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Sunak gira a la derecha en un intento (fallido) por salvar la deriva de los conservadores británicos
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"traer el cambio"

Sunak gira a la derecha en un intento (fallido) por salvar la deriva de los conservadores británicos

Tras más de 13 años en el poder y cinco primeros ministros, los 'tories' muestran claros signos de fatiga y todo apunta al fin de una era en el Reino Unido ante las elecciones

Foto: El primer ministro británico Rishi Sunak habla en el escenario de la conferencia anual del Partido Conservador británico en Manchester. (Reuters / Toby Melville)
El primer ministro británico Rishi Sunak habla en el escenario de la conferencia anual del Partido Conservador británico en Manchester. (Reuters / Toby Melville)

Las campañas electorales focalizadas en "traer el cambio" suelen ser de las más efectivas. Los partidos políticos no tienen que estar necesariamente en la oposición para hacer uso de ellas. Prueba de ello son los conservadores británicos que han demostrado una habilidad ejemplar para plasmar cambio de ciclo cada vez que ha llegado un nuevo líder. Ha sido su 'arma letal' para dominar la política de Westminster en la historia reciente, por lo que Rishi Sunak ha decidido seguir la misma estrategia.

En su esperado discurso este martes en la clausura de la conferencia que la formación ha celebrado en Manchester, se ha presentado ante los suyos como el "candidato del cambio" y "el nuevo enemigo contra el status quo de los últimos 30 años". El problema es que el electorado ya no lo compra. Tras más de trece años en el poder, cinco primeros ministros (tres de ellos obligados a dimitir por sus propias filas) y un Brexit histórico, los 'tories' muestran claros signos de fatiga y todo apunta al fin de una era en Reino Unido ante las elecciones previstas para el próximo año.

Foto: Manifestantes contra la expulsión de migrantes a Ruanda, en Londres. (EFE/Tolga Akmen)

Con una ventaja para la oposición laborista de 20 puntos, Sunak —puesto el año pasado en el Número 10 por un proceso de primarias, muy distinto a elecciones generales— tenía la difícil tarea de insuflar algo de optimismo. En su primer discurso como inquilino de Downing Street (y posiblemente el último) el gran anuncio ha venido al confirmar la eliminación del tramo que debería llegar precisamente a Manchester con el tren de alta velocidad, HS2, un asunto que ha estado protagonizado toda la conferencia.

El alto coste, mucho mayor de lo estimado en un primer momento, choca contra la ortodoxia económica del Gobierno, que se ha comprometido a destinar los 36 mil millones de libras que ahora se ahorra para financiar otros proyectos de ferrocarriles, carreteras y autobuses en todo el país.

El problema es que cancelar el que es el proyecto de infraestructura más grande de Europa deja sin credibilidad su promesa de acabar con las desigualdades entre norte y sur de Inglaterra, el famoso 'Levelling Up'. Y teniendo en cuenta que la conferencia del Partido Conservador se celebra precisamente en Manchester, todo adquiere una dimensión mayor. Es el norte de Inglaterra, además donde se encuentran los distritos clave del 'Muro Rojo' que los tories arrebataron en 2019 a los laboristas y que ahora luchan por retener ante la próxima cita electoral en la que se antoja cada vez más complicado una victoria.

Durante su intervención, el gran mantra de Sunak ha sido tomar decisiones difíciles mirando a largo plazo. Un mensaje dirigido sobre todo a sus propias filas que le demandan una inmediata reducción de impuestos a la que él se resiste hasta no reducir una inflación disparada que, pese a bajar de los dos dígitos (ahora es del 6,8%), sigue estando alejada del objetivo del 2% marcado por el Banco de Inglaterra.

Sunak quiere hacer de la credibilidad económica su mejor 'asset' y es con ello con lo que aspira a conseguir un milagro en las urnas similar al que logró el conservador John Major en 1992, quien se convirtió en el único primer ministro que, estando 20 puntos por detrás en las encuestas, ganó luego los comicios.

Aunque las encuestas vaticinan más bien un escenario similar al de 1997, cuando los 'tories' perdieron por una victoria tan aplastante que su partido estuvo fuera del poder durante tres mandatos. Cierto es que ahora el nuevo líder laborista, Keir Starmer, no tiene la personalidad de Tony Blair. Aunque Sunak tampoco es que sea precisamente el lider más carismático.

Al hablar de inmigración —una de las principales preocupaciones del electorado—, ha prometido hacer "todo lo que sea necesario" para acabar con las rutas ilegales, defendiendo así su polémico plan —que ahora batalla en los tribunales— para mandar a los solicitantes de asilo a Ruanda.

