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Olvida RRHH, ahora es el Departamento de Diversión: la infantilización del país de las 6.000 'startups'
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Captación 'sexy'

Olvida RRHH, ahora es el Departamento de Diversión: la infantilización del país de las 6.000 'startups'

Con casi 9 millones de habitantes y más de 6.000 empresas emergentes o 'startups', el mercado laboral israelí del 'high tech', dinámico y privilegiado, crea cultura de oficina

Foto: Un hombre pasa junto a las torres de oficinas de un parque empresarial que alberga empresas de alta tecnología. (Reuters/Ronen Zvulun)
Un hombre pasa junto a las torres de oficinas de un parque empresarial que alberga empresas de alta tecnología. (Reuters/Ronen Zvulun)

"En mi oficina hay miles de tipos de café y té para los trabajadores, y me acabo de enterar de que los maestros en las escuelas deben pagarse su propio café", era el comentario de un usuario del grupo de Facebook 'Problemas en high tech', en el que los hightequistas israelíes comparten sus pesares, como quejas porque los regalos de la empresa son peores que los del año anterior, o reflexiones, como la de los maestros y sus cafés.

Nicole, una programadora de 25 años y también miembro del mismo grupo, cuenta que en su empresa celebran el Día del Orgullo, el de las personas discapacitadas, el día de los árboles, del amor, "¡pero no el del veganismo!, y creo que es un escándalo". Con celebrar se refiere a la práctica común de que, en día laboral, la empresa invita a los trabajadores a talleres, salidas al aire libre, instala mercadillos con productos selectos que no han de comprar… Por eso Nicole ha enviado una queja al departamento de recursos humanos de su empresa, específicamente a la directora de la Sección de Diversión (ese es su título en inglés, Head of Fun, directora de diversión), para que considere hacer algo al respecto. No es que la empresa de Nicole —dedicada al gaming y cuyo nombre ella prefiere no desvelar— no considere a los veganos en su sala de comidas (el edificio tiene un restaurante en el que un chef de renombre prepara comida a diario para los trabajadores) o en los picnics o acontecimientos sociales empresariales, la queja se refiere a que no se marca el día internacional del veganismo.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (Reuters)

Rachel Kogan, quien trabajó durante más de cinco años en el departamento de recursos humanos y también en su subdivisión a veces llamada de Diversión, y otras Experiencia de los trabajadores, en grandes empresas como Fund Box, del sector Fintech (tecnología financiera), explica que su principal cometido es el bienestar de los trabajadores en el sentido más amplio. "Comenzando por el reclutamiento, que tiene que ser el adecuado para la empresa, pero también, y muy importante, el adecuado para los candidatos, quienes, según esa experiencia primera, tendrán una apreciación u otra de la empresa y sus jefes".

Es decir, a diferencia de otros sectores, otros países y otras costumbres, estas empresas ponen empeño y recursos en quedar bien frente a los candidatos, quienes, en un contexto de carestía de buenos profesionales, acaban siendo quienes eligen dónde trabajar.

"En Israel no se inventó este sistema, sino en Silicon Valley, hogar de las gigantescas high tech, pero Israel sin duda le aporta a esa cultura estadounidense sus colores y sabores muy particulares", indica el sociólogo Jerome Bourdon, de la Universidad de Tel Aviv. "No hay ética en el high tech, el orgullo de ser la start up nation (casi sinónimo de Israel) es una vanidad sin freno que afecta al mercado laboral, al comportamiento de los empleados y empleadores, y ciertamente, a los productos que genera".

Foto: Soldados con algunos vehículos blindados. (Foto: MOD)

Dinero, mucho dinero

Las empresas de high tech privadas del país recaudaron en 2021 la cifra récord de 25.600 millones de dólares, según IVC, el Centro de Investigación y Base de datos de high tech, capital de riesgo y capital privado israelí, más del doble que en el año anterior, que había sido de 10.000 millones de dólares, una cifra récord en sí misma. Los datos de IVC indican que hasta agosto de 2022, las empresas emergentes privadas tecnológicas de Israel habían recaudado 12.700 millones de dólares, y es posible que la cifra fuera aún mayor, teniendo en cuenta que algunas empresas prefieren no revelar las inversiones que reciben.

