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¿Quién financia Hamás? "La facturación anual de la red se aproxima a 1.000 millones de dólares"
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Tras el rastro del dinero

¿Quién financia Hamás? "La facturación anual de la red se aproxima a 1.000 millones de dólares"

El entramado económico de Hamás es una de las redes mejor tejidas por una organización. El dinero llega de todos lados. Aunque es complicado seguir el rastro, Estados Unidos, Israel y numerosos países tratan de cortarles el grifo

Foto: Fotografía: EFE EPA/ Angelo Carconi
Fotografía: EFE EPA/ Angelo Carconi
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La financiación de Hamás es un laberinto casi impenetrable. En este dédalo, no solo importa de dónde viene el dinero o quién lo recibe, hay que mirar más allá para llegar hasta la cabeza de la organización. Clavar la mirada en lo profundo de la red para extraer —si es posible— una imagen precisa de cómo un pequeño Gobierno en el que sus habitantes viven con menos de 15 dólares al mes es capaz de llenar sus arcas con cientos de millones de dólares. Un entramado armónico, perfectamente ensamblado y con varias fuentes de las que extraer rédito, incluso, en circunstancias letales para la economía de cualquier país. ¿Lograrlo en solitario? Imposible.

"Estados Unidos está tomando medidas rápidas y decisivas para atacar a la financiación de Hamás tras su brutal e inescrupulosa masacre de civiles israelíes, incluidos niños", dijo la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet L. Yellen. "El Tesoro de Estados Unidos tiene un largo historial de perturbar eficazmente la financiación del terrorismo y no dudaremos en utilizar nuestras herramientas contra Hamás. Continuaremos tomando todas las medidas necesarias para negar a los terroristas de Hamás la capacidad de recaudar y utilizar fondos para llevar a cabo atrocidades y aterrorizar al pueblo de Israel. Eso incluye imponer sanciones y coordinarse con aliados y socios para rastrear, congelar y confiscar cualquier activo relacionado con Hamás en sus jurisdicciones", matizaba en un comunicado la semana pasada.

Foto: Un momento del funeral de Yarin Marie Peled. (Fermín Torrano)

Tras este anuncio, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) impuso sanciones a 10 miembros y colaboradores financieros clave de Hamás. Sudán, Turquía, Argelia y Qatar eran los puntos desde donde emanaba el flujo de dinero hacia el Gobierno que controla la Franja de Gaza que, ahora, ha sido desmantelado por el Gobierno de Estados Unidos. "Esta acción está dirigida a miembros que administran activos en una cartera de inversiones secreta de Hamás, un facilitador financiero con sede en Qatar con estrechos vínculos con el régimen iraní, un comandante clave y una casa de cambio de moneda virtual con sede en Gaza y su operador", reza el mensaje.

"Las designaciones de hoy son parte de un esfuerzo continuo de Estados Unidos para erradicar las fuentes de ingresos de Hamás en Cisjordania, Gaza y en toda la región, y se toman en estrecha coordinación con socios y aliados regionales. Hasta la fecha, el Tesoro ha señalado a casi 1.000 personas y entidades relacionadas con el terrorismo y la financiación del terrorismo por parte del régimen iraní y sus representantes, incluidos Hamás, Hezbolá y otros grupos terroristas alineados con Irán en la región", sigue el escrito.

¿Son suficientes todas estas medidas? Pese a que estas acciones coordinadas —y muchas otras— suponen un duro golpe para la financiación de Hamás, la actividad económica sigue su curso. Es decir, por mucho que se tomen medidas concretas contra empresas, organizaciones o personas, el porcentaje de dinero que esto supone no es nada comparado a la financiación que otorgan los Estados colaboradores del grupo terrorista. Es aquí donde nacen la riqueza de Hamás y el poder armamentístico del Gobierno palestino.

Colaboradores de Hamás

Aunque muchos no dudan en señalar a Irán como el cerebro detrás del ataque del pasado 7 de octubre sobre suelo israelí, todavía no hay pruebas concluyentes sobre su participación en la "mayor masacre" en suelo hebreo de los últimos 75 años. Pese a todo, si se toman de la mano las sospechas de Estados Unidos, el régimen de Teherán —aunque no participase militarmente— sí que colaboró de manera económica con Hamás, como apunta el Tesoro, muchos otros Estados también mantienen posturas cercanas con el Gobierno palestino.