Por otra parte, entre fuertes aplausos de la sala, ha defendido que "un hombre es un hombre y una mujer es una mujer" al anunciar que las mujeres trans tendrán vetada la entrada en las áreas exclusivas para féminas en los hospitales, alegando que "hay que aplicar el sentido común". "No deberíamos dejarnos intimidar haciéndonos creer que las personas pueden ser del sexo que quieran", ha recalcado. Asimismo, también ha adelantado que planea implementar una prohibición gradual de fumar, al estilo de Nueva Zelanda, para impedir a los jóvenes de 14 años comprar cigarrillos.

Foto: El líder del Partido Laborista, Keir Starmer. (Reuters)

Su esposa, Akshata Murty —hija del multimillonario Narayana Murthy, el llamado Bill Gates de la India— ha sido la encargada de presentarle para humanizar la figura de un hombre procedente de una familia de inmigrantes que ha terminado convertido en el primer ministro hindú de la historia de Reino Unido gracias a "constancia, trabajo duro, honestidad e integridad", cualidades con las que siempre se ha querido diferenciar frente Boris Johnson.

El discurso de Sunak ha estado bien desarrollado. Pero no ha sido revolucionario. En definitiva, no ha servido para levantar el ánimo. Los 'tories' prácticamente dan por hecho una derrota. Alrededor de 50 diputados ya han renunciado a optar a un escaño en los siguientes comicios. Por lo que la carrera para las próximas primarias ya ha empezado y con ella el giro muy a la derecha que depara al futuro de la formación.

Pese a la oposición de una importante minoría de parlamentarios, los aspirantes a suceder a Sunak están moviendo el centro de gravedad hacia lugares en los que los primeros ministros anteriores no se habrían sentido cómodos, cediendo así a las demandas de los afiliados, social y económicamente más conservadores que la propia formación.

Foto: Nigel Farage, en un evento de campaña de Trump este octubre. (EFE)

Figuras de alto nivel legitiman el lenguaje y la política de Donald Trump. Observando a las que se han convertido en las verdaderas estrellas de la conferencia es fácil predecir hacia donde se dirige la formación.

En lugar de escuchar al ministro del Tesoro, Jeremy Hunt, los miembros hicieron largas colas y abarrotaron el Salón Trafford del Hotel Midland para ver a Liz Truss. Con apenas 46 días en el cargo, se convirtió el año pasado en la primera ministra con el mandato más corto de la historia de Reino Unido. Su revolucionario plan económico para incrementar la producción, con una drástica reducción de carga fiscal, sumió a la libra en una de sus peores crisis. Pero, pese a todo, es ahora una especie de mesías de ala más dura que reivindica un liberalismo 'thatcheriano' y un liberalismo reaccionario.

Por su parte, la ministra de Interior, Suella Braverman, la misma que advierte sobre los peligros de un "huracán" de inmigración masiva, sostiene que el multiculturalismo "no ha funcionado" y critica al colectivo LGTBI+, era aclamada por para hacerse selfies en los pasillos del centro de convenciones, los mismos por los que ha paseado a sus anchas Nigel Farage, el enfant terrible de la política británica, el populista que logró el triunfo del Brexit, que ahora, en palabras del propio Sunak, tiene las puertas abiertas para unirse al partido.

Foto: El primer ministro británico Rishi Sunak pasea por Downing Street en Londres. (Reuters / Hannah McKay)

Abandonar el centro es una película que ya se ha visto antes en Westminster. A finales de 2015, los miembros —pese a la oposición de los diputados— convirtieron al radical Jeremy Corbyn en líder del partido laborista. Pero la formación terminó a la deriva cosechando una derrota histórica en 2019.

La Organización Democrática Conservadora (CDO) que existe ahora con los tories recuerda al grupo 'Momentum' que existió en su día con los laboristas. En mensajes de WhatsApp obtenidos por Sky News, algunos miembros del CDO abrazaron teorías de conspiración extremas, sugiriendo que Sunak está siendo manipulado por un gobierno global dirigido por élites vinculadas al Foro Económico Mundial en Davos.

Por más loco que parezca, los argumentos se han escuchado en la propia conferencia de Manchester, donde el diputado conservador Danny Kruger denunció "un gran movimiento que se está produciendo a nivel mundial para crear esencialmente un gobierno que tendrá poder para dictar a los gobiernos nacionales lo que deben hacer en previsión de otra pandemia", diciendo que no hay mayor amenaza para la democracia.

Las campañas electorales focalizadas en "traer el cambio" suelen ser de las más efectivas. Los partidos políticos no tienen que estar necesariamente en la oposición para hacer uso de ellas. Prueba de ello son los conservadores británicos que han demostrado una habilidad ejemplar para plasmar cambio de ciclo cada vez que ha llegado un nuevo líder. Ha sido su 'arma letal' para dominar la política de Westminster en la historia reciente, por lo que Rishi Sunak ha decidido seguir la misma estrategia.

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