La base de datos de IVC señala que lo recaudado en 2021 representa un crecimiento del 136% en inversión de capital con respecto al año 2020, así, Israel sobrepasó el promedio del incremento mundial (71%) y el de Estados Unidos (78%). Los tres sectores de mayor inversión son fintech, IT empresarial e infraestructura de datos y tecnologías de seguridad. Es más, en 2021, 33 empresas tecnológicas privadas israelíes se unieron al exclusivo grupo de unicornios, la chisposa y evocadora manera de referirse a las empresas multimillonarias, e Israel tiene ahora 53 de estas criaturas.

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"Durante los últimos años ha habido muchísimo dinero que buscaba ser invertido y así se ha sobrealimentado al sector high tech", confirma Kogan. "A las empresas les sobran recursos y les faltan trabajadores cualificados, y siguen creciendo exponencialmente", agrega, de ahí su lucha desvergonzada por captar a los trabajadores del modo más sexy, según su propia idiosincrasia y carácter de la compañía: invitando a los trabajadores a una rave en otro país con DJ superestrellas, todo incluido, a unas vacaciones en una isla en el océano Índico, abriendo una guardería para perros en el recinto laboral, ofreciendo pases a los mejores restaurantes de la ciudad, regalando zapatillas de deporte de precio prohibitivo… y más.

Sin embargo, en los últimos meses ha habido un parón en los dispendios y hasta ha habido despidos. "Es que hasta hace pocos meses estábamos viviendo algo irreal", apunta Kogan. "Las empresas conseguían dinero de sus inversores y no tenían que demostrar realmente resultados ni su producto", agrega. Por la naturaleza de su actividad, por falta de transparencia o, simplemente, porque podían. Pero el cambio hacia la modestia y mayor supervisión aún es sutil. Aunque en la caja de resonancia del grupo de Facebook "Problemas en high tech" el drama alcanza agudos.

placeholder La bandera de Israel, cerca de unas oficinas. (Reuters/Ronen Zvulun)
La bandera de Israel, cerca de unas oficinas. (Reuters/Ronen Zvulun)

Abueletes a los 40

El veterano programa de televisión satírico llamado País maravilloso, que se refiere sardónicamente a todas las "maravillas" israelíes, políticas y sociales, emitió una serie punzante sobre el nacimiento, auge y caída de una empresa emergente tecnológica llamada Webos (en alusión a algo que no nos pasa desapercibido a los hispanohablantes, pero no es seguro que todos los israelíes lo pillen, un poco como el propio fenómeno al que se refiere). En la empresa en cuestión, los personajes respondían a todos los estereotipos del sector, "el viejo" de unos treinta y pocos años que oculta su edad como puede, el genio programador ruso incomprensible en su genialidad o, quizás, estupidez, el jefe supercool, superenergético, superinseguro, superprivilegiado, su incondicional asistente en todas las misiones empresariales que nadie nunca, ni los propios trabajadores, saben en qué consisten, pero se siguen el rollo.

"Yo a veces tengo la sensación de que soy un impostor", confiesa Eitan T., un programador veterano de 39 años, quien prefiere no dar su nombre verdadero. "En mi empresa contratan gente nueva todo el tiempo, con títulos inverosímiles, imagino que salarios altos también, no siempre sabes lo que hacen, y eso me provoca sentir que tal vez no soy competitivo, pero trato de que nadie lo note. Creo que no estoy solo en esto".

Foto: Un buque de la ONU y una patrulla libanesa en el Mar Mediterráneo en el momento de la firma del acuerdo (Reuters/Aziz Taher)

Los trabajadores del sector no suelen quedarse en el mismo puesto más de 4 años, el dinamismo y el avance están bien vistos. Otro elemento más por el que las empresas compiten entre ellas por retener a sus trabajadores.

"Yo empecé a trabajar en high tech tarde, en 2014, cuando tenía ya 44, y eso es viejo, casi jubilado en el sector, mis colegas tenían entre 25 y 30, de hecho, me apodaron rápidamente 'el abuelo'," cuenta Roi Fuchs, de 52 años. "Trabajé en fintech, yo venía del diseño y la tele. Lo primero que llama la atención en estos lugares es la arquitectura: los espacios invitan a estar allí, a querer quedarte", explica.

