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Spektorowski: "Hamás ha ganado el primer round, entendió al mundo y la mentalidad israelí"
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Guerra en Gaza

Spektorowski: "Hamás ha ganado el primer round, entendió al mundo y la mentalidad israelí"

El asesor del exministro laborista Shlomo Ben Ami y negociador con Palestina en Camp David lamenta que "la izquierda que apoyaba a Israel ahora está al nivel del antisemitismo"

Foto: Alberto Spektorowski, negociador israelí con los palestinos en Camp David. (Alejandro Requeijo)
Alberto Spektorowski, negociador israelí con los palestinos en Camp David. (Alejandro Requeijo)

Alberto Spektorowski fue testigo directo del último intento real de alcanzar un acuerdo entre Israel y Palestina para la creación de dos Estados. Es una de las voces más conocidas de la izquierda tradicional israelí, exasesor del ministro de Exteriores laborista Shlomo Ben Ami y colaborador en las negociaciones de Camp David del año 2000 con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Asiste estos días con preocupación al devenir de la guerra con Hamás. Considera que el líder de los palestinos de Gaza, Yahya Sinwar, supo leer mejor la situación y por eso Israel "ha perdido el primer round" de la contienda. Lamenta que la izquierda mundial, que en el pasado apoyó la causa sionista, "ahora está al nivel del antisemitismo", y al mismo tiempo advierte que los nuevos apoyos que recaba su país en el mundo vienen del fascismo. "Es de locos", dice.

Este veterano politólogo considera que el ataque del 7 de septiembre supuso la constatación de que el planteamiento que había llevado a cabo el primer ministro conservador Benjamin Netanyahu estaba equivocado. "Y lo digo yo, que estaba de acuerdo con ese planteamiento", admite. "¿Netanyahu qué decía? Que no quería ninguna negociación ni con los buenos de los palestinos. Los buenos para él eran suficientemente malos como para negociar. Desde antes de ser primer ministro, viene promocionando la tesis de que se puede llegar a la paz con los árabes sin resolver el problema palestino. Yo era parte de los asesores de Ben Ami y nuestra tesis era arreglar primero con los palestinos y luego eso nos abriría la puerta al mundo árabe. Netanyahu opinaba lo opuesto y lo cierto es que le iba demasiado bien", explica.

Se refiere a que Israel estaba firmando los acuerdo de Abraham con países árabes y estaba a punto de hacerlo con Arabia Saudí, la gran potencia de Oriente Medio frente a Irán, aliado a su vez de Hamás y Hezbóla, las principales amenazas de Israel al sur y al norte, respectivamente. El ataque terrorista del 7 de octubre detonó ese plan de normalización de Israel en la región. "Se puede decir que tenía razón", insiste Spektorowski. Mientras eso pasaba, "a nadie le importaban los palestinos y no pasaba nada, la Autoridad Nacional Palestina (que gobierna en Cisjordania, el otro territorio palestino) hacía boicot en la ONU, pero colaboraba con el Ejército de Israel en el control del terrorismo. "A Netanyahu esa situación le servía y lo importante era lo que pasaba en Gaza", apunta.

En lo que tiene que ver con la Franja, este exasesor gubernamental niega que sea una cárcel al aire libre: "Si eso fuera así, no habría pasado esto". "La cuestión es que se empezó a ver a Hamás como un enemigo potable. Se sabía que el dinero que entraba era para armas, pero no daba miedo porque Israel era más fuerte. Si le preguntas a gente de la superderecha israelí antes del 7 de octubre, te dirían que querían que Gaza fuera como Las Vegas. Siempre se confió en que, al final, lo que querían en la Franja era dinero. Con tres o cuatro años de paz, puedes hacer de eso Punta del Este, un mercado financiero. Eso nos venía bien a todos, nunca se iba a llegar a un acuerdo de paz, pero era asumible".

Foto: Gidi posa para El Confidencial. (Alejandro Requeijo)

Según reitera, esta era la tesis no solo de Netanyahu, sino también de los servicios de seguridad y los políticos de ambas tendencias. "Nos dormimos en los laureles. Sinwar ganó el partido, entendió al mundo y la mentalidad israelí. Creo que supo ver cuál iba a ser la reacción de Israel, y lo que está pasando entraba dentro de sus cálculos. Sabía que Israel iba a matar a medio Gaza, a él no le importa nada la vida de los palestinos. Pero Sinwar entendió algo más, que es la reacción del mundo occidental. Entendió que después del 7 de octubre, en lugar de un antes y un después contra los palestinos, iba a haber solidaridad con Israel y después un ataque agresivo a Israel. En el mejor de los casos le reconocen su derecho a defenderse, pero no. Tiene derecho a defenderse, pero con guante blanco. Sí, pero no".

