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La mujer 'más viajera del mundo' te cuenta los peligros y retos a los que se enfrenta
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Entrevista

La mujer 'más viajera del mundo' te cuenta los peligros y retos a los que se enfrenta

Erika Fatland, antropóloga y viajera, publica ahora 'Himalaya', sobre su extraordinario viaje por la cordillera de Pakistán a Bután. Es la autora de libros como 'Sovietistán' y 'La frontera', que recorre Rusia y expaíses de la órbita soviética

Foto: La carretera del valle de Spiti es una de las más peligrosas que hay. La autora envió esta foto a su familia cuando la hubo pasado. (Erika Fatland)
La carretera del valle de Spiti es una de las más peligrosas que hay. La autora envió esta foto a su familia cuando la hubo pasado. (Erika Fatland)

Erika Fatland (Noruega, 1983) es una de las personas que mejor conoce el mundo postsoviético y la cordillera del Himalaya, de Pakistán a China. Sus viajes, al estilo de los del mítico Robert Kaplan, han quedado reflejados en libros que son todo un tratado antropológico y geográfico de estas regiones. Así sucede con Sovietistán (Tusquets, 2019), un relato de sus viajes a través de Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán; La frontera (Tusquets, 2021), en el que recorre Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia, Noruega y el Paso del Noreste, y el último, Himalaya (Tusquets, 2022), donde cruza por las montañas de Pakistán a Bután pasando por India, China y Nepal.

Siempre con la mochila al hombro, sus libros son un compendio de extraordinarias historias de mujeres y hombres a los que apenas se les da voz en Occidente. Como cuenta en esta entrevista, en la que habla del amor por los viajes, este encuentro con los otros es lo que más le interesa de un mundo que, al contrario de la opinión menos sofisticada, cada vez observa más diverso y multicultural.

placeholder 'Himalaya', el último libro de viajes de Erika Fatland.
'Himalaya', el último libro de viajes de Erika Fatland.

PREGUNTA. ¿Cómo se define un viajero en el siglo XXI?

RESPUESTA. Se repite constantemente que el mundo es cada vez más pequeño. Por una parte, eso es verdad porque cada vez es más fácil ir del punto A al B y cada vez más y más gente viaja a los mismos lugares. Pero el mundo sigue siendo tan grande como lo ha sido siempre. Todavía hay muchos lugares por descubrir para todos nosotros. Además, el mundo está siempre en continuo cambio y siempre quedan manchas blancas en el mapa por descubrir.

P. ¿Es difícil ser un viajero en tiempos de turistas? ¿O solo es una romantización del término?

R: Creo que es un poquito arrogante esa distinción entre turistas y viajeros porque parece que una forma de viajar es mejor que la otra. Cuando investigo para mis libros, a menudo viajo durante meses. En esos casos, mi forma de viajar es muy similar a la de un reportero, solo que no en busca de noticias sino de historias que aún no se han contado.

Foto: Vista monumental en Samarcanda (Reuters)

P. En tiempos de redes sociales, de fotos en Instagram… ¿queda algo por explorar, conocer, fotografiar?

R. ¡Claro que sí! Una de las partes más bonitas de viajar es encontrarte con personas diferentes y todos esos encuentros mágicos que surgen por el movimiento y el azar.

P. Al principio de su último libro, Himalaya, resalta que la épica consiste ahora en que te den un visado a tiempo, una muestra de que siguen existiendo las fronteras. Usted lo pasó especialmente mal en la India, ¿no es cierto?

R. Sí, tuve dificultades para conseguir un visado en Pakistán y en India, lo que me causó preocupaciones y problemas prácticos. Afortunadamente fueron resueltos a su debido tiempo, pero para mucha gente conseguir un visado o incluso un pasarte puede ser imposible. La burocracia se ha convertido en la última frontera.

"Para mucha gente conseguir un visado o incluso un pasarte puede ser imposible. La burocracia se ha convertido en la última frontera"

P. En este viaje por el Himalaya, ¿qué es lo que ha descubierto?

R. Me costó 600 páginas aglutinar mis descubrimientos, así que es una pregunta muy amplia. En resumen, descubrí que nuestro mundo es todavía un lugar muy diverso y que la modernidad y la tradición encuentran maneras para coexistir. La gente puede tener móviles e internet y beber Coca-Cola en la villa más remota de la montaña, pero para la mayoría de las personas de esas remotas villas, el mundo todavía es enorme. Por ejemplo, me encontré con muchos nepalíes que jamás habían oído hablar de Katmandú, la capital. Ni siquiera se habían atrevido a soñar con viajar tan lejos.