Fuchs detalla los acabados de madera, plantas, sillas, sillones y sofás de diseño, iluminación cálida, grandes espacios, con un poco sensación de hotel de lujo.
"Nosotros teníamos allí una sala acústica para tocar, bien surtida de instrumentos, sala de videojuegos, todas estas oficinas tienen mesas de ping pong, muchas tienen billar, todas tienen gimnasio, en algunas te lavan la ropa, si te quedas más allá de las diez de la noche te piden una pizza…", dice.

Foto: Logo de Zara. (Reuters/Paul Hanna)

El mensaje del empleador es, según Fuchs, "nosotros seremos tu mamá, te arreglaremos la vida, tú tan solo trabaja", cosa que aparentemente funciona con muchos jóvenes en Tel Aviv que, siendo la ciudad más cara del mundo (según Forbes) dificulta que los apartamentos de alquiler, a pesar de los buenos sueldos, se acerquen a la comodidad y aspecto de sus lugares de trabajo. Si además una persona corta fruta y verdura por las mañanas para ofrecer a los trabajadores un desayuno de reyes, estos pueden hacer un receso e ir a tocar o jugar o recibir una clase de yoga o terapia psicológica en el mismo lugar de trabajo, pues parece un chollo.

Adultos, pero no tanto…

El mimo alcanza cotas muy conspicuas para los observadores que, sin embargo, parecen pasar desapercibidas para los que forman parte del engranaje. Es normal que en las excursiones regalen una mochila con las chucherías y el bocata dentro, por ejemplo.

"Tras el reclutamiento viene el período de adaptación, el trabajador o trabajadora recibe apoyo psicológico, social y la compañía de buddy (colega), que es una persona que lo acompaña a ratos, a la hora de la comida y tal hasta que hace amigos", según detalla Kogan. "Es que muchos de esos trabajadores son como niños, o peor, porque los programadores son bastante autistas", agrega con media sonrisa.

Y el comportamiento de los trabajadores muchas veces es acorde con esa cultura infantilizante. Dice Fuchs que un compañero suyo, un programador de datos, va a dejar de trabajar en la compañía en la que está porque se mudan a una oficina en otro barrio (a unos 3 kilómetros de su casa).

Nofar Nuri es Especialista en Experiencia de los Empleados en una empresa llamada Minutemedia, y dice que el objetivo de su puesto es lograr que la experiencia de los trabajadores sea la mejor "desde el momento en que hacen onboarding [llegan] en la compañía hasta que la abandonan y van a otra empresa. Queremos estar con ellos en todo lo que experimentan, desde acontecimientos personales, como bodas, enfermedades, muertes, y, claro está, en lo laboral. Trabajamos con los directores de equipos para que fortalezcan el vínculo entre sus trabajadores, queremos que sus días tengan un valor añadido, que les sea divertido venir a trabajar".

El otro objetivo del departamento de Nuri se llama employer branding, es decir, que los trabajadores tengan sensación de pertenencia y orgullo grupal. Ahí entran las actividades sociales dentro de la empresa que halagan al equipo y convierten a los individuos en embajadores de la compañía, a través de detalles como el siguiente: "Acabamos de comprar zapatillas de deporte de Adidas y nuestro logo y las hemos enviado a los trabajadores que tenemos en todo el mundo, que son 550, queremos hacerles sentir que pertenecen a un grupo, el de la empresa".

Nuri explica que no se trata de "tirar el dinero", sino que invierten tiempo, energía y conocimiento en hacer que sus trabajadores tengan la mejor experiencia laboral posible, más allá de lo mínimo que ofrecen sus competidores: "El grifo de cerveza, las máquinas de helado, la habitación de Sony…, ya sabes, lo que todas tienen".
Esta empresa ofrece, además, libranzas de maternidad y paternidad generosas, ayudas a la mejora personal del equipo y una política de donaciones equitativa, es decir, si los trabajadores donan a alguna ONG, la empresa iguala su contribución a la misma ONG.

