Es noticia
"Simone de Beauvoir quiso acostarse con Camus y manipuló a Sartre contra mi padre"
  1. Cultura
ENTREVISTA a CATHERINE CAMUS, HIJA DEL NOBEL

"Simone de Beauvoir quiso acostarse con Camus y manipuló a Sartre contra mi padre"

El triángulo Albert Camus, Sartre y Simone de Beauvoir ha sido unos de los más polémicos de la postguerra cultural europea. En esta entrevista, la hija de Camus recuerda aquellos días y anuncia una próxima publicación

Foto: Catherine Camus, hija del escritor Albert Camus. (David Arquimbau)
Catherine Camus, hija del escritor Albert Camus. (David Arquimbau)

Catherine Camus (París,1945) es la memoria viva de su padre, Albert Camus. Cuando murió el Nobel en un accidente de coche con solo 47 años, ella tenía 14 años, pero desde entonces ha entregado su vida a conservar su legado. Ha estado este fin de semana en las Trobades de Menorca, unas jornadas sobre el escritor franco-argelino, en las que concedió esta entrevista a un pequeño grupo de periodistas muy cerca de Sant Lluis, un municipio del interior de la isla, en el que vivió su bisabuela, Catalina Cardona, que emigró a Argelia para salir de la miseria. El propio Camus vivió esa miseria en su propia piel y Catherine lo recuerda una y otra vez para no olvidar sus orígenes. Anuncia la próxima publicación de la correspondencia entre su madre, Francine Faure, que era pianista y matemática francesa, con Albert Camus. En la charla, habla sin tapujos de las relaciones de su padre con María Casares y de su larga enemistad con Sartre por culpa de Simone de Beauvoir.

PREGUNTA. Para la hija de Albert Camus, qué significa estar en Sant Lluís, donde vivió su bisabuela, Catalina Cardona, tan importante para su padre.

RESPUESTA. Me encuentro como en casa. Solo siento no conocer dónde estaba su vivienda, nadie la ha localizado. Una mujer me dijo que creía saber dónde está, pero también me han dicho que se trata de una leyenda.

P. Hay quien dice que se encontraba en una finca que compró hace años Raúl, el exfutbolista. Fíjese, con lo que le gustaba a su padre el fútbol. Una ironía del destino.

R. Mi padre se hubiera puesto muy contento [se ríe]. Su abuela le miraba siempre los zapatos para saber si había jugado al fútbol. Eran tan pobres que no quería que se rompieran. Y si veía que había jugado, lo castigaba.

P. Cómo vería su padre el mundo actual.

R. Eso no lo sé. Nunca hablo de lo que pensaría mi padre sobre los asuntos actuales. Hoy tendría 121 años.

"Estamos trabajando en la correspondencia entre mi padre y mi madre, pero solo publicaremos hasta el año 1945"

P. Y usted, ¿cómo lo ve?

R. Lo veo con esperanza, pero hay muchos conflictos en marcha, Ucrania, Palestina, Israel, Somalia… Lo que espero es que mejore.

P. Con todas esas guerras, esos conflictos, ¿el mundo de hoy es peor que el de ayer?

R. No. En Francia y en España, no. Mi padre tuvo que estar en la resistencia contra los nazis y allí se jugó la vida y yo, no. Me ha ido mejor [se ríe].

P. A lo mejor alguien tiene que hacerlo si vuelve a ganar la extrema derecha….

R. Si eso ocurre, me tendré que venir a España. Pero también la extrema izquierda de Mélenchon es un horror, siempre está contra todo, como la ‘gran vaca’ [refiriéndose a Marine Le Pen]. No, no es posible que ganen.

"María Casares aceptó que mi padre viviera con ella el 75% de su vida y el resto con mi madre. Mi madre aceptó esa relación porque quería a padre"

P. ¿Sigue vivo en Francia el interés por la memoria y la literatura de su padre?

R. Creo que hay el mismo interés de siempre. Yo, desde luego, tengo mucho trabajo. En el bachillerato, a menudo, reponen a Camus.

