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Sunak fracasa en su primer examen ante las urnas: ¿fin al Gobierno conservador en UK?
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Adiós al muro rojo

Sunak fracasa en su primer examen ante las urnas: ¿fin al Gobierno conservador en UK?

Las elecciones locales de Inglaterra suponen un gran varapalo para el primer ministro. Los resultados se interpretan como antesala de las generales de 2024, donde todo apunta que los laboristas serán la formación más votada

Foto: Rishi Sunak. (Reuters/Anna Gordon)
Rishi Sunak. (Reuters/Anna Gordon)

El fin del Gobierno conservador parece estar cada día más cerca. La llegada de Rishi Sunak a Downing Street el pasado mes de octubre trajo la ansiada estabilidad política tras la turbulenta etapa de Boris Johnson y Liz Truss —si es que alguien se acuerda de ella—. En sus primeros seis meses de mandato, se ha esforzado por enderezar la economía del país y dejar atrás los escándalos. Y, sin embargo, ha fracasado estrepitosamente en su primer examen con las urnas.

No hubo sorpresas. Los sondeos llevaban tiempo advirtiendo que las elecciones locales celebradas el jueves en Inglaterra no iban a ser favorables para el Partido Conservador. El lento recuento electoral continuaba en la tarde del viernes, pero todo apunta a que se cumplirán los peores pronósticos con la posible pérdida de hasta 1.000 asientos.

¿Se trata este, por tanto, del fin de trece años de Gobierno conservador? Todavía no, dado que se trataban de unos comicios parciales. No estaba en juego el ayuntamiento de Londres y tampoco se votaba en Escocia o Gales. Tampoco Irlanda del Norte, quien celebrará sus propios comicios el próximo 26 de mayo. No obstante, irremediablemente los resultados se analizan como la antesala a lo que puede pasar en las próximas generales previstas para 2024, donde los laboristas van camino de convertirse en el partido más votado.

Foto: Una pantalla en el interior de la sede de la BBC emite una declaración de Richard Sharp. (Reuters / Henry Nicholls)

Las filas de Keir Starmer han recuperado importantes ayuntamientos en el 'Muro Rojo' del norte de Inglaterra, una zona industrial que habían dominado desde la II Guerra Mundial y que, sin embargo, Boris Johnson consiguió arrebatarles en los comicios de 2019 con la promesa de ejecutar el Brexit. Y también han logrado simbólicas victorias como la de Chatham, en el condado de Kent (sureste de Inglaterra), una de las zonas con más riqueza del país. Tras más de dos décadas teñida de azul, el electorado ha optado ahora por los laboristas.

Es precisamente en esta localidad donde Starmer ha acudido el viernes por la mañana para cantar victoria. “No solamente habéis llegado a la meta. Habéis derribado las puertas. No tengáis la menor duda. Nos encaminamos hacia una mayoría laborista en las próximas elecciones generales. Hemos ganado la confianza de los votantes, y ahora debemos cambiar este país”, ha señalado.

No obstante, tampoco ha conseguido el gran vuelco que esperaba. Según el análisis de la BBC, si el voto de las locales se extrapolara a todo el Reino Unido, los de Starmer habrían conseguido el 35% de los votos, los conservadores el 26%, los Liberal Demócratas el 20%. La ventaja de nueve puntos es la mayor registrada por los laboristas desde que perdieron el poder en 2010. No obstante, no sería suficiente para conseguir la ansiada mayoría absoluta en las próximas generales previstas para 2024, repitiendo así el escenario vivido en 1997 con Tony Blair y su “Nuevo Laborismo”. Starmer parece seguir siendo un tipo gris que no levanta pasiones, por lo que todavía le queda trabajo por delante.

Por su parte, a Sunak las cosas se ponen complicadas en Downing Street. Puede que los resultados hayan pasado desapercibidos para la gente en medio de la gran expectación generada para la coronación este sábado de Carlos III. Pero no para el Partido Conservador.

