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"La palabra miente y mata", la memoria de Camus en las Trobades de Menorca
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"La palabra miente y mata", la memoria de Camus en las Trobades de Menorca

Al escritor franco-argelino no le preocupaba, en realidad, la verdad​, sino su contrapunto: la mentira

Foto: Albert Camus.
Albert Camus.

"Mientras la verdad sea aceptada en lo que es y tal como es, aunque sea solo por un ser", sostenía Albert Camus, "habrá un lugar para la esperanza". Al escritor franco-argelino no le preocupaba, en realidad, la verdad, sino su contrapunto: la mentira. Especialmente, mientras escribía para Combat, durante los años de ocupación nazi en aquel Paris pisoteado por las tropas de Hitler.

Años después, en 1951, tras la liberación, contestó en una entrevista a Le Progrès de Lyon: "El odio es en sí una mentira. Niega lo que cualquier hombre merece: compasión. Todo hombre que odia, en cierto modo, se detesta", concluye Camus.

El poder de la mentira solo tiene un límite, la verdad, pero mientras tanto la palabra mata, como se ha puesto de relieve en una nueva edición de las Trobades de Menorca, un homenaje permanente a Camus en la isla que vio nacer a una de sus abuelas antes de emigrar a Argelia.

La libertad consiste en no mentir, llego a decir en alguna ocasión Camus. Es decir, en su esencia está no ocultar la verdad, aunque duela.

Foto: Albert Camus en 1954. (Alamy/Farabola) Opinión
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Verdades de este siglo XXI, hay que decir, que se oscurecen ante el ruido de la frenética actividad informativa. Quién se acuerda hoy de Alan Kurdi, aquel niño sirio de apenas tres años que apareció muerto boca abajo con su ropa aún intacta en una playa de Turquía, y cuya fotografía, dio la vuelta al mundo. El intelectual italiano Mario Calabresi tituló en su día la fotografía en La Stampa, el periódico turinés, 'la playa donde muere Europa'.

El título es luminoso, pero como sucede con la verdad y su contrapunto, la mentira, refleja las contradicciones de un mundo que olvida rápidamente y que ya cuenta con 120 millones de refugiados, y que en menos de tres décadas, a la vuelta de la esquina, alcanzará los 500 millones de desplazados forzosos.

"Nadie dice mentir, pero el mundo está preñado de mentiras. La mentira como telón de fondo"

"Nunca antes se ha llegado a sentir tanto asco en Europa", asegura el escritor Javier Gomá. Sostiene el filósofo, sin embargo, que es el asco, justamente la otra cara de la dignidad, el que salvará, paradójicamente, a la humanidad. Precisamente, porque para que el mundo progrese es necesario el mal. "Cuando Europa siente asco, progresa, y solo hay que mirar atrás. Por ejemplo, cuando violar u otras atrocidades era visto con cierta normalidad.

La tesis, es verdad, puede ser discutible. Pero, en todo caso, habría que decir de nuevo, sitúa al hombre en el centro de sus paradojas. Nadie dice mentir, pero el mundo está preñado de mentiras. La mentira como telón de fondo.

Una paradoja que a veces lleva al desencanto, al silencio y hasta la melancolía, como se refleja en un anuncio de neón que el artista chileno Alfredo Jaar colocó en Trafalgar Square durante un mes, y que decía: 'Esta noche la poesía no sirve' y con el que denunció, y así esquivar la censura, la masacre que se está produciendo en Gaza. 'El peor asesinato es el silencio', dijo en las Trobades de Menorca Najwan Darwish, poeta y activista árabe de origen palestino. El odio como producto de la ignorancia.

Jaar, que es artista multidisciplinar, ha recibido este año el IV Premi Mediterrani Albert Camus por su aportación a la creación artística. Como dice el jurado, Jaar no concibe el arte, como el propio Camus, como un placer solitario, sino como un medio para conmover. Jaar se suma a la lista de ganadores, entre quienes están la artista plástica Mona Hatoum, el filósofo Edgar Morin o el escritor francés Mathias Enard.

"Mientras la verdad sea aceptada en lo que es y tal como es, aunque sea solo por un ser", sostenía Albert Camus, "habrá un lugar para la esperanza". Al escritor franco-argelino no le preocupaba, en realidad, la verdad, sino su contrapunto: la mentira. Especialmente, mientras escribía para Combat, durante los años de ocupación nazi en aquel Paris pisoteado por las tropas de Hitler.

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