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La recesión llega a UK: Sunak eleva la presión fiscal al nivel más alto desde la II Guerra Mundial
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Empieza la 'tormenta'

La recesión llega a UK: Sunak eleva la presión fiscal al nivel más alto desde la II Guerra Mundial

El Gobierno británico presenta un programa para los próximos cinco años de aumento de impuestos y recortes valorado en 63.000 millones de euros para hacer frente a una deuda que roza ya el 100% del PIB

Foto: Rishi Sunak y Jeremy Hunt, en una reunión de gabinete, el 26 de octubre. (Reuters/Stefan Rousseau)
Rishi Sunak y Jeremy Hunt, en una reunión de gabinete, el 26 de octubre. (Reuters/Stefan Rousseau)

Reino Unido va camino de una nueva era de austeridad, no solo con recortes al estilo de los que se implantaron tras la crisis de 2008, sino con una presión fiscal que se elevará al nivel más alto desde la II Guerra Mundial. El premier, Rishi Sunak, llevaba tiempo anticipando que venían momentos "complicados" a los que no se puede hacer frente con "cuentos de hadas". Este jueves se ha confirmado que ha empezado "la tormenta" y que el país ya ha entrado en recesión. Se prevé además que sea la más prolongada de la historia reciente, por lo que se pedirá a los ciudadanos que sobrelleven la mayor caída en su nivel de vida desde que comenzaron los registros.

"Podremos superarlo, el pueblo británico es duro, inventivo e ingenioso", ha recalcado el titular del Tesoro, Jeremy Hunt. El chancellor ha sido el encargado de presentar este jueves en la Cámara de los Comunes el esperado plan fiscal para lidiar con una deuda pública que roza ya el 100% del PIB. Se trata de un programa para los próximos cinco años valorado en 54.000 millones de libras (unos 63.000 millones de euros).

Foto: El 'Chancellor' Jeremy Hunt el 17 de noviembre. (Tolga Akmen/EFE)

El objetivo es poner en orden las cuentas de un país donde la inflación se ha disparado ya hasta el 11,1% (la mayor en 40 años) y recuperar la confianza de los mercados, tras la debacle de la libra provocada por el polémico programa de la fugaz Liz Truss, obligada a dimitir cuando apenas se había mudado al Número 10.

Aunque la misión no es solo económica. Lo que está en juego es la propia supervivencia del Partido Conservador que, tras 12 años en el poder, viene mostrando importantes síntomas de agotamiento. Después de unos meses caóticos, con hasta tres primeros ministros y cuatro titulares del Tesoro, el moderado Sunak (que está en Downing Street por elección de sus filas, no por votación del electorado) quiere garantizar que es el inicio de una nueva era. Pero, antes de ir a mejor, el panorama va a empeorar, aún más.

Foto: Una mujer compra en un supermercado en Londres en medio de una inflación histórica. (Neil Hall/EFE)

Las previsiones de crecimiento del Banco de Inglaterra se extienden hasta 2025, momento en que espera que Reino Unido sea el único país importante cuya economía aún no se haya recuperado a los niveles previos a la pandemia. No solo se trata de las peores tasas de crecimiento del G7 o G20, sino de cualquier parte del mundo desarrollado. Y nadie se olvida de que las próximas elecciones generales están previstas para 2024.

La vuelta de tuerca económica

No han pasado ni ocho semanas desde que la fugaz Liz Truss anunciara su polémico mini-presupuesto con recortes de impuestos valorados en 30.000 millones de libras, los mayores recortes desde 1972. En un giro de 180 grados, el nuevo Ejecutivo de Sunak apuesta ahora por un plan de aumento de carga fiscal (30.000 millones de libras) y recortes (24.000 millones de libras). Una metamorfosis más que sorprendente para el mismo partido político en solo 55 días.

Está claro que los mercados han visto un cambio de dirección. Sin embargo, la nueva regla fiscal (que la deuda disminuya como porcentaje del PIB al final del periodo de pronóstico de cinco años) todavía es relativamente flexible. Sunak confía en su credibilidad y su voluntad de tomar decisiones difíciles. Pero es importante recordar que muchas de las medidas más dolorosas no entrarán en vigor hasta después de las elecciones generales.