P. Cómo recibió su familia un libro que se tituló Olvidar a Camus de Oliver Gloag, en el que se decía que era el último escritor colonialista.

R. No nos importa. Lo escribió para él y para que se hablara de él.

placeholder Catherine Camus durante su entrevista con El Confidencial. (Carlos Sánchez)
Catherine Camus durante su entrevista con El Confidencial. (Carlos Sánchez)

P. Su padre se marchó de Argelia a París por pura miseria. ¿Habló de esto con él?

R. Sí, se fue para escapar de la miseria. Él antes había escrito muchos artículos sobre la miseria en la Cabilia [una región de Argelia], y ya entonces se mostró en contra del colonialismo. Nadie le quiso dar trabajo porque decían que defendía a los pobres. Cuando mi padre escribió El primer hombre comprendí a mi abuela. Fue entonces cuando entendí lo de los zapatos para que no jugara al fútbol. En aquel momento no había más remedio. Mi padre no podía gastar los zapatos. Ni siquiera tenía para comer.

P. ¿Cómo era su padre?

R. Era dulce, tierno, pero al mismo tiempo muy severo. Era, ante todo, una persona justa. Le molestaba mucho la mentira. Cuando hacía algo que no le gustaba me decía: ¿te sientes orgullosa de eso? Él lo que quería es que fuera libre y responsable. Mi padre era el mismo siempre, como escritor y como persona. Esto es tranquilizante.

"Mi padre decía que lo mejor de él lo tenía de su sangre española. Era el mismo siempre, como escritor y como persona"

P. ¿El libro preferido de su padre era La caída, su tercera novela?

R. Mi padre descubrió a los 40 años que somos dobles, que tenemos una parte buena y una parte mala. No es posible el ser humano puro, todos somos dos. Quienes son inocentes son los animales, pero los humanos, no.

P. ¿Cómo ve la Francia actual?

R. Como me dijo el escritor Sylvain Tesson, el francés se despierta en el paraíso y se cree que está en el infierno. La gente se está quejando todo el día, cuando Francia está muy bien. Tenemos mucha suerte de vivir allí.

P. ¿Por qué no le gusta Mélenchon?

R. Lo conozco desde hace 50 años, cuando era socialista, como yo. Y lo único que quiere es destruirlo todo. Es destructivo.

placeholder Albert Camus y su hija Catherine. (EFE)
Albert Camus y su hija Catherine. (EFE)

P. ¿Usted lee la prensa con asiduidad?

R. No (respuesta tajante). En 2013, Marsella fue declarada capital de la cultura europea. Hubo un programa de televisión que se concedió por un programa dedicado a Camus y aquello fue una estafa. Desde entonces, no he leído más la prensa. Solo leo a unos pocos.

P. Pero para no leer periódicos está muy informada,

R. Escucho la radio. [se ríe con fuerza].

"Me parece que movimientos como Me Too son regresivos porque muchas mujeres quieren matar al hombre y yo no estoy de acuerdo"

P. ¿Cuál era la relación de su padre con España, a donde nunca quiso regresar mientras estuviera Franco?

R. Mi padre decía que lo mejor de él lo tenía de su sangre española.

P. Cómo fue su encuentro con María Casares cuando la actriz española le entregó a usted la correspondencia que había tenido con su padre, con quien tuvo una larga relación íntima.

R. Ya la conocía de antes. No fue una sorpresa que me entregara las cartas. Fue justo después de la muerte de mi madre. Cuando mi madre vivía le pregunté una vez por María Casares, por cómo era. Entonces, me dije a mí misma, estoy loca por preguntarle esto a mi madre. Mi madre me miró así [cara de incredulidad] y me contestó: ‘Es como tú, te pareces a ella’. No supe interpretar si eso había estado bien o no. Mi madre quería a María.

