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Israel se juega su prestigio tecnológico en Gaza con su 'ejército' de expertos en inteligencia artificial
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Israel se juega su prestigio tecnológico en Gaza con su 'ejército' de expertos en inteligencia artificial

La guerra supone también un desafío para la industria digital, orgullo nacional hebreo. La guerra presenta consecuencias imprevisibles como la fuga de talento en el país de las ‘startups’

Foto: Un militar israelí, en la Franja de Gaza. (EFE/Pablo Duer)
Un militar israelí, en la Franja de Gaza. (EFE/Pablo Duer)
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Tras cuatro meses de guerra en Gaza, Israel se juega su prestigio tecnológico. Su Ejército exhibe el uso de inteligencia artificial para funciones que incluyen desde guiar a sus tropas sobre el campo de batalla hasta atender a sus heridos o combatir las fake news. O lo más polémico, el uso de esta tecnología para la selección de objetivos en una invasión que deja ya más de 28.000 muertos, según el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por Hamás.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) son el principal beneficiario de los avances de una industria que emplea a uno de cada diez israelíes y abarca el 50% de sus exportaciones comerciales. El atentado de Hamás activó a un ejército de startups que ha puesto sus conocimientos al servicio de la causa. Tras años de apuesta por la investigación (acapara un 5% del PIB), el Estado hebreo busca ahora el retorno de la inversión en una contienda que avanza más lento de lo esperado.

Fuentes gubernamentales afirman que la guerra no ha afectado por el momento a este sector, que es orgullo nacional de Israel. Pero nadie niega que el estancamiento de la guerra en las calles de Gaza o una escalada bélica en la región traería consecuencias imprevisibles, empezando por una fuga de talentos en busca de lugares más seguros que pondría en peligro del sueño de afianzar un Silicon Valley en Oriente Medio.

Los mayores expertos en inteligencia artificial de Israel se dieron cita la semana pasada en la Universidad de Tel Aviv para poner en común sus avances. La puesta en escena parecería la de un congreso al uso del sector si la guerra en Gaza no hubiera estado presente en la mayoría de los discursos, ya sea para pedir la vuelta a casa de los secuestrados o directamente para exhibir músculo tecnológico en el conflicto. El plato fuerte del llamado IA Day 2024 fue la intervención de la responsable de la Unidad Digital y Datos del Ejército israelí, Yael Grosman. Compareció sobre el escenario vestida de uniforme de campaña ante un auditorio lleno de estudiantes, científicos, periodistas y empresarios.

"Nuestro objetivo es conectar a las IDF con el presente y el futuro digital. La base se centra en la fibra, las comunicaciones, la telefonía móvil, las redes seguras y nuestras propias nubes privadas y centros de datos. Están respaldados por la ciberseguridad, las capacidades de defensa y también por nuestra propia visibilidad inteligente, para estar al tanto de lo que sucede en todas partes. Todo ello aporta mucha información. En esta guerra la mayoría de capacidades se basan en publicaciones digitales y de datos", dice esta oficial de las IDF. De lo que habla es de que están en disposición de "alertar" a sus compañeros de "diferentes obstáculos en el terreno, ayudándoles a estar más seguros".

placeholder La oficial Yael Grossman, durante su intervención en el IA Day de Tel Aviv. (A. Requeijo)
La oficial Yael Grossman, durante su intervención en el IA Day de Tel Aviv. (A. Requeijo)

"Disponemos de diferentes aplicaciones cartográficas que nos permiten comprender mejor dónde nos encontramos en el campo de batalla", añade Grossman mientras muestra hasta donde le es permitido un mapa que recrea varias manzanas de edificios de la Franja de Gaza. Las IDF celebraron esta semana el rescate de dos rehenes en una operación militar nocturna al sur de Gaza, pero ha habido episodios menos exitosos para Israel. El 16 de diciembre, durante un combate en el norte del territorio palestino, el Ejército disparó por error a tres secuestrados israelíes y los mató. El 23 de enero, Israel anunció la muerte de 24 soldados reservistas en la Franja, el ataque más letal de Hamás desde el inicio de la guerra. El Ejército hebreo cuenta ya con al menos 230 bajas y el triple de heridos.

