La catástrofe del Brexit para las pymes de UK: el 96% quiere volver al mercado único de la UE
Los efectos del divorcio en las pymes coinciden con la baja popularidad de Rishi Sunak. Los ánimos entre los 'tories' están tan desesperados que incluso se comienza a hablar de la posibilidad de otro cambio de líder
"¿Lamenta haber celebrado el referéndum?". Cuando a principios de 2019 reinaba el caos más absoluto en un Westminster incapaz de gestionar el Brexit, unos periodistas abordaron al ex primer ministro David Cameron cuando salía de casa para su sesión matinal de running. Lucía buen aspecto. El moreno en su piel ayudaba y contrastaba con el tono blanco-pálido-invernal de sus interlocutores. Estaba recién llegado de unas vacaciones en Costa Rica, donde se había alojado con su mujer Samantha —hija de un aristócrata— y sus hijos en un hotel de 1.981 euros por noche. "No", contestó, "pero lamento haberlo perdido y las dificultades que estamos teniendo para implementar el resultado". Acto seguido, empezó a correr acompañado por sus guardaespaldas.
Esa fue una de sus últimas apariciones públicas. Pero este lunes se le pudo ver de nuevo, en todo su esplendor, entrando en la Cámara Alta no electa del Parlamento para convertirse oficialmente en Lord Cameron de Chipping Norton. Siete años después de la histórica consulta (con su sonada dimisión tras perderla), Cameron regresa convertido en titular de Exterior mientras los británicos lidian con las consecuencias de un divorcio que a día de hoy se sigue negociando —Gibraltar continúa en el limbo— y que, lejos de la tierra prometida que vaticinaban los euroescépticos, sigue sin tener ningún beneficio económico. De hecho, todo lo contrario: la propia Oficina de Responsabilidad Presupuestaria del Gobierno estima el impacto en el PIB en un 4%.
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) son las han que se han visto más afectadas, ya que carecen de la influencia y conexiones de las compañías más grandes, por lo que sus voces han destacado por su relativa ausencia en el debate sobre la nueva relación comercial entre el Reino Unido y la UE bajo los términos del acuerdo cerrado in extremis en la Navidad de 2020 a pocos días de que terminara el proceso de transición.
El 94% de las pymes del Reino Unido aseguran que la salida del bloque ha afectado negativamente a su negocio, el 96% querría volver al Mercado Único y el 92% a la Unión Aduanera. Por otra parte, el 53% tiene más papeleo y el 25% ha tenido que recortar su plantilla. Estas son las conclusiones de la reciente encuesta elaborada por European Movement, la organización fundada por Winston Churchill en 1948 para promover la relación entre los estados de Europa, que recalca que no hay diferencias entre sectores o regiones geográficas. Incluso en Irlanda del Norte, que cuenta con un acuerdo distinto debido a las peculiaridades de la frontera con la República de Irlanda, sufren efectos negativos.
Siempre hay excepciones. Para Andrew Hassard, a nivel personal el Brexit supuso "una tragedia", pero, a nivel profesional, el divorcio ha beneficiado su negocio de bicicletas. Con todo, la mayoría de las voces recogidas en la reciente encuesta comparten más bien el tono de Carol. Dirigía una pequeña empresa en Devon dedicada a la lencería para novias. Utilizaban satén de Italia, elásticos de España y Alemania, y el fabricante estaba en Bulgaria. Con el Brexit terminó cerrando porque era "una pesadilla en términos de trámites aduaneros".
El que fuera negociador del Brexit para la UE, Michel Barnier, asegura en una reciente entrevista con Financial Times que "los ministros del Reino Unido no conocían las consecuencias" de la salida del bloque.
Malas noticias para Sunak
No son noticias alentadoras para el premier Rishi Sunak, quien este lunes anunciaba precisamente que "respaldar a las empresas" es uno de sus grandes objetivos para lograr un mayor crecimiento económico.
Su única esperanza de supervivencia política siempre fue la de presentarse como un hombre moderado y trabajador que habla a través de los logros. Sunak —que votó por el Brexit, pero siempre ha mantenido una postura pragmática y moderada— sabe que no tiene una personalidad arrolladora y que es incapaz de deleitar a masas como lo hacía su polémico predecesor. Pero invitó a un país escéptico a juzgarle por sus promesas.
