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'Rave' ilegal en Murcia y negocio para los vecinos: "Les falta higiene, pero si nos compran cosas…"
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8.000 personas y controles policiales

'Rave' ilegal en Murcia y negocio para los vecinos: "Les falta higiene, pero si nos compran cosas…"

Tenderos y hosteleros de Los Paganes (una pedanía de Fuente Álamo) aprovechan las compras de los festivaleros mientras algún vecino, incluso, se anima a compartir fiesta con los visitantes: "Hay que dejar fluir el tema"

Foto: Varios jóvenes, de entre las más de 5.000 personas que celebran estos días la 'rave' de Fuente Álamo (Murcia). (EFE/Marcial Guillén)
Varios jóvenes, de entre las más de 5.000 personas que celebran estos días la 'rave' de Fuente Álamo (Murcia). (EFE/Marcial Guillén)

Si hay una cosa que lamentan los vecinos de Los Paganes, la pedanía más cercana a la fiesta ilegal que estos días se celebra en Murcia, es no haber sabido unos días antes que iban a recibir a miles de almas. Hasta un circuito abandonado en medio de la nada ha llegado una masa que, bien de día o bien de noche, necesita líquido elemento por supervivencia o para mezclar el licor.

"Si lo llego a saber, hubiera comprado un regimiento de coca-colas, porque, claro, si las coges a 50 céntimos y luego se las vendes a ellos a un euro… pues ahí tienes el negocio".

Este sencillo ejercicio, que sublima la ley de la oferta y la demanda, lo formula Pedro. Este hombre tiene un taller mecánico en Los Paganes, y atiende a El Confidencial por teléfono apurando la jornada. La noticia de que hay una rave al lado de casa está en todos los telediarios y él, además de ver en la coyuntura —como buen autónomo— una oportunidad de hacer negocio, también ha encontrado un idóneo plan navideño en la fiesta ilegal: "En cuanto acabe aquí, voy a ir para allá".

Sus padres, dice, ya estuvieron ayer. "Metieron el coche al circuito y ahí pasaron la tarde hablando con la gente: me dijeron que había alemanes, ingleses, de todo…", reconoce este murciano, quien quita hierro al asunto. "Yo tengo una casa en la sierra, que estará a unos dos kilómetros del circuito, y ya pensaba que me iban a fastidiar el sueño, pero, ¡qué va!", exclama.

Foto: 5.000 jóvenes se concentran en una fiesta clandestina en Fuente Álamo (Murcia). (EFE/Juan Carlos Caval)

Asegura que no escucha nada y critica que es mucho más molesto el ruido "de las motos que se cuelan" en el abandonado trazado de velocidad en otros momentos del año. "Estos tienen los focos apuntando para abajo y no se escucha casi nada. Creo que no hay que sacar las cosas madre, dejar que las cosas fluyan y que todo siga su curso sin liarla", culmina, en una frase que también podría escucharse estos días en el interior de la rave. Allí habría ya unas 8.000 personas en pleno desvarío —la palabra rave significa precisamente eso en inglés—, su mejor plan navideño.

Se trata de una fiesta similar a la que el año pasado, también en estas fechas, se celebró en La Peza (Granada) y congregó a miles de personas en un paraje recóndito y alejado de núcleos poblacionales. Como ocurriera hace 12 meses, los principales beneficiados de la rave están siendo los negocios de la zona que, normalmente, no tienen tanto público al que colocar sus productos.

Lali es una de ellas. Regenta una tienda de embutidos y, como expone por teléfono, hasta el momento no tiene ninguna queja de tan particulares visitantes. "No hay problemas con ellos, pero por la noche sí es verdad que, en pleno silencio, se escucha el pom pom de la música, pero nada, no molesta", subraya.

placeholder Un perro, en primer plano, mientras decenas de jóvenes se congregan en un escenario de la 'rave'. (EFE/Marcial Guillén)
Un perro, en primer plano, mientras decenas de jóvenes se congregan en un escenario de la 'rave'. (EFE/Marcial Guillén)

Comenta que por la tienda familiar de embutidos de Los Paganes, donde tienen un poco de todo, ya se ha dejado caer algún festivalero. Y admite que sus outfits les delatan. "Han venido, han comprado, han pagado y ya, todo en orden", manifiesta.

Acto seguido, eso sí, baja un poco la voz, como quien cuchichea en confianza, para decir una pequeña maldad: "A ver, algo de higiene sí que les falta, pero qué quieres, si están en medio de la nada y allí no tienen de nada…". Y, después, continúa: "Lo nuestro, al fin y al cabo, es vender, así que, si siguen viniendo y comprándonos cosas, nosotros estaremos encantados".

"Un proveedor me avisó el jueves pasado de la 'rave' y además había un grupo de WhatsApp, al parecer, donde se iba apuntando la gente"

Un hostelero de la zona, con un restaurante en Fuente Álamo, el pueblo más grande de la zona, dice que tampoco tiene queja y añade que él sí tenía constancia de que iban a llegar desde la semana pasada: "Me lo dijo un proveedor el jueves y, además, había un grupo de WhatsApp, al parecer, donde se iba apuntando la gente". Este hombre, que prefiere mantener el anonimato, tampoco es partidario, "siempre que no molesten", de desmantelar a la fuerza la rave: "Si están pasándoselo bien y no molestan a la gente…".

Como expone, es difícil que haya demasiadas familias a las que genere un problema directamente, ya que el circuito que ha okupado la fiesta ilegal se encuentra en un enclave en el que apenas hay explotaciones ganaderas, alguna que otra construcción de campo —como son los cobertizos agrícolas— y tierras de secano con cultivos.

placeholder Un control de la Guardia Civil en las inmediaciones de la 'rave' de Murcia. (EFE/Marcial Guillén)
Un control de la Guardia Civil en las inmediaciones de la 'rave' de Murcia. (EFE/Marcial Guillén)

Lo más cercano a un incidente, como expone Pedro, lo sufrió una vecina que tiene una explotación de cerdos cerca de la rave: "Me ha contado que se le intentó meter uno y le saltó la alarma, pero creo que lo hizo más por curiosidad que para robar, ya que allí solo hay cerdos".

Todo hace indicar, salvo volantazo, que la fiesta se alargará hasta después del día de Reyes, como ocurrió el año pasado en La Peza. De momento, la Guardia Civil ya ha detenido a un hombre por tráfico de drogas y establecido un fuerte dispositivo en los aledaños del lugar para evitar que siga llegando gente y se descontrole la situación.

Si hay una cosa que lamentan los vecinos de Los Paganes, la pedanía más cercana a la fiesta ilegal que estos días se celebra en Murcia, es no haber sabido unos días antes que iban a recibir a miles de almas. Hasta un circuito abandonado en medio de la nada ha llegado una masa que, bien de día o bien de noche, necesita líquido elemento por supervivencia o para mezclar el licor.

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