A eso hay que sumar los 1.200 asesinados en el brutal ataque terrorista del 7 de octubre cuando todos los controles fallaron. Por su parte, las acciones militares de Israel han causado ya más de 28.000 muertos palestinos, muchos de ellos civiles y menores, según los datos de Hamás. Para poner estas cifras en contexto, Israel ya acumula más muertos en cuatro meses que las cerca de 1.100 bajas que sufrió en los años de la primera y segunda Intifada. En la guerra de los Seis Días de 1967, Israel perdió 777 soldados y en la del Yom Kipur de 1973 fueron más de 2.500. Las IDF controlan amplias zonas de la Franja, pero todavía están lejos de completar la misión.

Foto: Vigilia por las víctimas de los atentados de Hamás en Tel Aviv. (EFE/Martín Divisek)

El teléfono móvil de la oficial Yael Grossman tiene un sistema de mensajería cifrado para hablar con su unidad de forma segura, una aplicación para mantener videoconferencias y el sistema de alarma que permitió a Israel movilizar en tiempo récord a sus reservistas para entrar en combate en Gaza. Isaac Ben Israel es profesor en la Universidad de Tel Aviv desde que se retiró del Ejército. A sus 74 ejerce como referente en esa relación entre las IDF y la tecnología, no en vano fue jefe de I+D militar en el Ministerio de Defensa durante la década de los noventa.

"La IA representa el espíritu de Israel"

Según dice Ben Israel, la apuesta por la inteligencia artificial es una cuestión de supervivencia para sus fuerzas armadas, bajo constante amenaza en el hostil vecindario de Oriente Medio. Alega que por una cuestión de inferioridad numérica, su país siempre ha tenido la obligación de explorar avances tecnológicos para ser eficaz en la batalla. Este veterano militar afirma que el Ejército judío es el único que se fundó ya con una división científica en sus filas. “La inteligencia artificial representa el espíritu de Israel y de la Universidad de Tel Aviv”, zanja el presidente del centro educativo, Ariel Porat.

Tras el rastro de los secuestrados

Desde que empezó la guerra, muchos reservistas en Israel compaginan sus trabajos civiles con alguna función para el Ejército. Noam Shomron es profesor en la Facultad de Medicina: “Mi trabajo diario es en la universidad. Mi trabajo nocturno durante muchos años ha sido en el Ejército, ya sabes, ayudando. Así que hice mi servicio militar como combatiente en una unidad de combate. Pero hace siete años, me uní al laboratorio forense”. Colabora en la identificación de zonas de Gaza conquistadas por Israel para dar con el rastro de secuestrados ya sean objetos, ropa o restos de cadáveres.

placeholder El profesor Noam Shomron, en la Universidad de Tel Aviv. (A. Requeijo)
El profesor Noam Shomron, en la Universidad de Tel Aviv. (A. Requeijo)

“Una pequeña porción de ADN no es suficiente para el análisis forense y, a veces, son múltiples ADN juntos. Así que estamos tomando muchos de nuestros algoritmos (...) La ventaja ahora es que se recopilan muchos más datos y se tiene más potencia computacional para poder aplicarles algoritmos más sofisticados” explica. Estos avances también se están aplicando para detectar casos de estrés postraumático. Preguntado por este periódico acerca de si han recabado alguna evidencia de agresiones sexuales entre las víctimas, afirma que su departamento no se ocupa de eso.

Las IDF cuentan con un edificio en Tel Aviv que sirve de sede a sus portavoces y enlaces con la prensa. Allí recibe el reservista Peter Lerner, un civil que ha vuelto a vestir el uniforme tras el atentado de Hamás. El ataque le sorprendió regresando de vacaciones con su familia. Explica cómo su país lucha contra la desinformación en tiempos de guerra: "La idea de las fake news, desde nuestra perspectiva, es que Hamás quiere amplificar la sensación de vulnerabilidad de Israel". Lerner recurre a lo sucedido con el hospital Al Ahli y niega que su Ejército estuviera detrás del ataque del 17 de octubre: "Nosotros todavía estábamos contando nuestros muertos del 7 de octubre y los canales de Hamás ya cifraban en 500 los fallecidos en el hospital". Israel y los islamistas se acusan mutuamente de la matanza.

