Las dudas de Alpine con Ocon y Gasly: la tortuga que necesita hacerse liebre otra vez

Pierre Gasly, sustituto de Fernando Alonso, arrancaba desde la última posición del Gran Premio de Baréin. Esteban Ocon se retiraba antes de terminar la carrera fruto de una sucesión de despropósitos inusuales en un equipo de Fórmula 1. En la pretemporada, Alpine acumuló el menor número de vueltas de la parrilla, en el sótano de los cronos. El cuarto equipo de la clasificación en 2022, uno de los mejores en ratio de evolución por piezas como por su eficacia, parecía en Shakir un navío desarbolado por el viento.

"Queremos acercarnos significativamente al tercer lugar, ser un cuarto sólido este año, y buscar acercarnos aún más el año siguiente. El plan de 100 carreras sigue siendo nuestro objetivo y nuestra meta. Hay mucho que hacer entre ahora y entonces, pero estamos siguiendo esto muy de cerca", explicaba Otman Szfanuer en la presentación del A523, parafraseando el objetivo marcado minutos antes por Luca de Meo y Laurent Rossi. Hasta ahora, Alpine no ha dado grandes señales para lograrlo.

Cierto es que la apertura del campeonato se cebó particularmente con el equipo francés y enmascaró su verdadero nivel. La compresión de la parrilla entre Red Bull y el último clasificado puede hacer de cada carrera un vaivén con cada equipo por la convergencia de rendimiento más ajustada en la última década. Un día se puede quedar atrapado en el Q1, y en el circuito siguiente entrar en el Q3. En el caso de Alpine, quizás las primeras apariencias engañen analizando las circunstancias que concurren en equipo y pilotos. O que corra el peligro de desplomarse como McLaren, su rival del pasado año. Caben las apuestas.

Más tortuga que liebre

En las últimas temporadas, Alpine se ha distinguido más por sus lentas arrancadas de tortuga que por sus fulgurantes de liebre en un campeonato. Llegó cojeando a Montmeló en 2022 (problemas mecánicos, y hasta un pontón saltaba por los aires en marcha). En Baréin, la degradación machacó a Alonso y Ocon. Dos averías mecánicas dejaban fuera de combate al español en las cuatro primeras carreras (Jeddah y Melbourne). Al cerrar el año, a pesar de las seis averías mecánicas de Alonso, Alpine supo mantener un efectivo proceso de evolución aerodinámico que supuso terminar cuarto, 14 puntos de ventaja sobre McLaren, con el mejor resultado desde la llegada de Renault a la Fórmula 1 en 2016 y la menor distancia de puntos respecto al primer clasificado.

¿Está pagando el equipo francés su transición iniciada el pasado año, la pérdida de Fernando Alonso, y músculo competitivo con el nuevo A523? Escuchando a Matt Harman explicar los cambios en el nuevo monoplaza (por ejemplo, con la pérdida de peso), ofrecía todo el sentido empírico para que Alpine comenzara la temporada, al menos, en misma la banda final de rendimiento que el año pasado. Sin embargo, a pesar de las apariencias de la pretemporada y el Gran Premio de Baréin, quizás no esté tan lejos. Por supuesto, con el permiso de un Aston Martin que ha barrido a Mercedes, e incluso ha superado en carrera a Ferrari.

Cara y cruz

Obviando una posible estrategia conservadora de Alpine en pretemporada, con un programa solo conoce el equipo, en el primer gran premio el equipo francés comenzó desnortado con Pierre Gasly, quien se quedó en el Q1 y salió en última posición al eliminarse su vuelta rápida por exceso límites de pista. Su desorientación con la puesta a punto y el manejo del A523 a una vuelta resulta comprensible para un piloto con monoplaza totalmente nuevo tras solo día y medio de pretemporada. Ocon, sin embargo, se clasificó noveno, resultado aceptable ante el pelotazo de Aston Martin y ser lógicamente superado por Red Bull, Ferrari y Mercedes. Sin embargo, al día siguiente se invirtieron los papeles.

Ocon protagonizó uno de los episodios más embarazosos de los últimos tiempos en la ultraprofesional Fórmula 1. Mal posicionado en su recuadro de parrilla, fue sancionado con cinco segundos. Al cumplirlos, sus mecánicos tocaron el monoplaza medio segundo antes del tiempo estipulado por un error interno. El francés iba de tropezón en tropezón, hasta que se cayó de bruces contra el suelo. Se comía otros diez segundos que, después de ser cumplidos, costaban otros cinco cuando Ocon desactivaba el control de velocidad, superando el límite por 0’17km7h. El camarote de los Hermanos Marx. Enviado al fondo con su rival del pasado año, Lando Norris, el equipo decidió meterle para dentro y adiós.

Ocon podría haber puntuado, pero fue Gasly quien se sacó la espina del día anterior gracias a una gran remontada que le llevó hasta la novena posición con la vuelta rápida en el bolsillo que le fue robada hábilmente por Alfa Romeo con Zhou en los compases finales de la carrera. En realidad, Alpine estaba ocupando el mismo puesto que el pasado año, Aston Martin al margen.

"Si soy sincero, el coche de 2022 era un juguete en comparación con este, con el nuevo. El nivel de detalle, lo bien que están hechas las partes en términos de ahorro de peso, de soluciones en el habitáculo", explicaba Esteban Ocon tras sus primeros giros con el nuevo A523. "Es un coche de carreras en todas sus especificaciones, es muy impresionante el nivel de detalle, en todo, cómo encaja la carrocería, todas las piezas... Es bueno para la fiabilidad, pero, además, supone que el equipo ha subido otro peldaño. Hubo uno de 2021 a 2022, y este año ha sido enorme". Como se demostró en Shakir, Gasly anda verde todavía con el nuevo A523, y el liderazgo técnico de Ocon se pondrá a prueba ahora sin Fernando Alonso.

Alpine deberá superar a Aston Martin o a Mercedes para lograr los objetivos de 2023. Por detrás, la clase media ha desaparecido porque todos ahora son clase media y la pugna será encarnizada durante 2023. Queda todo un campeonato por delante, pero el rendimiento del Gran Premio de Baréin demuestra que la tortuga necesita de nuevo convertirse en libre. La pasada temporada, al menos sobre el asfalto, todavía le concede crédito a Alpine.