Los defensores de Boris Johnson llegaron a plantear en su momento que si eran nefastos sería el momento de pedir el regreso de la "ambición rubia". Eso no va a ocurrir. Tras el bochornoso espectáculo del año pasado —donde se registraron tres primeros ministros en apenas cuatro meses— los tories no quieren más experimentos. Con todo, el partido sigue inmerso en una guerra civil y, además de la derrota ante los laboristas, han perdido fuerza en su tradicional Muro Azul del sur respecto a los Liberal Demócratas, los grandes triunfadores de las elecciones locales.

El partido del Gobierno no tiene ahora un mensaje ideológico vinculante de lograr el Brexit o superar una pandemia global al que aferrarse, mientras que la oposición está consolidando cada vez más una narrativa sobre un Reino Unido roto donde nada funciona y los servicios públicos se han abandonado a su suerte. Con una inflación disparada de más del 10%, la más alta del G7, y una oleada de huelgas del sector público pidiendo mejoras salariales, entre ellos los enfermeros del Sistema Nacional de Salud Pública, ya de por sí en crisis, el ánimo entre el electorado no es el mejor.

Foto: Tatiana y sus hijos, junto al Támesis. (Cedida)

El sector más a la derecha de los tories presiona ahora por políticas de impuestos bajos. El ala “anti-woke” quiere que el discurso se centre en la guerra cultural sobre inmigración y derechos trans, y el resto quiere que Sunak gire hacia el centro y trate de ganar una elección con el mismo tipo de coalición de votantes de centro, como lo logró David Cameron en 2010. En definitiva, tras más de doce años en el poder, la formación muestra claros signos de agotamiento. No hay ideas frescas ni tampoco un líder carismático que pueda obrar un milagro.

“El mensaje de los ciudadanos que he escuchado es que quieren que nos centremos en sus prioridades y que obtengamos resultados”, ha recalcado Sunak. “Tenemos que reducir la inflación a la mitad, hacer crecer la economía, reducir la deuda, eliminar las listas de espera [en la sanidad pública] y frenar las pateras [inmigrantes irregulares que atraviesan el canal de la Mancha]. Todo eso es lo que preocupa a la gente, y en lo que el Gobierno se está concentrando”, asegura.

La situación para el `premier´ podría empeorar aún más el próximo 25 de mayo cuando está previsto que se publiquen las estadísticas oficiales de inmigración, una de las cuestiones que más preocupa al electorado, en especial, a los conservadores. Si se demuestra que la migración neta (la diferencia de los que llegan respecto a los que se van) ha superado la última cifra sin precedentes de 504.000, como se anticipa, entonces habrá pocas posibilidades de atraer a los votantes tories desencantados en 2019 de regreso al redil en el corto plazo.

Foto: Dos remolcadores sacan el portacontenedores alemán "MSC Flaminia" del puerto de JadeWeser en Wilhelmshaven. (EFE / Hans Christian Woeste)

Las elecciones locales fueron la primera vez en las que los electores en un país donde no existe el DNI debían enseñar un documento de identificación para ejercer su derecho al voto. Según la Asociación de Administradores Electorales del Reino Unido (AEA, en inglés), la jornada del jueves se desarrolló “con normalidad”. Sin embargo, el "think tank" Electoral Reform Society, que se ha opuesto a la nueva medida, alertó de que se habían producido "incontables ejemplos de personas a quienes se les había denegado el derecho al voto debido a estas nuevas leyes". "Una sola persona a la que se haya impedido votar es demasiado. El Gobierno debe aprender las lecciones de los problemas que estamos viendo hoy en centros electorales de todo el país y asumir el hecho de que las nuevas normas dañan nuestras elecciones", afirmó Jess Garland, directora de la organización.

El fin del Gobierno conservador parece estar cada día más cerca. La llegada de Rishi Sunak a Downing Street el pasado mes de octubre trajo la ansiada estabilidad política tras la turbulenta etapa de Boris Johnson y Liz Truss —si es que alguien se acuerda de ella—. En sus primeros seis meses de mandato, se ha esforzado por enderezar la economía del país y dejar atrás los escándalos. Y, sin embargo, ha fracasado estrepitosamente en su primer examen con las urnas.

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