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La increíble historia (y exageración) de Marco Polo o la idea del viajero frente al turista
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700 Años de su muerte

La increíble historia (y exageración) de Marco Polo o la idea del viajero frente al turista

Hablamos con Xavier Aldecoa, que ha escrito el postfacio de una novela sobre el personaje que ha inspirado más de seis siglos de fascinación popular en torno a la idea del viaje

Foto: Una ilustración de Marco Polo saliendo de Venecia. (iStock)
Una ilustración de Marco Polo saliendo de Venecia. (iStock)

Hacia 1298, da con sus huesos en una cárcel genovesa el veneciano Marco Polo junto a otros 6.000 compatriotas, probablemente tras la batalla naval de Curzola. Jacobo de Acqui, un fraile dominicano contemporáneo del viajero, fue quien dejó constancia de su captura en un relato de la época titulado Crónica Imagini Mundi, publicada en 1333:

"En el año de Cristo MDCCLXXVI, en tiempos del Papa Bonifacio VI, se libró una batalla en Arminia, en el lugar llamado Layaz, entre XV galeras de comerciantes genoveses y XXV de comerciantes venecianos; Y después de una gran pelea, las galeras de los venecianos fueron derrotadas y toda la tripulación salió o fue capturada, y entre ellos estaba el micer Marco el veneciano, que estaba con aquellos mercaderes, y que se llamaba Milono, que es como decir mil, mil libras, como así se dice en Venecia. Así que este micer Marco Milono el veneciano, con los demás prisioneros venecianos, es llevado a la prisión de Génova, donde lo retienen durante mucho tiempo".

Aunque esa derrota veneciana se refiere a la Batalla de Ayas en 1294 y biógrafos tan antiguos como Ramusio (1485-1577) achacan la captura del viajero más bien a la de Curzola en 1290, puesto que Marco Polo no habría llegado a Venecia hasta 1295, viajando desde Persia, pasando por Trebisonda —actual Turquía— y atravesando el Bósforo, el pasaje del dominico se puede tomar por cierto en todo lo demás.

La reclusión de Marco Polo en la cárcel genovesa es en uno de los momentos estelares de la humanidad en cuanto a la historia de la aventura

La reclusión de Marco Polo en la cárcel genovesa se convierte en uno de los momentos estelares de la humanidad en cuanto a la historia de la aventura y el descubrimiento, puesto que es allí donde conoce a Rustichiano de Pisa, que había quedado preso a su vez en 1284 en Génova tras la derrota de la República de Pisa en la Batalla de Meloria, formando parte del "remanente escaso de supervivientes", según el coronel Henry Yule en The book of Ser Marco Polo: Vol 1 . Rustichiano, quien escribiera los increíbles viajes de Marco Polo. Eso a pesar de Jacobo de Acqui no menciona en su crónica a Rustichiano de Pisa:

"Este Marco estuvo mucho tiempo con su padre y su tío en Tartaria, y allí vio muchas cosas, hizo muchas riquezas y también aprendió muchas cosas, porque era hombre de habilidad. Y así, permaneció en prisión en Génova. Hizo un libro sobre las grandes maravillas del mundo, acerca de los que había visto. Y lo que dijo en el libro no fue tanto como realmente había visto, a causa de las lenguas de los detractores, que estando dispuestos a imponer a los demás sus propias mentiras, se apresuran a declarar mentira, lo que en su perseverancia no creen, o no entienden. Y debido a que hay muchas cosas grandes y extrañas en ese libro, que se consideran más allá de toda credibilidad, sus amigos en su lecho de muerte le pidieron que corrigiera el libro eliminando todo lo que fuera más allá de los hechos. A lo que su respuesta fue que no había contado ni la mitad de lo que realmente había visto".

No hay dudas sobre la autoría de escriba de Rustichiano de Pisa de los increíbles viajes de Marco Polo a través de los imperios mogol y chino, ejerciendo de consejero del Gran Khan Kubilai, historias que se plasmaron como Il Milione mientras ambos estaban presos. Aunque sí hay dudas, como explicaba el dominico, sobre la propia veracidad de los relatos del veneciano, que se cierran con la mítica frase en su lecho de muerte: "Ni la mitad de lo que realmente había visto".

Ahora se cumplen 700 años de la muerte de Marco Polo, quien ha inspirado más de seis siglos de fascinación popular y de mitologías espurias en torno a la idea del viaje, en una época en la que ha dejado de ser en muchos sentidos una aventura de descubrimiento al tiempo que el mundo se ha ido haciendo más pequeño y en medio de una corriente contraria a la mera idea del turismo. Si algo no ha cambiado nada, es probablemente la exageración quizás del relato de un viaje: esa manía de epatar al que se ha quedado en casa, ¿el Instagram de Marco Polo sería inaguantable?

Si algo no ha cambiado nada es probablemente la exageración del relato de un viaje: esa manía de epatar al que se ha quedado en casa

No para Xavier Aldecoa, periodista y viajero incansable que ha escrito el postfacio del retrato sobre Marco Polo escrito por el padre del formalismo ruso Víktor Schlovski, editado ahora por Arpa, y que contesta por teléfono a El Confidencial: "Nos parece un poco todo obvio ahora por la globalización, pero entonces a unos cuantos miles de kilómetros del lugar donde vivías se desconocía todo. Marco Polo es un pionero de esta apertura del mundo, que se tenía que hacer con viajes, pero no tenía que ver solo con el viaje sino con el conocimiento del otro. Es verdad que la importancia de contarlo es la gran diferencia de la aventura del veneciano".