"Para sostener este gran aparato, Hamás necesita recaudar fondos sustanciales. Un gran porcentaje del presupuesto de la organización proviene de donantes extranjeros. Qatar, Turquía e Irán han sido en los últimos años los principales patrocinadores estatales de Hamás, enviando a la organización cientos de millones de dólares", explica Lorenzo Vidino, director del Programa sobre Extremismo del Centro de Seguridad Nacional y Cibernética de la Universidad George Washington, en entrevista con El Confidencial.

"Qatar, Turquía e Irán han sido los principales patrocinadores estatales de Hamás"

Desglosando la lista de países que menciona Vidino, Irán es quien mantiene un vínculo más estrecho con el grupo terrorista en estos momentos, además de apoyar a Hezbolá, el régimen de Teherán aporta a la causa de Hamás gran parte de su financiación, armas y entrenamiento. Este es el único de los gobiernos mencionados que tiene un interés tangible en la región. "El régimen de Teherán tenía un claro interés estratégico en ayudar a reforzar el Gobierno de Hamás en Gaza, ya que servía como punto de apoyo para llevar a cabo una lucha armada contra Israel a lo largo de su frontera sur", explican en un profundo informe los investigadores del instituto alemán Stiftung Wissenschaft und Politik.

Sin embargo, nadie tiene un porcentaje exacto de la cantidad de dinero que llega de cada país. Las estimaciones de los analistas en la lucha contra el terrorismo apuntan a que Irán y Qatar son los principales benefactores del grupo terrorista. Matthew Levitt, exfuncionario estadounidense especializado en la materia, afirmó que el grueso del presupuesto de Hamás, que supera los 300 millones de dólares, procede de impuestos a la actividad económica y de estos dos países. Además, el analista añade que para que el dinero llegue hasta Gaza se utilizan criptomonedas, tarjetas de crédito o acuerdos comerciales falsos para evitar restricciones internacionales.

Foto: Combatientes de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, el brazo militar de Hamás. (EFE/Mohammed Saber)

Dentro de estos tres países, Qatar y Turquía han colaborado más estrechamente con Hamás en el pasado. Aunque esto no quita que exista algún flujo de dinero en el contexto actual. De hecho, el Gobierno de Doha es el segundo mayor benefactor de Hamás. Muchos analistas señalan que una gran parte de la ayuda humanitaria que llega a la Franja de Gaza por parte de ambos países, se desvía para otros designios militares.

Otro de los aspectos que relacionan a la organización terrorista con estos dos países es que algunos dirigentes y miembros del personal de Hamás viven en estos lugares, desde dónde operan. "El líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, reside supuestamente en Qatar", menciona Julie Norman, del University College London. Otros miembros también están afincados en Turquía u otros países árabes. En total, la cúpula de la organización está esparcida por los diferentes Estados amigos del grupo terrorista, lo que facilita la cooperación entre los diferentes ejecutivos y Hamás.

"Las estimaciones sitúan la facturación anual de la organización en hasta 1.000 millones de dólares"

Por otro lado, "la organización ha establecido sus propias actividades comerciales no solo dentro de la Franja de Gaza (donde también grava a otras empresas locales) sino también en otras partes del mundo. Por ejemplo, en mayo de 2022, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó una red con sede en varios países de Medio Oriente y África del Norte y administrada por la Oficina de Inversiones de Hamás, que tenía activos por un valor estimado de más de 500 millones de dólares. Si bien es difícil obtener cifras exactas, las estimaciones sitúan la facturación anual de la organización en hasta 1.000 millones de dólares", resume Vidino.

Hamás: sociedad anónima

En la capa externa de la financiación de Hamás, los Estados aliados juegan un papel importante para las cuentas del grupo terrorista. Pero, aunque estén presentes en menor medida, las organizaciones privadas, empresas y demás conglomerados económicos aportan un granito de arena más a la construcción de las milicias palestinas. "Hamás también puede contar con una amplia red de donantes privados adinerados y organizaciones benéficas que recaudan fondos entre simpatizantes de todo el mundo árabe y musulmán", argumenta Lorenzo Vidino. "Aunque podría decirse que representa solo un pequeño porcentaje de sus ingresos totales".