Tecnología para construir narrativas

Lerner narra que tuvieron que investigar lo sucedido y convocar una rueda de prensa en cuestión de horas para desmarcarse ante una comunidad internacional que exigía explicaciones. Dice que se sirvieron de la información vía satélite para sostener que el cohete se lanzó desde dentro de la Franja. También de la interceptación de comunicaciones privadas en las que escucharon a miembros de Hamas atribuir la masacre a un misil desviado de la Yihad Islámica, otra facción palestina que opera desde Gaza. Sirva este ejemplo para medir cómo Israel recurre a la tecnología para construir narrativas y tratar de hacer valer su relato en esta guerra.

Desde el ataque terrorista del 7 de octubre, el Ejército organiza visitas a los kibutz arrasados por Hamás próximos a la Franja. El Confidencial ha sido testigo de cómo todavía se pueden ver allí los restos de la masacre: viviendas calcinadas, habitaciones con los orificios de bala en las paredes, incluso restos de sangre. Acuden diplomáticos, líderes internacionales —el presidente Pedro Sánchez fue uno de ellos—, periodistas y donantes judíos de todo el mundo. Mientras esos lugares tratan de volver a la normalidad, el Ejército ha diseñado una recreación de esos lugares con un programa de realidad virtual. La idea es exportar esas imágenes para que cualquiera sea testigo de la crueldad empleada por los terroristas.

Foto: Guil muestra el estado de su casa tras el ataque del que se salvó de milagro. (A. Requeijo)
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El documento recuerda a la película de casi 45 minutos que Israel mostró de manera reservada a prensa y embajadas por la dureza de las imágenes y respeto a las familias de las víctimas. En este nuevo formato no se aprecian cadáveres, pero sí el estado en el que quedaron las zonas atacadas. Se acompañan de audios registrados durante esas horas de terror como la conversación de una madre con su hijo de pocos años al que le indica que se esconda en uno de los armarios. Por el estado que presentaba la vivienda se puede deducir el fatal desenlace que corrió esa familia.

placeholder Gafas de realidad virtual Meta Quest 3 empleadas por las IDF. (A. Requeijo)
Gafas de realidad virtual Meta Quest 3 empleadas por las IDF. (A. Requeijo)

La inteligencia artificial es la ciencia que trata de dotar a las máquinas de capacidades cognitivas. Y en esa empresa llevan embarcadas desde hace años cientos de compañías en Israel, considerado el país de las startups. En Israel describen esta fiebre del oro tecnológica con el siguiente comentario: "Antes una madre insistía a su hijo que estudiara para médico o abogado. Ahora le pregunta dónde está su startup". Se calcula que el país acoge un mercado de más de 6.000 startups, lo que equivale a una por cada 1.500 habitantes en un país con nueve millones de ciudadanos.

Las empresas de high tech privadas del país recaudaron en 2021 la cifra récord de 25.600 millones de dólares, según IVC, el Centro de Investigación y Base de datos de high tech, capital de riesgo y capital privado israelí. Después del 7 de octubre, muchas de estas empresas se pusieron a trabajar al servicio del país. Ofer Familier es el CEO de GlossAI, una empresa que ha colaborado con gigantes como Amazon o Bloomberg en la creación de campañas digitales enfocadas a audiencias globales. “La guerra es algo complicado, hay muchos medios, redes sociales… necesitamos tejer el mensaje especialmente para la gente joven”, dice.

Ofer Familier viste pantalones tejanos, camiseta de manga corta, zapatillas deportivas y luce un peinado alborotado. Narra lo que han sido sus últimos meses en unas oficinas compartidas entre varias empresas con un perro que corretea entre las salas y la zona para el café, con todo tipo de pastas y frutas para los empleados, todos jóvenes y con vestimenta casual como la del CEO de GlossAI. Cuenta que ayudan a las IDF en el análisis de vídeos e imágenes para definir un mensaje. No es la única compañía que se ha puesto manos a la obra desde que empezó la guerra.