El Himalaya puede ser un lugar difícil para las chicas, especialmente en Pakistán y Nepal, dos de los peores países para las mujeres en el mundo. Sin embargo, la fotografía no es solo blanco o negro. En Bután son las hijas las que heredan, no los hijos. Al final del viaje visité una remota sociedad matriarcal en Yunnan, China, no lejos del Tíbet. En esta ciudad es la abuela la que toma las decisiones más importantes.

placeholder La Karakorum Highway en dirección a Pakistán. (Erika Fatland)
La Karakorum Highway en dirección a Pakistán. (Erika Fatland)

P. Ha viajado por más de medio mundo. ¿Cómo empezó el gusanillo?

R. Soy de un pequeño pueblo de la costa oeste de Noruega. Desde que puedo recordar, amo viajar, descubrir nuevos lugares y aprender idiomas. Pasé mis años de instituto en Francia, gracias a un programa de intercambio, y esa experiencia me dio alas. A los 16 años tuve que adaptarme a un sistema educativo y una cultura diferente y aprendí un nuevo idioma. Y además de todo eso tuve que solventar problemas mundanos como encontrar a quien llamar para que me arreglara el gas en el apartamento. Después de haber tenido tanta independencia a una edad tan joven, sentí que el resto del mundo estaba a mis pies.

"En el Himalaya fue una ventaja ser una mujer. Un escritor solo podría haber tenido acceso a los hombres. Yo pude estar también con las mujeres"

P. ¿Cómo se prepara usted un viaje? Por ejemplo, este que ha hecho por el Himalaya…

R. Todos mis viajes son una mezcla de planificación e improvisación, pero las dos investigaciones en el Himalaya demandaron más planificación de la habitual por las condiciones extremas: algunas carreteras estaban cortadas la mayor parte del año, algunos lugares solo eran accesibles durante el verano… La política jugó un papel importante también. No está permitido viajar de forma independiente en Bután y el Tíbet. Todo tiene que estar pre organizado a través de una agencia de viajes y lo mismo en muchas regiones de India. ¡Logísticamente fue un viaje complicado!

P. ¿En qué se fija cuando viaja? ¿Qué es lo que más le llama la atención?

R. Las historias de la gente con la que me encuentro. Como ya he explicado, mi trabajo es bastante similar al de un periodista, pero no persigo noticias, sino que busco las historias extraordinarias en las vidas ordinarias.

placeholder El joven Ganges en Haridwar. (Erika Fatland)
El joven Ganges en Haridwar. (Erika Fatland)

P. ¿Dónde lo ha pasado peor y por qué?

R. Las carreteras de montaña en el Himalaya puede ser terroríficas porque las laderas están llenas de coches y autobuses que no lo consiguieron… Un par de vuelos en Nepal me pusieron también de los nervios. Me debería haber asustado cuando sufrí de mal de altura en el campo base del Everest pero el problema con el mal de altura es que te afecta al cerebro por lo que no piensas con claridad…

P. ¿Ha tenido más miedo por ser mujer? ¿El mundo le parece más inseguro por este motivo?

R. Pues especialmente en este viaje fue una seria ventaja ser una mujer. En la mayoría de las áreas más conservadoras que visité en Pakistán un escritor solo podría haber tenido acceso a los hombres. Yo pude estar con las mujeres. En el libro pongo atención particularmente a la historia de las mujeres porque sus voces raramente son escuchadas.

P. Tras sus muchos viajes, ¿el mundo es cada vez más cerrado, más homogéneo o, por el contrario, más diferente y multicultural?

