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Si le gusta la ópera, no debería perdérselo

El Real, el Liceu y les Arts compaginan la vanguardia y el gran repertorio en una temporada de grandes estrenos absolutos y de espectáculos impactantes

Foto: 'Antony and Cleopatra', plato fuerte de la temporada de ópera en el Liceu.
'Antony and Cleopatra', plato fuerte de la temporada de ópera en el Liceu.

Los vecinos de Calamocha tienen razones para sentirse distanciados de la gran temporada operística, entre otras razones porque la capital aragonesa no se caracteriza por las ambiciones de la programación lírica, pero la ubicación del municipio en el mapa los sitúa en una posición equidistante de Madrid, Barcelona y Valencia.

Nadie mejor que ellos para acercarse al Teatro Real, el Liceu y Les Arts, aunque el interés de su respectiva programación justificaría la iniciativa de un abono compartido. Y no solo para los vecinos de Calamocha, sino para los melómanos implicados en una temporada de extraordinario interés. Lo demuestra la producción de Medea, que inaugura el 19 de septiembre el ejercicio madrileño. Y no ya por la coincidencia de Ivor Bolton (dirección musical), Paco Azorín (dirección de escena) y las tres sopranos convocadas (Agresta, Saioa Hernébdez, Nancy Fabiola Herrera), sino porque el operón de Cherubini nunca se había representado en la historia del Teatro Real.

placeholder Fachada del Teatro Real.
Fachada del Teatro Real.

Es una curiosa novedad que redunda en el atractivo de otros estrenos pendientes. Puede que el más impactante de todos consista en el Lear, de Aribert Reimann, que se le ha encargado al talento transgresor de Calixto Bieito, aunque la valentía de la programación madrileña tanto aloja el estreno de la versión operística de La RegentaMaría Luisa Manchado Torres— como el Tenorio que había adaptado Tomás Marco hace seis años en El Escorial y que tenía pendiente la plenitud de la versión escénica.

Es posible que una programación de sesgo tan vanguardista provoque cierto recelo en la sensibilidad del abonado conservador. Y que no ayude a tranquilizarlo la exhumación de una ópera maldita del compositor soviético Mieczyslaw Weinberg (La pasajera), pero la temporada operística de Madrid se identifica igualmente en los grandes bastiones del repertorio. El dramaturgo Miguel del Arco se ocupará de la versión escénica de Rigoletto —dirige la orquesta el maestro Luisotti—, del mismo modo que Laurent Pelly y Heras Casado formalizan el tándem de Los maestros cantores de Núremberg. Han pasado 22 años desde que la ópera de Wagner se representó por última vez en Madrid, y muchos menos de la última Madama Butterfly, aunque esta vez la propuesta escénica de la ópera de Puccini lleva la firma Damiano Michieletto y aloja la garantía vocal de la madrileña Saioa Hernández.

Modelo de equilibrio

Es un modelo de equilibrio la oferta del Real. Lo demuestra la atención al barroco —Orlando (Handel), Dido y Eneas (Purcell), Il ritorno d’Ulisse in patria (Monteverdi)—, el guiño a la zarzuela (Luisa Fernanda), las versiones en concierto de Carmen y El murciélago, así como el programa doble que contrasta La voz humana de Poulenc con La espera de Arnold Schönberg. El díptico reúne la dramaturgia de Christof Loy, convoca la dirección musical de Jérémie Rohrer y merece una excursión desde Calamocha.

La equidistancia geográfica tanto predispone acercarse a Madrid como visitar las instalaciones del Liceu, empezando por el Eugene Onegin que inaugura la temporada el 27 de septiembre con la mediación del propio Loy en la propuesta escénica y con las garantías musicales de Josep Pons.

placeholder 'Antony and Cleopatra' tendrá en el Liceu su estreno europeo.
'Antony and Cleopatra' tendrá en el Liceu su estreno europeo.

Se encomienda a la ópera perfecta de Tchaikovsky el templo de Barcelona, aunque el verdadero acontecimiento sobreviene con el estreno europeo de una ópera de John Adams que evoca la tragedia de Shakespeare: Antony and Cleopatra. Estará el compositor en Barcelona el 28 de octubre y las jornadas sucesivas. No ya como autor del montaje ambicioso que han coproducido el Met neoyorquino, la Ópera de San Francisco y el Liceu, sino como maestro de ceremonias en el foso del teatro.

