Es noticia
Una gran trampa para Israel: por qué el ataque de Hamás fue tan salvaje (y qué hay detrás)
  1. Mundo
"¡Padre, he matado a 10 judíos!"

Una gran trampa para Israel: por qué el ataque de Hamás fue tan salvaje (y qué hay detrás)

El pasado 7 de octubre se perpetró la "mayor masacre" en los últimos 75 años del pueblo hebreo: ¿qué hay detrás de esta complejísima operación en suelo israelí?

Foto: Una mujer toca la tumba de Albert Miles, de 80 años, asesinado en su casa del 'kibutz' Beeri en la mortal infiltración en Israel de hombres armados de Hamás procedentes de la Franja de Gaza. (Reuters/Evelyn Hockstein)
Una mujer toca la tumba de Albert Miles, de 80 años, asesinado en su casa del 'kibutz' Beeri en la mortal infiltración en Israel de hombres armados de Hamás procedentes de la Franja de Gaza. (Reuters/Evelyn Hockstein)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

La semana pasada, el gobierno de Israel proyectó, en exclusiva para periodistas internacionales y otros profesionales, un montaje en bruto de las imágenes de las cámaras GoPro que los terroristas de Hamás llevaban encima durante el sangriento atentado múltiple del 8 de octubre. Imágenes de asesinatos de civiles desarmados, de ejecuciones de ancianos a corta distancia, de heridos rematados a golpes en la cabeza, de bebés incinerados, de rehenes aterrorizados. La proyección incluyó también otros elementos, como el audio de una llamada telefónica interceptada por la inteligencia israelí, en la que uno de los terroristas decía: "¡Padre, he matado a 10 judíos! ¡Mira tu WhatsApp, te he enviado las fotos! ¡Padre, he matado a 10 judíos! He matado a 10 judíos con las manos desnudas. Mira tu WhatsApp. ¡Padre, estate orgulloso de mí!".

El evento tenía un carácter claramente propagandístico por parte del estado israelí, mostrando de forma descarnada el salvajismo de Hamás para ganarse a la opinión pública global ante la controvertida ofensiva en Gaza. Pero lo cierto es que muchas de esas imágenes ya habían sido emitidas en directo por los propios terroristas y vistas por miles de personas en el mismo momento en el que ocurrían. Los atacantes no solo buscaban dejar testimonio de sus atrocidades: querían que el mundo las viera.

Según una fuente europea del ámbito de la seguridad consultada por El Confidencial, este atentado supone "un salto cualitativo" en las dinámicas terroristas, al menos en las que atañen a las organizaciones palestinas, que tradicionalmente no podían rebasar ciertos límites si no querían perder el respaldo de los donantes internacionales. "¿Por qué llevaban cámaras GoPro? Para multiplicar el dolor, aumentando la ira", señala esta fuente, que cree que lo que se buscaba era llevar a Israel a reaccionar exactamente de la forma en la que lo está haciendo. "El objetivo era conducir a Israel a una guerra directa contra las guerrillas en Gaza, de la que va a ser difícil salir", apunta.

"Este atentado efectivamente supone una gran innovación y es un punto de inflexión en la historia del terrorismo en Israel, si no en el mundo. Aunque hay elementos de similitud con otros terrorismos, es un atentado atípico. Por la escala, la sofisticación y el alcance en términos de víctimas producidas, no hay parangón más que con el 11-S, básicamente", explica Luis de la Corte, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en el fenómeno terrorista. Este especialista llama la atención sobre el hecho de que este atentado ha causado "tantas bajas como algunas pequeñas guerras".

Foto: Combatientes de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam. (EFE/Mohammed Saber)

"Este tipo de atentado, en principio, igual que pasó con el 11-S, no se pueden producir demasiadas veces porque la respuesta que tienden a generar hace imposible que el actor terrorista que las haya llevado a cabo pueda repetirlo", señala. La pregunta, entonces, es: ¿por qué? ¿Qué hay detrás de esta complejísima operación preparada durante años, que amenaza con alterar radicalmente el statu quo de la región, y en la que todos los participantes arriesgan mucho?

Provocar a Israel

"¿Está Hamás ganando la guerra?", se preguntaba Yuval Noah Harari en un artículo de opinión en el diario Washington Post el pasado 19 de octubre. El filósofo israelí recordaba que la guerra es la continuación de la política por otros medios, y afirmaba: "Mientras los cadáveres continúan apilándose, ¿quién ganará esta guerra? No el bando que mate a más gente, no el bando que destruya más casas, e incluso no el bando que consiga más apoyo internacional, sino quien logre sus objetivos políticos". En ese sentido, si como afirma Harari el propósito era impedir la paz, esta organización armada está logrando un éxito abrumador. Las tropas israelíes ya están combatiendo con los milicianos de Hamás en el interior de Gaza, en lo que parece el inicio definitivo de la ofensiva terrestre en la Franja. Algo que, para muchos observadores, no significa otra cosa que ir directamente hacia la trampa tendida por Hamás.

"Hamás podría estar intentando provocar una ofensiva terrestre israelí en Gaza que anticipa que no tendrá éxito militarmente, pero producirá un enorme número de muertes de civiles palestinos, que servirá para volver a poner el sufrimiento de los palestinos al frente de la opinión pública árabe, lo que a su vez impedirá o incluso revertirá la cooperación entre Israel y varios gobiernos árabes", afirma Mark N. Katz, experto asociado del Atlantic Council, en un reciente artículo en la publicación The National Interest. "Hamás incluso podría calcular que empantanar a las fuerzas israelíes en Gaza podría animar a Hezbolá a atacar al estado judío desde el Líbano, así como incitar a una nueva intifada en Cisjordania, provocando dos embrollos adicionales para Israel", añade. Para ello, la guerrilla palestina cuenta con aprovechar la intrincada red de túneles bajo el subsuelo de Gaza, en lo que promete ser un complicadísimo ejercicio de combate urbano de resultado impredecible.