A principios del conflicto, la policía israelí dijo que congeló una cuenta bancaria de Barclays que, según las autoridades, estaba vinculada a la recaudación de fondos de Hamás y bloqueó cuentas de criptomonedas utilizadas para recaudar donaciones, sin especificar cuántas cuentas o el valor de los activos. Como esta cuenta bancaria, según Vidino, muchas otras siembran las carteras de bancos y sociedades occidentales. Trasladar el dinero hasta la Franja es el objetivo final.

En el aspecto de las criptomonedas es más complicado seguir el rastro del dinero, ya que su registro no depende de ninguna autoridad estatal. La Oficina Nacional de Lucha contra la Financiación del Terrorismo de Israel lleva años persiguiendo este tipo de financiación, pero no sin olvidar otros métodos más tradicionales que benefician monetariamente a Hamás.

"Hamás ha sido uno de los usuarios más exitosos de criptomonedas para financiar el terrorismo"

"Hamás ha sido uno de los usuarios más exitosos de criptomonedas para financiar el terrorismo", dijo a Reuters Tom Robinson, cofundador de la firma de investigación Blockchain Elliptic. Entre diciembre de 2021 y abril de este año, Israel confiscó casi 190 cuentas criptográficas que estaban vinculadas a Hamás. Pese a esto, la organización ha estado desvinculándose de los activos cripto debido a su volatilidad en el mercado. Otro de los aspectos que han hecho desestimar esta forma de financiación es que las operaciones con estas divisas han empezado a ser rastreables.

"Al igual que los miembros de la mayoría de las organizaciones ilegales, los agentes de Hamás hacen todo lo posible para ocultar sus actividades. Las tácticas para hacerlo van desde establecer redes elaboradas de organizaciones benéficas y empresas fachada interrelacionadas hasta mover fondos en formas que son más difíciles de rastrear, como efectivo, hawala o criptomonedas", argumenta Vidino.

En las últimas décadas, "Hamás también ha desarrollado amplios mecanismos de financiación también en Occidente. Los esquemas utilizados para recaudar fondos en Occidente son algo similares a los de Medio Oriente (con la obvia excepción de la financiación estatal directa): donaciones, organizaciones benéficas y actividades comerciales. Pero la diferencia sustancial entre Occidente y Medio Oriente es el estatus legal de Hamás", dice el analista, dónde en numerosos países de Occidente está designado como organización terrorista, lo que limita cuantiosamente su operabilidad.

"Muchos de los desafíos para contrarrestar la financiación de Hamás en Occidente provienen de aspectos legales. Para desglosar las muchas y complejas cuestiones jurídicas que podrían encontrar las acciones contra los mecanismos de financiación de Hamás, podría ser útil esbozar un escenario hipotético que resuma muchas de las dinámicas que habitualmente se ven en juego en casos reales en todo Occidente", afirma el analista.

"Cada actividad es, a su manera, funcional a la vida de la organización"

Por último: "Cada actividad es, a su manera, funcional a la vida de la organización y financiar una actividad no directamente violenta no difiere de hacerlo para una puramente militar, dada también la naturaleza fungible del dinero. Estas dinámicas constituyen los principales —pero no todos— desafíos que enfrentan los gobiernos occidentales cuando intentan frustrar la financiación de Hamás. No hace falta decir que muchos de ellos surgen de garantías sacrosantas de libertades civiles que no deben tocarse. Del mismo modo, muchas entidades con sede en Occidente que trabajan en zonas controladas por Hamás realizan una labor admirable y legítima al proporcionar la ayuda que tanto necesita la población civil. No deberían caer detrás de sospechas generales de financiación del terrorismo", concluye Lorenzo Vidino.

La financiación de Hamás es un laberinto casi impenetrable. En este dédalo, no solo importa de dónde viene el dinero o quién lo recibe, hay que mirar más allá para llegar hasta la cabeza de la organización. Clavar la mirada en lo profundo de la red para extraer —si es posible— una imagen precisa de cómo un pequeño Gobierno en el que sus habitantes viven con menos de 15 dólares al mes es capaz de llenar sus arcas con cientos de millones de dólares. Un entramado armónico, perfectamente ensamblado y con varias fuentes de las que extraer rédito, incluso, en circunstancias letales para la economía de cualquier país. ¿Lograrlo en solitario? Imposible.

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