Foto: La primera ministra Liz Truss en el 10 de Downing Street. (Toby Melville/Reuters)

El aplazamiento busca evitar el castigo del electorado. Pero a los mercados no les gustan los llamados "presupuestos para mañana", con promesas para ejecutar cuando no se sabe si ese partido va a seguir para entonces en el poder. Y nadie garantiza a día de hoy que los conservadores vayan a estar en un futuro en Downing Street. De momento, la libra esterlina volvía este jueves a perder valor ante el dólar estadounidense y el euro.

Aparte de los mercados, el Gobierno tiene que recuperar también la confianza de sus propias filas —enzarzadas en una sangrienta guerra civil— y el electorado, al que hay que convencer de que se está actuando "de manera justa". El ministro del Tesoro ha defendido este jueves que los más ricos deben soportar la "carga más pesada" y que los vulnerables deben ser protegidos. "Ser británico es ser compasivo", destacó.

En este sentido, a diferencia de Truss (cuya prioridad era mimar a los ricos para garantizar el crecimiento), el Ejecutivo ha rebajado de 150.000 libras (171.000 euros) a 125.140 libras (143.240 euros) el umbral de ingresos a partir del cual se pagará la banda más alta del impuesto sobre la renta, del 45%. Pero, al mismo tiempo, congelará, en lugar de aumentar, la proporción de ganancias libres de impuestos, a fin de incluir a más contribuyentes en los próximos años. Asimismo, también se elevará del 25 al 35% el impuesto temporal sobre los beneficios extraordinarios de las empresas de petróleo y gas e impondrá una tasa provisional del 45% sobre esos excedentes a las generadoras de energía.

Foto: (Reuters: Dado Ruvic)

Por otra parte, se congelará en el nivel actual la franja no gravable de las contribuciones a la seguridad social y el impuesto de transmisiones patrimoniales, mientras que se reducirá de 2.000 libras (2.291 euros) a 1.000 libras (1.145 euros) en 2023 y a 500 libras (572 euros) en 2024 la de los dividendos.

El Gobierno también amplía la partida presupuestaria para la eeducación —clave para impulsar la economía, según Sunak— y el Sistema Nacional de Salud público (NHS). Haber metido recortes en este último habría sido extremadamente arriesgado, teniendo en cuenta todos los desafíos a los que se enfrenta, entre ellos, la primera huelga de la historia de los enfermeros, que demandan mejoras salariales ante la mayor inflación en 41 años.

Además, el Ejecutivo no se ha olvidado de que los pensionistas suponen una parte clave de su electorado y ha respetado la promesa electoral de mantener el triple candado, para que las pagas de jubilación se revaloricen lo mismo que el incremento de los ingresos medios, el índice de precios al consumo o un mínimo del 2,5%. La cifra que fuera mayor: en este caso, la inflación.

Foto: Emmanuel Macron y Rishi Sunak en la COP27 (Reuters/Stefan Rousseau)

No obstante, el mayor desafío son las previsiones de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), que prevé que la economía británica se contraiga un 1,4% en 2023. Esto contrasta con una previsión de crecimiento del 1,8% en los documentos publicados por el mismo organismo independiente el pasado mes de marzo.

La OBR pronostica que el producto interior bruto aumentará un 1,3% en 2024 y un 2,6% en 2025, frente a las previsiones anteriores de la OBR, que anticipaban un crecimiento del 2,1% y el 1,8%, respectivamente.

Todo se reduce ahora a si la oposición laborista —que tampoco tiene un plan B definido— puede persuadir a los votantes de que el escenario no es fruto de los desafíos globales, sino resultado directo de los errores de los conservadores. De momento, las últimas encuestas de YouGov para The Times muestran que el electorado culpa al Ejecutivo. Pero ya se ha demostrado que en Westminster un año es toda una eternidad.

Reino Unido va camino de una nueva era de austeridad, no solo con recortes al estilo de los que se implantaron tras la crisis de 2008, sino con una presión fiscal que se elevará al nivel más alto desde la II Guerra Mundial. El premier, Rishi Sunak, llevaba tiempo anticipando que venían momentos "complicados" a los que no se puede hacer frente con "cuentos de hadas". Este jueves se ha confirmado que ha empezado "la tormenta" y que el país ya ha entrado en recesión. Se prevé además que sea la más prolongada de la historia reciente, por lo que se pedirá a los ciudadanos que sobrelleven la mayor caída en su nivel de vida desde que comenzaron los registros.

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