P. Era una forma también de querer a su padre, a su marido. Casares era la amante de su padre…

R. Sí. María Casares aceptó que mi padre viviera con ella el 75% de su vida y el resto con mi madre.

P. Hubo un tiempo en que los intelectuales europeos se dividían entre quienes apoyaban a Camus y quienes seguían a Sartre, qué se decía en casa de aquella polémica.

R. Mi madre me decía siempre que mi padre era muy generoso y siempre daba dinero a los pobres. Sartre siempre estuvo manipulado por Simone de Beauvoir. Ella quiso acostarse con mi padre y mi padre no quiso, lo que generó el rencor hacia él. A partir de ahí, eso influyó en las críticas de Sartre a mi padre. Fue por despecho. Eso explica que cuando salió La caída Sartre dijera que era una obra maestra, pero cuando Robert Gallimard, el editor, le comentó: ‘Díselo’, Sartre dijera: ‘No puedo'. Era un verdadero capullo [lo comenta mientras se ríe abiertamente|

P. El expresidente Sarkozy propuso hace años que los restos de su padre fueran trasladados al panteón de Francia, pero su familia se opuso. ¿Qué sucedió?

R. Yo dije que sí, pero mi hermano, por primera vez en su vida, me llevó la contraria y dijo no. Ahora los pobres le han pedido que diga que sí, porque para ellos será un símbolo y una esperanza.

placeholder Foto: David Arquimbau.
Foto: David Arquimbau.

P. ¿Encontraremos algún texto inédito de su padre?

R. Sí. Estamos trabajando en la correspondencia entre mi padre y mi madre, pero solo publicaremos hasta el año 1945 porque no queremos que mi hermano y yo aparecemos allí como personajes.

P. Usted trabaja en la gestión de la obra de su padre. Qué suscita el mayor interés.

R. Depende de la época. Ahora interesan obras teatrales, como Los justos o La Cabilia. También El estado de sitio.

P. ¿Qué piensa del feminismo actual?

R. Me parece que movimientos como Me Too son regresivos porque muchas mujeres quieren matar al hombre y yo no estoy de acuerdo. Si nosotras hacemos a los hombres lo que nos han hecho, no sirve para nada. A mí, una vez, hace 25 años, me dijeron que me fuera y no me aceptaron como socia en una asociación. Después he tenido que hacer mi feminismo sola.

P. ¿Qué opina de Macron?

R. A mí me gusta mucho. Hemos tenido suerte de tenerlo en Francia. La gente odia a quienes son demasiado inteligentes. A Macron le llaman Júpiter. El poder te vuelve loco. Pero creo que el poder del presidente francés lo frenan los altos funcionarios.

P. Eso también es muy español.

R. [ríe a carcajadas] Nos refugiamos en las pequeñas frases y eso es ridículo.

P. ¿Sigue la política española? Qué opina de Pedro Sánchez.

R. Prefiero a Pedro Sánchez que a los de Vox o a la derecha.

Catherine Camus (París,1945) es la memoria viva de su padre, Albert Camus. Cuando murió el Nobel en un accidente de coche con solo 47 años, ella tenía 14 años, pero desde entonces ha entregado su vida a conservar su legado. Ha estado este fin de semana en las Trobades de Menorca, unas jornadas sobre el escritor franco-argelino, en las que concedió esta entrevista a un pequeño grupo de periodistas muy cerca de Sant Lluis, un municipio del interior de la isla, en el que vivió su bisabuela, Catalina Cardona, que emigró a Argelia para salir de la miseria. El propio Camus vivió esa miseria en su propia piel y Catherine lo recuerda una y otra vez para no olvidar sus orígenes. Anuncia la próxima publicación de la correspondencia entre su madre, Francine Faure, que era pianista y matemática francesa, con Albert Camus. En la charla, habla sin tapujos de las relaciones de su padre con María Casares y de su larga enemistad con Sartre por culpa de Simone de Beauvoir.

Premios Nobel Filosofía Feminismo
El redactor recomienda