"El objetivo de esta operación a gran escala de Hamás era, naturalmente, porque no se puede esperar otra cosa, intentar provocar una reacción muy dura de Israel, como ha conseguido. Y a raíz de eso, en un segundo momento, aprovechar las consecuencias de esa reacción del país atacado para incrementar su apoyo popular, para recibir apoyo de otros grupos y de segmentos de la población en los territorios ocupados palestinos que se sumen a la causa", indica De la Corte, que apunta que “Hamás lleva años perdiendo respaldo y generando insatisfacción en la Franja de Gaza, que es donde gobierna y donde administra los recursos y los recursos públicos”.

"Se estaban produciendo cambios muy importantes en las relaciones entre Israel y los países árabes en el marco de la iniciativa puesta en marcha en 2020 con los acuerdos de Abraham, en un proceso en el que estaba cerca de incorporarse Arabia Saudí, lo cual ya hubiera sido un paso muy importante y definitivo para alterar de manera continuada las relaciones diplomáticas entre Israel y los países árabes", comenta este experto. "Eso era una un peligro para Hamás, porque en cierta manera invisibilizaba el conflicto palestino-israelí, que estaba quedando marginado, cada vez era considerado con menos interés con relación al conjunto de problemas que plantea la región, y desde luego preocupaba también mucho a Irán, que tiene en Israel a su enemigo declarado y que en parte necesita continuar demonizando a Israel para tener un adversario externo al que responsabilizar de problemas, situaciones, etcétera", concluye.

De la venganza de Irán al autogolpe en Hamás

Irán es, sin duda, uno de los actores clave en esta crisis. "Muchos observadores veteranos de Oriente Medio creen que la fuerza impulsora detrás del ataque de Hamás fue la necesidad imperativa —tanto de los líderes de Hamás como de Teherán— de interrumpir el impulso del acuerdo de normalización entre Israel y la otra némesis de larga data de Irán en la región, Arabia Saudí", escribe Colin P. Clarke, analista de la consultoría de inteligencia privada The Soufan Group, en un artículo de opinión en el New York Times. "Pero Teherán ha ido mucho más allá de impedir las conversaciones [de paz entre Israel y los estados árabes]. El comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica, el general Ismail Qaani, parece estar coordinando más estrechamente las diversas fuerzas proxy de Irán, anunciando incluso la organización de reuniones periódicas desde agosto entre los jefes de Hezbolá, Hamás y la Yihad Islámica Palestina, otro grupo militante activo en Gaza. En consecuencia, los combates desde el 7 de octubre no se han limitado a Gaza", añade.

Foto: Benjamín Netanyahu con su mujer, Sara, celebrando su última victoria electoral. (Reuters)

La fuente europea de seguridad consultada por El Confidencial apunta, además, otro factor probable en lo sucedido: el deseo de venganza de los líderes del régimen iraní, que llevan años viendo cómo Israel mataba a sus científicos, espías y oficiales militares con total impunidad, incluso dentro del propio Irán. Así, el atentado habría buscado también “la humillación de Israel, cuyos servicios de inteligencia son una de las imágenes de marca del país”, pero que han fracasado estrepitosamente a la hora de prevenirlo, según indica nuestro informante.

Existe además una explicación adicional, no incompatible con las anteriores: la de un autogolpe dentro de Hamás, en la que los halcones habrían generado un contexto que les colocaría en una situación de predominio indiscutible. Es lo que sospecha Hugh Lovatt, analista para Oriente Medio del European Council on Foreign Relations. "Por lo que sabemos, las Brigadas de Al Qassam [la fuerza de élite de Hamás] estuvieron entrenando quizá durante cinco años para este ataque. Y el liderazgo político en realidad no estaba al tanto del ataque", opina Lovatt. "La violencia brutal desplegada por Hamás contra los civiles israelíes representa una toma de poder por los radicales en el ala militar, que arrinconan a los moderados políticos que abogaban por el diálogo y los acuerdos", apunta.

Por lo pronto, las bajas en ambos bandos aumentan, especialmente en el lado palestino. La imagen internacional de Israel se deteriora ante los bombardeos en Gaza, que solo cabe calificar de masivos, y las acciones indiscriminadas de colonos incontrolados contra la población palestina en Cisjordania. Muchos israelíes ven este conflicto como una lucha existencial, sin querer ver que su país está siguiendo paso por paso el esquema trazado por un grupúsculo de radicales que ha impuesto la violencia a toda la región, aunque no sea eso lo que quieren ni israelíes ni palestinos.

La semana pasada, el gobierno de Israel proyectó, en exclusiva para periodistas internacionales y otros profesionales, un montaje en bruto de las imágenes de las cámaras GoPro que los terroristas de Hamás llevaban encima durante el sangriento atentado múltiple del 8 de octubre. Imágenes de asesinatos de civiles desarmados, de ejecuciones de ancianos a corta distancia, de heridos rematados a golpes en la cabeza, de bebés incinerados, de rehenes aterrorizados. La proyección incluyó también otros elementos, como el audio de una llamada telefónica interceptada por la inteligencia israelí, en la que uno de los terroristas decía: "¡Padre, he matado a 10 judíos! ¡Mira tu WhatsApp, te he enviado las fotos! ¡Padre, he matado a 10 judíos! He matado a 10 judíos con las manos desnudas. Mira tu WhatsApp. ¡Padre, estate orgulloso de mí!".

Israel Conflicto árabe-israelí Palestina Gaza
El redactor recomienda