—¿No es posible emular al veneciano ahora de ninguna forma?

— Aún hoy se puede diferenciar entre el turismo, es decir, viajar como turista o el concepto de viajero. Es una cuestión de dónde pones el foco. El turista suele poner el centro de su periplo en él mismo, mientras que el viajero lo pone en los demás porque necesita escuchar, necesita conocer y comprender por dónde está viajando para poder entender y acercarse a otras culturas y otras realidades. El turista viaja poniendo el centro en él, en un relax, que no quiere decir que sea peor. Es verdad que en ese sentido de Marco Polo, más que descubrir lo que aún pervive, es el espíritu de conocer, pero eso está ahí todavía. Queda muy poco o casi nada por descubrir y la diferencia entre el viajero y el turista se ha reducido realmente al concepto del viaje, no al viaje en sí.

placeholder La novela, ahora con prefacio de Xavier Aldecoa, editada por Arpa.
La novela, ahora con prefacio de Xavier Aldecoa, editada por Arpa.

En el caso de Marco Polo, "el más celebrado de los exploradores europeos a Asia, el primer viajero global y el más antiguo de los puentes entre Oriente y Occidente", según recoge el prólogo de la también recientemente editada biografía de Laurence Bergen Marco Polo. De Venecia a Xanadú (Ariel), ocurre que su historia es en realidad poco conocida hoy, como lo son también las controversias sobre la veracidad de los acontecimientos que transcurren durante sus viajes. Así, Marco Polo es una de las figuras más fascinantes y que más han quedado relegadas a pequeños clichés y curiosidades, como haber sido el europeo que introdujo la pasta china en el continente —tan asociada a Italia— o la pólvora, aspectos ambos en realidad poco probables, como lo es también que fuera el primer europeo en la corte de China.

En ese sentido, llama la atención la novela de Viktor Schklvoski porque él mismo no podía viajar, según explica a El Confidencial el traductor y experto en el escritor ruso Ricardo San Vicente: "Schlovski se fue a una biblioteca y recopiló testimonios entre expertos que pudiera dar empaque a una historia que era apolítica desde el punto de vista de la URSS y que servía como evasión para los jóvenes. Él era un teórico de la literatura, el padre del formalismo ruso, que estaba mal visto entonces y que podía acarrearle el ir a parar al Gulag, por lo que elige la vida de Marco Polo para seguir escribiendo. De hecho, él mismo llegó a huir a Berlín, pero regresa por las posibles represalias, y es ese momento en el que decide novelar las aventura de Marco Polo desde la biblioteca de San Petersburgo, donde había gran material, y a través de las entrevistas con expertos. Él no estuvo nunca en ninguno de los lugares que pisó Marco Polo".

Se conoce una edición del relato de Marco Polo con anotaciones nada menos que de Cristóbal Colón, el otro viajero por antonomasia

Schlovski, como haría también el novelista de Verona, Emilio Salgari, recreó viajes increíbles sin salir de su propio país, pero, a cambio, una cuestión importante es que el escritor ruso sí se ciñe a lo que realmente sucedió: "En ese aspecto es verdaderamente notable por lo que significa el contexto histórico riguroso que añade a la transcripción, por decirlo de alguna forma, de Rustichiano de Pisa", comenta Ricardo. "Intenta reproducir los espacios en blanco y los personajes con veracidad histórica, más allá del relato de los viajes que deja Marco Polo. Más que una reinterpretación, su afán es la contextualización de los temas que aborda el veneciano, ya pertenezcan a los actuales Irán o Afganistán, o a la propia China, a la que dedica especial atención".

Uno de los detalles más increíbles de Marco Polo, además es que se conoce una edición de su relato con anotaciones propiedad nada menos que de Cristóbal Colón, el otro viajero por antonomasia de la historia de la Humanidad y que para más inri es probable que fuera genovés. Colón habría devorado los viajes del veneciano y decidido su propio periplo para llegar a Catay (China) por una ruta diferente, que le acabaría arrojando al continente americano. Para Xavier Aldecoa es en cualquier caso una aventura distinta, como también en el caso de Magallanes: "Son grandes exploradores que buscaban objetivos diferentes. Marco Polo dedicó su vida en ir avanzando con el afán de conocer a otras culturas, a otros pueblos, llegó a ser incluso una persona muy conocida, muy importante en cortes asiáticas, consejero del khan, y ahí radica la diferencia. Colón o Magallanes, pero también Henry Stanley en el XIX, tenían un afán más de gloria y de ambición personal, que son otros motores de la historia. Marco Polo era un comerciante y quizás su visión era diferente a la de estos otros tres ejemplos".

Hacia 1298, da con sus huesos en una cárcel genovesa el veneciano Marco Polo junto a otros 6.000 compatriotas, probablemente tras la batalla naval de Curzola. Jacobo de Acqui, un fraile dominicano contemporáneo del viajero, fue quien dejó constancia de su captura en un relato de la época titulado Crónica Imagini Mundi, publicada en 1333:

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