskadi tenía ya en desarrollo su coche de Fórmula 1, pero la FIA no aceptó su candidatura (Epsilon Euskadi)

Siendo justos, parte del problema vino de origen por culpa de la FIA (Federación Internacional de Automovilismo). No es casualidad que los otros equipos que entraron en la Fórmula 1 a la vez que HRT, como fueron Lotus/Caterham y Virgin/Marussia, también acabaran en la quiebra. El presidente de la FIA de aquellos años, Max Mosley, es el último y verdadero responsable del fiasco de los tres equipos. Prometió un tope presupuestario de 40 millones de euros que luego no cumplió y obligó a los nuevos participantes a llevar el motor Cosworth, que era de lejos el menos competitivo de los disponibles.

Villadelprat, out; Campos, in

A Joan Villadelprat, por ejemplo, la FIA le denegó su candidatura porque tenía un acuerdo firmado con Ferrari para utilizar sus propulsores. El técnico catalán sabía que con el motor Cosworth no iba a tener ninguna opción de destacar, y eso era una condena a la mediocridad permanente. El proyecto Epsilon Euskadi con sede en Vitoria lo tenía absolutamente todo para haber hecho cosas grandes en Fórmula 1. Tenía un gran túnel de viento, toda la maquinaria necesaria y, lo que es más importante, la experiencia en crear un coche de carreras competitivo, como demostró en el WEC (Campeonato del Mundo de resistencia).

Foto: El GP de Europa, en Valencia, de 2012.

Cuesta encontrar explicación a la cerrazón de Mosley de que los nuevos equipos usaran motores Cosworth. No tenía sentido alguno prohibir a los nuevos competidores que busquen lo mejor que puedan conseguir en el mercado. Hubo incluso una candidatura de un equipo estadounidense de Fórmula 1 (USF1), que parecía el candidato más fuerte, que, oliéndose el panorama, se disolvió apenas comenzado el proceso.

En lugar de Epsilon-Euskadi, fue la otra candidatura española encabezada por Adrián Campos la que se llevó el gato al agua. La organización del tristemente fallecido piloto valenciano no tenía ni instalaciones fabriles, ni túnel de viento, ni experiencia en el desarrollo de coches propios. Pero Mosley premió la obediencia de Adrián frente a la rebeldía de Villadelprat.

Campos, de todos modos, se dio cuenta rápidamente del berenjenal en el que se había metido cuando vio que Max Mosley no cumplía su promesa del límite presupuestario. El problema es que, cuando vio que el presidente de la FIA le había engañado a él y a los otros dos nuevos equipos, había invertido ya demasiado dinero y contratado demasiada gente como para echarse atrás. La idea de subcontratar la fabricación y desarrollo del coche al constructor italiano Dallara no era mala, pero desde el minuto uno se vieron las limitaciones del motor Cosworth.

placeholder José Ramón Carabante en 2011 junto a Narain Karthikeyan y Vitantonio Liuzzi. (EFE/Andreu Dalmau)
José Ramón Carabante en 2011 junto a Narain Karthikeyan y Vitantonio Liuzzi. (EFE/Andreu Dalmau)

José Ramón Carabante, empresario estrella

Agobiado por el tsunami financiero que se le avecinaba, Adrián Campos encontró respaldo económico en José Ramón Carabante, un empresario radicado en Murcia procedente del siempre inquietante sector del ladrillo. Ese fue el comienzo del fin y el inicio de toda la cadena de despropósitos que acabó con una apresurada venta del inventario a Teo Martín. "Si aceptas esta cantidad (de risa), en una mañana tienes vacía la Caja Mágica (sede final del equipo en Madrid)". Más o menos esas fueron las palabras del empresario madrileño a los gestores de Thesan Capital. Y no se le puede culpar a Teo de oportunista, más bien preguntarse cómo pudo la historia tener un final así de triste.

Thesan Capital, un fondo de inversión que de fondo no tenía nada y de inversión aún menos, fue quien se hizo cargo de la última fase del equipo. Su llegada fue aparentemente a través de una compra a José Ramón Carabante, cuyo grupo empresarial Hispania se había ido al garete como tantos otros del crash inmobiliario. El Banco Popular era el tenedor de la abultada deuda que Carabante tenía con la entidad bancaria y, ante la patata caliente de no saber qué hacer con un equipo de Fórmula 1, cedió la gestión a Thesan, que nunca asumió el riesgo financiero.

Cuando el equipo llegó a manos de Thesan, las dos temporadas anteriores con José Ramón Carabante al frente habían sido un completo despropósito. Adrián Campos y su lugarteniente Daniele Audetto salieron del equipo y, como consecuencia, no quedaba allí nadie con el mínimo conocimiento de Fórmula 1. Carabante subcontrató para dar servicio técnico y logístico a Colin Kolles, cuya reputación en el paddock siempre fue dudosa, por decirlo de manera suave. Puso como director a su hijo, en una muestra de nepotismo e irresponsabilidad asombrosa. Espantó a potenciales aliados de mucho peso como Red Bull o el grupo indio TATA. En definitiva, salvo el voluntarioso personal técnico, nada había en Hispania F1 Team digno de destacar.

Foto: Pérez Sala, con su esposa Carola, en la presentación del cuadro dedicado al piloto español (Jorge Brichette)

Como la cuenta la tenía que seguir pagando el Banco Popular, aunque Thesan Capital llevara el día a día, la entidad bancaria pidió que estuviera en el equipo como director a Luis Pérez-Sala, pero la nave se encontraba en una absoluta zozobra como para evitar que esta se fuera a pique. Quizá debieron nombrar a Pedro de la Rosa como jefe de equipo y no como piloto. Pero eso será cuestión de otro artículo. Ahora, los restos del Hispania Racing Team sirven como escenario para una macrofiesta de fin de año que aspira a durar una semana. Difícil encontrar un simbolismo más adecuado.

Las imágenes de la macrofiesta ilegal que se está celebrando en la región de Fuente Álamo (Murcia) desde el pasado fin del año 2023 están a la orden del día. Visitantes provenientes de todas partes de Europa, se calcula que hasta 5.000 jóvenes, se dieron cita para una rave clandestina ubicada en el circuito municipal de La Torrica, actualmente gestionadas por Moto Club Fuente Álamo, y otrora aspirante a joya de la corona del Hispania Racing Team, el primer equipo (y único por el momento) español en la Fórmula 1.

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