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'BAC Nord': el 'thriller' cipotudo que sacude Francia (y España)
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'BAC Nord': el 'thriller' cipotudo que sacude Francia (y España)

Marine Le Pen aprovecha la metaversión de 'Gomorra' para denunciar las ciudades sin ley que operan en las periferias francesas

Foto: 'BAC Nord'. (Chifoumi Productions)
'BAC Nord'. (Chifoumi Productions)

Camino de las elecciones presidenciales, Marine Le Pen ha encontrado un fabuloso argumento incendiario para reclamar el orden y la seguridad de Francia. Y no es una crisis migratoria ni un atentado islamista, sino una película que arrasa en la taquilla, que circula viralmente entre los espectadores de Netflix y que expone la impunidad y la extrema delincuencia en que se desenvuelven los barrios periféricos de Marsella.

La policía no pude entrar en ellos, más o menos como sucede en el distrito napolitano de Scampia. Toda la ferocidad con que lo retrata Roberto Saviano entre las páginas de 'Gomorra' puede identificarse en la ciudad sin ley que Cédric Jimenez ha convertido en el personaje central de 'BAC Nord'.

BAC quiere decir Brigada Anti Criminalidad. Y 'nord' alude a la zona septentrional de Marsella. No toda ella ingobernable ni impenetrable, pero descriptiva de la marginalidad donde se alojan las 'cités' más proclives al desempleo, la inmigración ilegal, la violencia y el narcotráfico.

placeholder Cédric Jimenez, en el Festival de Cannes. (Reuters)
Cédric Jimenez, en el Festival de Cannes. (Reuters)

Semejante grado de impunidad conduce la trama de la película a una gigantesca redada que la policía francesa llevó a cabo realmente en 2012. Consiguieron las fuerzas del orden conquistar el castillo unas horas, aprehender toda la droga y el dinero que se amontonaban en los escondites, pero vino a saberse entonces que la operación se resintió de las corruptelas policiales. La película de Cédric Jimenez evoca incluso el pasaje en que Manuel Valls, entonces ministro del Interior, se compromete a una investigación ejemplar y al escarmiento de los polis putrefactos.

La película es desigual, cipotuda y tramposa

Tres de ellos son los protagonistas de 'BAC Nord', y en tres situaciones diferentes. La primera los retrata como policías de misiones de bajos vuelos, en la persecución de delitos menores. La segunda los convierte en artífices heroicos de la toma de la fortaleza prohibida. Y la tercera los degrada a chivos expiatorios o cobayas del golpe espectacular al narcotráfico.

Cómplices

Traficaron ellos mismos con las drogas para ganarse la confianza de los confidentes e informadores. Y asumieron toda la responsabilidad de la artimaña, entre otras razones porque los mandos superiores se inhibieron de cualquier implicación y los entregaron cínicamente al cadalso.

La película es desigual, cipotuda y bastante tramposa. Resuelve con enorme eficacia el asalto a la 'cité'. Y plantea toda clase de debates sociales, éticos y políticos. El más evidente consiste en los límites que puede transgredir o no la policía para llegar a resultados concluyentes —“alguien se tiene que encargar de las cañerías”, diría el comisario Villarejo—, aunque el más polémico ha salpicado la campaña electoral y ha sacudido la ingenuidad de la opinión pública, precisamente porque 'BAC Nord' traslada la ferocidad de los territorios sin ley, los guetos emancipados y brutales que 'prosperan' en las periferias de las grandes y pequeñas ciudades.

Marsella es el territorio electoral más sensible a los votantes del Frente Nacional

Marsella es más atractiva que las demás por la rotundidad del escenario marítimo —le ocurría Nápoles—, por las torres de cemento que caracterizan la fortaleza de la 'cité' y porque la región del sureste se ha convertido en el territorio electoral más sensible a los votantes del Frente Nacional.

Ya no se llama así el partido de Marine Le Pen. La aspirante al trono del Elíseo —hay elecciones en primavera de 2022— se deshizo de la beligerancia frontista y de los eslóganes temerarios, consciente de que la radicalidad restringe el espectro electoral. El nombre de Agrupación Nacional resulta más agradable, más amable, pero esta clase de formalismos no contradice la maestría con que la hija de Jean-Marie maneja los instintos.

placeholder Marine Le Pen. (EFE)
Marine Le Pen. (EFE)

Qué mejor manera de excitarlos que la meta-Gomorra de 'BAC Nord'. Una policía indefensa. Unos guetos ingobernables. Y unos territorios extremos donde se alojan o se amalgaman indistintamente los inmigrantes ilegales, los musulmanes radicalizados, los matones y los señores de la droga.

No se puede culpar a Cédric Jimenez de haber concebido la película-escándalo. Su responsabilidad debería contenerse al escrutinio de los méritos y los deméritos profesionales, más todavía cuando 'BAC Nord' elude cualquier doctrina social y política, y se implica en las circunstancias de los tres policías protagonistas. Y del viaje que los conduce del anonimato al heroísmo. Y de heroísmo al sacrificio de sus iguales.

Camino de las elecciones presidenciales, Marine Le Pen ha encontrado un fabuloso argumento incendiario para reclamar el orden y la seguridad de Francia. Y no es una crisis migratoria ni un atentado islamista, sino una película que arrasa en la taquilla, que circula viralmente entre los espectadores de Netflix y que expone la impunidad y la extrema delincuencia en que se desenvuelven los barrios periféricos de Marsella.

Marsella Marine Le Pen
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