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Jubilados y trabajadores a tiempo completo: los 'homeless' invisibles de Reino Unido
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Jubilados y trabajadores a tiempo completo: los 'homeless' invisibles de Reino Unido

El 14,3% de las personas sin hogar asegura tener un empleo a jornada completa. El grupo de edad desde los 65 a 74 años afectado por la crisis de vivienda es el que más ha crecido

Foto: Tiendas de campaña frente a un centro comercial en Londres. (EFE/Andy Rain)
Tiendas de campaña frente a un centro comercial en Londres. (EFE/Andy Rain)
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Michael, de 69 años, está viviendo en casa de un amigo en Essex, al sureste de Inglaterra, pero en los próximos días se tiene que mudar y realmente no sabe qué va a pasar. "Mi pensión no llega a las 800 libras. Cuando hablo con los agentes inmobiliarios me dicen que hay entre 40 y 50 solicitudes por cada piso de una habitación que sale al mercado. Y que a menos que demuestres que puedes pagar 2.500 libras de alquiler no tienes nada que hacer", relata.

Por su parte, Brian (nombre ficticio) empezó a dormir en la calle en junio. Tiene importantes problemas de consumo de sustancias y juego, lo que significa que administrar sus finanzas es toda lucha. A finales de julio, mientras seguía en la lista de espera para poder acceder a algún alojamiento disponible, logró conseguir un trabajo temporal como Operador de Residuos y Reciclaje a través de una agencia de contratación local. Pero sigue pasando las noches a la intemperie porque el salario no le alcanza para pagar un alquiler.

La recesión terminó con su empresa, donde tenía entre diez y quince empleados. Perdió el negocio y la casa. Acabó luego divorciándose y ahora solo tiene un futuro incierto en el que, debido a la edad, las posibilidades de encontrar empleo son remotas. "No tener un sitio donde vivir no es una situación agradable. Todo el mundo merece tener un hogar. Todo el mundo", añade.

Por su parte, Nicole sí tiene trabajo a tiempo completo, pero cada noche tiene que buscar un nuevo hostal para quedarse porque el salario no le da para pagar ningún alquiler en Londres. "Es absolutamente agotador y tedioso", contaba recientemente a ITV. En una de cada cuatro familias que se quedaron sin casa a finales del año pasado, uno de los miembros tenía empleo. Es una situación que afecta a 72.790 familias, según las cifras oficiales del Gobierno, lo que supone un incremento de un 22% respecto a hace dos años. ¿Qué está fallando?

La primera imagen que viene a la cabeza cuando se habla de homeless es gente durmiendo en las calles entre cartones o tiendas de campaña, las mismas que la ministra de Interior, Suella Braverman, tenía intención ahora de prohibir —hasta que se ha topado con la crítica de su propio Gobierno— asegurando que se trata de un "modo de vida".

Pero también están los homeless invisibles, aquellos que pasan la noche en los sofás de amigos o van alternando pensiones. Los jubilados y los trabajadores son los "sin techo" de los que nadie habla en el Reino Unido, donde la crisis de la vivienda, con cada vez más personas incapaces de asumir un alquiler (no hablemos ya de una hipoteca), se está convirtiendo en un problema cada vez más enquistado.

"El 14,3% de las personas sin hogar en Inglaterra asegura tener un empleo a jornada completa, mientras que un 10% lo tienen a tiempo parcial"

El 14,3% de las personas sin hogar en Inglaterra asegura tener un empleo a jornada completa, mientras que cerca de un 10% lo tienen a tiempo parcial, según las últimas estadísticas oficiales. El número de hogares con niños que estaban amenazados de quedarse sin casa o que ya estaban en esta situación ha aumentado un 11,4% en comparación con el año pasado.

El grupo de edad más afectado es el comprendido entre los 25 y 34 años. No obstante, el grupo que engloba desde los 65 a 74 años es el que más ha crecido, con un aumento del 23,3% respecto al año pasado. El número de mayores de 75 años afectado ha aumentado un 18,2%. Alrededor de 900.000 británicos mayores de 70 años han tenido que ponerse a trabajar de nuevo para no quedarse en la calle, según el último informe de Retirement Villages Group.

Foto: Marcia y Andreia, junto a sus viviendas improvisadas. (Jonás Romero)

"Hay una escasez crónica de viviendas realmente asequibles", denuncia Joe Walker, responsable de políticas y asuntos públicos de la ONG St. Mungo’s, especializada en situaciones de sinhogarismo. "La escasez de oferta de vivienda social significa que cada vez más personas dependen del sector privado, lo que está elevando los alquileres y creando una enorme competencia. Desafortunadamente, en este contexto, aquellos con ingresos más bajos son los más afectados. A medida que los alquileres siguen aumentando, existe una brecha cada vez mayor entre el nivel de ingresos y el costo de la vivienda. Como resultado, cada vez más personas no pueden permitirse el lujo de mantener un techo sobre sus cabezas y se quedan sin hogar", asegura a El Confidencial.

