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¿Periodista o activista? Los límites de la prensa, a debate tras la protesta del Prado
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Reivindicación ecologista

¿Periodista o activista? Los límites de la prensa, a debate tras la protesta del Prado

“Me encanta el arte y no me gustaría que se dañara un cuadro. Cogí la cámara temblando”, dice la reportera que grabó. Futuro Vegetal asegura que las citaron en una cafetería esa mañana. La Policía cree que son todos integrantes del colectivo

Foto: Dos activistas se pegan a 'La maja desnuda' y a 'La maja vestida' del Prado. (EFE/Futuro Vegetal)
Dos activistas se pegan a 'La maja desnuda' y a 'La maja vestida' del Prado. (EFE/Futuro Vegetal)

“No son periodistas, son activistas y ponen en peligro a toda la profesión, cada vez habrá más trabas para cubrir temas”, “si una fuente te avisa de que va a ocurrir algo y tienes la posibilidad de contarlo en exclusiva en primera fila, es un ejercicio periodístico válido”... La noticia de la detención de dos periodistas tras la protesta ecologista en el Museo del Prado ha propiciado un debate público sobre los límites de la labor de informar. Desde el Gobierno y Podemos se han solidarizado con las arrestadas, hay división entre las principales asociaciones de prensa y tanto el juzgado como la Policía en su investigación sospechan que la participación fue más allá de su labor de reporterismo.

No es lo mismo que te avisen como periodista que como activista por tu connivencia con el fin”, “si el objetivo de la protesta incluye su publicidad posterior y todo supone un presunto delito, no es lo mismo que una convocatoria para un acto normal o una protesta en la calle”... Las reflexiones son de profesionales de la prensa que se han posicionado acerca de este debate. Los hechos sucedieron el sábado. Dos jóvenes del colectivo ecologista Futuro Vegetal se pegaron con pegamento a dos cuadros para llamar la atención sobre el calentamiento global. Las obras no sufrieron ningún daño, pero los dos activistas fueron arrestados y trasladados a la comisaría de Latina que investiga los hechos.

Según informan a El Confidencial fuentes policiales, se tomó declaración a los dos arrestados por pegarse a los cuadros y pintar la pared, también a testigos que estaban en la sala en ese momento y los responsables del museo. Además, se pidieron las grabaciones de las cámaras de videovigilancia. Fue entonces cuando los investigadores se percataron de que eran cuatro personas en total, que habían llegado juntas. Había otras dos jóvenes que se encargaron de tomar las imágenes de la reivindicación. Al menos una de ellas trabaja para el medio de comunicación El Salto, nacido en 2016. Ambas periodistas fueron detenidas el domingo y pasaron la noche en el calabozo.

Futuro Vegetal: "Tenemos un compañero que tenía contacto con una periodista"

El Salto se presenta como una “apuesta por un periodismo radicalmente diferente”. Sus “tres líneas rojas” son “financiación ética, democracia interna y calidad periodística”. Tras el arresto de las periodistas, su periódico publicó un editorial para condenar la actuación policial bajo el título 'El Salto condena la inaceptable detención de las periodistas que cubrieron la protesta en el Prado'. “Si no se puede protestar, ni contar que se ha protestado, lo que se pretende es crear una sociedad obediente, muerta en vida”, concluye el texto.

El Confidencial se ha puesto en contacto con el colectivo Futuro Vegetal. Su portavoz, Bilbo Basterra, explica su versión de los hechos: “Tenemos un compañero que tenía contacto con una periodista que trabaja en El Salto, con Joanna. Este chico contacta con esta periodista porque se conocen de la vida y les dicen que iban a hacer una acción no violenta y se les citan en una cafetería que estaba a 15 minutos del Prado”. Según dice, la redactora ni ha trabajado en coordinación ni es de Futuro Vegetal. A la otra periodista le avisó la propia Joanna debido a que estudia Diseño Gráfico y le pidió que le acompañara para hacer fotografías, explica Basterra.

Foto: Las dos jóvenes que atentaron contra el cuadro de Van Gogh en la National Gallery. (Just Stop Oil)

“Ella no imagina ni sabe lo que van a hacer. Ella va en calidad de periodista”, insiste este portavoz que atiende a través del teléfono. Asegura que este es su modus operandi habitual. “Por mucho que los que publiquen sean medios más o menos afines, no tenemos seguridad de que no vayan a filtrar información. Siempre que llamamos a la prensa y vienen, porque no siempre vienen, van a ciegas”, dice. “Lo hicimos con Rebelión Científica —cuando lanzaron pintura roja en la fachada del Congreso—, se recogió a la prensa en una furgoneta y la estuvieron dando vueltas por Madrid”, afirma. Son grupos interrelacionados entre sí.