R. Yo diría que todavía vivimos en un mundo diverso y multicultural incluso aunque ahora te arriesgues a ser recibido por el estribillo de Hotel California allá donde vayas. A pesar de nuestras diferencias, hay más cosas que nos unen de las que nos dividen: todos nacemos, comemos y bebemos, nos enamoramos, sentimos celos, a veces nos sentimos felices, otras tristes y finalmente todos morimos. Por eso la literatura de viajes existe. A pesar de nuestras diferencias, vivimos en el mismo planeta y podemos compartir nuestras historias con los otros.

placeholder La autora, como un motivo exótico más en el norte de Pakistán. (Erika Fatland)
La autora, como un motivo exótico más en el norte de Pakistán. (Erika Fatland)

P. Como usted ha viajado bastante por Rusia y países de la ex-URSS, a partir de los cuales escribió libros como La frontera, quisiera preguntarle por lo que está pasando en esta zona del mundo… ¿Observó ya entonces tambores de la guerra que empezó este año? ¿Se observaba que algo podía ocurrir?

R. Cuando empecé a escribir La frontera, la guerra ya había comenzado. La guerra de la que estamos siendo testigos escaló el 24 de febrero de este año, pero no empezó este año sino en 2014 cuando Rusia se anexionó Crimea y empezó la guerra en el este de Ucrania. Estudié ruso en Ucrania en 2007. Cuando volví en 2016, casi 10 años más tarde, para investigar para La frontera, regresé a un país muy distinto. Volví a un país que estaba en guerra. Los signos de la guerra estaban por todas partes, incluso lejos del frente. También fui a la república de Donetsk, que era ya un lugar peligroso en 2016. Sí me encontré con gente que deseaba ser parte de Rusia, pero lo que más recuerdo de Donetsk son todas sus calles vacías. No había atascos de tráfico porque dos millones de personas habían huido de la guerra. En 2016. Esa gente no quería ser liberada por Rusia, solo quería vivir en paz.

Por tanto, la razón por la que los ucranianos están resistiendo tan bien ahora es porque ya llevan más de ocho años de experiencia en la batalla. Y creo que una de las razones por las que Putin decidió lanzar un ataque a gran escala sobre Ucrania este año —lo que se suma al hecho de que él creía que la victoria llegaría fácil— es que él había salido de la anexión de Ucrania y la guerra híbrida en el este de Ucrania con muy pocas heridas. Las reacciones del resto del mundo fueron claramente muy poco duras. Si incluso se le permitió organizar el Mundial de 2018…

"Putin intentará prolongar durante mucho tiempo la guerra hasta que occidente se canse de apoyar a Ucrania"

P. Escribió varios artículos en la prensa cuando empezó la guerra. A diciembre de 2022, ¿qué piensa de lo sucedido? ¿Esperaba la resistencia de Ucrania (gracias a las armas de la OTAN)? ¿Va a durar mucho más esta guerra?

R. Siempre es complicado predecir el futuro, especialmente el resultado de una guerra que está sucediendo. Cuando empezó la mayoría de expertos militares pensaron que Kiev caería en días. Eso nunca ocurrió. Ucrania depende obviamente de las armas que le envían los países de la OTAN. Con suficiente apoyo creo que los altamente motivados ucranianos pueden llegar a derrotar a Rusia. Pero la victoria no será fácil.

Una de las estrategias de Putin, puede que la principal en este momento, sea la de intentar prolongar durante mucho tiempo la guerra hasta que occidente se canse de apoyar a Ucrania. Putin planea seguir combatiendo y sacrificando a tantos rusos como pueda. Uno puede esperar que haya grandes protestas y críticas cada vez más altas por parte de la población rusa, pero hasta ahora la población rusa ha sido en gran medida pasiva, y una población pasiva es el sueño de cualquier dictador. En mi opinión, la guerra en Ucrania es el mayor error en la historia de Rusia y los rusos lo pagarán a un precio muy alto.

Erika Fatland (Noruega, 1983) es una de las personas que mejor conoce el mundo postsoviético y la cordillera del Himalaya, de Pakistán a China. Sus viajes, al estilo de los del mítico Robert Kaplan, han quedado reflejados en libros que son todo un tratado antropológico y geográfico de estas regiones. Así sucede con Sovietistán (Tusquets, 2019), un relato de sus viajes a través de Kazajistán, Tayikistán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán; La frontera (Tusquets, 2021), en el que recorre Corea del Norte, China, Mongolia, Kazajistán, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Letonia, Estonia, Finlandia, Noruega y el Paso del Noreste, y el último, Himalaya (Tusquets, 2022), donde cruza por las montañas de Pakistán a Bután pasando por India, China y Nepal.

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