El problema es que, de las cinco primeras (reducir la inflación a la mitad este año, reducir las listas de espera del Sistema Nacional de Salud, reducir la deuda, hacer crecer la economía y, lo más controvertido de todo, detener las embarcaciones ilegales), solo ha cumplido una. Y hasta los propios medios afines consideran discutible hasta qué punto puede atribuirse el mérito de reducir la inflación (en octubre del 4,6% respecto al 10% de principios de año) o es algo que se debe en gran medida a factores globales fuera de su control.
Por lo tanto, tampoco tiene demasiada credibilidad ahora cuando ha planteado los nuevos cinco objetivos: reducir la deuda (algo que tampoco se ve muy factible), recortar impuestos, desarrollar energía sostenible, apoyar empresarios y ofrecer una educación de primer nivel.
La carga fiscal en el Reino Unido está en su nivel más alto desde que comenzaron los registros hace 70 años, según el think tank Instituto de Estudios Fiscales. Sunak lleva tiempo bajo presión de sus filas para reducirla antes de las elecciones generales previstas para el próximo año, donde la oposición laborista saca más de 20 puntos de ventaja. "Se necesitará disciplina y debemos establecer prioridades, afirma el premier, "pero con el tiempo podremos reducirlo y lo haremos".
De cara a la cita clave de este miércoles con el llamado Discurso de Otoño, el paquete presupuestario que presenta el Ejecutivo para actualizar las medidas económicas en el ecuador del año fiscal, la mayoría de los parlamentarios conservadores creen que debería reducirse el impuesto a la herencia. Sin embargo, existe la preocupación de que hacerlo antes de que se reduzcan los impuestos para los trabajadores pueda resultar contraproducente desde el punto de vista político. Sobre todo después del polémico fichaje del millonario Lord Cameron como titular de Exteriores.
*Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí
El camino políticamente más conveniente, por lo tanto, sería recortar el impuesto sobre la renta. Aunque cada vez existen más dudas de que haya algún tipo de fórmula mágica para dar un vuelco a los sondeos. La reciente reestructuración del Gabinete no ha hecho más que hundir, aún más, la popularidad del inquilino de Downing Street. La nota que le pone el electorado en las últimas encuestas es desoladora: 44 puntos negativos. El pasado mes de septiembre, los que votaron por el Brexit le pusieron un -23, mientras que los votantes tories le pusieron +1. Ahora, sin embargo, ha registrado un -31 entre los votantes a favor del Brexit y un -12 entre los conservadores.
Los ánimos en la formación están tan desesperados que incluso se comienza a hablar de la posibilidad de un cambio de líder (sería el cuarto desde verano de 2022). "La gente dice que sería una locura, pero destituir a un primer ministro que obtuvo una mayoría de 80 escaños [en referencia a Boris Johnson] también lo parecía y finalmente se hizo, así que ya no descarto nada", aseguraba desde el anonimato un parlamentario a The Telegraph. "Sunak nunca fue elegido, está cosechando las peores calificaciones de las encuestas que he leído en mi vida y no está cumpliendo las promesas fundamentales. Es muy difícil ver quién va a defender eso", añadió.
Todo puede pasar ya en ese mundo paralelo en el que se ha convertido Westminster. Pero cada vez parece más claro que, tras más de 13 años en el poder, los próximos comicios marcarán el fin de una era para los tories. Saldrán de Downing Street. Pero Lord Cameron se quedará en la Cámara Alta del Parlamento.
"¿Lamenta haber celebrado el referéndum?". Cuando a principios de 2019 reinaba el caos más absoluto en un Westminster incapaz de gestionar el Brexit, unos periodistas abordaron al ex primer ministro David Cameron cuando salía de casa para su sesión matinal de running. Lucía buen aspecto. El moreno en su piel ayudaba y contrastaba con el tono blanco-pálido-invernal de sus interlocutores. Estaba recién llegado de unas vacaciones en Costa Rica, donde se había alojado con su mujer Samantha —hija de un aristócrata— y sus hijos en un hotel de 1.981 euros por noche. "No", contestó, "pero lamento haberlo perdido y las dificultades que estamos teniendo para implementar el resultado". Acto seguido, empezó a correr acompañado por sus guardaespaldas.
- Sunak fracasa en su primer examen ante las urnas: ¿fin al Gobierno conservador en UK? Celia Maza. Londres
- La estocada final al plan más polémico de Sunak: deportar migrantes a Ruanda es ilegal Celia Maza. Londres
- Varapalo a Sunak: la Justicia de UK tumba su plan para deportar migrantes a Ruanda Celia Maza. Londres