Preguntado si en la organización no había nadie con capacidad de grabar la acción con su móvil sin recurrir a una periodista, este portavoz sostiene que ese fin de semana no tenían gente suficiente: “Somos unas 100 personas, pero muy dispersas a nivel estatal. Nos cuesta mucho trabajo juntarnos. En este caso específico, nos habíamos reunido el mes anterior para hacer una acción. Apareció este chico que dijo que tenía un contacto en prensa y por eso lo hicimos así. Ahora mismo teníamos poca fuerza. Había formaciones de Greenpeace en Madrid y nos quitó activos. Y se hizo así por eso”.

La periodista de 'El Salto': "No se nos informó que fueran a pegarse a un cuadro"

El Confidencial ha hablado también con la periodista detenida. Se llama Joana Giménez i García y da su consentimiento para que su nombre aparezca en esta información a pesar de los ataques que está sufriendo en las redes sociales. Reside en Valencia y colabora con El Salto desde agosto de 2021. “Me comunicó un amigo —dice— que sé que tiene contacto con Futuro Vegetal, pero no sé qué contacto es porque yo no estoy ahí. Este chico me conocía porque yo suelo escribir sobre derecho de vivienda y suelo colaborar en El Salto como freelance. Me dice que se va a hacer una acción ecologista”.

"Una acción de alto riesgo"

No se nos informó que fueran a pegarse a un cuadro. Mi entorno me preguntaba qué iba a hacer a Madrid y yo solo sabía que se trataba de una acción ecologista que era de alto riesgo”, asegura. La periodista no era ajena a las protestas que se habían realizado en otros museos, pero sostiene que no supo de qué se trataba hasta que vio a los miembros de Futuro Vegetal acercarse a los cuadros de Goya. “En los artículos de las acciones que se han llevado a cabo, se aseguraba que las obras no habían sufrido daños de importancia, cosa que hasta a mí me hubiera parecido una barbaridad dañar un cuadro. Me encanta el arte y no me gustaría que se dañara. Yo entré, estaba nerviosa, cogí la cámara temblando, pero confíe en ellos”, narra Joana Giménez.

Foto: El ataque a La Gioconda. (Twitter)

“Estuve toda la mañana hablando con ellos y su objetivo no era destrozar el arte, sino aprovecharlo para mandar un mensaje muy lícito y lo han conseguido porque ha aparecido en todos los medios. Fue la ONU la que dijo que no se iba a poder cumplir el objetivo contra el calentamiento”, concluye.

A diferencia de otras ocasiones, las principales asociaciones de prensa no han emitido un comunicado en defensa de las arrestadas. "No las han detenido por un acto en el que ejercían la profesión, por lo tanto no podemos hablar de derecho a la información. Que sean periodistas no les da patente para ejecutar cualquier tipo de actuaciones como, en este caso, incívicas. Se han expresado como ciudadanos, no como periodistas, y como ciudadanos tendrán que responder", dijo a Europa Press el presidente de la FAPE, Miguel Ángel Noceda.

La Asociación de la Prensa: "Si no alertan a la Policía, son cómplices"

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) sostiene que "lo que diferencia este caso es que les han convocado —si es que ellos no formaban parte de la organización, como parece— para dar cuenta de un delito". "En ese caso, si no alertan a la Policía, son cómplices antes que periodistas. Y lo primero prevalece. O sea que, si se comprueba que iban con los otros dos, no podemos salir en su defensa", añaden. No lo ve así el Gobierno o al menos uno de los partidos que lo sustenta.

La ministra de Asuntos Sociales y Agenda 2030 y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, publicó el siguiente tuit en su cuenta de Twitter: “La detención de dos periodistas que estaban haciendo su trabajo este fin de semana en el Museo del Prado es un ataque a la libertad de información totalmente inadmisible que genera un precedente muy peligroso. La libertad para informar no puede ser un delito”. El portavoz en el Congreso de la formación morada, Pablo Echenique, contestó en la misma red la falta de apoyo de la APM o la FAPE: “Las mismas asociaciones de prensa que salen corriendo a defender el derecho de ciertos periodistas a mentir sobre Podemos, dejan tiradas a dos periodistas cuando son detenidas por informar porque trabajan para un medio de izquierdas”.

En cambio, la asociación internacional Reporteros Sin Fronteras sí que se mostró a favor de la periodista detenida: “Todo periodista tiene derecho a cubrir libremente un hecho informativo de interés general”. A su entender, la periodista “estaba en el Museo del Prado en calidad de reportera de El Salto”. “Pedimos que quede en libertad a la mayor brevedad y le sean retirados los cargos”, zanjaba. Las fuentes policiales consultadas por este periódico cuestionan estas tesis. Informan de que en el atestado explica que las periodistas tenían una relación con el grupo que iba más allá de la mera labor informativa.