Foto: defensa-destinara-otros-700-millones-a-su-submarino-high-tech

El proselitismo y gregarismo se incentivan: "Si traes un amigo o amiga a la compañía te premian con unos 5.000 dólares", explica Nicole. Entre las empresas que más locas se vuelven en el Departamento de la Diversión, a decir de la publicación Geektime, están Moon Active, Wiz y Verint, en Israel, así como Google, que hace poco clausuró su gran tobogán interior, del que los miembros de la comunidad tanto hablaban, que unía un piso con otro. "Fue por algún accidente", comenta David, programador de Google, quien prefiere no dar su nombre real ni entrar en detalles de lo que provocó la retirada del deslizador. "Yo solo uso el gimnasio y a los baristas, que preparan café delicioso. Nunca en mi vida he entrado al cuarto de gaming, tampoco al de música, no he jugado al baloncesto, no alcancé a entrar en el cuarto de meditación, aunque estaba en mi lista de cosas por hacer, y entonces lo transformaron en cuarto de amamantamiento".

Falta de límites

La milenialización del mercado laboral se manifiesta sobre todo en que la abundancia crea un comportamiento de mimo exagerado depositado en personas que lo reciben con los brazos abiertos, las más de las veces. "Los que reciben tales atenciones se sienten con derecho a todo, una caracterización que resuena en una gran porción de la sociedad israelí, que se siente segura de sí y con derecho a todo", dice el sociólogo Bourdon.

La falta de límites es un asunto patente, en niños y adultos, en este país, a decir del experto. En una sociedad tan móvil, permeable y desjerarquizada como la israelí, los límites se sobrepasan de múltiples modos y hasta está bien visto. "Yo recuerdo que en 1998 un hacker israelí penetró varios organismos estadounidenses, el Pentágono, la NASA y más, y Bibi (Benjamin Netanyahu, primer ministro en aquel entonces) comentó que 'era un travieso, pero un travieso muy bueno'", rememora Bourdon. El condonar este tipo de actos, entender la ley no es algo terriblemente vinculante en un país en el que el peor tormento es el calificativo de "pringado o pringada", lleva fácilmente a entender también que la jornada laboral estipulada por ley, 8 horas y 36 minutos, cinco días a la semana, es para el sector de funcionarios y poco más.

No solo en el horario laboral cada empresa es idiosincrático sino también muchos de sus productos e ideas. Bourdon señala que la mayor parte de los ingenieros salen de unidades del Ejército dedicadas a la inteligencia. "En el 8200 (así se llama una de las más conocidas) espían e inventan métodos y aparatos sobre cómo hacerlo más y mejor, las fronteras éticas de este comportamiento son ciertamente dudosas y se trasladan de modo bastante limpio al mercado laboral, veamos sin ir más lejos el ejemplo de Pegasus, hay gente que ha muerto por ello, por ese método de vigilancia, y en realidad la vida sigue y a nadie le importa demasiado".

Foto: Interior de la nueva sede de Cuatrecasas en Lisboa (Portugal).

El sector tecnológico en Israel efectivamente nació del Ejército, lo cual dificulta la vida a los programadores palestinos y palestinas, quienes tenían el acceso vedado por motivos de seguridad y secretismo hasta los acuerdos de Oslo, en 1996, explica el profesor Asaf Dar, especialista en comportamiento organizacional de la Universidad de Haifa y Cornell.

"El gran cambio sucedió cuando llegaron las empresas internacionales, que discriminan menos que las israelíes y tienen menor influencia del Ejército. Ahora los palestinos representan un 4 por ciento de los trabajadores del sector", detalla.

Baha Ahmad, analista de datos de 27 años, orgulloso árabe-israelí (denominación política de los palestinos que se quedaron dentro de las fronteras de Israel tras las primeras guerras del país) dice que le gusta su empresa (de soluciones financieras), pero también que no va a durar mucho más en ella. "Llevo casi tres años y no me parece que me pueda ofrecer más de lo que me ha ofrecido ya. He recibido otra oferta más interesante…".

"En mi oficina hay miles de tipos de café y té para los trabajadores, y me acabo de enterar de que los maestros en las escuelas deben pagarse su propio café", era el comentario de un usuario del grupo de Facebook 'Problemas en high tech', en el que los hightequistas israelíes comparten sus pesares, como quejas porque los regalos de la empresa son peores que los del año anterior, o reflexiones, como la de los maestros y sus cafés.

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