Foto: Gidi posa para El Confidencial. (Alejandro Requeijo)

Brightdata, con 580 trabajadores, es capaz de anticipar campañas virales en la red como mensajes de odio antisemita. Adam Almozlino, CEO de VieRally, explica que su empresa hace algo parecido a eso y que también ha puesto sus herramientas al servicio del Ejército. Clarity advierte de que 2024 será el año de los deep fakes, esos vídeos de famosos creados por ordenador que parecen reales. La lista de marcas como estas es interminable. Kaltura está preocupada por preservar la historia y que la inteligencia artificial no altere lo sucedido el 7 de octubre por lo que se dedica a la verificación de contenidos usando precisamente inteligencia artificial.

Roi Itam también acude a esa misma planta de coworking entre los rascacielos de Tel Aviv. Es uno de los responsables de un hub de contenido audiovisual llamado Stand 4 Israel. Incluye datos actualizados de los secuestrados por Hamás en un “espacio seguro” para las familias, información verificada en varios idiomas y almacena por categorías todo el contenido que difunden los canales israelíes. Este fin de semana, la página la encabezaba un vídeo del presidente de Argentina visitando el kibutz de Nir Oz, uno de los más atacados por los terroristas.

placeholder Uno de los responsables de las muchas 'startups' que desde la guerra ofrecen sus avances al Ejército. (A. Requeijo)
Uno de los responsables de las muchas 'startups' que desde la guerra ofrecen sus avances al Ejército. (A. Requeijo)

Todas estas herramientas para difundir un mensaje no se traducen de momento en una victoria clara del relato israelí. En el país también ganan peso las voces discordantes con la estrategia del Gobierno de Benjamín Netanyahu en Gaza. La sociedad judía no resuelve la encrucijada de derrotar por completo a Hamás y al mismo tiempo liberar a los 136 rehenes que en el mejor de los casos siguen con vida en algún punto de la Franja. Hace días el The New York Times publicó que la Inteligencia israelí ya sabe que una treintena de ellos han sido asesinados. La información añade que la cifra podría ser aún mayor.

Los canales de televisión siguen emitiendo programaciones especiales sobre la guerra casi 24 horas al día, pero incluso en el tono de sus participantes se aprecia un cambio según pasan las semanas. En los primeros compases del trauma colectivo que provocó el 7 de octubre reinaba el consenso en un cierre de filas nacional que había aparcado incluso el rechazo a la figura del primer ministro. Ahora los debates son más acalorados que antes. Recuerdan a una pareja que discute en el coche porque se han perdido y no saben por dónde seguir para llegar a su destino.

Benjamín tiene apenas 20 años, viste una cazadora vintage y luce un bigote que le permite aparentar más edad. Estuvo en Gaza como operador de tanque hasta que se lesionó una pierna. Sale a tomar algo a una de las calles más concurridas de la noche de Tel Aviv, una ciudad que poco a poco trata de recuperar el pulso. Cuenta que la mañana del sábado 7 de octubre estaba de resaca y no acudió a la llamada a filas, pero sí lo hizo al día siguiente. Su madre lloró al verle marchar, pero su padre se mostró orgulloso. A su lado está un amigo de la infancia, menos hablador. También está de permiso y apura su bebida con un fusil de asalto sobre las rodillas.

Preguntado acerca de si es partidario de seguir la guerra hasta el final o aceptar un alto el fuego para liberar a los rehenes, Benjamín contesta que lo primero debe ser atender el dolor de las familias de los secuestrados y parar los bombardeos. Cuenta que él era de los que pensaba que esta guerra duraría “dos semanas”. Unas horas después de esta conversación, Netanyahu echó un jarro de agua fría a esa expectativa de alto el fuego y anunció una nueva incursión de sus tropas en el sur de la Franja de Gaza.

Tras cuatro meses de guerra en Gaza, Israel se juega su prestigio tecnológico. Su Ejército exhibe el uso de inteligencia artificial para funciones que incluyen desde guiar a sus tropas sobre el campo de batalla hasta atender a sus heridos o combatir las fake news. O lo más polémico, el uso de esta tecnología para la selección de objetivos en una invasión que deja ya más de 28.000 muertos, según el Ministerio de Salud de la Franja, controlado por Hamás.

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