Se basan en los movimientos y la organización previa que captaron las cámaras o las redes sociales de los implicados. La periodista de El Salto publicó un tuit en su cuenta en el que se hacía eco de la reapertura de la sala donde tuvo lugar la acción con el siguiente comentario: “Mirad ‘cuántos daños’ ha provocado la protesta ecologista: ninguno. Ni siquiera en los marcos. A ver si se entiende de una vez que realizar acciones en lugares de interés público no es un FIN es un MEDIO para que el mensaje se difunda. Y lo de que los activistas dañan los cuadros es difamación y es mentira”.

Joana Giménez explica que lo que dice el atestado es que hay mensajes en las redes sociales de Futuro Vegetal en el que hablan de “‘nuestras compañeras detenidas’”, en femenino. Sin embargo, los activistas son un chico —que se llama Samuel— y una chica. Joana matiza que el grupo utiliza el femenino inclusivo y de ahí el error de la Policía, que pensó que también las incluía a ellas como compañeros e integrantes del colectivo. Al menos en el tiempo que duró la entrevista para esta información, el portavoz de Futuro Vegetal utilizó el femenino para hablar de sí mismo y de sus compañeros.

El uso del femenino inclusivo

La crónica de la acción publicada en El Salto no contiene opinión, sino una descripción de los hechos con un estilo informativo. En su último párrafo narra cómo se identificó como periodista cuando una de las vigilantes de la sala le pidió que dejara de grabar. El arresto de las periodistas llegó al Congreso de los Diputados. El ministro de Cultura, Miquel Iceta, fue interpelado a este respecto por la diputada de Podemos En Comú Podem, María del Mar García Puig. “Hay quien dice que solo afectó a los marcos. Algunos marcos son parte de la obra. Búsquense los mecanismos adecuados para reivindicar, pero que no se ponga en riesgo el patrimonio de todos. Sobre la detención, desconozco las circunstancias. Lo que sí sé es que no les detuvo un vigilante de museos, porque no son agentes de seguridad”, respondió.

Policías acostumbrados a labores de orden público y manifestaciones en la calle advierten de que en ocasiones la línea entre el periodismo y el activismo es una frontera difusa. Relatan escenas de lo que aparentemente son manifestantes que les increpan o participan de las algaradas y, cuando se actúa contra ellos, argumentan una presunta labor periodística, ya sea aportando con un carné de prensa o una cámara de fotos. Muchas de esas veces son medios modestos, poco conocidos o con una ideología muy marcada, indican.

Precedentes con la Ley de Seguridad Ciudadana

La actual Ley de Seguridad Ciudadana se denominó despectivamente como ley mordaza porque fue impulsada por el primer Gobierno de Mariano Rajoy en un momento de muchas manifestaciones y conflictividad social en las calles. El redactado inicial contemplaba multas por grabar a policías en esas concentraciones. Luego la redacción final fue modificada y se precisó que las sanciones se aplicarían solo cuando las imágenes sirvieran para identificar y perseguir a los agentes en las redes sociales y poner en riesgo su integridad física.

Foto: Las dos activistas de JustStopOil que han lanzado el bote de tomate a 'Los girasoles' de Van Gogh. (Twitter)

El Salto denunció que otro colaborador suyo denunció agresiones policiales mientras cubría el mitin de Vox en Vallecas en 2021 para El Salto y terminó investigado por un delito de denuncia falsa. Citó el caso del fotoperiodista, multado con base en la Ley de Seguridad Ciudadana tras un problema con los agentes cuando fotografiaba la llegada de migrantes a las islas Canarias. No siempre son de medios modestos o poco conocidos. En noviembre del año pasado, un fotoperiodista de El País resultó absuelto por “falta de pruebas” tras ser juzgado por un delito de resistencia a la autoridad. No quedó acreditado que se enfrentase con un agente de la Policía mientras cubría las protestas por la sentencia del procés en 2019.

Las dos detenidas el domingo y los dos arrestados el sábado quedaron libres este lunes, pero a expensas de la investigación abierta por el Juzgado de Instrucción Número 22 de Madrid por la presunta comisión de un delito contra el patrimonio histórico-artístico, castigado en el artículo 323 del Código Penal. Contempla penas de hasta tres años de cárcel a quienes causen daños en bienes de valor artístico.

“No son periodistas, son activistas y ponen en peligro a toda la profesión, cada vez habrá más trabas para cubrir temas”, “si una fuente te avisa de que va a ocurrir algo y tienes la posibilidad de contarlo en exclusiva en primera fila, es un ejercicio periodístico válido”... La noticia de la detención de dos periodistas tras la protesta ecologista en el Museo del Prado ha propiciado un debate público sobre los límites de la labor de informar. Desde el Gobierno y Podemos se han solidarizado con las arrestadas, hay división entre las principales asociaciones de prensa y tanto el juzgado como la Policía en su investigación sospechan que la participación fue más allá de su labor de reporterismo.

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