Spektorowski ve inviable hacer la guerra sin que mueran civiles. A eso le suma que a Hamás no le importan sus ciudadanos. "Pero entendieron que la misma fórmula iba a ser entendida por el mundo occidental: 'Tú, Israel, hazte cargo de mis ciudadanos'. Lo dijeron claramente. Esa situación fue un shock", insiste. Por eso, el politólogo cree que la guerra, de momento, la está ganando Sinwar, "porque rescatar a los rehenes y derrotar a Hamás a la vez es imposible". "El plan de Israel es presionar a Hamás para lograr la negociación por los rehenes, pero no veo que se caigan a pedazos. Sinwar solo necesita una habitación donde esconder a los secuestrados, de manera que tienen que negociar con él porque si no los mata o hace que los maten en un ataque israelí".

"No veo un Gobierno que se pueda enfrentar cara a cara con los familiares"

A este escenario se le suma la presión de las familias de los rehenes, que piden al Gobierno que frene los bombardeos para facilitar su liberación. Este viernes, el Ejército hebreo admitió haber matado a tres secuestrados por error durante una operación en Gaza. "Si esto fuera un gobierno como el de Stalin, se terminaba en diez minutos. Ni rehenes ni población. Pero nosotros no podemos, no veo un gobierno que se pueda enfrentar cara a cara con los familiares. Los familiares han entendido que no se puede derrotar a Hamás y rescatar a sus seres queridos. Quieren a sus allegados y para eso piden que pare la guerra, es decir, que vayan a una negociación y, por tanto, que gane Hamás, porque lo que va a decir Sinwar es: 'Vale perfecto, vamos a una negociación'. ¿Y qué van a hacer? Prolongarla un año o dos años. El primer partido lo hemos perdido".

A su juicio, la presencia de rehenes lo cambia todo, y a esto se suma el contexto internacional: "Los amigos te dicen que tenemos el derecho a defendernos, pero no. Y los enemigos aparecieron a camadas, para mí fue completamente nuevo. Los movimientos de derechos humanos o el feminismo no tuvieron ni el más mínimo sentido de compasión hacia los que fueron asesinados por Hamás. Ahora mismo, el israelí y sionista ya no puede participar en ninguna causa global como el antirracismo".

"No quieren un Estado, quieren que no haya Israel"

Desde su experiencia como negociador, reivindica que Israel hizo todo lo que estuvo en su mano en el pasado para lograr un acuerdo, pero "no se terminó por los palestinos, porque cuando se iba a dar el pacto en el año 2000, lo destruyó Hamás con terrorismo". "Los palestinos no quieren un Estado, si lo hubiesen querido lo hubiesen tenido, quieren que no haya Israel. Y si hicieran un Estado palestino, sería radical musulmán. ¿Quién se va a arriesgar a una cosa así? Esa es la razón por la que incluso los israelíes que quieren un acuerdo no se animan. ¿Quién piensa que el Medio Oriente iba a ser como Suecia y Noruega? Aquí tratamos eso, la solución de los dos Estados, y los palestinos no quisieron. Me acuerdo yo patentemente", recuerda.

Asegura que en la primera década de los 2000 "estaba casi todo arreglado". "Shlomo Ben Ami era un humanista, todos estábamos a favor de los dos Estados. Cuando aceptamos a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) y vimos a Arafat darse la mano con nosotros era como llorar de la emoción, era la constatación de que se podía. Pero entramos en la discusión y Ben Ami venía con la cabeza rota, siempre faltaba una cosa. Nosotros les decíamos que no teníamos tiempo, que si cambiaba el Gobierno no iban a tener nada. Les decíamos que tenían delante al dream team, negociadores de Israel que están a favor de los palestinos. Yo creo que era como un mercado persa, pensaban que después iba a llegar un mejor precio y nosotros les avisamos de que no vendría", relata Spektorowski.

Se molesta cuando escucha decir que Israel está llevando a cabo un genocidio. "Podemos hacer un genocidio mañana, en dos minutos. El hecho de que no hay genocidio es lo que está pasando. 20.000 muertos es mucho, pero eso no es genocidio. Cómo se puede pelear de otra forma, que me expliquen". En ese sentido, pone el acento en lo que hizo Hamás el 7 de octubre: "Asesinaron, se refugiaron en su población, les importan muy poco. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Paramos el ataque? No hay desproporción en el ataque de Israel, ¿cómo hacerla proporcional? ¿Entro a violar mujeres y a cortar cabezas de cuatro niños para que sea proporcional?".

Alberto Spektorowski fue testigo directo del último intento real de alcanzar un acuerdo entre Israel y Palestina para la creación de dos Estados. Es una de las voces más conocidas de la izquierda tradicional israelí, exasesor del ministro de Exteriores laborista Shlomo Ben Ami y colaborador en las negociaciones de Camp David del año 2000 con la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Asiste estos días con preocupación al devenir de la guerra con Hamás. Considera que el líder de los palestinos de Gaza, Yahya Sinwar, supo leer mejor la situación y por eso Israel "ha perdido el primer round" de la contienda. Lamenta que la izquierda mundial, que en el pasado apoyó la causa sionista, "ahora está al nivel del antisemitismo", y al mismo tiempo advierte que los nuevos apoyos que recaba su país en el mundo vienen del fascismo. "Es de locos", dice.

Israel Conflicto árabe-israelí
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