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'Gomorra': la película que cambió para siempre el retrato de los mafiosos en el cine
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'Gomorra': la película que cambió para siempre el retrato de los mafiosos en el cine

Se reestrena en edición remasterizada e ínfimos cambios el filme de Matteo Garrone a partir del libro de Roberto Saviano

Foto: Una imagen de 'Gomorra', de Mateo Garrone. (Karma Films)
Una imagen de 'Gomorra', de Mateo Garrone. (Karma Films)

La fascinación por la figura del gánster en el cine de Hollywood se remonta a ya antes de la llegada del sonoro, aunque el arquetipo quedó fijado a partir de los años treinta, cuando las películas acogieron la nueva estirpe de fueras de la ley que había propiciado la Ley Seca. James Cagney, George Raft, Edward G. Robinson o el primer Humphrey Bogart llevaron a su máxima expresión este nuevo rol de tipo duro, pero elegante, que accede a las prebendas del sueño americano (riqueza, posición social, poder...) a través del crimen organizado. La Segunda Guerra Mundial y el código Hays transformaron la franqueza del cine de gánsteres de la década de los treinta en el más ambiguo y atmosférico cine negro de los cuarenta y cincuenta. Los tipos duros quedaron semiapartados del cine hasta la llegada de los chicos del Nuevo Hollywood a finales de los sesenta. Martin Scorsese, Francis Ford Coppola y Brian De Palma encontraron en la figura del gánster o del mafioso una encarnación del antihéroe masculino que estos hijos de la contracultura y el cine de autor dispuestos a sacudir el sistema desde dentro encumbraron de nuevo al estatus de icono sociocultural. Scorsese refleja en sus películas la mirada fascinada del chico de barrio italoamericano de clase obrera ante el mafioso como estrella del rock. En su saga de 'El Padrino', Coppola otorga un aura de familia trágica con conflictos de raigambre operística a un clan de criminales. Y De Palma identifica mejor que nadie en 'El precio del poder' el cambio de paradigma que supone la llegada de nuevos inmigrantes, en este caso latinoamericanos, al crimen organizado en los ochenta.

Y es al Tony Montana de 'El precio del poder' al que invocan los dos chavales con ganas de establecerse como camorristas por cuenta propia en una de las cinco historias que se entrecruzan en 'Gomorra', la película de Matteo Garrone que se estrenó en 2008 y ahora vuelve remasterizada a las salas. Inspirada en el libro homónimo de Roberto Saviano, que también colaboró en el guion, la película ofrece un retrato de las actividades de la Camorra, la variante de la mafia que opera en la zona de Nápoles, que se distancia del imaginario idealizado por el cine de Hollywood. A través de los cinco relatos, este reajuste realista de las narrativas mafiosas plasma cómo los tentáculos de la Camorra abarcan todo tipo de ámbitos económicos, desde la industria textil a la gestión de residuos tóxicos, y afectan la vida cotidiana de miles de personas, sobre todo la de hombres de todas las edades y condiciones.

'Gomorra' observa la Camorra desde la perspectiva lumpen de Pier Paolo Pasolini

Si 'El Padrino' se espejaba en los salones aristocráticos del Luchino Visconti de 'El gatopardo', 'Gomorra' observa la Camorra desde la perspectiva lumpen de Pier Paolo Pasolini. Lejos de moverse por los palcos del operístico Teatro Massimo de Palermo como en 'El Padrino III', los personajes del filme habitan los suburbios más marginales de Nápoles. 'Gomorra' se sitúa en las antípodas de la estilización del cine de mafiosos que llevó a cabo el Nuevo Hollywood para reubicar el crimen organizado en un entorno cotidiano en absoluto glamuroso. A su manera, la película entronca con cierta herencia neorrealista: Garrone trabajó con intérpretes en su mayoría no profesionales y residentes en las localizaciones del filme, excepto por el muy conocido Toni Servillo, el protagonista de 'La gran belleza'. Actores que mantienen su registro sociolingüístico y se mueven por escenarios reales, como el tristemente icónico barrio de Scampia, con la cámara siempre siguiéndoles como si nos encontráramos en un documental de cine directo. El distanciamiento de las ficciones hollywoodienses para acercarse a una estética más propia del cine realista conecta con la propia propuesta del original literario de Saviano de combinar elementos de la investigación periodística con recursos novelescos.

placeholder Esta la nueva 'Gomorra', que dura 10 minutos menos que la original. (Karma)
Esta la nueva 'Gomorra', que dura 10 minutos menos que la original. (Karma)

En 'Gomorra', los mafiosos no son antihéroes trágicos y la puesta en escena de la violencia no desprende ninguna fascinación estética. Por el contrario, los personajes resultan pobres diablos que ven en el crimen la única salida a su situación social o integrantes de un sistema podrido que mantienen jerarquías de opresión en buena parte de la sociedad napolitana. La película muestra hasta qué punto las dinámicas de la Camorra se imbrican con las del libre mercado más corrupto. Al fin y al cabo, en ambos casos nos encontramos ante estructuras extractivas y de explotación que se aprovechan de la mano de obra más necesitada y que emponzoñan con veneno, no solo literal, la tierra que habitan.

La película conecta más con el trasfondo periodístico del original de Saviano

Matteo Garrone tuvo la idea de llevar a cabo esta 'nueva edición' de la película después de revisarla junto a su hijo y darse cuenta de que podía introducir unos cuantos retoques para mejorar su legibilidad. La nueva 'Gomorra' incorpora textos introductorios que facilitan contextualizar cada una de las historias. De paso, la película conecta todavía más con el trasfondo periodístico del original de Saviano. El director también ha remontado alguna secuencia y pulido algunas otras de manera que esta versión dura unos 10 minutos menos que la anterior. Los cambios son imperceptibles para quien no tenga muy fresca la primera versión y no alteran en absoluto la esencia de la película.

placeholder Esta versión no altera la esencia de la película. (Karma)
Esta versión no altera la esencia de la película. (Karma)

Tras 'Gomorra', resulta difícil contemplar nuevas ficciones de la mafia que persistan en la imagen idealizada del gánster como antihéroe fascinante y no como mero criminal tóxico. El libro, la película y la serie que se estrenó poco después venían a recordarnos que los camorristas también interfieren en nuestras vidas cotidianas. Mientras buena parte de las series españolas siguen practicando el género policíaco desde unas coordenadas totalmente alejadas del mundo real, es un episodio ambientado en Barcelona de la adaptación televisiva de 'Gomorra' que llevó a cabo la plataforma digital Sky el que nos recuerda los muy profusos negocios que mantiene la mafia italiana en nuestro país.

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