Remarca así el Liceu el compromiso con la vanguardia. Fuera y dentro de España, pues la temporada 23/24 también aloja el estreno absoluto de Orgía, una ópera del compositor catalán Hèctor Parra que se inspira en el drama homónimo de Pasolini y que involucra la dramaturgia de Calixto Bieito en el teatro fetiche del director burgalés.

Lo demuestra la reposición de su magnífica Carmen (Bizet) en las primeras fechas del nuevo año, exactamente como sucede con la Turandot de Nuria Espert en deferencia a los aficionados puccinianos. Los de Verdi tienen garantizado su hueco con el ambicioso Ballo in maschera que se programa en febrero —dirige el maestro Frizza la producción de Graham Vick—, mientras que los partidarios de Rossini se van a poner las botas con La Cenerentola que cantan Javier Camarena y Gaëlle Arquez a las órdenes del maestro Sagripanti.

placeholder Un momento del montaje de la 'Carmen' de Calixto Bieto en el Teatro Real. (EFE)
Un momento del montaje de la 'Carmen' de Calixto Bieto en el Teatro Real. (EFE)

Ha despertado enorme expectación la presencia de Jonas Kaufmann y de Sonya Yoncheva en el reparto de Adriana Lecouvreur (Cilea), del mismo modo que se agotarán las localidades para la versión semiescénica de Fidelio (Beethoven) que oficiará Gustavo Dudamel.

Van a tener que plantearse el modus vivendi los vecinos de Calamocha con tantos desplazamientos. Y con las tentaciones levantinas que los reclaman en Valencia, cuya temporada 23/24 comienza el 1 de octubre con un homenaje al repertorio de Tchaikovsky.

James Gaffigan (dirección musical) y Richard Jones se responsabilizan de La dama de picas, igual que Maurizio Benini y Jeyske Mijnssen llevarán al escenario de Les Arts el himno belcanista de Maria Satuarda con las voces idóneas de Eleonora Buratto e Ismael Jordi.

placeholder Montaje de 'Rusalka' en el Teatro Real. (EFE)
Montaje de 'Rusalka' en el Teatro Real. (EFE)

Recupera Valencia el extraordinario montaje de Rusalka (Dvorak) que vimos en el Real bajo la dirección escénica de Christof Loy, pero también propone una interesante producción de Orfeo y Euridice (Gluck) con la firma de Robert Carsen, y encomienda al controvertido Rafael Villalobos la puesta en escena de Un ballo in maschera entre cuyo reparto sobresalen las voces Francesco Meli, Anna Pirozzi y George Petean.

El cierre de la temporada se encomienda a una adaptación vanguardista de La flauta mágica de Mozart. Mérito de Simon McBurney. Y de toda la credibilidad que pueda otorgarle James Gaffigan en el foso de Les Arts. Madrid, Barcelona, Valencia. Las tres ciudades remarcan el eje de la temporada nacional, pero los habitantes de Calamocha y de cualquier otra latitud pueden movilizarse a otras excursiones. Un buen ejemplo es el Romeo y Julieta (Gounod) que cantan Camarena y Nadine Sierra en la temporada de bilbaína de la ABAO, cuyas obligaciones tradicionales al repertorio de Verdi quedan expuestas con la misma producción de Rigoletto que recala en Madrid y de la que también participa el Teatro de La Maestranza.

Y no podrá decirse que el templo sevillano menudee con sus ambiciones, pues la temporada 23/24 comienza el próximo 27 de septiembre con el Tristán e Isolda wagneriano que van a dirigir Allex Aguilera (escena) y Henrik Nánasi (en el foso).

Los vecinos de Calamocha tienen razones para sentirse distanciados de la gran temporada operística, entre otras razones porque la capital aragonesa no se caracteriza por las ambiciones de la programación lírica, pero la ubicación del municipio en el mapa los sitúa en una posición equidistante de Madrid, Barcelona y Valencia.

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