En el manifiesto electoral con el que Boris Johnson consiguió una mayoría absoluta para el Partido Conservador en los comicios de 2019, se prometía acabar con la elevada cifra de personas durmiendo en las calles y ofrecer una alternativa habitacional para todas ellas antes de 2024. En los últimos años, se han realizado inversiones y ha habido algunos avances, sobre todo en tiempos de pandemia.

Pero, según Walker, "no se han abordado los problemas sistémicos subyacentes" y los últimos comentarios de la ministra del Interior "son profundamente inútiles". "En lugar de asumir la responsabilidad de las decisiones políticas que han provocado un aumento del número de personas que duermen en la calle, la ministra está tratando de echarle la culpa a los más vulnerables", denuncia. Para él, una de las prioridades para el Gobierno que salga tras las próximas elecciones previstas para 2024 debe ser "construir un millón de viviendas sociales de alquiler en la próxima década".

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La crisis es especialmente preocupante en ciudades como Londres, Manchester o Bristol, donde se han producido subidas medias de los alquileres de entre un 11% y un 16% respecto al año anterior. En Inglaterra y Gales, la ley permite además los llamados desalojos sin culpa, por los que el propietario puede expulsar al inquilino sin dar ningún motivo. En Escocia está prohibido y el Gobierno central también prometió eliminarlo, pero la promesa se va retrasando indefinidamente mientras siguen subiendo los alquileres. Alrededor 24.000 hogares que pidieron ayuda el año pasado para no quedarse en la calle habían sido afectados por este tipo de desalojos, lo que supone un aumento del 22% con respecto al año anterior.

A la subida de la renta hay que sumar una inflación disparada con grandes incrementos también en las facturas de gas y electricidad o la cesta de la compra. "En St. Mungo´s vemos cada vez más personas con trabajo que se han quedado sin casa. Es muy preocupante", relata Walker.

Los mayores, olvidados

Personas de todas las edades se enfrentan a los desafíos que plantea esta crisis, aunque las historias de los mayores de 65 años rara vez forman parte de la conversación, pese a ser este precisamente el grupo afectado que más está creciendo en los últimos años.

"Queremos amplificar las voces de este grupo oculto", asegura Joanna Elson, directora ejecutiva de la ONG Independent Age, en cuyo último análisis incluye historias desgarradoras. "Parece mentira que en el sexto país más rico del mundo haya personas mayores que viven en la pobreza o tienen que tomar decisiones imposibles solo para permitirse el lujo de mantener un techo sobre su cabeza", denuncia.

Foto: Alquilar es de pobres: la caída de la renta disponible. (EFE/Jennifer Gómez)

El documento recoge historias como las de Michael, con la que daba comienzo este reportaje, o Rajia, de 70 años, cuya casa de alquiler en Birmingham está en situación deplorable. "Tengo que cocinar todo en la sala de estar porque la cocina no se puede utilizar. Hay agujeros en el suelo, el techo tiene goteras, las paredes están llenas de moho y hay tantas ratas que me mantienen despierta por las noches. Siempre hemos pagado el alquiler a tiempo, pero no es seguro para nosotros quedarnos aquí... Lo único que queremos es vivir en un lugar limpio y morir en paz", asegura.

Alrededor de 14,4 millones de personas viven en la pobreza en el Reino Unido, según los últimos datos oficiales, lo que supone una de cada cinco ciudadanos. Un total de 4,2 millones de niños se han visto afectados. Los datos publicados ahora por el Gobierno pertenecen, no obstante, a finales de 2022, es decir, antes de que la crisis del costo de vida pasara factura al país. Según los expertos, es probable que la situación actual sea mucho peor.

Según una nueva investigación de la ONG Joseph Rowntree Foundation, 3,8 millones de personas experimentaron la forma más extrema de pobreza —la indigencia— en 2022. Esto supone un aumento del 61% desde 2019. Más de 1 millón de los afectados eran niños. En la sexta economía más rica del mundo, cada vez son más los que luchan por conseguir lo básico para sobrevivir y dependen de organizaciones benéficas y bancos de alimentos.

Michael, de 69 años, está viviendo en casa de un amigo en Essex, al sureste de Inglaterra, pero en los próximos días se tiene que mudar y realmente no sabe qué va a pasar. "Mi pensión no llega a las 800 libras. Cuando hablo con los agentes inmobiliarios me dicen que hay entre 40 y 50 solicitudes por cada piso de una habitación que sale al mercado. Y que a menos que demuestres que puedes pagar 2.500 libras de alquiler no tienes nada que hacer", relata.

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